Cuando todo terminó Sirius no sabía qué hacer, el lugar se estaba vaciando y a él aún parecía no terminar de entrarle que era libre, ni siquiera podía moverse, parecía simplemente perdido en su cabeza, procesando lo que acababa de suceder, una enorme victoria después de tanto dolor; sonrió y segundos después soltó una carcajada aliviado, levantándose como resorte de la silla, teniendo que volver a sentarse pues sus piernas no le aguantaban, era libre, podía volver con su familia.
Harry no pudo evitar sonreír cuando lo vio, dejando que Lucius lo bajara de donde estaba para ir con su papá Rabastan a que lo cargara, sabía que debían irse de ahí rápido, Remus ya tenía a Draco en brazos y Severus se acercó lentamente a su marido y le dio la mano, entrelazando sus dedos con reverencia, con ansiedad mal contenida., ayudándolo a levantarse. Todos entonces emprendieron el camino de regreso a la oficina de Lucius, que estaba más cerca que cualquier otra, en silencio, disfrutando que al fin estaban, casi todos, juntos.Llegaron a la oficina y entonces todos pudieron reír libremente, el aura de felicidad que los rodeaba no era común pero no iban a quejarse, fue solo entonces cuando Severus tomó el rostro de Sirius en sus manos y le planto un beso necesitado, con amor, con miedo, con pasión, un beso que, durante esos años, había creído que jamás podría darle.
- Iuggh besos en la boca- dijo Harry haciendo una mueca desde los brazos del Lestrange, quien rió divertido ante el rostro molesto de Draco-
Sirius se separó de Severus lentamente dejando un tierno beso en sus labios como una promesa, como una necesidad, mirándolo fijamente a los ojos, perdiéndose en esos negros ojos como noche sin estrellas.
- ¿Significa que estoy perdonado?- preguntó casi sin voz con la esperanza en el rostro.
- Eres un imbécil- susurró Severus dejando que un par de lágrimas de alegría resbalaran por sus ojos, abrazando a su marido- No vuelvas a hacerme esto Sirius,casi me matas.
El mayor de los Black lo abrazó con fuerza, sintiendo su corazón apretarse, había actuado sin pensar cayendo en la trampa de Dumbledore,había sido un idiota y casi había perdido a su familia, al amor de su vida y no iba a permitir que eso sucediera de nuevo.
- No me iré de nuevo Sev, lo prometo, estaré molestándote mucho tiempo más- susurro.
- Oye Sev que monopolizas a mi hermanote y yo también quiero regañarlo- dijo Regulus sonriendo, haciendo que Severus soltara a Sirius lentamente para verse sustituido por Regulus, que lo abrazaba con fuerza.- Eres el mayor idiota de todos Sirius- susurró el menor- Bienvenido de regreso.
- Yo también te extrañe hermanito- dijo Sirius abrazando a su hermano- Es bueno estar de vuelta.
- Papá- la vocecita de Harry se dejó escuchar- ¡Papi me está robando a mi Paddy!
Las risas de los adultos no se hicieron esperar, Draco tenia un puchero en su rostro, no le gustaba que Harry no le estuviera poniendo nada de atencion; mientras Regulus miró a Sirius
- Creo que es hora de que saludes a alguien- dijo apartándose para que Sirius viera a Harry.
Este le sonreía como ninguno lo había visto hacerlo, lanzándose a sus brazos de inmediato, el hombre apenas si pudo atraparlo, sosteniéndolo como lo más hermoso en el mundo, mientras el niño lo abrazaba con adoración.
- Paddy ¡Ya estás aquí! ¡Papá me dijo que yo podía ayudar! Y yo quería verte, así que fui bueno, ahora vas a estar con nosotros ¿verdad Paddy? ¿No me vas a dejar otra vez verdad?- el niño parecía inseguro- Ni siquiera por ese señor que te dio beso en la boca ¿o si Paddy? Porque no quiero que me dejes…eres mi Paddy…
Todos sintieron derretirse ante las palabras del niño, era obvio que estuviera más pegado a su padrino y Sirius solo sonreía ante la verborrea marca Potter.
- Para tu tren, Prongslet- dijo Sirius acariciando la espalda del niño- Fuiste muy bueno en ayudarme cariño, después te lo compensare ¿si? No voy a dejarte de nuevo, eres mi pequeño ahijado y nadie me va a volver separar de ti, ¡Soy tú Paddy! Y ese señor que me beso en la boca es tú otro padrino- dijo calmado- Severus Black- un gruñido lo hizo sonreír- Snape, él te cuidará también y seguro te enseñaré muchas cosas, somos una familia Harry.
El pequeño ojiverde sintió un calorcito en su pecho para girar a ver a Snape, quien le sonreía de lado, lo observó bien, su rostro definitivamente era más joven y menos pálido, Harry creía adivinar que era porque no pasaba tanto tiempo en las mazmorras, también su cabello había cambiado, seguía largo pero era bastante bonito y arreglado, mientras que sus dientes estaban blancos y rectos, seguía vistiendo todo de negro, pero supuso que eso quizá cambiaría un poco con el tiempo.
- Mi nombre es Harry- dijo el niño ofreciéndole su mano- Harry Marvolo Riddle Potter Lestrange Black- dijo sonriendo-
- Mi nombre es Severus Snape…de Black- dijo el hombre dándole la mano con firmeza pero sin lastimarlo- Y soy junto al pulgoso- el quejido de Sirius no se dejó esperar, pero lo ignoro- tu padrino.
- Es un placer- dijo Harry calmado- Draco dice que usted es genial.
Snape sonrió divertido cuando el rubio comenzó a afirmar que no había nadie mejor que Severus excepto Lucius y Remus.
- Espero que dentro de poco tú pienses lo mismo- dijo sonriendo al pelinegro-
- Solo si tiene chocolate- afirmó Harry jugando, dejando que Snape lo tomase en brazos, sintiéndose tranquilo.
- Me lo pensaré-dijo el pocionista sonriendo, pero fueron interrumpidos por los grititos mal contenidos de ambos Merodeadores al abrazarse.
Ambos hombres estaban hablando al mismo tiempo y al parecer solo entendiéndose ellos dos sin dejar de abrazarse o tocarse en todo momento, sus magias bailando entre todos, contagiándolos de esa energía que hizo a Harry reír quedito ante el cosquilleo que le causaba y la alegría que le daba ver a ese par jugar como cachorros ruidosos; duraron así un par de minutos hasta que lograron calmarse fundiéndose en un abrazo largo y callado que ambos necesitaban…habían sido traicionados por un miembro del grupo y perdido a su queridísimo James, necesitaban el apoyo del otro.
- Lamento no haber estado ahí Remus.
- Fue horrible Sirius, sentí que perdía a mi manada, a mi familia, sentí tanto miedo; no sabía que había pasado, era luna llena y yo…- suspiro- Por un momento llegué a creer que tú nos habías traicionado
- ¡Nunca! Prefiero morir a traicionar a mi familia, fui un idiota y los deje solos, debí pensar en todos, no solo en mi y en haber perdido a Jamsie y a Tom - dijo Sirius calmado- Ahora…presentarme a ese rubio ahijado mío sonrió- ojalá no se parezca al idiota de tu marido.
Harry se sorprendió, algo dentro del (como a cualquier niño) le decía que no, que Sirius era suyo, su padrino, y aunque quisiera a Draco, no iba a compartir a su Sirius, por lo que hizo una mueca que no pasó desapercibida por Rabastan quien sonrió de lado, el pequeño Harry era igual a Tom, demasiado celoso y posesivo con las personas a las que amaba, mientras tanto Draco se quejo en voz alta sobre que su papi era muy bien parecido, Sirius giro a verlo, estaba en brazos de Lucius, quien le miraba ofendido, la sonrisa del mayor de los Black fue indescriptible, el pequeño rubio le recordaba a su amigo Remus,
- ¿Por qué no vamos a que te des un baño que falta te hace y almorzamos?- pregunto Remus- en el almuerzo puedes conocer a Draco…
- Genial… ¿en casa de quien?
- En la nuestra- dijo Regulus- esperando lo mejor ya había ordenado que se hiciera todo, ahí tú y Sev podrán descansar un par de días antes de tener que volver a sus respectivos puestos…y estarás cerca de Harry.
- Si…aunque no me queda claro porque mi ahijado se queda con ustedes y los llama padres…cuando Tom y James vuelvan…
- Eso puede tardar años Sirius- dijo Lucius calmado hablando por primera vez- Y Harry merece tener figuras paternas que lo adoren como lo hacen tu hermano y Rabastan, el niño sabe quién es, ellos no han intentado quitarle su identidad como Riddle/Potter, además la magia del niño ya se mezclo con la de la casa Lestrange, mágica y legalmente el niño es suyo hasta que aparezcan los padres.
Sirius miro al oxigenado…Lucius y suspiro
- Bien, bien…entonces vamos, llevo 3 años sin un baño y lo mismo sin una comida decente…tengo un ahijado que conocer y una cama por probar…
No podían aparecerse en la casa Lestrange por esas chimeneas, por seguridad habían establecido que solo la chimenea de Rabastan los llevara a sus mansiones, así que salieron ya más tranquilos, solo para encontrarse con la orden del fénix atacando el ministerio en busca de liberar a Dumbledore, inmediatamente todos sacaron sus varitas para defenderse, sobre todo de los más experimentados como Alastor Moody o Shackelbot, quienes parecían haber estado esperándolos, Harry estaba ahora en los brazos de Rabastan y se había encogido, estaba realmente confundido e intimidado; sobre todo al ver a todas esas personas en las que en algún momento creyó..aquellas que le habían sonreído tan amablemente una cantidad de veces que no podría terminar de contar, veía a los Weasley y a varios que realmente no conocía por que lo tenían bastante limitados en sus sociales, pero no pudo evitar un gritito de terror cuando vio un rayo morado acercarse a Remus y desplego sin querer su magia en una burbuja protectora para todos los que quería…el no lo notaba, estaba aterrado y no quería perderlos, llamando la atención de todos, deteniendo la pelea unos minutos; su aura era en ese momento puramente gris, algo que no se había visto nunca, pero el cese fue momentáneo, todos en la orden comenzaron a atacarlos y la magia de Harry resistía cada hechizo, incluso los más obscuros, haciendo, con estos últimos que su aura se fuera obscureciendo poco a poco, Rabastan lo sujetaba con fuerza porque sentía que Harry comenzaba a levitar y temía, temía por su pequeño niño que tenía los ojos cerrados y parecía concentrado en algo…como si le doliera la cabeza e intentara contenerlo.
La gota que derramo el vaso fue cuando alguien lanzo un Avada Kedabra, haciendo que Harry abriera sus ojos, dejando ver un rojo intenso en ellos en lugar del verde característico, zafándose de los brazos de un sorprendido Rabastan, se situó frente a su nueva familia, nadie iba a hacerle daño a los suyos, un aura casi mortal se desprendía de el, que giro a donde Moody…oh…el se encargaría de esa vieja cabra que en su momento había podido salvar a Sirius y lo dejo caer en el velo, estiro su manita hacia el y lo hizo levitar, parecía estar ahogándose por los ruidos que el auror soltaba, haciendo que el niño sonriera casi como si estuviera viendo un muy divertido asunto.
- No voy a dejar que nadie toque a mi familia…- susurro calmado- Les dejare eso en claro- hizo que varios de ellos flotaran para divertirse girándolos como s no fuera nada, haciendo que sus varitas cayeran- Todos ustedes… "magos de luz" pagaran todas las vidas de personas honradas que han quitado por sus ambiciones y maniobras…- una sonrisa tétrica salió de Harry haciéndolo más terrorífico, mientras que algunos empezaban a desaparecer, no queriendo averiguar lo que haría ese pequeño niño- Pagaran por mis padres, pagaran por mi…pagaran por mi familia…pagaran por todo lo que han hecho…
Varios gritos no se hicieron esperar, aparentemente no les sucedía nada, pero sus gritos eran desgarradores; todos se quedaron congelados, la magia era abrumadora, era obvio, a los magos blancos les estaba costando respirar, mientras que los magos oscuros sentían su magia renovarse, algo que solo habían sentido cuando Voldemort daba pequeñas muestras de su poder, Harry lo estaba disfrutando, jamás había dejado su magia fluir así y aunque le gustaba temía, temía poder hacerle daño a los suyos, empezó a soltarlos, uno por uno para dejarlos caer, sintiendo como su aura se iba reprimiendo poco a poco…sin notar que varios tomaban sus varitas entre sus manos, sus ojos estaban aclarándose y estaba bajando sus defensas, bajo a Moody de modo rápido, no podía sentir los dedos ahora…cerro los ojos para calmarse; fue entonces cuando sucedió, Moody levanto su varita y lanzo la maldición asesina, golpeándolo directamente, haciendo que todo se hiciera obscuro para él, sabía que seguía vivo…pero de nuevo podía escuchar los gritos de James, mezclados con los gritos de sus nuevos padres y de todos los demás.