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EL AMANTE DEL DRAGON ROJO. por Ares

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Notas del capitulo:

aqui dejo un capitulo mas 

 

willliam no sale en en el manga y en ninguna historia de hellsing es personaje de mi costal. al igual que el acosador de Alucard. 

Abrió los ojos y volvió a ver el techo de la cama, las cortinas estaban atadas a los postes. Volvió a ver aquellas cortinas de bellos bordados de hojas de plata, se acercó sigilosamente jalo la cortina y vio que detrás de esta había un pozo de agua termal; al rededor había estatuas de épocas antiguas. Vlad se acercó a una de ellas, la palpo con las yemas de los dedos, apenas la roso. Cuando Dracul estaba detrás de él.

 

--¿Es hermosa no?

 

Vlad, siguió caminando hacia la siguiente escultura. Para admirar su belleza.

 

--Si, lo es. ¡Y está también es hermosa! ¡Es la mejor de todas!

 

La estatua era del dios Ares, con enorme auriga; sosteniéndola lista para atacar y en su otra mano, su escudo. Y de su cintura colgaba una enorme espada. Su cuerpo estaba tapado con una túnica de seda que se le pegaba a su escultural cuerpo y sobre su cabeza un casco de bronce enorme con un gran penacho y su mirada recia listo para el combate.

 

--Por lo que veo, no piensas más que en guerra.

 

--No. solo pienso en mi pueblo, es todo. Y supongo que no tengo de otra, que pedirle a este dios pagano que cuide de mí gente.

 

Dracul desvió la mirada molesto, en cierta forma tenía que ayudar a Radu. a acabar con el sultán, puesto que ellos ya habían concretado su parte del trato pero si este no venía por ayuda, de nada servía el trato.

 

--Si libras a tu gente del sultán ¿Te quedarías conmigo para siempre Vlad?

 

El joven se estremeció, al escuchar aquellas palabras. Sus ojos azules resplandecieron con los pequeños rayos de luz que entraban por los huecos de la roca.

 

--Si...

 

--Bien, entonces márchate. Libra a tu gente del sultán.

 

--¿Entonces me darás de tu poder?

 

--No. Solo observare Vlad, te dije que tienes que ganártelo. Yo estaré ahí cuando me necesites de verdad.

 

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El doctor Hellsing se quedó sorprendido, no solo por aquella historia que le había narrado el vampiro. Si no, porque tenía deseos de saber que había pasado con aquel ser, y de cómo Drácula había adquirido su poder.

 

--¿Entonces qué pasó? ¿Cómo fue que el tedio su fuerza? ¿Cómo es que él puede andar de día? por que por lo que narraste hace un momento ¡Entonces tú también puedes! ¿Entonces querías perder? ¿Realmente deseabas perder?

 

--No, doctor van Hellsing. No se confunda conmigo, usted y su odiosos seguidores me ganaron; a lo que usted llaman legalmente. Si algo que siempre aprendí es perder con honor, y eso fue lo que paso entre usted y yo. Y lo de andar de día, jamás lo intente. Por qué Dracul jamás me enseño nada y la verdad no recuerdo del todo como fue que paso esto, según yo estaba a punto de ser ejecutado; el jamás estuvo ahí como lo prometió, jamás viví con él. Como él me había dicho que le prometiera.

 

--¿Crees entonces que los guls son obra suya?

 

--Tal vez....

 

--Si regresáramos a tu tierra natal ¿Te atreverías a buscarlo?

 

--Dudó que siga en él mismo lugar doctor Hellsing.

 

--Tal vez, tengas razón Alucard. Pero eso podría ayudarte a recordar ese episodio borrado de tus memorias, ese salto que diste a la oscuridad.

 

El vampiro bajo la mirada, se sintió ansioso de volver aquel lugar; de encararle de nuevo. De reclamarle su abandono y de destrozarlo, por su hipocresía e incumplimiento de palabra.

 

--Veo, que realmente quieres hacer ese viaje; conde.

 

--Jajajajaja un mote ridículo para un príncipe como yo ¿No cree doctor Hellsing?

 

--¿Prefieres entonces que te llame por tu nombre real?

 

--No, Vlad quedo a taras, el murió aquel día en que yo desperté a la vida.

 

--Bueno, Dracula también ya ha muerto. Ahora tú eres Alucard; y has vuelto a la vida. Pero debemos averiguar si aquella criatura Dracul, es el causante de aquellos guls

 

--¿Y si lo encontramos doctor Hellsing que piensas hacer? ¿Me pedirás que lo mate? ¿Me lo ordenaras my master?

 

--Tal vez...tal vez no...Todo depende si puede ayudarte o no.

 

--Hooh...

 

El doctor dejo al vampiro, en el calabozo de su fortaleza. Hizo todos los preparativos para ir a Transilvania. Había algo que no encajaba en aquella historia, sí Alucard conocía a Dracul y si este realmente existía ¿Por qué el vampiro jamás regreso con él? Era algo que deseaba averiguar.

 

O tal vez había regresado a él y por algún motivo ambos se habían separado. Lo que si le quedaba claro, al doctor Hellsing; era que aquella criatura había declarado al vampiro como su amante. Y tal vez Alucard se había obligado a sí mismo a olvidar esa parte de su vida.

 

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Ambos bajaron del expreso, que llegaba a su querida tierra. Aunque Alucard ya se había acostumbrado a la bella Inglaterra, fría y bulliciosa como solía ser su castillo. llevo al equipo Hellsing hasta una posada donde podían pasar la noche para desgracia del equipo, había tormenta de nieve. Alucard no tenía problema alguno pero su amo no podía moverse.

 

--¿Siempre cae nieve aquí lord Alucard?

 

--No siempre, William.

 

--Ya veo, aquí tienes tu nuevo juguete; el Sr. Hellsing me ha pedido que te lo entregue.

 

--Hooh.... Qué hermosa espada de plata ¡Perfect William!

 

--Sr. Hellsing me ha dicho, que te será más útil que una pistola convencional, ya que tu objetivo no es un hijo de la oscuridad.

 

Alucard borro su enorme sonrisa de satisfacción, deseaba ir en busca de él. Antes de que Hellsing lo viera; deseaba hablar con él, deseaba reprocharle todo. Y deseaba matarle por ello.

 

--Veo, que no estás muy contento. Con esta misión lord Alucard.

 

El vampiro no contesto nada, solo se arrodilló ante su amo. Que acababa de entrar.

 

--Veo, que William te ha entregado tu nueva arma. Te agradezco William ¿Podrías traernos un poco de wiski?

 

--Prefiero vino, my master.

 

--Ah, y trae vino para lord Alucard.

 

--Enseguida Sr. Hellsing

 

--La familia de Williliam, es muy famosa por sus habilidades y fidelidad sabes. Recuerda siempre el apellido C. Dornez.

 

--Lo recordare...

 

--Bien ¿Has recodado algo más?

 

--¿Sobre qué exactamente my master?

 

--¡Sobre Dracul! ¡Claro esta! Solo recuerdas que Radu, te cambio o te vendió con él, pero después de irte ¿Ya no lo volviste a ver de nuevo?

 

Alucard no se movió, sus ojos carmesí como los de Dracul permanecieron fijos sobre los azules de su amo.

 

--Según yo no...

 

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Vlad había derrotado al ejército del sultán, se había vuelto un monstruo para todos. Había desposado a una mujer la cual le había dado un hijo, el día de su casamiento temió ver a la criatura ahí. Y también cuando estaba con una mujer que había sido su amante. Pero el jamás se había aparecido.

 

--Hasta que fue recluido en el Convento de Snagov había alcanzado a escapar de la fortaleza de Targomures; pero había sido en vano. obligo a su gente a llevarse a su único descendiente ante la emboscada. Él había decidido hacerle frente a Radu a su hermano el traidor.

 

--Ya eres grande Vlad....

 

Vlad abrió los ojos en aquel lúgubre calabozo, trato de ver entre las sombras estaba seguro de que era él era Dracul.

 

--¿Dracul?

 

Le llamo suavemente, pero no recibió respuesta. Vlad volvió a llamarle pero ahora con más fuerza. Pero aun así no recibió respuesta alguna. El príncipe se desesperó y entonces le lanzó injurias y le reprochó su abandono.

 

--Te equivocas Vlad, siempre estado aquí.

 

--¡Mentira!

 

--¿Deseas salvarte Vlad?

 

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Alucard se llevó las manos a la cabeza, el mareo que sintió había sido de lo más desagradable. Hellsing le hizo reaccionar con una gota de sangre, la cual lamió despacio. Aprecio el sabor, como nunca antes.

 

--¿Qué te ocurrió?

 

--Creo que tuve un segundo encuentro con él. Antes de morir, solo me dijo que si quería salvarme. No recuerdo más, puede que haya sido un deseo mío; por la ansiedad de que iba a morir. Solo escuche su voz, pero nunca pude ver si estuvo ahí.

 

--Tal vez, estuvo ahí. Tal vez no, en cuanto baje la tormenta; nos pondremos en marcha. Asegúrate de llevar ese juguete tuyo te hará falta.

 

--Yes my master.

 

Apenas habían avanzado en la nieve y esta comenzaba a caer de vuelta, el clima era caprichoso Alucard estaba más que acostumbrado a ello y ahora no le importaba.

 

Al llegar la noche, acamparon al pie de la montaña. Alucard no dijo nada de estar cerca. Ya que se había acercado volando y la única vez que había descendido recordaba muy poco.

 

Cuando el doctor Hellsing y Williliam se quedaron completamente dormidos, el vampiro se elevó por los cielos; a lo lejos diviso la entrada. Llego a aquel lugar entró en la caverna, estaba vacía. Aquel dosel y aquellas estatuas habían desaparecido; solo quedaba la fosa de agua termal. Que era parte de la caverna. Alucard apretó los puños, se dio media vuelta molesto, sabía que todo aquello había sido en vano; golpeo la roca la pared se desquebrajo, el sonido se escuchó como el caer de una roca lo que hizo despertar a Williliam y a Hellsing

 

--Williliam ¿Y Lord Alucard?

 

--Me temo, que ha subido la montaña Sr. Hellsing pero no logro ver nada con esta oscuridad.

 

Hellsing tomo unas linternas y le dijo a Williliam que buscarían un camino o algo para subir la montaña, pero que tendrían que esperar a la madrugada Hellsing tenía la esperanza de que Alucard cumpliera su palabra.

 

--Te has vuelto fuerte Vlad, pero aun eres joven.

 

Alucard volteo en el acto. Pero sus ojos no le vieron, a pesar de su magnífica vista no pudo verle.

 

--¿Deja de jugar conmigo? ¡Maldito mal nacido!

 

Alucard había terminado aquella frase; cuando se descubrió contra el piso, había caído boca abajo y un peso enorme estaba sobre de él. trato de voltear pero no lo consigo, intento convertirse en neblina y llamar a sus criaturas pero tampoco consiguió nada.

 

--¡Esos trucos baratos! no funcionan entre nosotros Vlad.

 

Alucard sintió aquellas manos, recorrerle el cuerpo; no había duda alguna era él era Dracul.

 

--Tu juguete es hermoso Vlad, pero no sirve de nada. Sabes es como un cuchillo para untar mantequilla, necesitas más que eso para matarme

 

Alucard se removió furioso, forcejeo una vez más. Pero fue en vano, Dracul bajo sus pantalones y Alucard sintió después de mil siglos, aquel pene viscoso y duro, sintió como se paseó en medio de sus nalgas. Y después aquella estocada aquel dolor que se convirtió en placer en un abrir y cerrar de ojos.

 

Alucard dejo de sentir aquel peso enorme; y sintió ese deseo, como el fuego. Ese deseo que le quemaba la piel y las entrañas, aún más que la sed de sangre. Se despojó de sus ropas, Dracul hizo lo propio y comenzó a es tocar aún más fuerte. Alucard se arqueo en el acto. Y esta vez su amante clavo sus enormes colmillos en su tetilla Alucard soltó un grito de dolor y de placer.

 

--¡Más! ¡Por favor! ¡Más!

 

Dracul aumentó más el ritmo, Alucard comenzó a sudar hasta que volvió a sentir aquel golpe de hielo; aquel frio aterrador, ese frio que tenía siglos de no sentir. Se sintió agitado y lo que le causó más dolor, fue cuando aquel liquido tibio se deslizaba por sus muslos.

 

--Aun, sigues siendo mi consorte Vlad. Aun, sigues siendo mío.

 

Alucard soltó un chillido y golpeo el suelo.

 

¡Entonces porque! ¿Porque me abandonaste todo este tiempo? ¿Porque dejarme solo en mi lecho de muerte? ¡Mira en lo que me he convertido por tu abandono!

 

--Sigues siendo una molestia, aun puedo beber tu sangre y deshacerme de ti.

 

--¡Hazlo si eso quieres!

 

Dracul le abrazo, se tumbó con él. Sobre sus ropas. Le beso apasionadamente Alucard correspondió aquel beso. Y se colocó a horcajadas sobre Dracul, quien le beso una vez más. Alucard masajeo el miembro de Dracul que no tardo en despertar, Alucard se levantó y se dejó caer de lleno sobre él. Dracul le sujeto de las caderas y le hizo subir y bajar, Alucard se dejó llevar por aquel baile

 

--¡Así! ¡Mi hermoso! ¡Así! ¡Muéstrame como cabalgas!

 

El sube y baja sé hizo más frenético, Dracul le estrechó fuertemente; ambos se elevaron por los aires. ahora el techo de la caverna era su piso. Alucard gritó de placer y Dracul sonrió satisfecho, ambos se corrieron al mismo tiempo, para sorpresa de Alucard. Quien volvió a sentir aquel golpe de hielo.

 

--Te amo...Vlad.

 

--Mentiroso....

 

Alucard comenzó a llorar, Dracul le abrazo; el frío y el sentimiento de dolor y confusión desaparecieron en el acto.

 

--Sabes que es verdad, te amo. Siempre estado a tu lado. Tú te convertiste en esto por venganza, por que querías salvarte. Rogaste por mí fuerza y esta era la única forma de ayudarte Vlad; después de que tú me traicionaste con ellas y con la última, esa niña ¡Mina!

 

Alucard bajo la mirada, no dijo nada. Dracul tenía algo de razón.

 

--Entonces ¿Porque no lo impediste?

 

--Fui claro Vlad, muy claro...tú fuiste el que olvido las reglas.

 

--¿Quieres que me vaya? ¿O quieres que me quede?

 

Dracul no dijo nada, acaricio los cabellos azabaches de Alucard; observó sus finos pero carnosos labios. Acarició aquel rostro de porcelana y clavo sus ojos carmín en los del joven vampiro.

 

--¿Qué quieres tu Vlad? ¿O que quiere ese hombre? al que llamas amo, al que te vendiste, por el que me abandonaste.

 

--No yo..no... ¡No más por favor! ¡Dracul! ¡Quédate conmigo!

 

Dracul le volvió a besar, limpio sus lágrimas con su lengua; al descender se sumergieron en las aguas termales. Vlad sintió un poco de miedo pero el agua no le afectó.

 

--Procura no soltarte, eres joven aun y débil para esto, pero conmigo tu fuerza aumenta. Y más cuando eres mío. Y calientas mi cama.

 

Alucard cerró los ojos, se dejó envolver por aquella se sanción de calidez; que tenía siglos de no sentir. Amo esa sensación como nunca, todo aquello que sentía en esos momentos, era mucho mejor que el éxtasis de beber sangre

Notas finales:

nos leemos en el siguiente 


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