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EL AMANTE DEL DRAGON ROJO. por Ares

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Notas del capitulo:

en este capi me sigo refiriendo a alucard como Vlad pero ya en el siguiente empesare a usar el nuevo nombre que le dio el doctor hellsing no desesperen. 

¡Vlad! ¡Ven! ¡Anda date prisa hijo! ¡Vlad!

 

Vlad se levantó de golpe; sudando frio. Observó todo a su alrededor, estaba el sólo, desnudó, adolorido. Aun lleno de sangre y fluidos, recordó vagamente la noche anterior, por lo que aduras penas busco a su anfitrión. No estaba; se encontraba solo, el sol pegaba de lleno en aquel lugar. pero el viento que ululaba; hacía de aquella cueva, un lugar cálido.

 

Vlad se enredó una de las sabanas, la seda arrastraba por el suelo; levantando él polvo ligeramente. El joven sintió como todo salió de su cavidad y escurría por sus muslos, no le dio importancia. Se acercó a la luz y asomo por la entrada, el viento soplaba fuerte abajo todo era blanco. El frío le hizo retroceder un poco. El sol se encontraba en pleno cenit se acercó a la orilla se enredó la sabana a modo de túnica y comenzó a descender por la montaña; llego hasta una brecha que parecía un camino hacia el pie de aquella montaña.

El sol había avanzado bastante, si se apresuraba estaría abajo para el atardecer; se dio prisa, no le importo cruzarse con los otomanos y sus exploradores deseaba irse de aquel lugar, lejos de esa criatura extraña. Cuando llego al pie de la montaña; la nieve congeló sus dolidos pies, pero para él fue un pequeño alivio un alivio que duró poco. Unos exploradores otomanos le hicieron prisionero en el acto. Llevándolo arrastras hasta un caballo. Le llevaron con uno de los tantos generales del sultán, antes de presentarlo ante dicho hombre. Le hicieron asearse con agua y le dieron unas ropas viejas para que se vistiera adecuadamente.

 

--Mis hombres, me han dicho que estabas perdido .Y que esta hermosa seda, era lo único que tenías ¿Acaso el príncipe de Valaquia ha sido desterrado?

 

Vlad solo observo a su anfitrión.

 

--Bien, si no piensas decirme nada a mí. Maña hablaras con el sultán

 

Vlad respiro hondo, tenía que escapar de ahí cuanto antes. Y volver a su casa aunque descartó aquella opción ¿Y si la criatura le buscaba ahí? tal vez le convenía ir con el sultán o tal vez no. Aun le quedaba un poco del cobijo de la noche para decidirse

 

--El sultán estará complacido, cuando le lleve al joven. ¿Dices que le desfloraron?

 

--Si, cuando le bañaron. Tenía indicios de haber sido desflorado.

 

--¡Perfecto! entonces ya no podrá alegarle nada al sultán. Aunque me pregunto ¿quién habrá sido el que le desfloro? debió ser alguien acaudalado y a condición de lo contrario....

 

El general no termino la frase, cuando escucho gritos de las otras tiendas. Los soldados temblaban afuera.

 

Vlad escucho todo, tomo un cuchillo y abrió la tienda por el otro extremo; corrió hacia el bosque a tropezones. Se ocultó detrás de los árboles, después de que los gritos se terminaran todo quedo en silencio.

 

Vlad asomo el rabillo y no vio luces, las tiendas estaban solas y a oscuras; la luna era la única que se alzaba en aquel oscuro lugar. Decidió avanzar, camino lejos de las tiendas y cuando estuvo lo suficientemente lejos, soltó sus ataduras con el cuchillo, se recargo en un árbol para recuperar el aliento. Hasta que aquella voz le helo la sangre.

 

--¿Ya te cansaste de jugar Vlad?

 

--¿Padre?....

 

El joven, sabía. Que su padre había muerto hacía muchos años.

 

--¡Vamos! ¡Ven a mi Vlad!

 

El joven sacudió la cabeza y hecho a correr en dirección opuesta volteo por unos segundos después freno en seco ante el enorme acantilado que estaba frente a él.

 

--Se te acabo el camino...

 

Vlad, volteo a verlo. Era él. Era la criatura que le había violado la noche anterior

 

--¡Aléjate de mí!

 

--No más juegos, ven aquí. Antes de que alguien muera de verdad.

 

--¿No los matates?

 

--No exactamente, solo me los comí. Sabes, tenía hambre.

 

--¡Estás loco! ¡El sultán matara a mi gente por eso! ¡A él no le importara si tú te los comiste o los mataste!

 

--Eso, debiste pensarlo; antes de envolverte con ellos. Antes de abandonar nuestro hogar.

 

--¡Estás loco! Yo....

 

La criatura lo dejo sin habla, se posó frente a él. Le sujeto en un agarre y después le giró bruscamente.

 

--¿Y bien quieres intentarlo? ¿Quieres saltar Vlad? Pues bien ¡Saltemos!

 

La criatura le apretó la entrepierna, Vlad jadeo. Y ambos saltaron del acantilado el joven cerro los ojos, sonrió levemente. Por lo menos se libraría de aquel ser, pero no pasó nada; abrió los ojos y vio la luna sobre ellos. La criatura desplegaba sus enormes alas para aterrizar en la montaña.

 

--Entra, ¡Desnúdate! ¡Quítate esos harapos!

 

--¡Qué quieres de mí! ¡Déjame ir!

 

--¡No me retes Vlad! Estoy muy molesto contigo, por haber salido sin mi permiso ¡Ahora has lo que te digo! o tendré que castigarte

 

El joven entro hecho una furia, se quitó la ropa y la arrojo al piso. Se dejó caer de vuelta en el dosel. Sin decir nada. La criatura se acercó y le aventó unas ropas Vlad se levantó molesto.

 

--¿Qué es esto?

 

--Tu ropa, ¡Ahora póntela y ven a comer! mocoso mal educado.

 

--¿Comer? ¡Quien quiere comer! ¡No me has contestado nada!

 

La criatura, torció el gesto y puso los ojos en blanco; el joven era un dolor de cabeza. Deseaba matarle, pero su sangre y la forma en la que gemía le tenían a salvo.

 

--Bien, príncipe Draculesti sírvete.

 

Vlad se sentó de todas formas; tenía hambre y comenzó a comer. Destapo el vino y tomo directo de la botella. Trago otro bocado y volvió a beber una vez más después dejo el vino sobre la mesa, desmenuzo el pan y le untó el jocoque.

 

--Vlad ¿Y tú?

 

La criatura sonrió levemente, por fin podría conciliar una plática decente.

 

--Dracul.

 

--Lindo nombre o apellido ¿Somos parientes supongo?

 

--No, más bien. Tu padre, adopto mi nombre. Como suyo.

 

--Así que conociste a mi padre, no me hizo gracia que lo imitaras.

 

--Que poco sentido del humor tienes, pequeño.

 

--Bueno, Dracul ¿Qué quieres de mí?

 

La criatura le observó y después soltó un leve suspiro.

 

--¿No lo adivinas aun? verdad.

 

--¡No juegues más conmigo! ¡Radu te pago para que me violaras! así que...

 

Apenas y pudo terminar el trago, cuando la criatura se le fue encima. Vlad cayo de bruces al piso junto con Dracul sobre de él. La criatura rugió molesta, el joven se quedó quieto al ver sus enormes colmillos.

 

--¡TE DEJARE CLARAS LAS REGLAS! ¡ERES MI CONSORTE! ¡HACES LO QUE YO DIGA! ¡Y CALIENTAS MI CAMA! ¡CUANDO ME HARTE DE TI! ¡LLENARE MIS VENAS CON TÚ SANGRE!

 

Dracul se levantó y dejo a Vlad en el suelo.

 

--¡Recoge tu desorden! Te espero en el lecho, y más vale que lo limpies ¡Escuchaste!

 

Vlad no dijo nada, recogió el cuenco y levanto los trozos de cristal. Acomodo todo en un lugar, fue hacia la entrada de la cueva. Dracul le observó entre las sombras

 

--Buenas noches padre...

 

Vlad se giró y fue hacia el lecho, no vio a Dracul en el. Se sacó las botas y se dejó caer en la cama. Se giró sobre las sabanas y vio las cortinas de gasa que colgaban del techo; se embeleso con sus ricos bordados, hasta qué sintió las manos frías de Dracul sobre su cintura.

 

--Radu, no me pago sabes. Radu debería de estar aquí; él era mi consorte tu padre me lo dio a cambio de mi ayuda contra el sultán. Pero él te ofreció en su lugar.

 

Vlad se giró de golpe y encaro a Dracul, lo observó y vio que decía la verdad.

 

--¡Entonces protege a mi pueblo! ¡Protégelos del sultán!

 

--¿A cambio de qué?

 

--¡De mí! ¡Seré tu esclavo! ¡Haré lo que tú quieras!

 

--No Vlad, eso ya no es posible. Eres mi consorte, por lo tanto eres mío.

 

--¡Entonces dame de tu fuerza! ¡Dame de tu vida para hacerlo yo!

 

--¡Gánatelo entonces Vlad! convénceme.

 

Vlad se dejó caer sobre el dosel, se desnudó y abrió las piernas.

 

--¿Es eso una invitación?

 

--Si...

 

--¿Por voluntad? ¿O por sacrificio?

 

--¿Acaso eso cuenta?

 

--Sí, así que duérmete. Ya esta noche, no deseo hacerlo. Eres muy molesto.

 

--Comprendo…entonces dormiré en el suelo.

 

--¿Ya olvidaste las reglas de hace un momento?

 

Vlad se quedó sentado sobre la cama, no comprendió a Dracul. Se vistió y volvió a meterse en la cama, Dracul le abrazo y se acurruco a su lado.

 

Calentar mi lecho, no sólo significa que debas hacerlo. No digas ni una palabra más; no esta noche. No más preguntas. Por la mañana hablaremos y si entonces estoy de mejor humor lo haremos en el baño, cierra los ojos. Olvídate del mundo.

 

Vlad quería hablar, quería refutarle que mientras él estaba ahí acostado. Su gente podía morir a manos del sultán. Pero sus ojos le pesaron de un momento a otro, sintió una enorme calidez que le hizo perderse en el sueño.

Notas finales:

bueno nos leemos en el siguiente capitulo espero sus comentarios


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