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Nada por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Lamento mucho no haber actualizado cuándo lo dije, no terminaba las correcciones, bueno, aquí esta la continuación...

 

Tres días pasaron desde la pelea con Killer, mismos en los que ahora estaba residiendo en la casa del medico;  a la vez que internamente aborrecía sus recuerdos del encontronazo con su hermano, meditaba como estaba aprendiendo a hacer muchas cosas por su cuenta, cosas que resultaban indispensables en sus días habituales las cuales, para él desconocidas por el simple y sencillo hecho de que, Killer las elaboraba por él.

Se reía discretamente al recordar el primer intento de huevo con tocino, comprendió, sin segunda ocasión que el tocino resultaba ser un arma letal al calentarse el sartén. También aprendió a usar un horno para realizar sus costillas favoritas, bebió café que antes aborrecía porque no atinaba en la cantidad de azúcar exacta, se ejercitó adecuadamente, nadó por primera vez en años (gracias a la piscina techada y con calefacción que poseía el medico) desde el accidente en el río que Law disfrutó al escuchar. Comprendió también que su egoísmo inclusive lo hicieron actuar como niño mimado, todo fue culpa suya y ahora ya estaba seguro de eso.

Juntos conversaban tranquilos en lo que disfrutaban de música, ni porque Kid estaba en casa ajena permitía que sus gustos cambiaran, la residencia del medico poseía de las mejores instalaciones y con eso, la música por todos los cuartos seleccionados, se escuchaba claramente.

Ese día, a medio para ser precisos, Kid se ejercitaba en el gimnasio escuchando algo de Rammstein.

— No me has preguntado nada —decía mientras se flexionaba haciendo abdominales — Con respecto a Killer, mas bien, de la pelea en si.

“Bueno, eso es porque ese tema, supongo, no te es fácil de hablar.” —respondía Law mirándolo tranquilo, recargado en el marco de la puerta.

—Si, creo que es eso aunque ahora, no sé, me siento… —se quedó con la palabra a medias.

“¿Confundido?” —preguntaba el moreno.

—Es… un tanto así, pero hay algo más, algo que no sé como decir, algo que no sé como intentar siquiera.

“¿Estas seguro que es amor lo que sientes por Killer-ya? No será… ¿Agradecimiento?”

Apenas si dijo la palabra amor, Kid detuvo sus flexiones quedando recostado, su respirar tranquilo era el único movimiento de su parte.

 “Es demasiado comprensible que ahora con una relación, creas que Killer-ya se olvidara de ti por estar siempre con ella, no temas, eso no pasará.”

Kid se carcajeó de un modo nervioso, uno demasiado fingido demostrándole que la amargura estaba brotando.

Se sentó en el potro y cubrió su cabeza con la toalla.

—No es un “ella” es un él. —dijo con tono pesado. —Es un chico que conoció en el hospital hace unos meses a causa de una pelea en el bar.

“Y lo que te molesta es saber que, de haberle dicho algo, ese “él” ¿Serías tú?”—interpeló curioso Law.

—No… bueno no sé… —ocultaba su semblante bajo la toalla y se concentraba en ver al piso —Eso precisamente es lo que me desquicia porque no lo entiendo…—susurró, su tono paso de ser uno agresivo a uno completamente dócil, triste. — Ya no sé ni lo que estoy diciendo.

“Si la gratitud es muy superior es porque eres muy dependiente a él, bueno por lo poco que he visto de ti fácilmente puedo asegurar que Killer-ya es quien se encarga de todo.”—mencionó el medico acercándose completamente a él — “En el tiempo viviendo contigo y con él, me di cuenta que no actúas como enamorado, no le mensajeas seguido, por mucho que algo bueno te pase en la escuela no se lo haces saber, le das su espacio y tiempo a solas” —insistía Law — “Es diferente a con mi hermano, no digo que seas igual que él, pero son leves cosas que hacen sin pensar o sin darse cuenta y Eustass, no aseguro pero, tú sientes mas gratitud que amor por Killer.” —Law le sonreía sinceramente tratando de que, con esa leve sesión él comprendiera o cuando menos lograra discernir lo que en realidad sentía.

“Vamos Eustass, ¡He visto que no te preocupa nada de tú persona cuando se trata de salir con tu hermano!  Y ¿Por qué? Simple, es tu amigo y no tienes por que impresionarlo, ahora bien, nunca le has ocultado nada, ¡Nada! Con respecto a tu comportamiento, si en realidad estuvieses enamorado como dices, créeme que no harías cosas tan vergonzosas como liberar un gas en frente suyo o, entrar al sanitario mientras él se ducha; eso se hace ya cuando tienen mucho tiempo de casados y, aun así existe la vergüenza.” —el pelirrojo se quedó estático, pensando, analizando y comprendiendo algo que simplemente se le había pasado de largo. — “Si Killer-ya”— continuó— “Nunca te mencionó nada de su relación con otro hombre fue, quizás por el miedo a… “¿Qué pensara de mí? ¿Tendrá miedo? ¿Se alejara?... tal vez tu hermano estaba mucho mas temeroso que tú de perderlos a los dos y quedarse sólo.”

Con ese pequeño discurso el medico, abría un mundo completamente nuevo para el universitario, era verdad a Killer nunca, nunca le ocultaba nada y, en ese instante también comprendió algo que le heló la sangre momentáneamente: Ante Law se comportaba lo  demasiado decente.  Kid trataba de verse lo más presentable que pudiese, con él ocultaba leves cosas que con Killer simplemente no.

Se quedó analizando a fondo, escudriñando dentro de sí lo que en realidad estaba temiendo y abriendo su corazón para si mismo descubrió que el miserable, ojeroso, altanero y egocentrista que estaba parado frente suyo… tenia razón.

 Killer dormía en su casa, en ocasiones en la misma cama, comía, se bañaba, en fin todo; el rubio  conocía todos los detalles y defectos y eso no le importaba en lo más mínimo, sin embargo y, de buenas a primeras cambió.

Kid se sintió levemente… traicionado; negaba en lo que recordaba como ahora, con el enfermero marcó un patrón diferente, a un principio rechazando el hecho de salir con alguien, luego de aceptar esa relación con ya dos meses de añeja y por ultimo, confesándole que se trataba de un similar en género; aunque también, comprendió que con eso, le mostraba lo caprichoso que podía llegar a ser por quererlo únicamente para él.

¡Ese era el verdadero sentimiento en su interior! La envidia, por que, si con apenas ser novios Killer ya estaba alejándose mucho, ¿Qué sería cuando las cosas avanzaran? ¡Se quedaría solo! Pero luego comprendió algo que le produjo una sacudida contenida, pero prolongada, ¡Killer ya no estaba!

Sin embargo, alzó la vista y la clavó en Law, sin parpadear se sorprendió de que, ese ojeroso, retraído y egocéntrico,  ya lo conocía igual que Killer, además de que con el médico encubrió  el desagrado ante algunas comidas como el caldo de pollo por el aroma y, con su hermano ni de chiste se comía esa preparación.  Entonces, ¿Por qué con Law si? Simple, con el moreno no deseaba ningún altercado que lo alejase de su lado.

Cerró fuertemente los ojos demostrando que por fin había comprendido el gran error, pero aún así, su lógica necesitaba una prueba física de que, con Killer nunca podría sentir lo que el moreno causaba en su interior, ese mariposeo, la ansiedad, incluso algo de nostalgia.

“Si te sabes el numero de móvil de Killer-ya, con toda libertad le puedes llamar y, cuando la lluvia se detenga por completo, pídele que venga, la dirección esta en cualquier sobre del estudio.”

Ese maldito lo leía peor que a libro abierto y con enormes letras, suspirando Kid se paró y se dirigió a la salida.

— ¿Dónde esta tu cuerpo? —preguntó antes de dejar por completo esa habitación.

“Esta en el hospital del centro, pero no te preocupes, esta bien cuidado.”

—Iremos a verte. — Le susurró pasando por su costado —Pero antes, debo cerciorarme de algo.

“No tienes porque, ya has hecho suficiente.” —respondió Law sintiendo ese hueco en el estómago que le dolía.

Afirmando Kid se dirigió al estudio y Law, bueno, él se quedó parado en la sala, esperando a que se solucionaran las cosas y al termino de la tormenta, regresar a lo que era, nada en absoluto; estaba convertido en un saco de carne inerte y apenas con vida en una camilla de hospital, sin saber qué hacer para regresar.

Alternadamente, a Kid lo atacaban sin remordimiento, recelos, dudas e incluso misericordia.

Se sintió tan indefenso en el enorme estudio que dudaba en continuar ahí, las paredes blancas lo calmaban por instantes, sin embargo apenas veía  los cuadros y esculturas sobre libreros y juraría (de creer en algo) que vigilaban cada uno de sus movimientos y, aunque esa silla forrada en piel negra ya lo conocía, al sentarse no se sentía igual.

Pero, el que se transformó en su némesis fue el teléfono. Ese simple y útil aparato lo acobardaba al grado de no quererlo ni tocar; suspiraba discretamente en lo que una banda de los noventas, Seether se escuchaba de fondo cuando, decidido, hizo la llamada.

‘¿Si?’ —Se escuchaba desde el otro extremo— ‘Hola…. ¿Bueno?’

Luego colgó. No sabía que decir o como iniciar con la conversación, y Killer no reconocía el número.

Por no ser orgulloso con su hermano, el rubio ya había intentado comunicarse pero, su celular siempre lo mandaba al buzón de voz y con la tormenta en pleno apogeo le era imposible salir del departamento de Kid en donde, al día siguiente de la pelea, ya  por la tarde había llegado, y al ver el desastre pensó de más, aunque luego recordando la actitud y carácter propio del pelirrojo se sereno.

‘Hola’—habló una vez más el rubio.

—Killer—dudó un poco al enunciar su nombre.

—¡¡Kid….!! —respondió ansioso y demasiado eufórico el rubio, tanto que Kid alejó un poco el auricular de su oído. — ¡Maldición ya estaba pensando de mas! ¿Dónde estas? ¿Estás bien? Oye… respecto al otro día…

—Fue culpa mía… y si, estoy bien. — de fondo se escuchaba una canción que ablandó un poco la armadura diamantada del pelirrojo.

Do you think I’m faking when I’m lying next to you? (¿Crees que estoy fingiendo cuando estoy recostado a tu lado?)

Do you think that I am blind Nothing left for me to lose? (¿Crees que estoy ciego y que no tengo nada que perder?)

Must be something on your mind something lost and left behind (Debe haber algo en tu mente, perdido y dejado atrás)

—Hablaba para hacerte saber eso, estoy con un amigo, pasando la tormenta me regreso a casa, tengo cosas que hacer.

Do you know I’m faking now? (¿Sabes que estoy fingiendo ahora?)

Do you know I’m faking when I’m lying next to you? (¿Sabes que estoy fingiendo cuando estoy recostado a tu lado?)

‘¿Culpa tuya?’ Pensaba el rubio completamente sorprendido. En cada ocasión de todas las peleas era Killer quien siempre terminaba siendo el culpable y ahora, de la nada, Kid llamaba y se declaraba como el infractor ¿Qué rayos le pasaba? ¿Dónde estaba? ¡Alto! Con ese modo de ser únicamente le dejaba una opción, el chico fantasmal que lo seguía.

— ¿Amigo? Tú no tienes más amigos que yo. —le recriminaba Killer tratando de hacerlo reír.

—Lo sé, pero en serio estoy bien. —contestaba sonriendo nítidamente.

Do you know that I am blind to everything you ever do? (¿Acaso sabes que estoy ciego a todo lo que haces?)

Must be something on your mind something lost for me to find (Debe haber algo en tu mente, algo perdido para que yo encuentre)

Do you know I’m faking? (¿Sabes qué estoy fingiendo?)

— ¿Estas en casa de tu…. Fantasma?

— ¡No es mí fantasma!

Con la respuesta, afirmó.

Siempre era así, Killer doblaba su orgullo y Kid, lo trataba como si nada y con esta pelea no fue la excepción, únicamente, los papeles se invirtieron.

—Cuando pueda salir primero iré a casa y luego al hospital. —declaraba Kid en tono ansioso.

— ¿Hospital? ¿Estás herido?

—Ya te dije que no, tengo cosas que hacer en ese sitio.

—Muy bien, desgraciadamente no puedo hacer nada mas que escucharte, la tormenta no me permite salir. —hablaba Killer con mucha alegría de escucharlo.

— ¿Te quedaste estancado en el bar?—preguntaba Kid, tratando de continuar con la platica, aun escuchando el fondo musical y, la lluvia que se incrementaba a ratos.

— ¡No! ¡Que poca atención prestas! Te dije que estaba en tu casa.

— ¿Lo dijiste?

— ¡Claro! —Afirmaba Killer —Espera… no, no es cierto apenas lo dije.

—Jajajajaja —reía triste el pelirrojo, doblegándose de a poco.

Era le momento de culminar ese asunto de una buena vez, sacarlo del sistema. —Amo ese modo despistado de ser también. —dijo Kid, de un modo normal.

Su corazón casi se detuvo, la sangre se estancó en su rostro, las piernas y manos le temblaban… esa descarga de adrenalina fue mas intensa que cualquier juego extremo inventado.

We have to succumb to the feelings we can never face (Tenemos que sucumbir a los sentimientos que nunca enfrentamos)

—Jajajajaja, lo siento, —aclaraba Killer rascándose la cabeza. —Se me pasan detalles. Oye, ¿Estás… ebrio?

I need you, I breathe you, I can’t go through this all again. (Te necesito, te respiro, no puedo pasar por todo esto de Nuevo)

We have to succumb to the feelings we can never face (tenemos que sucumbir a los sentimientos que nunca enfrentamos)

—Claro que no idiota, sabes que odio el alcohol, ¿Por qué preguntas?

—Tú nunca me habías dicho que me amaras, sabes que yo a ti también, eres mi todo, mi hermano, mi mundo y por eso precisamente yo quería que….

I guess you know that I am blind to everything you say and do (supongo que sabes que estoy ciego a todo a todo lo que dices y haces)

Must be something on  my mind there’s nothing left for me to hide (Debe haber algo en mi mente, pero no hay nada para ocultar)

Do you know I’m faking? (¿Sabes que estoy fingiendo?)

—Conociera a tu chico, — completaba la oración Kid suspirando profundamente, — Lo siento Killer en verdad, pasando esta horrible lluvia y ese asunto será el primero en atender, lo prometo.

A Killer se le acabaron las palabras, en su lugar, un nudo demasiado grande para poderlo tragar se quedó en su garganta, su hermano, ¿Disculpándose? Algo le había pasado y Kid no quería decirle.

—Oye vamos, ¿Qué te pasa? ¿En verdad estas bien?

—En verdad, lo juraría pero sabes que pienso de eso. —alegaba Kid tragando saliva pesadamente.

—Lo sé… ¿Kid?... ¿Kid?...

Luego, la comunicación se cortó a causa del mal tiempo, afligido analizó: ‘Cuando le dije que lo amaba no mostro cambio alguno, ¡Que idiota soy! Puso el teléfono en su sitio y salió del estudio con un semblante muy distinto, suspirando, resignado y más que nada: Aliviado

Por fin entendió  y su cara contenta y llena de paz asustaba a Law.

“¿Todo en orden?”—preguntó alzando su ceja.

—Todo en orden, si, todo esta bien.

Law no dijo nada, se quedó disfrutando de esa faz tranquila y llena de paz, destellante al punto de hipnotizarlo; con eso él se cercioró de que estaba plena e irrefutablemente enamorado, sin embargo no le diría nada, no le confundiría mas de lo que ya estaba además, eso seria torturarlo, pensaba.

Con todo lo anterior, Kid maquinaba demasiadas cosas. Frunció el ceño e inicio a pensar ‘¿Cuál era la diferencia entre la relación con Killer y la que llevaba con Law?’

—Oye, tú y yo no somos nada, ¿Verdad? —preguntó.

“No, nada.” —respondió de tajo Law.

—Bien, tengo hambre.

“Ya sabes en donde esta la cocina.”

Juntos se dirigieron ahí e iniciaron con la elaboración de pollo dorado con vegetales en guarnición, ese chico pálido comía como si nunca antes lo hubiese hecho, pero disfrutaba de todos los alimentos.

—Uff, —dijo acariciando su barriga —Estoy lleno, ¿Vemos una película? —le preguntaba a Law.

“Seguro, pero antes, ya sabes que tienes que hacer.” —le respondía señalando el fregadero lleno de trastes y el desastre en la barra, estufa  y mesa.

—Ya sé, ya sé… Limpia todo antes de salir de la cocina — hablaba imitando la voz del moreno, en tono aniñado, tratando de provocarlo.

Entre charlas, Kid limpió todo bajo la supervisión de Law, para luego, salir en dirección del pequeño cinema en casa del medico.

“Deberías llevarte tu cobija, esa área es mucho mas fría que el resto de la casa.”—le dijo el moreno al pasar por la alcoba que ahora ocupaba Kid.

….

Con conversaciones típicas y cotidianas los días restantes de la tormenta se pasaron casi en un parpadeo, en ese lapso Kid no permitía que Law se alejara de su lado, temía internamente que con separarse por mucho tiempo o espacio, lo perdería de vista y eso simplemente no podía ser ¡No lo permitiría! Era egoísta lo comprendía ya que, sus sentimientos por Killer, sobre su balanza ética, continuaban siendo mayores que los que sentía por Law, pero el moreno tenía cierta ventaja, cuando le quitó el mechón de cabellos de la herida, Kid sintió algo muy distinto a cuando tocaba a Killer por “x” causa y eso, era lo que continuaba mortificándolo, sólo existía un modo de saber con certeza si lo que sentía era amor o mero agradecimiento.

Poniéndose un rompe vientos, suspiraba. Miraba añorante la casa y se despedía de todo lo aprendido, inclusive, de sus puntadas que efectivamente se habían caído dos días antes, una leve cicatriz era la evidencia de ese aprendizaje.

“No te pongas así, puedes llevarte las llaves y volver cuando gustes, además, Eustass-ya para salir de la propiedad deberás tomar la camioneta, la entrada principal esta a un kilometro y la carretera esta a mas de otro de distancia.”

— ¡¿Qué cosa?! ¡¿Pues en donde jodidos estamos?! —preguntó.

“Te lo dije, aislamiento… me gusta la soledad.”

—Pero esto es exagerado Trafalgar.

Y así, “peleando” el pelirrojo se dirigió a la cochera, se apropió de la camioneta todo terreno para seis tripulantes en color plateado y se dirigió a la salida. Cumpliendo con su palabra, primero fue a su departamento, Killer aguardaría y necesitaba terminar y sacarse de dudas de una buena vez y para siempre.

Al llegar al mismo, entró y lo primero que observó fueron los sofás acomodados como debieran, la ventana a la cual le rompió el cristal estaba cubierta con periódicos y cinta adhesiva gris de la gruesa, la basura esperaba a ser sacada y, Killer estaba en la alcoba.

—Escucha Trafalgar, —habló Kid con la voz temblorosa e interponiéndose en la puerta, negándole la entrada a Law— Prometo que no peleare con él, pero… ¿Me dejarías a solas con él por un momento? Necesito aclarar algo.

El temblor de sus manos y el revoloteo en su estómago hicieron visible el nerviosismo  del que era presa, Law temía que con la reconciliación que estaba a punto de pasar, él se perdería en la habitualidad de Kid.

—No romperé mi promesa, después iremos a verte.

“Claro” —sonrió pesada y fingidamente el moreno—“Aguardaré en la camioneta.” —continuó con el titubeo al perderse en el pasillo.

 

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Law respetó la petición y se resguardó (como si necesitara de ello) en la camioneta, mirando el desfile de autos, intentando pensar en alguna solución para su delicado estado físico y pelear por el cariño de Kid, sin tener nada en mente, la verdad pensar en lo que estaban haciendo en el departamento lo  abarrotaron de inmediato con tristeza y ansiedad. Ese chico nunca, ¡Nunca! Le correspondería y él como buen ser humano, terco, torpe y obsesionado con lo que nunca tendrá, lo sabía bien.

Por su parte el pelirrojo se adentró hasta su alcoba y en su cama observó a Killer, durmiendo plácidamente, pensó en jugarle una mala pasada, pero, decidió aprovechar el momento.

Se sentó en la cama, a un costado de su hermano, acarició su cabellera dorada disfrutando de cada centímetro de la suavidad de la misma hasta llegar a su rostro tosco que cambiaba de textura con apenas acercarse a la cicatriz, pero eso no le molestaba en verdad, la calidez del rubio le estaba gustando.

Killer sintió las manos húmedas y respingó levemente, abrió su ojo azul y sonrió al verlo sentado.

— ¡Ki…! —ni siquiera terminó de enunciar ese nombre.

Se vio interrumpido por un beso. Kid lo estaba besando, sin lograr contener sus impulsos actuó a lo que su mente y corazón le pedían en ese instante.

Killer se quedó pasmado por momentos, vio como su hermano cerraba con fuerza sus parpados, sintiendo el respirar cálido que le cosquillaba la nariz, la saliva tibia de la boca contraria en la propia y el fuerte agarre de las manos del pelirrojo a sus brazos sin poder creer que eso estuviese pasando.

 Dudó en corresponder a esa caricia hasta que cerró fuertemente sus ojos, ahora las palabras de “Amar” que antes, por teléfono le dedicó tomaban sentido.

No pudo ir en contra de semejante caricia, jugando, chupando los labios contrarios ambos se cercioraron de muchas dudas que tenían, porque Killer claro que las poseía, luego de unos instantes, rompieron el contacto pero, permanecieron unidos,  recargados frente con frente y Kid mirando abajo, esperando el desenlace.

—Yo… yo no… —dudaba el taheño.

—Kid, sigues siendo mi todo, mi mundo, mi universo… pero… —Killer ahora marcaba la pausa atrayendo la mirada un tanto deplorable del pelirrojo, sosteniendo su rostro entre sus manos.

—Lo entiendo y créeme que si, era únicamente para… —Kid tragaba saliva dolorosamente apretando con fuerza las manos de Killer.

—‘Sacarlo del sistema’ —decían al unísono.

—… lo qué siento por ti es fuerte, pero lo qué siento por él es…—Killer marcaba una pausa esperando que su hermano comprendiera.

—Lo sé, lo entiendo bien. —completaba Kid

Éste apretó con tanta fuerza las manos de Killer, que le dolieron un poco.

—Mas que mejores amigos. —Dijo sosteniéndolas con fuerza el rubio.

—Menos que amantes. —completó Kid la oración.

—‘Juntos’— de nuevo, sus voces se unían en una sola.

Así dejaron todo ese asunto atrás, regresando a lo que eran, no interesaba que las cicatrices en los contrarios les mostraran la fiereza de sus sentimientos, también, ellas les servirían para mostrarles el tipo de amor carnal que en ellos habitaba.

—Te espero en la sala, —suspiró el taheño— Tengo que ir al hospital a solucionar algo más. —agregó caminando, saliendo de la habitación.

—Kid, el otro día... Yo…

—Fue culpa mía, —insistió Kid alzando su mano derecha, tratando de dejar las cosas ya por la paz. —Apresúrate, alguien me espera.

— ¡Claro! —Killer saltó de la cama y se vistió de prisa, lo más que pudo.

Al salir, notó como el semblante de su hermano había cambiado casi por completo, ese beso, esa caricia, era la despedida de sus sentimientos pasionales por él y Killer sonrió contento de que así fuera. Nunca podría corresponderle de la misma manera que él quería, el amor que sentía por el pelirrojo sobre pasaba a la carne y nunca le pondría una mano encima.

— ¿Listo? —preguntó el taheño mirándolo como saltaba en un pie ajustándose el botín.

—Listo. —aseguraba Killer cubriendo su alborotada maraña de cabello con una simple gorra en azul franjeada con blanco.

Juntos salieron del departamento, dejando la melancolía, dolor y arrepentimientos dentro, esa historia cambiaba de página y la siguiente esperaba a ser llenada.

Salieron del edificio, poniéndose al corriente de la semana que recién terminaba. Killer esperaba que juntos, tomaran el transporte público pero al observar la camioneta a la que Kid abrió la puerta, se quedó parado, sorprendido.

— ¿Te compraste una camioneta? ¿Cuándo, dónde? —cuestionaba el rubio.

— ¡Claro que no! Es de nuestro amigo. —respondía el taheño.

La mano de Killer dudo siquiera en abrir la puerta, pero al ver como, con extrema confianza Kid se subía, se animó a entrar.

— ¿Esta bien si voy en este sitio? —insistía en temerle a esa aparición.

—Si, él estará sentado detrás de ti. —respondía Kid mirando dentro de la camioneta.

“¿Todo en orden Eustass-ya?” —preguntaba Law tranquilo.

—Todo en orden. —le respondía viéndolo directamente; Killer miraba al asiento trasero, pero como era común en ellos, no veía nada mas que el interior gris oscuro de la camioneta.

—Bueno, listo, vamos de una vez. — señalaba Killer ajustándose el cinturón.

—Si, es necesario hacer esto.

“Eustass-ya, si no dices que tengas algún tipo de lazo conmigo no te permitirán que me veas, mi familiar no puedes decir que eres, amigos no tienen permitido el acceso, como te darás cuenta, estamos en un callejón sin salida.” —Declaraba Law, serio, pensativo y sujetándose el mentón con la mano.

—Mmmm… — enunciaba el pelirrojo al detenerse en un semáforo. —Estamos en un lio.

— ¿Por qué? —preguntaba Killer.

—Por que me dice el medicucho que no me dejaran verlo si digo que somos amigos… —respondía ya en su típico tono, ese que ambos reconocieron de inmediato.

—Bueno, ya se me ocurrirá algo, por lo pronto no me distraigas por favor. —pedía Kid mirando por el retrovisor a Law.

Ya en el hospital, luego de pasar por la recepción de urgencias y preguntar por el medico en cuestión, le empezaron a guiar, Killer se quedó parado afuera, diciendo que lo alcanzaba apenas compraba un café, su chico estaba en turno.

—Buenas tardes joven, me comenta la señorita Nefertarí que pregunta por el medico Trafalgar Law, ¿Qué relación tiene con el doctor? — la interrogante provino de una mujer anciana, de porte altanero y mirada de hielo.

—Soy amigo cercano, mucho, pero estaba estudiando en el extranjero y apenas regrese ayer. —respondía Kid.

— ¿Amigo? —dudó la medico.

—Bueno, —se acercó Kid peligrosamente hasta el oído de la doctora y le susurró: —Es mi amante.

La doctora por muy fría que luciera y por muy anciana que estuviese, sintió el estrujón en el estómago que acomete el porte, figura, apariencia y voz de Kid, sobre todo, al saber el parentesco.

— ¡Vaya! Ese mocoso siempre dándome sorpresas. —Dijo apenas admirada la anciana.

“¿Qué le dijiste?” —preguntó Law.

Kid le guiñó el ojo causándole un leve tono rojizo y una mueca ligeramente sorprendido, no se daría el lujo de responderle con todo el personal medico a su alrededor.

—Bueno, lo que esta a punto de ver no es saludable para nadie de los que apreciamos al medico Trafalgar; de hecho, fue muy triste saber que, luego de ser compañeros de trabajo, tendríamos que ser quienes cuidáramos de él.

Proclamaba en tono serio, lúgubre, y ¿Por que no? triste también en la voz de la anciana que caminaba guiándolo primero por el pasillo hasta el elevador, luego a través de los pisos, subiendo hasta llegar al quinto nivel.

—Pase por favor.

Kid entró seguro de si, pero apenas vio el cuerpo de Law se tambaleó un poco, no esperaba verlo tan, tan…. Desgastado. El tono del papel que ahora era su piel, por mucho, demasiado pálido; su complexión cadavérica al extremo de que, los huesos de los pómulos sobresalían y, sus ojos sumidos por poco se perdían en las cuencas, sus labios resecos y agrietados, su cabello estropeado, sus tatuajes arrugados por la perdida de peso, Law estaba hecho una mala imitación de muñeco abandonado.

Caminó en dirección a la ventana y luego de abrir un poco la persiana, se plantó a los pies de la cama y únicamente atinó a mirar. Law sintió… un poco de ternura se podría decir. Kid le causaba ese sentimiento conocido gracias a su familia y su gato Bepo, pero, era la primera vez que ese sentir se desataba gracias a una persona ajena a él. La doctora no supo que más hacer o decir así que partió dejándolo unos momentos a solas, quizás ese chico pelirrojo tenía que decirle algo y no quería que lo escucharan.

—Cuando dijiste que estabas así, no me esperaba esto… —señaló el cascaron en frente —Pensé, otra cosa.

“Me imagino, siempre es así.”—respondía tranquilo el moreno.

— ¿Qué han dicho los médicos de todo esto? —cuestionaba Kid.

Law negaba en lo que simulaba suspirar, la respuesta no era nada positiva.

En ese instante, un enfermero entraba de súbito, sin tocar ni pedir permiso, después de todo se trataba de su hermano. Kid apenas lo vio y supo reconocerlo como uno de los enfermeros que los atendió la vez de la pelea.

— ¡Imposible! —dijo en voz alta. — ¿Es tu hermano menor? — le preguntó a Law.

—No, yo soy el menor, él —señaló el cuerpo del medico — Es el mayor, se llama Law, yo soy Penguin, mucho gusto.

Dijo el joven castaño estirando su mano, presentándose cordialmente, obvio creyendo que hablaba con él.

“¿Eustass-ya?”—mencionó el moreno.

Kid se quedó pasmado al tiempo de la presentación, el enfermero no lo reconocía.

—Penguin… cariño —mencionaba Killer entrando a la habitación atrayendo la mirada del trio dentro —No encontré moka y te traje uno de… ¿Vai…nilla? —agregaba entrecortadamente.

— ¿Él es mi cuñado? — le preguntó Kid.

—No me dirás que… él —señaló al cuerpo de Law —es tu fantasma…

Asintiendo se quedó pasmado, observando sin parpadear.

Penguin se enfurruñó al instante, ¿Así que ese chico pelirrojo era quien no lo quería?, ¿Así que ese joven era el responsable de que su hermano estuviese en ese estado tan lamentable? ¡Kid era el causante de sus desgracias!

— ¡Tú! ¡Todo es culpa tuya! ¡Por tu culpa Law esta así!—le gritó sin importarle nada, encarándolo frente a frente.

—No es…

Un puñetazo calló al pelirrojo. Kid no respondió a la agresión ya que, el rostro del enfermero iba mutando en una mueca dolorosa y llena de tristeza; Law se acercó hasta Kid, y se puso a su lado, e hizo lo único que pudo, sonreírle tristemente tratando de excusar la acción de su hermano.

—Penguin, por favor… cálmate.

Killer lo abrazó con firmeza, resguardándolo entre sus brazos; negaba su acción mirando a Kid, pero el pelirrojo asentía dándole la razón al enfermero.

“No es así” —dijo el moreno — “Esta triste es todo, no lo escuches.”

Los dos presentes físicamente y, un  fantasma rodeaban al pelirrojo.

—También tiene razón Trafalgar —suspiró pesadamente y se acercó hasta el cuerpo—En verdad no sé qué hacer o qué decir para que regreses a lo que eras.

Se quedaron mudos, ya que en ese preciso momento se  armó el rompecabezas.

 Kid y Law no se conocían, el medico llegó hasta él, inclusive sin cuerpo porque necesitaba con urgencia solucionar el problema que mantenía a Penguin en la depresión, por eso, el hecho de que sólo él lo viera, el espíritu de Law buscaba completar su tarea.

—Hola… Hola… —Mencionaba Sachi, el segundo hermano de Law,  — ¿Todo en orden?— preguntó al ver el escenario.

—Por favor Sachi, ¿Podrías llevar a Penguin afuera? No tardo.

—Claro. —respondió sujetando a Penguin por los hombros y caminando con lentitud, dejó a su cuñado y al pelirrojo a solas con Law.

—Bueno, ¿Qué harás ahora Kid?

—No tengo idea, pero, por el momento me gustaría quedarme con él un rato.

—Hablaré con Penguin, así no era como quería que ocurriera esto.

—No te preocupes, es normal que actúe así.

Kid se quedó parado mirando esa vasija. Killer se sintió fuera de lugar al ver como Kid observaba con detalle al medico; salió dejándoles a solas.

“No te preocupes, no es culpa tuya… esta frustrado y, no sabe qué hacer como la mayoría de los integrantes del equipo medico, Eustass….” —Law se paraba a un lado suyo, esperando que lo mirara. —“En verdad no es culpa tuya.”

Kid no supo que más decir así que, tomó la mano del medico con fuerza y la apretó.

“Tienes las manos frías.” —mencionó por inercia el moreno.

—Lamento eso, es por que aquí hace frio, ya sabes…

En silencio se miraron sorprendidos, ¡Law sentía el toque del pelirrojo como si en carne estuviese! Negaba sin mencionar nada.

—Veamos.

Kid frotó el brazo y Law sintió un cosquilleo en el mismo, subió hasta el pecho y, la mano de Kid era pesada pero cálida; se acercó hasta su rostro y lo acarició con el reverso de los dedos, Law ladeó su cabeza disfrutando del suave tacto.

—No sé que mas hacer.

“Ya has hecho suficiente.”—respondió mirándolo de frente y disfrutando de ese toque, ¿Cuánto tenía añorando sentir a Kid? Ya no recordaba, pero ahora, sentirlo y verlo de frente, como solía ser le llenaba el pecho de un ardor que lo obligaban a desviar la mirada por tiempos; reconoció que quizás y sólo tal vez, podría tener una oportunidad de vida con Kid.

Notas finales:

Bueno, las veo el siguiente lunes, ahora si, será cada lunes como lo vengo diciendo jejeje, gracias por leer...


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