¿Cómo fui tan idiota para dejarme convencer de venir?
Había olvidado por completo que al iniciar una gira era todo un caos, entrevistas, sesiones de fotos, chequeos médicos, reuniones, fiestas y paparazis en cualquier lugar queriendo hablar con nosotros, esto, y lo que nos esperaba en los demás países.
La gira comenzaría por San Francisco, un lugar no menos perfecto para empezar la primera carrera, justamente al llegar en la mañana mi atareado día comenzó como para ser el primero, tuve varias entrevistas con diferentes cadenas de televisión, y para mi todas las preguntas eran las mismas que realmente quería irme y cancelar, pero las palabras de Sally me hacían soportar la molesta voz de otro entrevistador.
En esta ocasión sabía que Mate había cambiado por lo cual lo elegí como mi representante y ahora me arrepiento de estar arrastrando a mi amigo de un lado a otro junto a mí, los primeros tres días solo consistían en, trabajo sin descanso, comer, ducharme y dormir para volver al trabajo, al menos el trabajo nos tenían ocupados a todos, unas que otras veces para mi desgracia me encontraba a Francesco caminando por el hotel donde yo me había registrado y el me saludaba con ese acento italiano a lo que yo solo podía regresarle el saludo de manera forzosa, agradecía al menos que no se hubiera burlado de mí en ninguna de las ocasiones que nos encontramos.
Antes de darme cuenta, el gran día del inicio de la carrera para la competencia mundial había llegado, y ese día las últimas entrevistas de la televisora americana por fin acabarían.
Aunque toda mi mañana había sido absolutamente normal, me levante de la cama, me di un baño y salí para ir directo a la entrevista, ahora me encontraba aquí , desayunando durante mi breve descanso, Mate había sido tan amable preparar todo para las últimas dos entrevistas mientras yo iba a comer, y vaya que un helado no hacia mal a nadie.
-¡giorni buoni! McQueen- Y el responsable de todas mis desgracias, se aparecía justamente en mi momento de descanso.
-Bernoulli…- le salude tratando de no sonar tan irritado de su aparición.
-Que agradable sorpresa al encontrarte aquí- dijo para tomar asiento delante de mí, arruinando mi hermosa vista de una simple carretera.
-Lo mismo digo- mentí, ahora el agradable helado que me encontraba comiendo dejo de tener sabor, y estaba seguro que no era porque el helado era natural.-¿Has venido a molestarme?- pregunte.
-Oh no para nada, pero he querido decirte algo que no podía decir ya que estábamos todos ocupados. Pero creo que es tu día de suerte ahora podremos platicar con tranquilidad- Si claro, estar hablando con mi enemigo no era suerte.
-¿Y qué es?-
-Bueno, McQueen eres un buen rival para mí, realmente me agradas pero creo que yo no te agrado a ti, cada vez que me acerco o te saludo veo en tu rostro el desagrado, realmente se nota a simple vista que me odias..-
-¿Piensas eso?- No se equivocaba en nada.
-Te llevas bien con la mayoría de los corredores, mientras tú y yo seguimos siendo rivales, es por eso que decidí convivir un poco más contigo, tal vez hasta llegar hacer amigos-
-¿Amigos?- ¿AMIGOS?
-Sí, ¿No te parece muy buena la idea? ¿O es que no te atreves a acercarte a Francesco ni un poco?- dijo burlón…..
¿Amigos?
¿Él quería que fuéramos amigos?
Podría haberme reído de su estúpida idea de que tal vez él y yo hubiéramos logrado ser amigos, pero lo último había sonado como una apuesta, ¿Acaso el creía que le tenía miedo?.
-Claro que puedo acercarme a ti Francesco, es más empecemos por compartir la comida- dije de broma, tomando con la cuchara un trozo de helado el cual se lo acerque a la boca divertido.
El punto era que, no me esperaba que el aceptara comer del helado y más siendo mi misma cuchara. Dibujo en sus labios una sonrisa que para mi opinión era de burla.
–Es tarde tengo que irme…- dije poniéndome de pie y harto de tener que verlo, pase a su lado sin mirarlo.
-Ciao McQueen-
¿Espera, acaso acababa de hacer aquello?
¿El….?
¿Él me había palmeado el trasero?
¿Para los italianos aquello era prueba de confianza?
Gire la mirada para ver que Francesco ya se encontraba comiendo el helado que había dejado, no quería llamar su atención así que me retire pronto del lugar. Realmente no entendía las costumbres italianas.
Durante las dos entrevistas restantes no me había encontrado con Francesco, no sabía si decía enserio lo de intentar ser “amigos”, pero no deje de darle vueltas al asunto , yo acercándome con mi peor enemigo, Sally había dicho algo como eso pero convivir con Francesco era algo que implicaba una gran sacrificio.
-¿McQueen estas bien?- me pregunto Mate trayéndome a la realidad.
-Claro que si-
-Más vale que no estés así de distraído durante la carrera, no queremos que ocurra un accidente- me dijo Luigi. Termine por subir el cierre del traje de carreras, había llegado el momento de iniciar mi martirio y más sabiendo que Francesco estaba decidido a tener una supuesta “amistad”.
-¿Necesitas hacer algo más antes?- pregunto Mate.
-O si necesito ir al baño- dije a mi equipo, me tranquilizaba que fueran ellos mi equipo en los pits, puesto que se preocupaban por mí y evitaban que hiciera alguna estupidez parecida a las que hacía antes de extraviarme en Radiador Springs. Me aleje de ellos y busque la dirección del baño, solamente me moje el rostro, tenía que ganarle a Francesco para volver pronto con Sally y si lograba cumplir aquello tal vez a Sally le sorprendería que me convierta en un posible amigo de Francesco, como siempre la suerte me jugaba en contra, escuche a alguien entrar al baño pero no me había imaginado que se trataba de Francesco que hizo sonrisa al verme.
-¡McQueen! Espero y estés listo para la carrera, porque Francesco siempre lo está- ¿Por qué me sucedía esto a mí?
-Claro que lo estoy, más vale que te gusten mis lindas calcomanías porque creo que tendrás que verlas durante toda la carrera- ¿Era mi imaginación o Francesco se acercó más a mí?. Retrocedí unos cuantos pasos
-Ahora te crees muy rudo, solo porque ganaste la competencia el año pasado no significa que la ganes esta vez – me amenazo, vaya amistad que estaba intentando obtener.
-Tus amenazas son excelentes, lástima que no pueda decir lo mismo de la manera en que manejas tu auto- Y antes de que me diera cuenta él ya me había acorralado contra la pared, y peor aún coloco ambas manos a los lados de mi cabeza mientras sus ojos de plantaban en los míos. Observe como se acercaba, por un momento pensé que me besaría, vaya idea estúpida, solamente se acercó a mi oído
-Espero y te vayas preparando McQueen, no creas que te dejare ir- me susurro, temblé al sentir su aliento chocar con mi oreja. Cerré los ojos por un momento y al abrirlos él ya se había ido.
¿Qué mierda había sido aquello?
Salí del baño apurado, mi equipo ya estaba preparado y mi coche estaba listo, un pequeña emoción se apodero de mi puesto que sabía que esta carrera no sería como la del año pasado, entre a mi coche por la ventanilla y una vez sentado mire a un lado, encontrándome con la mirada de Francesco me guiño un ojo y se metió al suyo, por un momento ignore los gritos de la gente y solo podía pensar en lo que había sucedido en el baño.
No quería malinterpretarlo, él no era gay ¿O si?, lo más seguro era que no o eso quería creer o tal vez yo malinterpretaba todo, escuche en el altavoz que la carrera estaba a punto de empezar y empecé a despejar mi mente. Empuje el acelerador con el pie.
¿Quién podría entender a los italianos?
Y con este último pensamiento, el pequeño semáforo cambio a verde y mi interesante martirio comenzó.