CAPITULO I
Cuando la puerta se cerró, sólo en ese momento, se permitió sollozar a viva voz.
La música en todo su hogar camuflaba sus fuertes llantos, y las risas detrás de la puerta de su habitación, parecían ocultar lo que había sucedido. Para el exterior, lo que había sucedido en su habitación nunca había ocurrido, pero para él, había logrado que todo su ser, pierda el sentido de volver a respirar.
UN AÑO DESPUÉS
- Deja eso – las manos de su madre arrebataron la sudadera negra que iba a colocarse. Vio como la lanzaba al sofá y soltaba un suspiro largo – sólo, intenta ser normal
Había escuchado muchas veces a su madre decir eso. Era consciente de las miradas que los vecinos le daban cada vez que cruzaban la puerta principal. Y, estaba seguro, que su madre pensaba que era debido a la extraña actitud que BaekHyun había adquirido desde hace un buen tiempo; por eso, cada vez que sentía la mirada de su madre posarse sobre él, evitaba levantar la mirada para toparse con esos ojos que lo miraban con vergüenza.
- Demonios, está sucediendo de nuevo – miró de reojo, como las manos de su progenitora se movían a través de sus atributos y su cabello, tratando de lucir mejor. BaekHyun sólo se limitó a reacomodar las correas de su mochila sobre sus hombros y a bajar la mirada; no quería demostrar que le intimidaban esas miradas desconocidas.
Caminaron hasta llegar al paradero de taxis, pero no fue uno de esos el que cogieron. Con anterioridad, su madre había llamado a una persona que se encargaría de llevarlos a sus lugares respectivos. La línea vertical que formaban los labios de su madre se curvaron en una sonrisa, y el frecuente ceño fruncido que siempre tenía cuando estaba con él, desapareció.
- Sube al auto, cariño – ese hombre, obscenamente, había mirado los senos de su madre antes de gruñir esas palabras – tú también, mocoso – la mirada hastiada y su voz forzada, solamente provocaron timidez en BaekHyun. No acostumbraba involucrarse con las parejas de su madre y ella, parecía que no le importaba en lo más mínimo.
- Dale BaekHyun, no tenemos tu jodida paciencia – Su madre ya se encontraba sentada en el asiento de copiloto y el hombre no dejaba de tocar las piernas desnudas de ella. BaekHyun desvió la mirada y se colocó el cinturón después de cerrar la puerta.
- Deberías dejarle que aprenda a ir solo en autobús, ya está lo suficientemente grandecito para necesitar una movilidad – BaekHyun intentaba no prestar atención a la conversación, pero su inseguridad no le permitía obviar cosas donde él estaba involucrado
- ¿Y crees que no lo he intentado? – la voz cargada de desprecio en su madre, volvía a dejarle un nudo en la garganta. Apretó la mochila contra su pecho sabiendo lo que vendría ahora – Pero se pone a llorar como una nenita, así que prefiero llevarlo yo misma a la escuela, antes que vuelva a dejarme en ridículo en plena calle
- Yo podría hacerlo todo un hombrecito – El cuerpo del menor se estremeció y se obligó a no recordar sucesos de su pasado. No podía ponerse a llorar en ese momento – Conozco unos tipos que dan unas buenas palizas
- ¡¿Estás loco?! – Su madre lo había volteado a ver. BaekHyun la miró fijamente y a la mueca en sus labios, antes de que regresara su vista al frente – ¿quién pagaría después su hospitalización?
- Uh, tienes razón – el hombre había frenado y volteado a verlo. BaekHyun no levantó su mirada en ningún momento – es tan débil que sería fácil partirlo
Desaceleró su andar luego de literalmente haber huido del auto de ese hombre. La mirada de ese tipo le causaba malos recuerdos y lo que BaekHyun menos quería, era recordar.
Los estudiantes, al igual que él, vestían el uniforme de verano. La mayoría había optado por llevar los tres primeros botones abiertos, en el caso de BaekHyun, él lo llevaba abotonado hasta el tope. No era porque el clima estuviese frío, era por la falta de seguridad sobre su cuerpo, sobre sí mismo.
En la preparatoria a los demás poco les importaba lo que sucedía con el resto de estudiantes. Todos estaban ocupados en sus círculos sociales, sus actividades estudiantiles y sus estudios. Por eso BaekHyun dejaba a un lado una parte de su timidez, y se permitía sonreír para su único amigo. Era el único, a quien le permitía cruzar esa línea que había marcado para el resto de personas.
KyungSoo no dejaba de agitar su mano en el aire. A pesar de su pequeña estatura, siempre lograba hacerse notar; BaekHyun aceleró el paso hasta llegar a su lado.
- Tardaste mucho, se suponía que serías tú quien me espere – BaekHyun le dejó hablar, antes de aferrarse a la cintura de KyungSoo y dejar su mentón reposar sobre su hombre – Ok, sé que me amas, pero seamos menos obvios
- Ok – susurró, para luego de diez segundos, liberar por fin a KyungSoo - ¿almorzaremos juntos, verdad?
- Claro que sí, ya te lo dije, no te librarás tan fácil de mí – BaekHyun lo siguió desde atrás, para luego, engancharse a su brazo derecho y reír por las tontería que KyungSoo siempre le contaba. Al lado de KyungSoo, nadie podía hacerle daño.
- Qué carajos; JongIn, deja de ver a ese patético chico – a pesar de las palabras de su amigo, el moreno no apartó la mirada de KyungSoo – si sólo necesitas una follada, puedo conseguirte a alguien mejor
- Calla SeHun, en esta vida no todo es sexo – las risas del resto de amigos acompañaron la de SeHun – algún día madurarán
- Claro JongIn – JongDae codeó a ChanYeol para llamar su atención – es bueno escucharlo de alguien que se pasó el trimestre pasado follándose a nuestras ex’s
- Ajá – la respuesta seca de ChanYeol, no complació a JongDae. Valiéndose de sus habilidades de espía, miró lo que parecía ser una conversación que ChanYeol mantenía con una chica, y al parecer estaban teniendo planes para salir
- No jodas, es NaEun, ¿Cómo hiciste para conseguir su número? – ChanYeol guardó su celular para evitar que JongDae siguiera mirando
- Usando mis encantos – dijo luego de golpear la cabeza del hablador – si lo quieres, tendrás que esperar a que ella esté primero en mi cama, ¿aceptas o no?
- Claro que sí – ambos chocaron sus manos y comenzaron a devorar platos – De hecho, SeHun también quiere, ¿verdad? – el menor de todos, miró a JongDae con asco
- Si ella los escuchara, es seguro que los mandaría al diablo – el rubio prefirió dejar de mirar a esos dos, no quería que sus malos hábitos se le pegaran. Justo ahora, tenía un mejor objetivo que alcanzar. Chasqueó los dedos frente al rostro de JongIn – Si sigues así, pensará que eres un acosador
- Mierda, no lo pensé – SeHun rió por su ingenuidad. Era por demás obvio que ese chiquillo nunca aceptaría salir con su amigo, pero merecía la pena esperar por el desenlace. – Estuve pensando que debería acercarme a pedirle su número o quizás invitarlo a salir
- ¿Hablas en serio?, solo lograras que crea que estas demente; no eres el ser más cuerdo, pero trata de pensar un poco más
- No me subestimes, aunque no parezca, estuve pensando mucho hasta llegar a esas dos posibilidades. No creas que es fácil conquistar a alguien
- Como sea – Habló SeHun aburrido. JongIn lo miró furioso por no tomar sus palabras enserio – mejor preguntémosle al casanova
- ¿Quién yo? – JongDae se señaló. Sabía que era popular, pero no a ese punto
- Tú no idiota, hablamos de ChanYeol – lentamente ChanYeol dejó los cubiertos sobre la mesa para centrarse en la mesa donde estaba el tal KyungSoo. Luego de veinte segundos habló
- Lo primero que debes hacer es deshacerte de su amigo – colocó su índice sobre su mentón para darle un toque de profesionalismo – es obvio que ese estudiante parece interesado en tu chico, y a menos que quieras compartirlo con él, te recomiendo que hagas algo
Mientras el resto terminaba su almuerzo, JongIn se mantuvo concentrado en buscar una forma en que ese otro chico dejara sólo a KyungSoo. Había notado que eran inseparables y, aunque parecía que tuvieran algún tipo de romance, más daban la idea de hermanos. Así que JongIn debía encontrar la manera de que alguien le ayudase a distraer a ese chico para que él, pudiese acercarse a KyungSoo.