-Todo parece indicar que Kouki malentiende todo lo que hago - comenzó un poco exasperado el pelirrojo
-Akashi-kun, me parece que quizá tu manera de cortejarlo no es la adecuada - inquirió Kuroko y le daba un largo sorbo a su malteada mientras la mirada de Akashi seguía fija en el
-Continúa Tetsuya - ordenó
- Si, me parece que Furihata-kun ve todas tus acciones como una forma de amabilidad hacia él y te hacen ver como una buena persona. Porque eso si te puedo decir, que él te ve como una increíble persona -
-Si, pero eso no me basta -
-Tendrás que buscar otra forma diferente - aconsejó Kuroko - Quizá algo más directo- agregó mientras volvía a tomar otro sorbo a su malteada y se escuchó que eran los últimos sorbos que podría darle, y fue cuando volvió a mirar al pelirrojo - pero esto te costará otra malteada Akashi-kun - comentó mientras le acercaba el vaso de malteada vacío
-De acuerdo, si ese es tu precio Tetsuya, estoy dispuesto a pagarlo - diciendo esto se levantó para ir al mostrador y pedir otra malteada doble
-Bien – sentenció el peliazul en cuanto le dio un par de sorbos a la nueva malteada que tenía en sus manos - Ya lo he pensado mejor y voy a hacer que Furihata-kun y Akashi-kun tengan una cita y que nadie pueda interrumpirlos para que te le declares Akashi-kun – le comentó decidido Kuroko y Akashi arqueó la ceja un poco incrédulo
-Y ¿Cómo pretendes realizar esto Tetsuya? – cuestionó
-Tu déjamelo a mí Akashi-kun – diciendo esto vio en el rostro del sexto integrante de la generación de los milagros una sonrisa un poco malévola.
Y en efecto el peliazul había conseguido que tuvieran una “cita” en cuanto le explico por teléfono que dentro de unos días se llevaría a cabo un festival en su preparatoria y había sembrado la idea principal del evento, una subasta de chicas de las cuales el equipo de Seirin carecía y ese sería el pretexto perfecto para promover que Furihata se hiciera cargo de aquel puesto, hecho que no fue muy del agrado de Akashi, sin embargo estaba consiente que él iba a pagar cualquier precio por Kouki
Sin embargo estaba un poco fuera de sus expectativas lo que sucedió en el recinto ese día, cuando vio salir a Kouki de ese telón del escenario su corazón comenzó a latir con fuerza y miraba con cierta lascivia el cuerpo del castaño, se veía increíblemente provocativo, eso no estaba dentro de la explicación de Tetsuya, sin embargo estaba agradecido en que fuera un bonus extra. Se preocupó en extremo cuando vio cómo se cayó enfrente de todos pero vio que se levantó sin problemas, no podía dejar de mirarlo incluso tuvo un contacto visual con Kouki el cual desvió totalmente avergonzado la mirada, lo cual le pareció increíblemente adorable.
Estaba ansioso porque pasara el turno de Kouki, ya quería comprar esa cita con él, pero en ese momento le llamaron de la oficina sobre unos pendientes que había dejado el día anterior. Tomo la llamada un poco irritado cuando vio que lo que había estado esperando en todo el evento estaba a punto de pasar y entonces… el desastre comenzó cuando todos por competencia intentaron quedarse con Kouki, pero lo que más le preocupo fue escuchar que el pelinegro ese, quien era el presidente del consejo estudiantil estaba tomando a su Kouki con demasiada confianza, a lo cual veía al castaño bastante incomodo, intentó deshacerse rápido de la llamada para entrar en la competencia, cuando escucho una oferta por parte del presidente estudiantil y notó como acercaba más al castaño a su cuerpo y definitivamente no aguanto y dijo una cantidad que definitivamente nadie superaría, obviamente todos quedaron callados y nadie objeto nada y así fue como consiguió la cita con el que ahora era su amante.
Soltó un suspiro, no era de cansancio era… de felicidad (?) miró a su costado izquierdo donde en su buro se encontraba una caja no tan grande de regalo, un moño de rojo intenso estaba colgando de el. Con cuidado tomó lo que había dentro de la caja y lo observó nuevamente maravillado por aquella figura de yeso, pintada con increíbles detalles reales. Era su adorado Yukimaru en miniatura, sin embargo seguía impresionado por el trabajo que implicaba tener ese grado de detalle, aquellas manchas que tenía en su pecho, en su lomo, el color de su pelaje. ‘Es increíble’ pensó nuevamente Akashi, incluso aunque había recibido muchos regalos por parte de sus compañeros de equipo, de los socios de la compañía de su padre, de su mismo padre. Todos no tenían ni la más mínima comparación a lo que ahora sostenía en sus mano izquierda.
El esfuerzo que le había costado a Kouki el hacer eso le conmovía de sobremanera, como alguien se había esforzado tanto por él, porque podía notar el grado de importancia del regalo, seguramente le había llevado meses el poder crear esa figura que sostenía, fue cuando giró su cabeza notó como tenía a cierta persona desnuda acorrucada en su pecho, dormía con lo que parecía una sonrisa en sus labios, escuchaba su respiración en total calma y sonrió embelesado mirándolo. Su brazo derecho rodeaba fuertemente el cuerpo de su amante y lo aferro más a él, inclinó su cabeza y beso la frente del castaño.
Eran las 3 de la mañana, su cita ese día había sido un evento que Akashi jamás olvidaría hicieron muchas cosas como una pareja nueva, Kouki le dio aquel regalo que sostenía ahora en su mano, le había comentado que se lo iba a dar por su cumpleaños pero no había tenido oportunidad de entregárselo, así que aprovecho el momento para hacerlo.
Incluso en ese día, fueron al festival en el templo en Tokyo, realmente se la paso muy bien en compañía del castaño, para finalizar invitó a Kouki a pasar la noche con él, en el departamento que tenía en Tokyo y si creía que la noche no podía mejorar, cerró con broche de oro el poder estar de manera más íntima con Kouki, después de verlo vestido de una manera tan provocativa no iba a poder quitárselo de la mente y quería ir más allá lo cual fue increíble.
No tenía sueño, más bien no quería dormir quería memorizar cada detalle de todo lo que paso ese día, desde su madre, no había logrado que algo o alguien lo llenara de un sentimiento así, el sentirse realmente amado y podía sentirlo cuando veía el rostro de Kouki, la manera en como lo trataba, aceptaba cada parte de él sin algún reproche o condición y no solamente lo aceptaba sino también quería por igual todas sus facetas. Porque aquel castaño poseía una inocencia que lo enternecía por completo.
‘Te amo’ – susurró
Tal vez en otra ocasión, en otro momento se lo diría de frente
Pero de algo si estaba completamente seguro, por fin había encontrado algo que valía realmente la pena y por esa misma razón iba a hacer todo lo que estaba en sus manos para proteger eso que quería.
No pudo haber tenido el mejor regalo de navidad: Encontrar y ser correspondido por esa persona especial.
No podía pedir algo mejor que eso.
‘Feliz Navidad’