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KyuMin | NUESTRO AMOR. por silderella

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Notas del capitulo:

Hola!!! les traigo otro fanfic! ya en "No fue suficiente" aclare que voy a terminar los que subi, pero de a poco, soy practicamente una adicta a los fics y sé lo que se siente que no lo terminen (?)

Tengo muchas historias escritas a medias, la mayoria son KyuMin pero tambien tengo HyukChul, por si les gusta las parejas amorfas, pueden darle amor en el futuro.

Ahora les traigo una historia romantica y con un poco de sufrimiento, en realidad quiero abarcar mas el tema del amor y esas cosas. Espero le den amor y comenten mucho, es de verdad anima a seguir escribiendo. Sin mas que decir les dejo el primer capitulo. 

P.D.: Hay EunMin, a muchas les gusta y a otras no, por eso lo aclaro antes que empiecen a leer. 

Suri <3

 

Cho Kyuhyun, de 24 años ha pasado gran parte de ellos siendo nerd declarado. Tan solo con  diez años descubrió su fanatismo poco saludable por los juegos de consola, durante toda su vida en la primaria fue amante de las matemáticas y eso no cambio en absoluto cuando llego a la secundaria. Sin ser tan sociable como los demás carecía de amigos, él vivía en su mundo donde tan solo importaba a que nivel podría pasar si se quedaba 12 horas corridas jugando. Con la llegada de la adolescencia conoció a Donghae, su gran amigo y confidente, con la nueva amistad formada logro afianzar su confianza e hizo de un grupo de amigos totalmente confiable, entre ellos estaban Ryeowook y Yesung.

En tercer año de secundaria se sentía raro, según él tenía todo lo que deseaba y estaba cómodo con aquello hasta que una duda se sembró en su interior. Sus tres amigos a su edad ya habían estado de novios o al menos habían experimentado su primer beso, pero él no. Tampoco se sentía atraído a nadie, ni hombre ni mujer, no sentía nada. Se preguntó si él era el problema, ¿quizá su apariencia física?

No, era un chico lindo, alto, con grandes manos, esbelto, con el pelo ligeramente ondulado y negro, terminaba de adornar su lindo rostro unos gruesos labios y sus inconfundibles gafas de ancho vidrio. Muchas chicas suspiraban por él, hasta tenia admiradores secretos que nunca se animaron a declararse. ¿Entonces cuál era su problema?

 

A los 17 años, en su último año de secundaria se dio cuenta del motivo. No había encontrado a la persona indicada hasta ese caluroso día de verano.

La puerta se abrió y entro el nuevo profesor de Matemática, que reemplazaría a su viejo y ya cansado antiguo profesor, pero en este caso el chico que entro por esa puerta no tenía nada que ver con aquel anciano que luchaba por no quedarse dormido en clases. Lee Sungmin, tenía 23 años estaba recién graduado y ese era su primero trabajo, de pelo rubio y revuelto, con piel de porcelana, algo bajo, labios acorazados y hermosos ojos entro a su vida para cambiarla totalmente. Paso su último año suspirando, soñando y amándolo en secreto, hasta que un día todo cambio…

 

Ahora han pasado ocho años y ya no es lo mismo que antes, es todo un adulto responsable de sus actos, con un reciente título de Diseñador Gráfico en sus manos y el trabajo de sus sueños, su único impedimento es la falta de seguridad que tiene debido a su poca visión sin sus amadas gafas que lo acompañaron tantos años. A solo meses de cumplir veinticinco empezó los estudios para hacerse esa operación que tanto espero. Lo que no sabe es que esa intervención va a cambiarlo en muchos sentidos.

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Lee Sungmin, caminaba de un lado al otro por su gran departamento que se ubicaba en el centro de la ciudad de Seúl. Estaba nervioso y eso se podía notar en la forma que pasaba sus manos por su cabello revuelto. Se paró frente al ventanal que daba una hermosa vista desde el décimo piso en el cual se encontraba. Ya eran las 20 pm y no había rastros de su novio. Él le dijo que tenía algo importante que decirle, después de  siete años de relación esperaba que el gran día haya llegado, ese en el cual diría “si, acepto”, pero a su vez tenia cierto temor, tal vez lo dejaría, seguro encontró uno mejor que él, eso no sería tan difícil. Sacudió su cabeza para apartar esos pensamientos que le hacían mal y recordó todo lo que pasaron, sin dudas Eunhyuk lo había sacado del pozo en el cual se encontraba aquella época. Un ruido lo saco de esos recuerdos y era el timbre de su casa, ansioso y con el estómago revuelto sentía que el cualquier momento podría vomitar y arruinar toda la velada. Caminó lentamente hasta la puerta de madera roble, saco su llave recordando que su novio había olvidado la suya hoy temprano antes de irse a trabajar. Puso la llave en la cerradura y antes de girarla para abrir pregunto quién era. “Soy Hyuk, mi amor” respondieron, fue inevitable la sonrisa que se formó en sus labios al escuchar la hermosa voz de su chico. Abrió la puerta y se encontró con Eunhyuk y su característico guardapolvo de doctor, se ve que no tuvo ni tiempo de cambiarse, pensó. Cargaba consigo una sonrisa que dejaba ver sus rosadas encías, lo amaba tanto que podría vivir toda su vida viéndolo sonreír y siendo la razón por el cual lo haga.

 

-          Llegue mi amor, perdón no pude cambiarme, pero estaba tan nervioso y decidí improvisar. – dijo Eunhyuk.

Las manos de Sungmin temblaban y solo atino a tomarlo suavemente de la cara y darle un beso, uno profundo que robaba el aire, de esos que había aprendido amar después de unos años difíciles.

-          Yo también estaba muy nervioso y no sé el por qué. ¿Tú lo sabes, no? – dijo separándose un poco.

-          No tienes por qué estarlo, yo sí, yo voy arriesgar todo por esta noche. – respondió acariciando la cara de Sungmin.

-          Yo creo que los dos vamos a ganar. – Susurro sobre sus labios antes de besarlo otra vez.

 

Ya habían pasado diez meses luego de que su novio y ahora prometido le pidiera casamiento, a solo dos meses de el gran día Sungmin no podía estar más feliz, la vida le sonriera y se lo merecía después de todo. Hoy iba a ir a ver  Hyuk a su trabajo, lo pasaría a buscar para terminar de arreglar algunos detalles de su boda, una simbólica ya que en Corea no pueden casarse legalmente, estúpidas leyes, pensó.

Iba conduciendo por las calles próximas al consultorio de su futuro marido, no pasaron ni cinco minutos antes que estuviera frente al hospital donde trabajaba su chico. Salió del auto azul último modelo y se dirigió a la puerta, llego hasta la recepción donde lo atendió Yoona con una gran sonrisa, le agradaba esa muchacha.

-          Señor Lee, espero un segundo que su marido está terminando de atender un paciente. – Le dijo la linda chica.

-          Gracias querida Yoona, pero aun no es mi marido, faltan dos meses para la boda, espero verte ahí – Min le guiño un ojo a la chica que se sonrojo al instante, tan adorable.

-          Oh es cierto, pero creo que han pasado muchos años desde que los conozco y siempre los he visto juntos, es como normal pensar que ya lo son. –Contesto con una tímida sonrisa.

-          Tal vez tengas razón, bueno esperare aquí sentado, espero no tarde mucho.

Por alguna razón Sungmin se encontraba nervioso, no entendía el porqué de su mal estar pero quería vomitar, quizá la ensalada a atún no le había caído bien. Sus manos sudaban sin parar. Luego de unos veinte minutos levanto la vista ya que escucho que se abría la puerta del consultorio de Eunhyuk, su futuro esposo no venía solo, sino que también lo acompañaba una persona que le resulto conocida, sus ojos se abrieron de par en par, y definitivamente quería vomitar, ¿Cómo puede la vida hacerle esto? ¿Por qué Dios lo odiaba? De un momento al otro el mal estar le gano a todo y de pronto todo se volvió oscuro.

 

 

Kyuhyun estaba tan contento, hoy era su última revisión con el oculista, se sentía feliz y nervioso, una mezcla de sentimientos bastante conocida para él pero por otras razones. Su doctor era muy amable y a pesar de casi no tener turnos para esa semana se lo dio porque según él era de carácter urgente, y porque no decir que ya casi eran buenos amigos, cabe destacar que un día el Señor Lee Hyukjae se sentía muy agobiado luego de haber discutido con su novio por teléfono, Kyuhyun no quiso ser imprudente y mal educado pero los fuertes gritos que provenían del otro lado de la puerta del consultorio de su risueño medico lo alertaron de que algo no iba bien. Esa tarde Hyukjae, paso por la puerta realmente muy enojado y le pidió disculpas pero no estaba en condiciones de atenderlo, Kyu era muy bueno para levantar el ánimo así que lo invito a tomar algo para que se relajara, se conocían hace más de cuatro meses, todo ese tiempo se la paso al menos una vez a la semana haciéndose los análisis correspondientes. Aquella tarde fueron a tomar un café a la confitería que quedaba a dos cuadras de su consultorio, charlaron unas horas, para ser exactos dos. Eunhyuk como le había pedido que lo llame ya que tenían confianza le conto sobre su prometido, le dijo que lo amaba pero a veces no estaba seguro que él estuviera realmente comprometido con su futuro casamiento. Kyuhyun se preguntó si ese chico tenia a otra persona, pero prefirió obviar ese tema.

 

Esa tarde de verano a un mes y medio de su cumpleaños veinticinco, entró a la sala de aquel hospital, se sentó luego de anunciarse y espero por su doctor. Cuando llego su turno entro y todo salió bien, ya estaba totalmente seguro que tenía los permisos para hacer su ansiada operación de ojos, esa que espero por años y hoy por fin podía tener la certeza que lo haría. Eunhyuk lo abrazo después de darle los resultados y le dijo que debían festejarlo.

Kyuhyun, camino hacia la puerta seguido por su doctor, estaban charlando un poco antes de despedirse y de pronto se escuchó un golpe seco, sus miradas se desviaron al frente y lograron ver que alguien se había desmayado. Hyukjae, corrió hacia donde estaba la persona en el suelo para ver de quien se traba y ayudarlo. Su paciente fue tras de él y pareció que su mundo daba mil vueltas, lo vio ahí, tirado en el suelo y con los ojos cerrados, se sintió mareado y hasta pensó que era su turno para un inminente desmayo, pero eso nunca pasó, lo único que logro hacer fue quedarse a un costado viendo como sucedían las cosas, viendo como atendían a Lee Sungmin, su único y verdadero amor, por cuestiones del destino los dos en ese momento respiraban el mismo aire. Luego de un trance de cinco minutos escucho algo que realmente no esperaba, su doctor llamaba a Sungmin “mi amor” ahora todo tenía sentido, él era su prometido.

 

 

Notas finales:

¿Les gustó? Dejen sus comentarios!

Nos vemos pronto.

Suri <3


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