El profesor Membrana entro al sótano de su hogar, notando que el lugar estaba lleno de planos y escritos de algunos experimentos que probablemente eran de su hijo; sin embrago, todos trataban acerca de cierto joven verde -Desde que ese chico llego a la vida de mi hijo, Dib cada vez mas se aleja de la CIENCIA REAL...y principalmente de mi-.
El profesor camino hacia un pequeño estante de la habitación, encontrándose con la foto de su difunta esposa ~Pero fui bastante duro con él...debería disculparme~ acaricio la foto con mucho cariño y se dirigió a la habitación de su hijo, encontrándose con un chico oji-ambar parado enfrente de la puerta de el pelinegro. *¿El amigo de mi hijo se quedo en casa?...eso es bastante sospechoso*
-Usted es el “padre” de Dib-larva, ¿no es así?- para Zim los padres simplemente eran innecesarios *pero este hizo llorar a Dib...*. El extraterrestre observo con arrogancia a el padre; -A Zim no le agradas- dijo mientras se dirigía a la recamara de Dib y cerraba la puerta en su nariz.
*¿No le agrado al amigo de mi hijo?...¡deben ser diferencias de ideas* se dijo a si mismo mientras iba a la cocina a preparar el desayuno.
El piel verde miro con detenimiento la cama del ojinegro, notando un gran bulto moviéndose un poco; se acerco y lentamente se introdujo en su cama...entonces pudo observar al ojinegro dormir plácidamente, y con una gran sonrisa comenzó a saltar encima de el: -¡Levántate Dib-apestoso!, ¡Ya es hora de ir al Kolegio, levántate!...¡el gran Zim te lo ordena!-
Los ojos de Dib fueron abiertos muy lentamente; el chico amante de lo paranormal observo con mucho esfuerzo lo que lo había despertado, tratando de enfocar un poco logro distinguir una piel verde y unos ojos ámbar, de los cuales ya tenia muchas ganas de ver...*espera...¿piel verde y ojos ámbar?...¿existe un ser humano así?...* el ojinegro se coloco los lentes y miro bien al joven oji-ambar, el cual lo seguía sacudiendo lentamente y le decía varios apodos muy felizmente...
*¡Ah!, es Zim, ¿verdad?* el extraterrestre lo miro confundido *...Claro, Zim en mi habitación...en mi cama...¡¿encima de mi?!* el ojinegro tomo lo primero que tuvo para defenderse (una almohada) y comenzó a golpear al piel verde -¡¿QUE DEMONIOS HACES AQUI ZIM?!-
-¡Tu fuiste el que trajo a Zim a tu guarida, Dib-gusano!- contesto Zim, esquivando la mayoría de los ataques de el de lentes; pero de entre las sabanas que cubrían las piernas de Dib, algo llamo la atención de el oji-ambar...
-Dib, ¿que es eso?- pregunto intrigado el piel-verde mientras apuntaba a dicha cosa; algo rosado bajo las sabanas hizo que Dib se cubriera hasta la cabeza, gritando unos cuantos insultos para el extraterrestre.
-DIB, ¿Que es esa “cosa rosada” que ocultas?- pregunto un poco enojado Zim mientras trataba de quitar la sabana del chico de lentes, del cual solo pudo escuchar ~¿y ahora que haré?...¡estúpido Zim!~, llegando a que se enojara mas y jalara con mas fuerza la sabana *¿que demonios le ocurre a Dib? Solo quiero que me muestro lo que tiene* -Zim utilizara la fuerza...- y de un solo tirón, la sabana fue quitada completamente, dejando ver a un joven de 17 años con...
Los ruidos llegaron hasta la habitación de una joven peli-violeta, haciendo que la chica abriera sus ojos color avellana de golpe; la casa se lleno de una atmósfera de olor a muerte...bueno, muerte combinada con olor a Waffles y miel de maple...olor a una muerte dulce (creo que tengo hambre).
Dib tapo su rostro enrojecido y Zim tomo aquella “cosa” con bastante rudeza, haciendo que Dib inmediatamente quitara sus manos -¡trátalo con delicadeza!- el piel-verde lo miro confundido, a lo que Dib prosiguió -es un conejito de peluche...fue un obsequio de mi madre cuando era pequeño...poco antes de, su muerte- dijo un poco triste Dib; hace tiempo que no hablaba con nadie de su madre, era un tema bastante delicado. Zim observo con detenimiento a Dib, y noto “tristeza” en su rostro *¿eso es lo que le molestaba a Dib?...*
-Y, ¿porque un conejito rosado?- pregunto burlón el chico piel-verde, mientras soltaba una pequeña risa; Dib enrojeció y trato de defenderse. -Pe-pero, ¡es un obsequio!...y no tienen nada de malo los conejos-
-Claro que si humano-apestoso-, los conejos son muy bobos-
-¡Claro que no!-
-¡Claro que si, el gran Zim siempre tiene la razón!-
-¡Pues el gran Zim le tenia miedo a las ardillas porque pensaba que iban a conquistar el mundo!
-¡Mientes!...¡eso fue hace mucho tiempo!
-¡Fue hace una semana!
-¡Mientes!- el extraterrestre peleaba muy alegremente; por fin Dib estaba como antes...
-¡GUARDEN SILENCIO O SACARE SUS ORGANOS INTERNOS Y SE LOS DARE DE CENAR!- la peli-violeta azoto la puerta y miro como ambos chicos guardaban silencio inmediatamente *hasta el gran Zim le tiene miedo a esta fémina*...-ya esta el desayuno- dijo con un aura malvada rodeándole mientras caminaba a la cocina; sin embargo, una pequeña sonrisa fue formada por sus labios *por fin miro a mi hermano mas alegre*
-Buenos días papá- dijo un poco dudoso Dib; aun existía “ese” problema con su padre, y la comunicación se había reducido constantemente.
-Buenos días hijo...- se aclaro la garganta -hoy he pedido el día libre, por lo tanto, después de la escuela podríamos ir a cenar y conversar a gusto...¿te parece?- dijo el padre de Dib mientras le acercaba un plato de waffles, y acariciaba un poco su cabello.
Dib asintió con mucho animo y comenzó a comer alegremente; mientras que Gaz comenzó a pegar de gritos por que su padre prefería a Dib que a ella, y se creo una pelea bastante alegre. Mientras, el extraterrestre pensaba en la felicidad de el pelinegro, y en como rayos conseguiría que este se enamorara perdidamente de él (aunque no sabia que el amor ya era mutuo) *todo para que mi squeedly spooch deje de molestarme...pero, ¿como lo haré?*
~Yo te ayudare~ susurro la peli-violeta, mientras sonreía maliciosamente, dándole una mala vibra a el oji-ambar. *Pero no sera mucho trabajo, ya que ambos están enamorados...¿serán solo estúpidos?* la chica volteo a ambos lados *si, solo estúpidos* dijo mientras subía a su habitación y planeaba algo para unir a esa “extraña” pareja.