Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nada por PandoraBoxx

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

lo proemtido es deuda, y, no me gusta deber ejejeje, bueno, aquí la siguiente entrega... nos vemos la siguiente semana.

 

Ya en la universidad, se dividieron, Killer buscaría en el gimnasio ya que Perona también practicaba gimnasia olímpica y, Kid la buscaría en la facultad de economía, donde ella estudiaba.

Recorrió a grandes zancadas toda la facultad, de nada sirvió la prisa o la entrega, cuando encontró el aula, la encontró en completo silencio, aparentemente no había clases por lo que, en compañía del fantasma decidió recorrer las instalaciones y, con ello esperando ver al grupo de “inadaptados”  ya que ella resaltaría, mas no logró ver ni a los primeros ni mucho menos a la segunda.

“Idiostas-ya, estas caminando sin sentido, asustas a todos con la cara de pocos amigos que tienes”— le recriminaba el ente manteniendo su paso, bueno, simulando hacerlo.

—No tengo otra, además eso es cosa que no te importa.

Los chicos que por “x” causa se encontraban cerca del pelirrojo, al escucharlo hablar así de inmediato y sin dudas se alejaban, creyendo que la locura maquinaba  ese cuerpo.

Resollando con profundidad, por fin, a la lejanía, logró observar al pequeño pero bien identificado grupo de estudiantes que eran su objetivo. Chicos vestidos de negro con detalles leves en rosa, morado, magenta, rojo y azul a los que, los demás evitaban por el simple hecho de lucir distinto a los cotidianos, se aglomeraban y discutían entre ellos a profundidad sin prestar atención al entorno.  Caminando a paso veloz, no fuera que se alejarán estando a punto de llegar, se acercó y cuando por fin estuvo a una distancia considerable, con su típica voz de mando:

— ¿Quién de ustedes es Perona? —preguntó seguro de si y sobre todo, mostrándose en todo su porte, evitando con su única presencia a que alguno tratara siquiera de marcharse.

— ¿Quién quiere saber? —respondió de entre el montón un valiente.

— ¿Esta aquí o no? —insistió Kid.

—Yo soy Perona.

Hay estaba la chica buscada, esa tachada de rarita por siempre sacar temas con referencia al tarot, adivinanzas de fortunas y demás. Las chicas creyentes en todo eso (que nunca faltan en cualquier sitio) la visitaban con la finalidad de la predicción de su futuro, sino uno inmediato uno cercano, por supuesto, con el pequeño cobro que a todo esto conlleva; a lo que claro él insistía en pensar que se trataba de un timo muy bien hecho y que, los que asistían, estaban siendo robados plácidamente. Ahora, con su pesar, tenía que ir a que lo asaltaran con lujo de placer.

Si ella, por ser conocedora de toda la cultura de lo paranormal, no le lograba responder a sus preguntas tal vez podría decirle quien lograría hacerlo.

“¿En verdad crees que esta chica podrá hacer algo?” — preguntaba el moreno caminando alrededor de la joven, esperando una respuesta corpórea por parte de la chica gótica de largo cabello rosado sujeto en coletas.

—Tengo que discutir algo contigo, pero, en privado. —mencionó el universitario huraño, llevándosela por el brazo casi de inmediato sin tener un leve impedimento en su contra; una vez que estaba decidido a algo, no habría nada que lo hiciese cambiar de parecer y, hablar con Perona en ese preciso instante era lo que dominaba su mente.

No importó en lo más mínimo que la chica refunfuñara, que tironeara tratando de liberarse,  que lo insultara, incluso que en un par de ocasiones le golpeara la cabeza con el bolso cargado de libros y demás, todos sus esfuerzos fueron en vano.

El sequito que la delimitaba, entendió con esas pocas palabras por lo que permitieron  que ese chico se la llevara así como así, además no querían tener ningún tipo de trato o situacion  con el pelirrojo,  por lo que, los vieron alejarse a paso lento.

— ¿Qué necesitas de mí?— ella conocía bien la reputación de ese genio excéntrico y si ahora, él pedía hablarle en privado, sería con respecto a lo que ella conocía bien, ya que, lógico, él no le pediría que le explicara algo con referente a motores.

—Quiero saber, como impulsar a un “fantasma” para que descanse. — habló Kid una vez que estuvieron sentados en la misma mesa escondida  de la cafetería en la que antes, el fantasma lo molestaba. 

Ella miró atentamente como le deslizaba con cuidado una taza con café. La inseguridad para Kid no era problema, de hecho le importaban tres reverendos cacahuates lo que pensaran los demás, pero al considerarse una persona de lógica y razón, la simple acción de hablar con ella lo obligaba a traicionar todo lo que conocía y sabía.

“No creo que ella logre hacer algo, no me ha escuchado siquiera”— Mencionaba el ente atravesando su mano verticalmente entre la mirada fija de Kid a la chica que hurgaba entre sus libros, buscando, sin cambio alguno; desgraciadamente el miserable tenía toda la razón, lo miró de reojo y con la mirada y sus muecas le dio la razón a lo que, el ente respondió con un leve mohín en sus labios. 

—Bueno, antes que nada debes saber que tal cosa es ya de por si, algo complicado, los fantasmas no existen, es una terminología errónea que se le dio a la separación del cuerpo, del espíritu y del alma, tendríamos primero que saber, ¿Con que estas lidiando?—con esa pregunta vino una mirada acusadora que al mismo tiempo insinuaba conocer su mal— Si es que en realidad estas lidiando con algo así. —agregaba Perona con su tono de voz chillante al tiempo que elevaba las cejas mostrando así una mueca picara.

— ¿Me explicas mejor de que carajos estas hablando?

Sin opciones de nada, la chica con pomposo vestido en negro,  largos holanes rosas, y entallado corsé continuó ojeando su libro sobre la mesa, mostrándole el tema. El ente no dejaba de mirarla profundamente, esperando que cuando menos lograse sentir el frío que en Killer, aparecía disfrazado de ansiedad, pero ella ni se inmutó, esa chica era una embustera, pensaba.

Ya en lo que Kid bebía del refresco,  prestaba total atención a lo que le describía.

—Mira, según algunas mitologías nosotros estamos compuestos por tres piezas, por así decirlo: cuerpo físico, espíritu y alma; muchas lo han representado como el diablito a un lado, el ángel al otro y tu cuerpo en medio, lo has visto incluso en animes y cartoons, ¿no?

Los dibujos en las páginas atrajeron la mirada curiosa incluso, del ente. Efectivamente, esas representaciones ya las habían visto en películas, cuando un diminuto diablito se posa en el hombro izquierdo de “x” personaje y un ángel en el hombro contrario, sin embargo, no comprendían con exactitud lo que describían o trataban dé.

—Pero, ¿Esto como se relaciona con los “fantasmas”? —preguntaba Kid deslizando las yemas de los dedos por la hoja.

—Se relaciona porque, no podemos vivir sin ninguno de los tres componentes, no puedes vivir sin alma o espíritu en tu cuerpo y…

“Qué interesante…” —cortaba el moreno la explicación atravesando la mesa y quedando estilo salero justo en medio con tal de ver mejor las imágenes.

—Cierra la boca, me distraes.

—Pero tú me preguntaste. — refunfuñaba la de cabellos rosas interrumpiendo su explicación.

—No te lo decía a ti, se lo decía a… alguien más.

—Bueno —aclaraba la chica mirando paulatinamente a los lados, tratando de ver un poco más a fondo, buscando a esa “interrupción”  con la emoción destellando en sus ojos, pensando  que quizás también “algo” estaba esperando que le respondieran por lo que continuó —… ¡Y! sin cuerpo para habitar no hay espíritu ni alma. ¿Comprendes?

—Es como cerebro y corazón en un cuerpo, algo así, ¿No?

—Similar, pero entonces, ¿Por qué me preguntas todo esto?

“Cierto ¿Por qué le preguntas todo esto?  Dile que te sigo, te hablo y para colmo de males, que solo tú me puedes ver  y escuchar y, veamos que dice.”—interrumpía de nuevo el ente, sujetando su mentón coqueteándole claramente o, incitándolo a una pelea.

—Cierra la boca, ya te dije que me distraes. —aclaró Kid mirando amenazantemente a su costado, en su mirada la advertencia de que se callara para que ella no le escuchase titilaba por instantes; el ente inició a maquinar que tal vez el pelirrojo ya no quería que ese “problema” se solucionara.

Perona sonreía ante esas interrupciones esperando que él mismo le confesase lo que ocurría.

—Entonces, cuando alguien ve un fantasma— continuó el taheño con el tema, sin responder la pregunta de la joven. A ese punto ella supo que no le diría nada de algo que lo acompañara, no le importaba, lo que en realidad quería era terminar de charlar con ese sujeto y regresar con sus chicos—, ¿Qué esta viendo en realidad, espíritu o alma?

—Eso, sólo se llega a determinar en un tiempo, y depende de lo que “Tu visión” te pida.

— ¿Me pida?

—Si, por ejemplo, si es una persona que esta a  punto de morir y necesita un favor especial, como que ayudes a algún familiar sería el alma que espera para que le cumplas ese favor para marcharse, pero si en su defecto es el espíritu que aún tiene posibilidades de vida, quiere que le ayudes.

—Ya me mareaste.

“A mí también” —Ni a quien le importe lo que te pase. —contradecía Kid al ente con su mueca provocativa, esa que ya era cotidiana entre los dos.

“Eres un idiota” — respondía del mismo modo el moreno —Y tú un metiche— agregaba Kid.

— ¿Puedo explicarte mejor? —interrumpía Perona los coqueteos mas que evidentes.

—Claro. — respondían al mismo tiempo los buscarruidos.

—Mira, cuando el cuerpo muere o esta por hacerlo y tiene algo importante que hacer, en ese momento, su alma sale y se manifiesta ante cualquier persona que este en ese sitio o, cerca para pedirle el favor que, obvio, ya no podrá hacer. En cambio, si el cuerpo por cualquier causa llega a perder su alma, ésta vagara hasta que sea capaz de encontrar a alguien que este predestinado o en su defecto a alguien allegado, y le ayude a, ya sea descansar en paz, o, regresar a su cuerpo tornándose así como espíritu.

—Y ¿Cómo distinguir uno del otro?

“Ya te lo dijo idiota, el alma la ve cualquiera y el espíritu, sólo los allegados” —respondía el moreno. —Eso lo escuché metiche, pero yo ni te conozco, no soy allegado tuyo. — respondía Kid olvidándose por instantes en donde y con quien estaban, hasta que el melodioso golpeteo de la uña de la cartista les devolvió al panorama actual.

Ella disfrutaba plácidamente de su café late de vainilla mientras observaba guiñando como ese chico hablaba y argumentaba  con alguien más en ese sitio, verlo discutir entre paréntesis y sobre todo, pelear con alguien no visible le insinuaba lo que pasaba, y como obviamente no diría nada decidió que sería mejor para todos pasarle la pelota a alguien con más sabiduría.

—Tu caso parece ser algo muy especial, mira, ve a este lugar y el encargado te ayudará con lo que pueda. — le extendió un trozo de papel con una dirección para luego, sin esperar nada más recoger sus cosas y alejarse de la cafetería, dejándolos  sumidos en muchas reflexiones y análisis propios.

“¿Iremos a ese sitio?” — Preguntó el moreno curioseando lo escrito en el papel — ¿Iremos? Me huele a manada, yo iré y tú… te perderás por hay. —contestaba Kid compartiéndole el papel. — “Sabes que no tiene caso que reproches nada, además, haré lo que quiera y como no puedes impedirlo, iré contigo a donde sea.”  —guiñó el ente descaradamente. Kid respondió con una nítida sonrisa.

Luego de guardar la nota en la bolsa trasera del pantalón, Kid pagó las bebidas para intentar salir a la dirección, sin embargo, el taller estaba a unos pasos y como su reproductor no tenía pila… no iría a recorrer la ciudad sin su morfina musical, así que, en lo que su IPod tomaba algo de carga, él se centraría en el pistón.

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Ya en el taller, después de ponerse todo el equipo de protección el pelirrojo se centró en su creación; los demás estudiantes se mantenían alejados del área de trabajo del genio, y en ese sitio el ente observó como el rechazo por parte de los demás, dirigidos a un joven demasiado inteligente también se transformaba en un tipo de maltrato.

Kid no discutía, ni peleaba, mucho menos presumía de sus habilidades delante de los demás, por lo que el ente no comprendía el por que de tratarlo de esa manera, media hora pasó en la que, ese joven trabajaba ardua y dedicadaménte sin interrupciones hasta  que él decidió hacerle compañía del único modo en que lograba hacerlo: comportándose como metiche y curioso.

“¿Qué estas haciendo?” — preguntaba caminando en círculos alrededor del área de trabajo, observando el deleite que demostraba el geniecillo mecánico al efectuar sus labores; eso de inmediato causó un hormigueo en su cuerpo y un revoloteo de estómago que, claro, supo muy bien ocultar. —Aunque tratara de explicarte, no entenderías nada. — respondía Kid.

“No sabrás si no intentas, ¿Qué puedes perder?” —insistía el moreno atravesándose en sus labores.

Suspirando, Kid le miró destellantemente; en ese preciso momento, algo dentro de su ser se asomó por instantes, y el ente creyó ver un poco de… ¿tristeza? No mencionó absolutamente nada y prestó demasiada atención a lo que hacía. —Estoy terminando el motor que yo mismo diseñé— respondió en tono tranquilo y apacible.

“¿Del que se llevaron el prototipo hace meses?” —preguntó mirándolo directo a los ojos.

—Si, este es uno de los pistones que faltan, si termino éste hoy o, mañana y comienzo con el que sigue, en tres días máximo cinco, tendré armado el motor nuevo. —contestaba eufóricamente el pelirrojo.

“¿Tiene muchas diferencias a uno normal?”— Preguntaba con suma curiosidad el moreno, acercándose mucho más a Kid, después de todo, no le estorbaba corpóreamente.

—Si, digamos que estoy tratando de incluir una entrada extra de aire para mejor combustión, ¿Ves estas zanjas de aquí? —respondía alzando la pieza mecánica y mostrando con paciencia y detalle de que le hablaba —Se llaman venas y estoy tratando de hacer que por ellas entre más aire y con ello, conseguir una mejor combustión al mismo tiempo que obtenga más velocidad. — El ente miraba con mucha atención, sin parpadear, esa faz embaucó por completo al gruñón, nunca, aparte de Killer, alguien le mostró semejante expresión al escucharlo hablar de su  materia y ahora, con ese ser estaba comenzando a disfrutar de ese hecho, pero siendo honesto consigo mismo, ya antes esa faz se había mostrado sólo que él simplemente no la había observado, extrañamente ese día el ente lucía diferente.

Era mejor no continuar con ese asunto, Kid estaba a un paso de la confusión completa, así que cortó de tajo el tema y también el trabajo. Detuvo sus manos e inició a despojarse del equipo de protección, ya al siguiente día avanzaría sin tantas interrupciones por parte de su visitante y es que por culpa de la curiosidad en la chica, ese era el segundo día en que lo acompañaba al taller, en todos los demás, se quedaba a esperarlo en casa brindándole la privacidad a la que Kid estaba acostumbrado.

 Y  en ese instante, un grito desesperado y desgarrador cruzó la nave-taller, golpeando a la mayoría de los presentes. Kid se apresuró  a ver que ocurría y al instante de observar se quedó justo como los demás: atónito y algo indeciso.

Un chico despistado, había cortado su mano en dos partes sin cercenarla del brazo y sus dedos, se vieron separados de dos maneras: el pulgar, índice y medio de un lado y, el anular y meñique del otro.  Gritaba poniendo nerviosos a casi todos los presentes, de los cuales la mayoría marcaban como locos tratando de comunicarse con emergencias.

El pelirrojo miraba inexpresivamente sin decir nada, hasta que el ente le recriminó ese hecho. “¿No piensas hacer algo?” —No hay nada que pueda hacer, no soy médico. —respondió girando sobre su eje, pensando en salir del lugar, sin embargo...

“Escucha, el golpe de adrenalina no le permite sentir el dolor”— Le aclaraba el moreno estorbándole en su camino— “Pero eso es pasajero y podría inclusive perder el sentido, será mejor que lo obligues a sentarse y sobre todo, debemos impedir qué pierda más sangre.”

—Estas malinterpretando las cosas idiota, —mencionó Kid deteniéndose y mirándolo a los ojos — Yo no tengo porque hacer nada para ayudarlo…

Una mirada puede transportar un sin fin de emociones, de eso no hay duda alguna, y Kid en ese preciso instante sintió la culpa con todo el rigor posible; el ente lo miraba acusándolo y sobre todo cuestionándole el simple hecho de ¿Por qué no ayudarlo sino te cuesta nada? Suspirando, sintiendo que en verdad había echó algo que merecía pena capital, suspiró y, caminó en dirección del distraído. Siguiendo las sugerencias del moreno intangible, lo sentó tratando de inmovilizarlo.

— ¡Ya está! ¿Contento? —preguntaba a lo alto, en dirección del mulato que, parado en frente suyo, lo miraba ejecutar sus instrucciones al pie de la letra.

“Debemos detener el sangrado” — ¿Debemos? Sigues hablando en plural, ya te dije que no tengo porque hacer este tipo de cosas.

Los presentes se miraban unos a otros sorprendidos completamente, ese chico huraño, solitario y muy, muy extrovertido, al mismo tiempo que hablaba solo (y eso causaba un escalofrío en general)  sabía que hacer, incluso, inquietaba mucho más ese actuar que la herida del sangrante.

“No perderás nada, sólo tienes que envolver la herida, apretando con fuerza para que la sangre que pierda sea menos”

—No me digas que hacer o que no, ya te dije que no quiero tener nada que ver en esto.

Y sin embargo, estaba haciendo lo que el ente le decía, sin miedo a los gritos del herido, o de los susurros de los demás que, asustados, se mantenían a distancia escuchando la pelea de Kid vs el viento. Menos mal que ese “viento” tenía los conocimientos médicos necesarios para evitar perder a esa persona. En cuanto llegaron los paramédicos y observaron el trabajo —bien hecho—  trataron de interrogar a la persona en cuestión, pero, el samaritano ya no estaba presente, cuando ellos llegaron, él, sigilosamente, se alejó dándoles el espacio necesario para trabajar, además, quitarse la sangre de las manos era su prioridad. Eligió una llave alejada, solitaria para asearse tranquilamente.

“Menos mal que no le temes a la sangre, de lo contrario esa persona habría muerto.”

—La verdad, me da lo mismo si se mueren o no, mientras no sea Killer no importan. —respondía enjuagándose las manos.

“Estimas mucho a Killer-ya, ¿verdad?”

—No es tanto como estimar, es…— dudó un leve instante en elegir la palabra siguiente, era cierto que el cariño que sentía que por Killer no era el habitual por un compañero cotidiano y eso el ente ya lo había notado antes, ahora con esa confirmación que simplemente se le salió, ya le quedaba mucho muy claro—… distinto, ¿Qué significa el “ya” agregado a los nombres? Nunca antes te lo había preguntado pero,  me doy cuenta de que lo usas en cualquier nombre —preguntó desviando el tema por completo.

“No lo sé, es algo que fluye por su cuenta.”

— ¿Cómo supiste que hacer con el chico ese? —interrogaba sacudiendo sus manos.

“Tampoco lo sé, mi cuerpo intentó actuar, pero no habría logrado hacer nada.” — respondía el ente mirando, abriendo y cerrando sus puños.

—Será que… ¿Eres medico?— insistió Kid restregando sus manos en su pantalón para secarse.

“No tengo idea.” —Respondía el moreno.

—Veré si el IPod ya tiene algo de carga y luego iré a buscar esa librería.

Pensaba el universitario pero, Killer aguardaba por él, golpeando su móvil en la pierna.

—Oye, ¿Te sobra tiempo? Necesito hablar contigo y esta vez no aceptaré una negativa.

El ente desvió la mirada al piso, tratando de darles algo de espacio. Se sintió como cuando una pelea entre familiares ocurre en frente y no sabes que más hacer o decir; aunque en apariencia debían hablar con urgencia.

—Escucha Killer, en realidad este no es buen momento, acabo de ayudar a alguien y ahora quiero estar sólo…

— ¡No lo acepto! ¡Estoy confiando en ti! Ya he esperado por  meses y no puedo continuar de esta manera, comprende que es muy importante para mí que lo conozcas.

El rubio mostraba un sentimiento similar a la desesperación y Kid demostraba algo parecido al… ¿Miedo?

—No viene al caso hacer algo así, digo, si tú lo quieres ¿Qué caso tiene que yo hable con él o siquiera que lo conozca?

— ¡Eres un idiota Kid!

Completamente enojado, Killer se marchó dejando en el mismo estado al pelirrojo, apretando sus puños y parpados fuertemente y luego de ponerse bien su bandana, salió del campus dejando al pobre del ente parado, sólo en ese espacio.

“Así que era verdad… ¿Por qué no le has dicho nada?”  — Se preguntaba aun manteniéndose en ese estado, analizando toda esa situacion y pensando en que hacer.

Notas finales:

Bueno, sin más por el momento me retiro y los dejo en pazpor un rato jejeje, se cuidan!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).