El Taxista
-¡Haa! ¡Qué aburrimiento!- se quejó ruidosamente un rubio inquieto.
-Sí, la verdad hoy no fue tu día- dijo uno de sus compañeros de trabajo, el rubio notó ese leve toque de burla en su amigo, un chico de cabello castaño con colmillos afilados y triángulos rojos adornaban sus mejillas.
-¡Cállate Kiba!- le reclamó antes de darle un golpe en la cabeza. Naruto se alejo de al lado de su amigo y se recostó en el auto que utilizaba para ganarse la vida.
Naruto estaba molesto, muy molesto, en todo el día solo pudo dar vueltas por toda la ciudad sin alguna ninguna compañía, era como si todas las personas se pusieran de acuerdo para no tomar un taxi ese día, dejándolo a él sin trabajar y muy aburrido por no tener una buena conversación con cualquier cliente.
Se tomó la cabeza y con desesperación se revolvió el cabello, si no hacia algo rápido terminaría volviéndose loco.
-Que problemático, calmante Naruto, pareces loco- dijo con pereza el otro individuo que los acompañaba, Shibamaru se rascó la cabeza totalmente desinteresado ante la mirada molesta de su rubio amigo.
-¡No puedo soportarlo!, voy a dar una última vuelta y luego me voy a casa, ¡Adiós!- se despidió abriendo la puerta de su auto para subir en el, lo encendió y arrancó a cualquier lugar de la cuidad.
Narra Naruto
Luego de unos 10 minutos transitando por las calles sin nada interesante que hacer, pare un momento para relajarme y escuchar algo de música. Ya estaba ya dispuesto a irme a casa cuando un brillo extraño me llamo la atención. Era la pulsera seguramente de plata de una persona, al ver su cara, por un momento pensé se trataba de una mujer pero, cuando lo detalle bien me di cuenta de que en realidad era un hombre.
Vestía una camisa azul media noche ajustada a su figura, era delgado y algo marcado, en su hombro izquierdo colgaba una chaqueta de cuero negra, sus pantalones también eran ajustados y de cuero, demasiado ajustados, incluso retomé mi incógnita de si era un hombre o una mujer, es que ¡Dios!, esas piernas eran perfectas, la verdad nunca me había acostado con un hombre pero esta no era la primera vez que deseaba hacerlo. Por último tenía unas botas negras. Su mano derecha estaba extendida tratando de llamar la atención de algún transporte que lo llevara, pero solo pasaban de largo. Tenía el seño fruncido y sus ojos estaban cristalinos. Pensé que en cualquier momento lloraría.
Me acerqué a él lo cual hizo que reaccionara y se subió de inmediato al auto dando un largo suspiro, lo miré por el retrovisor y me di cuenta que su piel era extremadamente pálida, yo pensaba que como estaba debajo de un poste de luz su piel se veía de ese tono, pero de cualquier modo, combinaba perfectamente con su cabello azabache y sus ojos del mismo color.
-¿A dónde?- le pregunté con una sonrisa, el seme quedó mirando por unos segundo y luego volvió a desviar su mirada hacía la ventana.
-A donde sea está bien, no tengo a donde ir por ahora así que demos una vuelta- dijo con tranquilidad sin despegar la mirada del cristal, su voz era grave pero eso no le quitaba lo cautivador, es más, cada parte de él combinaba a la perfección.
Arranqué el auto nuevamente y vi que ya eran las 10:40, no tenía apuro en llegar a casa, después del todo la relación con mi esposa no era muy buena, y además, seguro ni está en casa. La voz de la persona detrás de mi me saco de mis pensamientos y yo le di una corta mirada desde el retrovisor.
-Soy Sasuke Uchiha…Un gusto- dicho esto cruzo sus piernas mientras de su chaqueta sacaba un cajita y de ella un cigarrillo, con algo de apuro saqué un encendedor que tenía en mi bolsillo y le ofrecí el fuego, mi mano temblaba un poco, no lo miraba por estar pendiente del camino pero todo mi cuerpo tembló cuando tomó mis manos entre las suyas y encendió el cigarrillo, cuando dejé de sentir sus manos volví a guardar el aparato.
-Ah, Soy Naruto Uzumaki por cierto, el gusto es mío- Le dije mirándolo por el retrovisor- Y…Si no le molesta, me preguntaba ¿Por qué lloraba, Sasuke?- deje de mirarlo y fijé mi merada en el camino.
-No estaba llorando- me respondió de inmediato.
-Pude ver la angustia en sus ojos Sasuke, podría jurar que soltaría una lágrima si yo lo hubiese ignorado como hacían los demás taxistas- deje tranquilamente con mirando el semáforo, ambos nos quedamos callados por unos segundos, como no respondió nada mire hacia atrás aprovechando que aun estaba en rojo y vi su rostro sorprendido, sonreí ante su expresión y volví a retomar el camino.
-Me impresiona lo observador que es Naruto, pero aun así no estaba llorando- dijo orgullosamente, o eso me decía su tono de voz-…Su nombre es Pain, es el dueño de muchos de los hoteles de esta ciudad. Vivía perfectamente desde que comenzó nuestra relación pero, últimamente había estado actuando extraño y, bueno… acabo de verlo engañándome con una mujer- dijo recostando su cabeza en el cristal de la ventana mirando a través de ella, no pude evitar pensar que era hermoso.
-Bueno, si le doy mi opinión, el no debió hacer algo como eso. La relación con mi esposa no es muy buena que digamos pero aún así no he pensado en engañara aún- sonreí ante mi última palabra- Pero si ese tipo no lo quiere a usted, no merece de su sufrimiento Sasuke. Pero si en algún momento usted decide que merece una lección, aquí estaré yo para servirle- le sonreí mirándolo por el retrovisor nuevamente, me dedico una media sonrisa que me hizo tener un escalofrío por todo el cuerpo. Realmente me encanta este hombre.
-Yo…- siguió hablando- Entré en la casa porque no respondía mis llamadas y pensé que le había sucedido algo, pero entre y vi que besaba y abrazaba a un mujer, la chica no era extravagante, es más, todo lo contrario, sencilla. Pensé que lo quería solo por su dinero y decidí que descubriera sus intenciones él mismo, y que si vuelve a mí, hare que bese el maldito suelo- sonrió mirándome aún recostado en la ventana, era tan cautivador que me costaba trabajo poner atención al camino.
-Dobla en esta esquina y sigue derecho, iremos a mi casa, después de un par de copas veremos i pasa algo interesante- otra vez esa sonrisa de lado que me perdía completamente.
-Como usted ordene- le dije atendiendo a sus instrucciones.
-Naruto, puedes llamarme solo Sasuke, la formalidad no es necesaria- dijo.
-Entendido- fue lo único que dije.
Después de unos minutos de recorrido, paramos frente a una casa inmensa, hermosa, me dejó con la boca abierta. La entrada repleta de flores que se veían hermosas bajo el brillar de la luna. Definitivamente la casa que ni en mis sueños más perfectos pudiera yo tener.
-Hey, no te quedes ahí parado Dobe, no tengo toda la noche- dijo casi frente a la puerta.
-¿¡A quién le dices Dobe, Teme!?- me irrité un poco por la palabra que usó para referirse a mí y contraataqué inmediatamente.
-Vamos, solo entra- dijo abriendo la puerta, me llevó y esperé a que el trajera unas copas y una botella de alcohol, si la casa esta hermosa por fuera, aun más me pareció por dentro, estaba completamente maravillado. Cuando Sasuke ya estaba frente a mí, comenzamos a beber.
Después de un rato empezamos a hablar de cosas triviales. Ya estaba un poco mareado, no mucho, pero lo suficiente como para que mis pensamientos no fueran lo suficientemente coherentes para no cometer una locura.
-La verdad la primera vez que te vi pensé que eras una chica- le confesé tomando otro sorbo de la copa-
-¿Así? ¿Y te parecí linda?- me interrogo con un toque provocativo.
-Hermosa- me acerque un poco más a él y el hizo lo mismo.
-¿Y ahora?- prácticamente nos estábamos desnudando con la mirada.
-Sigues siendo irresistible- después de decir eso comencé a besarlo con desespero, sentí sus brazos alrededor de mi cuello y yo puse mis manos en su cintura. Alcé un poco su camisa tocando levemente su torso, su piel era suave, sin darme cuenta alzaba cada vez más su camisa hasta alcanzar sus pezones con mis manos, se estremeció ante mis caricias soltando un suspiro, y yo me separé de sus labios para degustar su cuello, tan dulce y lento como su de ceda se tratara, los suaves jadeos que soltaba y la manera en la que se dejaba llevar era tan excitante que mis instintos se despertaban y no quería pensar en nada que no fuera tenerlo entre mis manos gimiendo mi nombre.
Termine retirando su camisa, lo recosté en la alfombra y pude ver su torso por completo, pase la yema de mis dedos por su abdomen y él se removió un poco, lamí y mordí su cuello y pecho dejando algunas marcas, que a mi parecer, se veían estupendamente sobre su piel pálida.
Me dispuse a quitar su pantalón, el solo miraba impaciente como lo desvestía lentamente, cuando termine de quitar cada prende de ropa sobre su cuerpo, quede completamente perplejo, sus piernas eran hermosas. Blancas, delgadas y firmes, tomé una de ellas y la lleve cerca de mi cara, bese su muslo cerca de la rodilla sin dejar de mirarlo, el se estremeció y mi lengua recorrió el mismo lugar donde posé mis labios para luego encajar mis dientes, él se quejo un poco con sus mejillas rojas, y sus ojos entreabiertos. Mi lengua corrió desde ese lugar está llegar a la base donde estaba su miembro ya despierto. Sin esperar un segundo engullí todo su miembro en mi boca, Sasuke gimió, algo grave, pero mucho más agudo que su voz natural. Comencé a mover mi cabeza en un ritmo rápido y constante, sus manos fuertemente se aferraban a mi cabello con la intensión de calmar su euforia, nada coherente lograba salir de sus labios, apenas y podía entender mi propio nombre entre tal mar de gemidos.
-N-Narut- Ahh…E veng-ahh… mgh- se aferro a mi cabello, logre adivinar en sus incoherentes palabras que iba a venirse, así que aumente la velocidad y chupé más fuerte si miembro saboreando como terminaba dentro de mi boca, lo traje obviamente, no iba a desperdiciar tan esencia.
Narra Sasuke
Mi cabeza daba mil vueltas, no podía concentrarme en lo que hacía, mi tumbé en la alfombra con la intensión de calmar mi agitada respiración, aunque me cueste admitirlo este Dobe sabía muy bien lo que había.
-Gracias por la comida~- pude notar perfectamente el tono burlesco de sus palabras, pero la verdad no tenía ganas de reclamarle, así que solo mire a otro lado sintiendo mis mejillas arder un montón.
Ya un poco más calmado, solo un poco, sentí que Naruto alzaba mis piernas y la puso en sus hombros, de inmediato sentí dos dedos dentro de mí y se me hizo imposible ocultar un gemido de gozo, soy sensible, lo admito.
-Eres muy sensible, Sasuke, ¿te lo han dicho?- dijo mirándome con completa burla y lujuria.
-Tsk…- chasqueé mi lengua retirando mi mirada de la suya, este chico era tan molesto y encantador a la vez.
-Qué lindo~- volvió a decir con una sonrisa.
-C-Cállate y sigue imbécil…- le reclame ya fastidiado.
-Cómo ordenes~- comenzó a mover sus dedos con la mínima delicadeza, pero la verdad de sentía muy bien, no me gusta lo gentil.
No paso mucho antes de que el Dobe sacara sus dedos de mí, suspire con pesadez al sentir algo de vacio pero luego sentí otra cosa dentro de mí. Arqueé mi espalda gimiendo por sorpresa cuando entró en mi con un como movimiento, tan torpe.
-Eres…Un bruto- pude decir con algo de dificultad por el leve dolor de mi parte baja, se quedo quieto unos segundos y luego arrugué un poco mi nariz, ¿Por qué era yo el único desnudo?, con algo de dificultad estire mi mano hasta la manga corta de su camisa y la jalé un poco.
-Quítatela…- susurré apenas audible, pero sé que me escucho.
-Ha, Lo olvide jaja- rio un poco, se veía tan tonto pero al final se quito la camisa naranja con detalles negro que traía, cuando vi lo que había debajo de su camisa mis mejillas ardieron aun más. ¡Él era realmente apuesto!, sus brazos marcado, su abdomen firme y también marcado, su piel levemente bronceada combinaba a la perfección con su rubio cabello alborotado, junto con esa mirada azul cielo tan hermosa y penetrante. Si hubiera sabido que esta clase de hombros existían, no estuviera con ese imbécil de Pain.
Al estar perdido en mis pensamientos me sorprendió completamente el que Naruto me embistiera con fuerza, después de esa vino otra, y otra, y otra. Se sentía increíble, de verdad era como si supiera justamente donde tocar para enloquecerme. Me aferraba a su espalda desesperado sin poder dejar de gemir, me conocía tan bien que no pareciera que nos acostáramos por primera vez.
Paso un rato largo, el terminó, yo termine de nuevo y ahora estábamos ambos tumbados en la alfombra tratando de regular nuestras respiraciones.
-Eres…increíble- susurró con una sonrisa y la respiración agitada.
-Yo…debería decir lo mismo- dije de igual forma- Voy a…buscar algo de agua… ¿Quieres?- me senté y tome mis Bóxers.
-Claro- al decir eso no me miro, sino que miraba toda la casa como un niño que va por primera vez a un zoológico.
Me levanté yendo a la cocina y tomé dos botellas de agua, tenía tanta sed que no espere en llegar a la sala para beberla, cuando estuve de nuevo con Naruto mi botella ya iba un poco mas debajo de la mitad. Volví a sentarme y le di la botella al Dobe.
-No entiendo cómo puedes quejarte de una mala relación con un rico, ¡Tu casa es increíble!- dijo totalmente emocionado.
-Si… Pero eso no quita el sentimiento de soledad- dije jugando un poco con la botella y luego le di otro sorbo.
-Bueno si, es impresionante pero si es algo solitario… Pero es mejor que mi situación. Yo puedo ahogar mis penas en cualquier Bar o mi propio auto con tan de no llegar a mi casa, mientras tanto, tu aquí en esta mansión- después de decir aquello que me dejo algo pensativo bebió la botella casi por completo de un solo sorbo. Al separar la botella de sus labios una escurridiza gota de agua bajaba por su barbilla, en un impulso pase mi lengua desde su barbilla hasta sus labios comenzando un beso nuevamente, del cual me separe después de unos segundos sentándome de nuevo sobre la alfombro. Tomé un cigarrillo de la mesita que allí se encontraba y lo encendí dándole un jalón de aire.
-Vamos a donde él está, no quiero que piense que lo necesito o que me importa- iba a darle otro jalón al cigarrillo pero Naruto se me adelantó tomando mi muñeca y guiándolo a su boca, luego soltó mi muñeca y vi como el hubo salía elegantemente de entre sus labios.
-Con gusto lo haré- me sonrió con algo de picardía- Pero ¿Cómo sabes dónde está?-
-Cuando peleamos siempre va al mismo lugar, y no me sorprendería que ya la haya llevado a ella a ese lugar- dejé es cigarro en el cenicero y comencé a vestirme, el hizo lo mismo y salimos en camino a el bar, esta vez fui adelante en el asiento del copiloto, una sonrisa adornaba mi rostro y una que otra vez el Dobe y yo cruzábamos miradas cómplices.
Narración Naruto.
Ya llegando al bar solo tuvimos que enseñar la tarjeta VIP que tenía el Teme y listo, entramos.
Ambos caminábamos por el bar buscando al sujeto que yo aun no conocía, o al menos no por mucho tiempo.
-Ahí está- mencionó Sasuke mirando a un hombre con cabellera naranja.
-¿El que está en la esquina?- pregunté para estar seguro.
-Sip, ese mismo pero…No veo a la chica que… Oh, allí esta- exclamo cruzado de brazos. Volteé de inmediato para ver a la chica pero me sorprendí demasiado cuando vi quien era esa chica de cabello rosado que en este momento se acerco a él tal “Pain” y le planto un beso en los labios.
-…aruto, ¡Naruto!- grito Sasuke enfrente de mi devolviéndome a la realidad- ¿La conoces?- pregunte con un leve seño fruncido por el aparente interés que demostré ante esa “chica”
-Como no conocerla, Sasuke, ¡Ella es mi esposa!- no podía crees que de verdad fuera ella, de todas la mujeres que hay en esta ciudad, mi esposa tenía que ser la amante de la ex-pareja de mi amante, de verdad no puedo crees lo pequeña que es esta ciudad.
-Oh, esa cambia muchas cosas~- dijo con burla.
-Cállate- no pude evitar sentir rabia mientras miraba lo acaramelados que esos dos estaban, podía imaginarme todo me nos que Sakura me estuviera engañando.
-Vamos no te enojes, no la necesitas a ella y yo no necesito a ese imbécil. Te tengo a ti y tu a mi ¿No?- al terminar esa oración me tomó del cuello y me dio un beso para separarse apenas y sonreír- Vámonos de aquí, volvamos de nuevo a mi casa…- susurro con cierta lascivia que me dio cuenta me encanta.
-Como usted ordene, amo- lo tome de la cintura y lo saque de ese lugar y volver a su casa para pasar el resto de la noche juntos.
Después de esa noche pasaba mucho menos tiempo en mi casa, y cuando lo estaba no le decía media palabra a Sakura y a ella no le importaba al parecer, jugando a engañarme con un niño rico que solo piensa en sí mismo. La verdad, me sentí un poco traicionado y ofendido cuando los vi juntos a los dos en el bar, a saber desde cuándo me ha estado engañando, pero de inmediato Sasuke me hizo olvidarme de todo.
***
Eran la diez con treinta y yo conducía en mi auto sin ninguna preocupación, volvía a esa misma esquina en donde había conocido a Sasuke por primera vez, ya llegando una figura escura emergió de entre mas sombras y entró al auto en total silencio sentándose en la parte trasera del auto.
-¿Hacia dónde?- dije con picardía mirando por el retrovisor.
-Solo…Demos un vuelta- dijo Sasuke alzando su rostro mirándome con una media sonrisa. Enseguida arranqué el auto a toda velocidad. La noche un era joven y quien se imaginaría que un simple taxista terminaría el resto de la noche con el único y inigualable…Sasuke Uchiha.
-…*~FIN~*…-