¿Es mi hija? por Graim1004

 ¿Qué?

-Kise-kun, Aomine-kun volvió- él peliceleste lo estrujo más en sus brazos.

¿Qué es lo que está diciendo?, ¿Por que sientó que me falta el aire?- recargó una mano en su coche mientras que con la otra se la llevó a la cabeza- Kurokocchi- susurró con un hilo de voz.

-Hace dos días le llamó a Kagami-kun para invitarlo a jugar basquet, nos extrañamos por eso pero pensamos que sólo venía de visita...fuimos al parque, nos lo encontramos junto con Momoi-san y nos dijeron que apenas se habían mudado un mes cerca del trabajo de Aomine-kun- sintió que se le revolvía el estomago por las palabras del menor.

- Momoicchi es...s-su novia- se giró, tomó el rostro del ojiceleste en sus manos para verle los orbes fijamente.

-Kise-kun...ellos estan comprometidos, se van a casar en unos cuatro meses- Se separó de Kuroko con brusquedad, iba a subirse a su auto pero el menor le agarro su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

-Ese maldito- musitó el rubio- ¿Qué haré Kurokocchi?, ¿Y si se llega a enterar?, me quitará a mi bebé- su respiración comenzó a ser irregular, empezó a sudar frío y temblar ligeramente.

-Tranquilizate, nada de eso ocurrira- dijo el menor con firmeza- no pienses de más Kise-kun- fruncio el ceño, el más volteó a verlo, miro esos orbes llenos de determinación ,se sintió un poco más calmado.

-Tienes razón, creo es hora de que me vaya a mi trabajo- se acercó y dio un suave abrazo a su amigo- nos vemos al rato Kurokocchi- dijo mientras se subía a su porshe y le regalaba una sonrisa sincera.

Kuroko se giró para entrar a la escuela y dar sus clases a los pequeños.

-Mami, ¿Podemos ir al parque?- preguntó Hikaru mientras jalaba del suetér azul claro de Kuroko.

-¿Sí tío Kudokocchi-sensei, por favor?- Aoi hizo un lindo puchero mientras abría más sus ojos.

-Aoi-kun no hagas tú carita de perrito bajo la lluvia- giró su rostro levemente sonrojado, la pequeña era igual al rubio- Hikaru-kun sabes que hoy pasará por ti tú papá, a él es al que tienen que convencer.

-¿Convencerme de qué?- preguntó un pelirrojo entrando al salón de clases.

-¡Papá!- gritó feliz Hikaru mientras se le abalanzaba.

-What´s up campeón- sonrió, luego alzó a su hijo en el aire y volvía a colocarlo en el suelo.

-Hola tío Kagamicchi- saludó la pequeña mientras le daba la mano al peliceleste para acercarse.

-Hola princesa- cargó a la rubia y depositó un beso en su mejilla- ¿Cómo estas mi amor?- se acercó a su esposo para darle un beso rápido en sus labios.

-Bien Taiga-kun- agachó su cabeza avergonzado.

-Papá deja de darle amor a mamá y llevanos al parque ¿si?- el pequeño giro su rostro con las mejillas ruborizadas.

-¿Podemos ir tío Kagamicchi?- volvió a hacer su carita Aoi.

-Sabes que no me puedo negar a esa carita Aoi- pellizco su nariz juguteón- Esta bien podemos ir, si quieren vayan adelantandose y me esperan en la entrada mientras yo ayudo a Kuroko- bajó a la menor, se acercó al peliceleste para ayudarlo.

-Si- dijeron al unísono los menores, Hikaru tomó la mano de la rubia cuando estuvo lista y la jaló hacia la salida.

-No es necesario Kagami-kun ve con los pequeños- dijo dandole la espalda.

-¿Seguro?- se acercó a su esposo, colocó su manos en la cintura y repartió besos desde su nuca hasta llegar a su oreja.

-S-sí- jadeó Kuroko, se separó del más alto, dejo un castoso beso en sus labios para empezar a empujarlo a fuera del salón.

Kagami soltó una risilla al sentir que su esposo lo sacaba a empujones, se acercó a los menores, colocó las mochilas en sus hombros, después les tomó las manos y se dirigieron al parque. Los pequeños hicieron una carrera par ver quien llegaba más rapido a los juegos, mientras que el pelirrojo decidió sentarse en una banca para relajarse.

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-Tsk, ¿Por qué me mandan a ver el parque?, no soy niñera para hacer estas estúpideces- decía para si mismo un policía moreno irritado, se recostó bajo la sombra de un arból y cerró sus ojos para buscar algo de paz.

-Te gané Hikaducchi- dijo la rubia mientras se daba un vuelta.

-Es por qué te deje ganar- sonrió de lado el niño.

-Moo~edes malo- le sacó la lengua- pero esta vez te ganadé, juguemos a las escondidas, tú cuentas hasta diez mientras yo me escondo- propuso con una tierna sonrisa.

-D-de acuerdo- las mejillas del menor tomaron un intenso color rojo al ver la sonrisa de la rubia, se recostó en unos de los juegos y comenzó a contar.

-No hagas tampa- gritó Aoi mientras corría para buscar un lugar en donde esconderse. Se acercó a un arból, cuando escuchó que Hikaru termino de contar mientras la empezaba a buscar, con la mirada fija en el pequeño, no se dio cuenta del policía provocando que chocara con este y con su manita tocara parte del muslo del moreno.

El moreno al sentir un golpe en su costado al igual que una mano en su muslo, abrió sus ojos sobresaltado, por accidente empujó el pequeño cuerpo que tenía a lado. La pequeña cayó al piso con las rodillas dobladas mientras apoyaba su peso con sus brazos.

-Mierda- músito el mayor, rapidamente ayudó a la pequeña a ponerse de pie, se puso de la altura de la menor- Ten más cuidado niña, casi haces que me de un infar...to- iba a rependerla pero las palabras murieron al ver el rostro de la menor.

La pequeña comenzó a quitar con sus manos los restos de tierra de su vestido, alzó su cabecita al oir la voz grave del policía, restiró con sus manitas su cabello de la cara y miro con curiosidad al moreno que tenía enfrente.

 Se quedó en estado de shock al verla, su cabello largo ligeramente ondulado de color dorado como los rayos del sol, su piel blanca nívea, su nariz respingada, su boca pequeña de un color rojízo, sus mejilas tenían un ligero rubor y sus ojos...enormes adornadas con unas largas pestañas de color azul eléctrico como los suyos, parecía una muñeca de porcelana a la vista, pero ella se parecía demasiado a esa persona con la que pasó buenos momentos en la preparatoria.

-Kise- sin pensarlo dos veces ese nombre salió de sus labios.

La pequeña inclinó hacia un lado su cabeza en señal de confusión- Eto...lo siento- la pequeña se acercó hasta el moreno, fijo su vista en la placa dorada que traía puesto en su pecho- no fue mi intención molestadlo, señod policía Aominecchi- sonrió con ternura e hizo una leve reverencia.

Eso fue el detonante de que el corazón de Aomine empezará a latir frenético, se sonrojará levemente, y de que los nervios se le encrisparan.

-¡Te encontré!- volteó su mirada al escuchar el grito, y se encontró con un niño de piel levemente bronceada, cabello rojo intenso pero las raíces oscuras, ojos azul celeste grandes, acercandose hasta ellos- Te gané esta vez- le sonrió a la menor.

-Moo~eso no es cierto- infló sus mejillas y cruzó sus brazos.

Hikaru volteó a ver al policía y frunció el ceño- ¿Quién es usted?- preguntó con molestia.

-Soy el oficial Aomine- salió de su entrance para contestar sin interés- ¿Donde están sus padres? de seguro los estan buscando- fijó su mirada azulina en la menor.

-Tiene dazón Hikaducchi, señod policía Aominecchi nos podía acompañad- la pequeña agarró la enorme mano morena y entrelazó sus dedos con los del mayor.

Aomine sintió una calidez en su agitado corazón y su estómago encogerse con ese acto- D-de acuerdo- agarró con firmeza la pequeña manita nívea.

-Tsk como sea- Hikuro se adelantó, sentía un molestía al ver que Aoi no le agarró la mano a él si no la del feo señor moreno.

Kagami se empezaba a desesperar, ¿Cómo le iba a explicar a su esposo que perdió a los amores de su vida por querer relajarse?. Antes de que perdiera la cordura vio a su pequeño acercarse hasta él con el ceño fruncido.

-Hikaru- corrió hasta el ojiceleste y lo aprisionó en un abrazo- No vuelvas a hacerme esto casi haces que a papá le de un susto horrible- fijó su mirada rojiza en los orbes del menor pero no escuchó la voz de la pequeña- O-oe ¿Do-donde está...-no pudo realizar la pregunta al escuchar una voz conocida detrás de él.

 -Bakagami-llamó con su tono característico de indiferencia.

 Giró su cuerpo con temor, y vio a la pequeña rubia sonriendole mientras agarraba con firmeza la mano del moreno.

-Aquí estoy tío Kagamicchi, el señod policía Aominecchi nos ayudó a encontate-dijo con felicidad la menor.

Kagami sintió como el alma se le iba del cuerpo, esta más que seguro de que Kise lo castrará y depués arrancará su cabeza.