Era una hermosa tarde en Namimori, el lugar donde ocurrian todo tipo de cosas; por ejemplo, aquel peliblnaco que se la pasaba corriendo como poseido por toda la ciudad entrenando ¡AL EXTREMO! O aquel perfecto que se encontraba mordiendo hasta la muerte a unos criminales que osaron a destuir la paz de su preciada ciudad, también estaba aquella hermosa mujer italiana de cabellos rosado que fue a buscar empleo en un restaurante como cocinera, obviamente los jefes de aquel local no sabian el dolor y sufrimiento que les traerian a sus clientes con aquella hermosa señorita de comidas venenosas pero nuetsra historia no se concentrara en ninguno de estos personajes. No. Nosotros veremos a alguien mucho más especial. Este alguien especial se encontraba dentro de una modesta y normal casa, sentado a los pies de su cama junto con su autoproclamado mano derecho, su guardián de la lluvia, el mocoso con disfraz de vaca, el arcobaleno del Sol y un cintiífico de nombre Gianini. Exacto amigos, creo que ya todos sabemos que me refiero al Décimo Vongola, Sawada Tsunayoshi, quien se encontraba algo pensaitvo y distraido pues ese día era 14 de Octubre y, nuevamente, nadie se habia acordado de su cumpleaños.
El pelinegro mayor tomaba entre sus manos un arma de fuego perteneciente al joven Lambo Bovino, miestras sonreria con victoria.
-Creo que ya pude reparar la bazuca de los 10 años del señorito Lambo. - dijo mientras la dejaba cuidadosamente en la cama.
-¿Tú crees que funcone esta vez? - cuestiono un desconfiado Gokudera.
-Pues... - comenzó a decir. - He hecho mi mejor esfuerzo aunque no estoy seguro si funciona o no a la perfección.
-Que Dame-Tsuna lo pruebe. - djo Reborn, con su sonrisa macabramente tierna sobre el hombro de Yamamoto.
-¿Eh? - dijo un sorprendido castaño meintras levantaba una mano, señalandose a si mismo. - ¿Yo?
Sin contestar las estúpidas e inútiles preguntas de su Dame-Alumno, Reborn dio un salto donde calló en la cama a lado de Giannini y con fuerza sobre humana pateó la bazuca de los 10 años hasta el futuro líder de la familia mafiosa más poderosa del mundo. Primero, el aparato golpeo al joven Vongola para depsués rebotar hacia arriba y caer sobre él de manera bastante animada y cómica, luego de eso, la bazuca disparo tras de sí una gran cantidad de un humo rosado.
-¡COFF COFF! - tosió nuestro pequeño castaño. - ¿Eh? ¿Que lugar es este?
Tsunayoshi volteo wa ver a s alrededor, se encontraba en una habitación de paredes doradas de detalles blancos, había un ropero de caoba lo suficientemente grande como para que entraran 6 personas, el suelo era de un relajante color crema, la puerta frente a él no era de menos de 4 metros de altura, hecha de madera, o eso suponia él, a su lado sobre un escritorio marrón había un gran espejo, fue ahí donde Tsuna se percató de la precencia de 5 personas, dos elinegros, un peliplata y una chica de cabellos morados con un parche en el ojo derecho.
-¿Boss? - mencionó la mujer, mirando impresionada al menor.
Observo a cada uno y Tsuna logró reconocerlos a todos.
-¿Gokudera-kun? ¿Hibari-san? - comenzó, nombrándolos a la vez que los giraba a ver. - ¿Ymamoto-kun? ¿Chrome?
-Juudaime. - dijo el de camisa roja con corbata y traje negro.
-Esto debe ser obra de la bazuca de los 10 años. - aseguró lo obvio, Yamamoto.
-Pero... - dijo la guardiana de la Niebla, pasando con nerviosismo una mano por sus cabellos lacios. - ¿Por qué tenia que ser justo ahora?
-Ehm... disculpen... - dijo Tsuna, interrumpiendo os pensamientos de los mayores. - ¿Qué esta sucediendo?
-Car-herbívoro. - se corrigió con rapidez el ex-perfecto.
-¡Hiiieeee! - exclamo el castaño, asustando ante la fija mirada del de camisa morada sobre él.
-Tsuna, necesitamos que nos digas una cosa. - le habló Yamamoto.
-¿C-cuál? - preguntó el castaño, intentado seguir siendo un humano y no unas maracas.
-Antes de que la bazuca te golpeara, ¿Giannini-san le hizo algo? - cuestionó Chrome al menor.
-S-si... - dijo este para escuchar un cansado suspiro grupal.
-Mmm... Chrome. - llamó el de camisa azul a la única femeninca de la habitación, - ¿Crees que puedas hacer una ilusión sobre alguno de nosotros para hacer el trabajo de Tsuna?
-Sí, pero... - comenzó Dokuro, mirando con angustia a ls tres mayores. - Aún así, él se daría cuenta de que no es el verdadero Tsuna.
-Mmm... - soltó Yamamoto para voltear a ver al anterioremente ignorado castaño. - Tsuna, ¿crees que podrias hacernos un favor?
-¿Eh? - pronuncio de manera adirable Sawada mientras movía hacia un lado su cabeza. - ¿Favor?
-Si, Juudaime, un favor. - comenzó Gokudera con una seria mirada, haciendo que el corazón del castaño se detuviera al igual que su respiración. No sabia que su mano derecha se volveria tan guapo dentro de 10 años. - Sé que sonara más que imposible pero... ¿Podría distraer a Reborn-san?
-¿¡Qué!? - exclamó horrorizado.
-Herbívoro. - llamó Hibari y como si este fuera su nombre, Yamamoto lo volteó a ver. - Explícale.
Los 4 mayores intercambiaron miradas serias para después asentir al mismo tiempo.
-Entendido. - respondió este para luego acercarse al menor. - Tsuna, el noveno a orgnizado una fiesta para celebrar tu cumpleaños número 24, ha invitado a todo tipo de familias tanto las más poderosas como las más débiles, todas aliadas. Todos esperan que des un discurso al ser el líder Vongola aunque eso será, ehm... bastante complicado, en tu condición actual, por lo que nosotros trataremos de retrasar el discurso mientras tú distraes a Reborn, pues no sabemos cómo y no queremos averiguarlo pero si él descubre que cambiaste de lugar con tu yo del pasado habra una verdadera masacre en este lugar.
-Eh... pero, el sabrá que soy yo... - replicó Tsuna, pues tenia miedo de Reborn, aunque su intuición le decía que este no le haría daño.
-No te preocupes por eso. - aseguró Chrome mientras le sonreia de manera agradable, casi maternal. - Te arreglaremos lo suficientemente bien para que no se note tanto, además, estoy segura de que sabras que decir cuando estes con él.
-P-pero no sabre como es. - decía Tsuna, nervioso cuando notó como sus guardianes de la Nube y Tormenta le tomaban de los hombros. - ¡Seguramente cambio mucho en estos 10 años!
-Descuida, para reconocerlo tienes que saber que él esl el único con patillas riza- comenzó Chrome.
Pero la ilusionista no pudo continuar diciendo puesto que sin siquiera tocar, las grandes puertas que ran la única sallida y entrada de aquella habitación se abrieron para dar pasó a una mujer mayor, de cabellos azules y lacios que bajaban por su espalda alta, ojos rojizos y y vestida con un vestido rojo opaco sin muchos detalles y cosas "innecesarias" como les decia ella.
-¡Takeshi! - exclamá la recién llegada. - ¿¡Porque tardan tant-!?
Y se interrumpio a si misma al ver la menuda figura del menor, que la miraba con grande sy cuirosos ojos.
-¿L-Lal Mirch? - preguntó, más para si mismo que para la nombrada.
-Fue la bazuca de los 10 años. - dijo rápido el peliplata.
-Alterada por Giannini. - continuó el de camisa azul mientras se acercaba a la ex-arcobaleno. - Probablemente regrese a su tiempo en una hora o más.
-¿¡Estas loco!? - reclamó Lal, intentando amenazr al moreno aunque eso le fuera difícil gracias a su baja estatura. - ¡No tenemos ese tiempo! ¡Para cuando Tsuna-kun vuelva ya todo se abra acabado!
-*¿Acaso me llamó "Tsuna-kun"?* - pensó exaltado el más joven.
-Lal. - dijo Yamamoto, interrumpiendo el seguramente largo discurso que le gritaria en la cara la mayor. - Se que todo esto es un desastre pero las cosas se pondran peor si no nos ayudas...
-Y-yo.... - comenzo esta, nerviosa y mirando para todos lados. Dirigio su mirada en los grands ojos chocolates del Vongola y luego en el mayor con una cicatriz en su barbilla para luego suspirar resignada. - Esta bien. ¿Qué necesitas?
Continuuara.... tal vez XD