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¿El encanto de un Francesco? por elfasilveriana

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Notas del capitulo:

Hola panquesitos ._./ Lamento haber tardado, ya saben las vacaciones xD

Buenos les traigo este salseante capitulo espero y lo disfruten, y muchas gracias por sus comentarios, es lo que me hace seguirlo c:

No los molesto mas.

Un fuerte aroma invadió mi nariz al entrar a la habitación, mi cuerpo no había parado de temblar, gire mi mirada observando cada rincón del enorme espacio, inundado de ese aroma parecido al estúpido perfume de Francesco. Deje la llave sobre la mesita de noche, aquella que me había dado minutos antes para decirme que lo esperara en la habitación.

Quería intentar calmar mis nervios con un buen trago, pero recordaba que no toleraba mucho aquella bebida por lo cual descarte mi idea. 

Me acerque a la ventana observando ahora las calles de la muy tranquila Alemania, podría estar disfrutando diferentes sitios junto a mis amigos.

No sabía cuánto tiempo me había distraído en la ventana, tal vez hubiera tenido más de tiempo para pensar las cosas y retractarme. Pero Francesco ya me había sorprendido detrás de mí en un abrazo.

-Ciao McQueen – me dijo burlón mientras colocaba su mentón en mi hombro, tal vez era muy obvio que mi nerviosismo había aumentado –No creí que fueras capaz de darme tu virginidad solo para que te deje en paz- me aparte de un empujón de él, ahora estaba bastante molesto pero parecía que nadie podía borrarle esa sonrisa burlona de su maldito rostro.

-¿Quieres tomarte en serio esta situación?- dije con voz irritada. De todos modos, saber lo que haríamos ya me daba un escalofrió por el cuerpo entero. El volvió a sonreír y se llevó las manos a los botones de la camisa, tarde unos segundos en darme cuenta de lo que hacía, por lo cual desvié la mirada.

Esto era lo segundo más vergonzoso que me había sucedido en la vida.

Entonces, una de sus manos me giro el rostro con rapidez, (que de ser me hubiera dislocado el cuello, lo cual no era una mala opción para morir en ese momento), y después sus labios ya estaban sobre los míos,  intente apartarlo, lo peor fue que cuando coloque mis manos sobre su pecho sentí su piel debajo de las manos, lo cual enseguida me hizo apartarlas de inmediato y dejar que me besara.

Piensa en otra cosa, piensa en Sally.

Me dije muchas veces a mí mismo, pero la imagen de Sally me parecía ahora bastante lejana, solo podía ver y sentir los labios de Francesco aun sobre lo míos, tuvo que separarse por necesidad que por gusto para poder respirar, lamentablemente sus ojos se encontraron con los míos y algo pareció brillar en ellos…

-Eres bastante adorable- ¿Cómo? ¿Adorable? ¿YO?

Aquellas palabras ya las habían escuchado de parte de Sally, pero cuando Francesco las dijo era como meter la cara en un horno, estoy seguro que era por el hecho de que un hombre le estaba diciendo “adorable” a otro hombre. O eso quería pensar yo.  El impacto que hizo mi espalda contra el colchón hizo que dejara de pensar idioteces, para concretarme en que tenía los labios de Francesco en mi cuello.

-Espera…- trate de decir para detenerlo pero el parecía no prestarme atención. Muy pronto sus dientes se encontraban haciendo presión sobre mi piel, era obvio que quería dejar marcas, su mano se coló poco después por debajo de mi polera y una corriente eléctrica me invadió al sentir su tacto.

Me había mordido el labio para evitar soltar alguno de esos gemidos, pero cada vez era más insoportable contenerlos. Los labios de Francesco bajaron hasta mi vientre y mientras subía depositando besos me miraba, una de esas miradas que jamás había visto en él. Su lengua ahora lamia con total naturalidad aquella parte de mi pecho, si esas cosas, los…pezones. Lo peor era que cada vez no era capaz de acallar mis propios ruidos.

-Si realmente quieres que te deje en paz, déjame escucharte…- dijo con una sonrisa burlona, mientras dabas un tirón con los dientes. Esta vez aquel ruido salió de mis labios sin que yo pudiera detenerlo y el pareció satisfecho con ello. Fue bastante agudo, más de lo que yo esperaba.

Y eso era mi tortura, sentir los labios de Francesco por todo el cuerpo, que ya había perdido la noción del tiempo pero aun así quería que se acabara.

Fue mi mente que volvió a la realidad cuando caí en la cuenta que ya no llevaba ni una prenda encima, pero a diferencia de Francesco el aún estaba completamente vestido. No logre detenerlo a tiempo hasta que me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, mis palabras se ahogaron en un gemido cuando sentí uno de sus largos dedos dentro.

-Francesco…- más que sonar irritado, su nombre salió de mi boca como un gemido, como si realmente estuviera pidiendo más, pero aun así era mi cuerpo que me llevaba en contra. Sentí un gran dolor cuando otro dedo le siguió, parecía bastante seguro de lo que hacía, y bastante acostumbrado a ello que de alguna manera llegaba a molestarme su repentina experiencia. Escuche le sonido de un cierre bajar, y aquel simple sonido, me hizo estremecer de una manera poco normal….

-Non abbiate paura…- realmente no había entendido nada, pero aunque su tono era tranquilizador a mí no me había relajado del todo, lo único que invadía mi mente era que aquello iba a doler y mucho.

-Detente….no lo hagas- dije retractándome. Aunque desde un principio tenía entendido que no me prestaría atención, lo sabía, cuando sentí algo cerca de aquel lugar íntimo. –Francesco dije que no…- realmente me estaba alarmando, pero no hizo falta decir nada más. El ya había entrado de golpe. Era literal un dolor insoportable. Se quedó quieto un momento, me miro y yo realmente quería dirigirle una mirada de odio, aunque el dolor me prohibía hacerlo, estaba comenzando a sentirme cansado y mire a Francesco tratando de rogarle con la mirada que no lo hiciera. Aunque una primera embestida me dejo claro que no me haría ningún caso, luego le siguió otra, y otra, hasta que lo único que podía ser capaz de percibir era el chirrido de la cama debajo de nosotros, mi mente estaba ida y mi boca hablaba por sí misma, no sabía lo que decía pero realmente no quería saberlo. Francesco parecía gruñir mientras se movía y después de unos minutos más que para mí fueron horas. Había terminado primero y Francesco tampoco tardo en terminar, sintiendo aquel liquido caliente dentro, quería vomitar. Pero ni las fuerzas me sobraban para ello.

Cerré los ojos para enseguida caer dormido.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

-¿Estás seguro que puedes correr?- me pregunto una vez más mi amigo Mate –No pareces haber mejorado desde hace dos días-

-Estoy bien Mate, no es para tanto- dije tratando de caminar lo más normal, aunque no iba a mentirme a mí mismo, vaya que seguía doliendo. Después de que aquel idiota había abusado de literalmente de mí.

-¿Pero qué es lo que te paso en realidad?- pregunto curioso – Que te duela el trasero tanto tiempo no es para nada normal...-

-Ya te lo dije, no es nada- le explique para alejarme de una vez de él y caminar hacia mi auto, antes de adentrarme al mío, observe a Francesco a punto de entrar al suyo y por un momento, espere a que me dirigiera una de sus tantas sonrisas tontas, o que me saludara con su irritable voz. Pero no pasó nada de esto, ni siquiera pareció mirarme.

-McQueen, ¿Estas prestando atención?- escuche sobre el pequeño aparato a mis orejas –Entra a tu auto…- Escuche a Mate decir y enseguida le obedecí, aunque fue un verdadero martirio sentarse sobre el asiento.

Aun cuando la carrera inicio lo único que siempre quería era ganarle a Francesco, aunque en esta carrera no me importaba demasiado si ganaba o no, y no era porque me seguía doliendo bastante el trasero, sino porque realmente no lograba concentrarme demasiado en la carrera y termine saliéndome de la pista tres veces.

Al final Francesco fue el ganador esta vez de la carrera, yo, al menos había logrado quedar en el tercer lugar debido a estar despistado.

Salí del coche, y Francesco ya estaba siendo felicitado por los demás corredores, yo mismo me acerque para felicitarlo como mínimo, pero cuando le acerque la mano aunque sea con una sonrisa, el paso de mí, ignorando mi saludo que estaba seguro que el debió haber visto. Nadie pareció haber notado el que él me había ignorado.

Pero no era de darle muchas vueltas al asunto, ya había obtenido lo que quería, que el dejara de molestarme, ya no escucharía su odiosa voz ni su risa estúpida.

Aun así, por alguna razón, no me sentía satisfecho.

Notas finales:

Por cada review McQueen se arrepiente mas de su decision xD 

Gracias por leer *3*


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