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Mitad y mitad. por SekushinaNeko

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Notas del fanfic:

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

Aaaaaaaaggggghhh! Deberia estar actualizando mis otros dos fics, pero esta idea me acoso durante semanas, estos dos son mis personajes favoritos de toda la vida, ¿y por que no?

La historia esta dividida en dos, mas que nada porque no estaba segura si algien lo leeria :P Asique si quieren lemon y final deberan esperar la segunda parte.

¡Que lo disfruten! X3

Notas del capitulo:

Todos los personajes son propiedad de la Fox y Matt Greoning, o al menos hasta que dejaron de ser tan graciosos :p

La vida había demostrado ser una cruel perra con él, desde el inicio, nunca había podido lograr ninguna de sus metas, ni hablar de sus sueños, sus más anheladas ambiciones, el fracaso le golpeaba dolorosamente en el rostro, fuerte y punzante, causando más dolor aún que el duro  impacto sobre su nariz al pisar un rastrillo.

¿Cuántos intentos fallidos habían sido ya? Ojala pudiera decir que había perdido la cuenta pero no, todos ellos estaban muy presentes y nítidos, incrustados en su mente y corazón como finos alfileres al rojo vivo. Si tan solo aquel endemoniado mocoso no hubiese arruinado cada uno de sus maquiavélicos planes, la cosas hubiesen sido muy, muy diferentes. Porque si, todos sus males, el inicio de la putrefacción de su corrupta alma tenia nombre y apellido, Bart Simpson.

Maldita la hora en que el destino cruzo a ese engendro infernal en su camino, el, una mente criminal brillante, burlado por un imberbe de 10 años, pero no más, basta de juegos y tonterías, esta vez pondría fin a la rastrera vida de ese gusano, y ¡oh, como disfrutaría rebanándole el cuello! Contemplaría con deleite como la vida se agotaba de su ser con cada gota de sangre carmesí. Ya casi podía saborear la suave dulzura de la victoria, pero claro, primero lo primero, atrapar al pequeño zángano.

Aunque si había algo que realmente lamentaba eso era el estar solo de nuevo, su familia entera le había dado la espalda tras ser liberados, sus padres le habían aconsejado mejor dejar esa malsana obsesión por aniquilar a los Simpson (o específicamente la obsesión con Bart Simpson de una maldita vez), tanto su madre como su padre le habían ayudado por solidaridad, pero una temporada en prisión había sido más que suficiente para la pareja, sus reputaciones y carreras ya estaban arruinadas, solo les quedaba regresar a  su hogar y vivir en el anonimato. Cecil en cambio había sido otro asunto, su “ayuda” había sido una mera excusa para saldar cuentas personales con el primogénito de la familia amarilla, él le importaba un soberano rábano (el muy idiota aun no podía superar el que Krusty lo hubiese elegido como su ayudante) , después de que Bart junto a Lisa frustraran su plan de huir con todos esos millones tras el fraude de la presa, no podía dejar las cosas así, pero luego de ser usado constantemente como saco de boxeo por Snake el menor de los Terwilliger prefirió retirarse con dignidad, o la poca que le quedaba al menos,  ahora se encontraba sin saber (y sin desear saber siendo honestos) donde habría ido a parar su hermano menor. Pero sin duda nunca se esperó el que su adorada Francesca le abandonara, la hermosa mujer se había mostrado profundamente decepcionada de él, avergonzada, para que negar lo que estaba claro, la morena no se podía explicar como un supuesto “genio criminal” con esa malicia palpable que la había enamorado profundamente en primer lugar, era incapaz de deshacerse de un niñito de 10 años, y lo que termino de desencantarla fue enterarse que el hombre no había sido burlado no una, sino muchas veces por un muchachito que a quien le preguntaras era el segundo miembro más estúpido de la familia, lo que dejaba algo más que claro, o el mocoso era más listo de lo que pensaban o el hombre no era tan inteligente como creía, pero la gota que derramo el vaso fue saber cómo se las había ingeniado el niño para librarse de él, ¿Qué le podía importar si el pequeño demonio alaba su voz o genio maligno? Ella sabía que su esposo no estaba bien de la cabeza, pero todos tenían un límite, y ella había llegado al suyo. Por eso en cuanto se vio libre no perdió tiempo de tramitar el divorcio y regresar a su Italia natal, llevándose consigo a su pequeño Gino con ella, jamás permitiría que su hijo se convirtiera en un perdedor como su padre.

Quien sabe, quizá se lo merecía por arrastrar a su familia a sus locuras, pero una cosa estaba clara.

 

Ni poder, reputación o familia.

 

Ya no le quedaba nada que perder.

 

…………………………………………………………………….

 

Otro día, otro dólar, el chico guardo lo billetes en su cartera, odiaba ese trabajo, pero al menos ganaba mucho más que en las hamburguesas Krusty, siempre que se mantuviera en forma todo estaría bien, si bien no era el mejor de los trabajos lo valía si con eso podía pagarse una vivienda decente y no regresar a su antigua casa. Cierto, su relación con la familia se había deteriorado bastante en los últimos años, aunque no entendía por qué tanto alboroto, todos, incluidos el mismo sabían que no llegaría muy lejos en la vida, que hubiese llegado hasta la secundaria era ya un milagro, quien sabe, quizá ellos estaban mejor sin él, porque el definitivamente estaba mejor sin ellos, aunque amaba a Marge y de corazón agradecía que la mujer de cabellos azules siempre lo apoyo, el amor y sobreprotección de esta eran simplemente asfixiantes, jamás la culparía por nada, pero a veces él hubiese preferido que su madre dejase de verlo como su “chiquitín especial” y tomara más enserio sus travesuras que al pasar los años rayaban en la delincuencia. Con Lisa en cambio siempre había tenido una relación de balanza, momentos bueno y malos, una relación de hermanos común, pero desde que la inteligente chica llegara a la pre adolescencia su condescendencia y actitudes pedantes habían terminado por hartarlo, secretamente siempre la admiro por sus valores y creencias, por su gran capacidad intelectual, pero si, lastimosamente la joven no tenía un defecto, sino varios, entre ellos el de creer que era dueña de la verdad absoluta, no porque alguien no comparta tus opiniones se convierte en un salvaje troglodita inculto, ni mencionar  su necesidad casi patológica de ser siempre la mejor en todo, simplemente no podía soportar que alguien la superara en algo, y si bien antes no eran los hermanos más unidos del mundo compartieron un sinfín de locas andanzas, hasta llegaron a ser mejores amigos por un tiempo, ahora en cambio eran dos desconocidos, es más, no le extrañaría que la adolescente hasta se alegrara de que se hubiera ido. Pero si había alguien a quien no extrañaba ni un poco ese era Homer, maldito gorila remedo de padre, ebrio, bruto, torpe y pareciera que cada vez más estúpido a medida que pasaban los años, aún tenía problemas de respiración gracias a todas las veces que ese animal lo estrangulo. Aun no podía entender como una mujer como Marge había terminado casada con alguien como él ¿Qué diablos le había visto?

Qué ironía que la única que no fingía que nunca existió fuera la menor de la familia, Maggie nunca dejo de tratarlo como el hermano mayor al que adoraba por sobre todas las  cosas, siempre que podía se las arreglaba para encontrarse con él a escondidas, el nunca llevaría a su  hermanita por mal camino, lo último que quería era que la pequeña siguiera sus pasos, no culpaba a sus padres por considerarlo una mala influencia, pero la más joven de los Simpson demostró ser una niña muy madura, no podía ocultar su orgullo, Maggie era una combinación perfecta entre Lisa y el, inteligente (no le extrañaría que fuese aún más lista y talentosa que Lisa) pero humilde, poco y nada le importaba ser la mejor, mientras sacara bunas notas para no reprobar le bastaba, y a la vez traviesa y muy bromista, pero a diferencia suya, lo suficientemente sensata para conocer sus límites.

Si, esa era su vida ahora, tal vez no la mejor, pero el mismo nunca se había puesto a pensar en su futuro, al demonio, no se quejaría, al fin podía tomar sus propias decisiones, ¿no?

 

De todas formas ya no le quedaba nada.

 

…………………………………………………………….

 

Sideshow Bob aplasto sus cabellos de palmera por enésima vez, aquellos arbustos apenas cubrían su larguirucha figura, tenía todo listo para concretar su venganza definitiva, solo debía aguardar a que el mocoso saliera de ese mugroso club, una vez fuera debería darse prisa, no quería arriesgarse, por fortuna la gente de Springfield era demasiado imbécil como para hacer algo, solo una ciudad de retardados dejaría llegar a la alcaldía a un ex convicto con tendencias homicidas. Ah, los recuerdos.

Miro su reloj, las 4am la hora en que su némesis salía del trabajo, no en balde había investigado todo lo referente a él, le había costado una cantidad de recursos pero lo valía,  había averiguado cosas muy interesantes, entre ellas que el niño había abandonado su hogar y perdido el contacto con su familia, le caía como anillo al dedo, nadie sospecharía, verdad que aún se veía  con Maggie, pero nada que no pudiera manejar luego.

Oyó unas voces, la puerta se habría y por allí salía el pequeño objeto de su odio, Bob abrió los ojos con sorpresa, si, ese era Bart, pero pequeño era el último de los adjetivos que le quedaban ahora ¿Dónde había quedado el niño regordete que plagaba sus más violentas fantasías? En su lugar había un joven alto y de esbelta figura, su fina camisa blanca y jeans gastados dejaban en claro lo seguido que debía ejercitarse, sus rasgos se habían afilado bastante, su cabello había crecido, ahora en vez del eterno peinado de cepillo los mechones dorados caían rebeldes por doquier, terminando en una pequeña coleta, quien lo diría, Bart Simpson había crecido para convertirse en un joven muy atractivo.

Sacudió la cabeza con fuerza, ¿Qué tonterías pensaba? Por supuesto que el mocoso había cambiado ¡Habían pasado 8 años en nombre de dios! y en vez de perder su tiempo pensando tonterías mejor se ponía en marcha para poner fin a su tormento de una buena vez.

 

Bob: _ Muy bien, hora de jugar. _

 

…………………………………………………………………….

 

Se despidió de su compañero, negándose a que este le llevara a su departamento, tenía ganas de caminar, después de estar durante 5hrs rodeado de olor a tabaco y alcohol le urgía un poco de aire fresco. Sintió un correntaso de aire frio erizarle la piel, la temperatura estaba bajando, miro hacia el cielo, justo para recibir una pequeña gotita sobre su frente, lo que le faltaba, lluvia, mejor se daba prisa.

Tan solo con dar un par de pasos se desato un aguacero del infierno, quedando empapado de la cabeza a los pies, él y su suerte.

 

Bart: _ Diablos._



Las calles camino a su departamento parecían más oscuras y solitarias de lo usual, el joven se volteó al oír un sonido,  una camioneta blanca de gran tamaño estaba justo detrás de él, no le dio mayor importancia, pero cuando pasados unos minutos el vehículo no parecía querer dejar de seguirlo fue cuando se puso realmente nervioso.

¡Maldición! Definitivamente lo estaban siguiendo, y cada vez más y más cerca, la desesperación le invadió el cuerpo y por puro instinto comenzó a correr, mala idea, pues quien fuera que le perseguía acelero al máximo, arrinconándolo contra un callejón oscuro, tal vez tendría el tiempo necesario para regresar y salir de allí, error, pues choco de frente con quien fuera que lo seguía, un tipo con la cara completamente cubierta con un pasamontañas, no tuvo el tiempo necesario de apartarse cuando le rosearon algo en pleno rostro que lo desvaneció directamente contra el frio y empapado asfalto.

El ex ayudante de payaso sonrió con perversidad, al fin, al fin lo tenía, y esta vez nadie podría arruinar sus planes.

 

……………………………………………………………

 

Una gran pesadez le invadía el cuerpo entero, la cabeza se le partía, no podía ver nada, le habían cubierto los ojos con una venda, pudo sentir como lo arrastraban sin mucho cuidado por el suelo, y sin menos tacto aun lo arrojaban sobre una superficie blanda, seguramente una cama. Se incorporó lo mejor que pudo, perfecto, tenía las manos esposadas, ¿Qué más podría pasarle?

 

Bart: _ ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué diablos quieres de mi maldito loco!?_

 

Bob: _ Tranquilo Bart, si yo fuera tu bajaría ese tonito. _

 

El joven hiso una meuca, con poco cuidado la venda de sus ojos fue retirada, pestañeo tratando de acostumbrarse a la tenue luz, frente a él estaba el sujeto alto y delgado con el rostro cubierto.

 

Bob: _ Tiempo sin vernos Bart. _

 

Al oír esa conocida voz el chico no pudo hacer más que abrir los ojos tanto como podía, maldita sea.

 

Bart: _ No me digas que…_

 

Sin dejarlo terminar su frase el mayor se quitó el pasamontañas, los rojos cabellos de palmera saltaron por doquier.

 

Bart: _ ¡Ahhh Sideshow Bob!_

 

Bob: _ Es bueno ver que algunas cosas no cambian. _ Exclamo el hombre con un evidente tono jactancioso.

 

Por su parte una vez superada la sorpresa inicial de volver a ver a su viejo y psicópata archienemigo, sacudió la cabeza ligeramente mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en sus labios.

 

Bart: _ ¿En serio? ¿Tú? ¿De verdad tú?  Creí que después de 8 años ya te habrías olvidado de mí. _ 

 

Bob: _ Oh Bart, yo nunca podría olvidarme de ti._

 

Bart: _ Tranquilo viejo, eso si te lo creo. _ Respondió rodando los ojos.

 

Bob: _ Muy bien, basta de charla, hora de terminar con esto _

 

Bart: _ ¿D-De que hablas?_

 

Sin responder, el mayor saco un enorme cuchillo de detrás de su espalda, acabaría con la vida de Bart Simpson, y nadie interferiría, esta vez gozaría hasta la última gota de sangre.

 

Bob: _ He esperado muchos años por este momento, realmente voy a disfrutarlo, cortar tu garganta y verte desangrarte gota a gota frente a mis ojos. _

 

Bart: _ N-No puedes estar hablando en serio, v-vamos hombre. _ El rubio comenzó a retroceder en la cama tanto como sus esposadas manos le permitían.

 

Bob: _ Estoy hablando completamente enserio Bart. _

 

Con su ya tan habitual sonrisa de demente el hombre se acercó con el arma blanca dispuesto a deslizar su filo por aquel delicado cuello del menor.  Por su parte el adolescente comenzó a sudar frio, tenía que pensar en algo y rápido, aunque pensar no fuera precisamente lo suyo.

 

Bob: _ Maldigo el día en el que te conocí Bart Simpson, desde ese preciso momento mi vida se fue al mismísimo infierno. _ Siseo con una voz cargada de rabia. _ Debí acabar contigo hace 8 años, pero ahora puedo corregir ese error. _

 

Bart: _ E-Espera, espera Bob. _ El rubio retrocedía sintiéndose aterrado por primera vez en mucho tiempo. _ N-No tienes que h-hacer esto, yo de verdad lamento mucho haber arruinado todos tus planes, no tenía…_

 

Bob: _ ¡Silencio! _ Grito con todas sus fuerzas. _ No juegues al niño arrepentido conmigo, no te servirá de nada. _

 

Bart: _ ¡Maldita sea! _ No se le ocurría nada, no sabía que hacer o decir para que parara. _ ¡Tan solo era un niño Bob, un niño y tu un criminal! ¿No pudiste superarlo y seguir con tu vida?_ Ok, quizá aquello no fue lo mejor.

 

Bob: _ ¡¿Seguir con mi vida?! _ En un arrebato de furia el mayor enterró el cuchillo de lleno en el colchón. _ ¡¿Seguir con mi vida, dices?! _ El sonido de la tela desgarrándose le taladro los oídos al imaginar el grotesco espectáculo que sería oir su propia carne desgarrada. _ ¡Intente seguir con mi vida pequeño miserable! ¡Y cuando al fin había conseguido ser realmente feliz llegaron tú y tu familia de trogloditas a arruinarlo todo!_

 

El mayor temblaba ligeramente, se notaba el esfuerzo sobrehumano que hacía por no matar al chico en ese precisó momento.

 

Bar: _ E-Eso es mentira y lo sabes. _ Tartamudeo con la voz quebrada. _ Tu esposa y tu hijo, ambos estaban dispuestos a ayudarte a matarme, a tu mujer no le importo el que fueras un convicto, ¿porque no solo regresas con ellos y me dejas en paz de una buena vez?_

 

Error. Bart supo que realmente había hablado de más al ver el brillo demencial en aquellos ojos apagados, la furia más pura danzando en ese par de pupilas, el muchacho sintió su sangre congelarse cuando una sonrisa de hielo se dibujó en los labios del hombre mayor.

 

Bob: _ Oh Bart, ¿no lo entiendes? No hay lugar al que pueda volver, ya no me queda nada, ni familia, esposa o hijo, absolutamente nada, lo único que me ha mantenido con vida ha sido el odio que te tengo. _

 

Bart abrió los ojos al máximo, procesando la información, ahora lo entendía, aquel hombre ahora estaba solo, todos le habían dado la espalda, su esposa, sus padres y su hermano, al…al igual que a él, los dos, ambos eran unos fracasados, y extrañamente, muy dentro de él, una infinita compasión floreció para aquel hombre que había sido el protagonista de sus más aterradoras pesadillas en más de una ocasión.

El de peinado extraño noto la pena en los irises del adolescente, y algo extraño se removió dentro de su pecho, aquellos ojos azules, brillantes y hermosos, cubiertos por la tristeza, le otorgaban al joven un aire casi angelical.

 

Bob: _“¡N-No, no! Imbécil, no es momento de ser débil ahora, tú lo odias. ¡LO ODIAS! ¡Este infeliz es el responsable de tu miseria!” _ Sacudiendo su cabeza como si con eso pudiese alejar sus pensamientos, desenterró el cuchillo del rasgado colchón con violencia, dispuesto a poner fin al maldito mocoso de una vez. _ ¡B-Basta de tonterías! ¡No necesito de tu lástima! ¿Oyes? ¡Ahora mismo te destazare como la maldita sabandija que eres y con ello mi sufrimiento, mis fracasos, todo mi dolor habrán valido la pena!_

 

Dispuesto a poner fin con la vida del menor empuño su arma, con toda la fuerza bruta que su ira le brindaba.

 

Bart: _ ¿Y de verdad crees que el matarme te dará la paz que quieres?_

 

El afilado cuchillo estaba a escasos milímetros del cuello de Bart, Bob lo vio a los ojos, aturdido por la pregunta, y más aún al darse cuenta de la completa cara de póker del muchacho, nada, no había nada en ese rostro juvenil.

 

Bob: _ ¿Q-Que dices?_

 

El chico suspiro con pesadez, el miedo que tenia se había desvanecido como por arte de magia, ahora entendía ese juego, lo había descifrado.

 

Bart: _ En serio Bob, ¿de verdad crees que matarme te dejara satisfecho? Claro, nada te detiene de rebanarme el cuello ahora, pero ¿y después? ¿Qué aras? Tú mismo lo dijiste, lo único que te ha permitido seguir adelante es tu deseo por matarme, ¿no? ¿Cuál es tu plan? ¿Cómo seguirás con tu vida?_

 

Los dientes se apretaron con furia, ¿acaso ese mocoso con el IQ de un caracol estaba tratando de confundirlo? Con mucha rabia lo tomo de los largos y desordenados cabellos acercándolo tanto a su rostro que sus narices casi chocaron.

 

Bob: _ ¡No juegues conmigo mocoso! _ Se sentía arder, su cuerpo parecía un volcán en plena ebullición, se sentía desarmado, porque en su interior sabía que el desgraciado tenía razón, si lo mataba ahora, ya no le quedaba nada, no a un viejo como él. _ ¡¿Te crees muy listo?! ¡¿Qué sabes de mí?! ¡NADA! ¡NO SABES ABSOLUTAMENTE NAD…_

 

Sus palabras murieron al instante, cuando una cristalina lágrima descendió sobre la sonrosada mejilla de su joven némesis. El mayor no sabía qué hacer, no recordaba haber visto a Bar llorar nunca, jamás, ni siquiera en aquellas ocasiones donde lo tubo cara a cara ya hace 8 años, aquella estampa jamás, ni en sus más locos sueños creyó verla, la de un Bart Simpson indefenso y con sus ojos azules llenos de lágrimas, una imagen que lleno su cabeza con solo una palabra.

 

Hermoso. 

 

 

Continuara...

Notas finales:

¿Segunda parte?


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