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Un Ángel llora. [KrisHan] por HoneyXiumin99

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Notas del fanfic:

Esta pocho pero quería compartir esta hermosa canción con ustedes. Su cantante es Annette Moreno y la canción se llama como el título del fic xD.

Puede que la redacción no esté del todo perfecta y existan muchos puntos y comas pero, si escuchan la canción, verán como el escrito toma forma. Espero les guste y por favor, dejen rw ;-;  

Un dato: Mi hermosa Beta-reader no estaba y pues, debe tener herrores xD. 

Las flores ya no llegan 
el poema se acabó 
lo que un día fue amor 
en amargura se volvió

 

Una puerta estrellándose contra el marco se escuchó en todo el departamento, anunciando la llegada de su esposo. LuHan hizo una mueca cuando el sonido estrepitoso llegó a sus oídos, lo cual hizo que se levantara del sofá y KyungSoo, su hijo, lo mirara con cierta duda en sus hermosos ojos.

 

— ¿Mami? ¿Pasa algo?— con tan solo siete años, KyungSoo era capaz de percibir la angustia que en el rostro de su mami  se formaba cada vez que su papi  llegaba a casa.

“Debería alegrarse, ¿No?” es lo que piensa.

LuHan volteó a mirarlo, relajando su expresión para no preocupar a su pequeño. Ese niño era su adoración, su vida, la única razón para no hacer alguna idiotez que lo involucre.

Se arrodilló frente a él para ajustarse a su altura. Le besó dulcemente la frente, las mejillas, los párpados, su graciosa nariz, y finalmente, un superficial beso en sus labios, transmitiéndole confianza y seguridad como lo hace una buena madre. LuHan tenía claro lo que pasaría una vez que saliera de la sala y para ello necesitaba a su hijo lo más tranquilo posible.

 

—Vuelvo en un rato bebé, quédate viendo televisión. ¿No querías ver a Pororo?— el otro asintió. —Te prometo que volveré pronto con tu papi.

Y sin más lo dejó sentado en el sofá, no sin antes sonreírle.

 

Su corazón latía fuertemente, pero no por el amor que le tuvo a aquel hombre, sino por el coraje que inundaba cada pequeño rincón de su cuerpo. Era muy tarde para que YiFan regresara de su supuesto trabajo. Joder, se sentía fuera de lugar, furioso.

 

— ¿Se puede saber por qué llegas tan tarde?— dijo en voz alta una vez que estuvo en el comedor, en dónde el rubio estaba ingiriendo su cena hecha hace más de cinco horas. YiFan lo miró sin expresión alguna y frunciendo el entre cejo, no tenía intenciones ni ganas para encarar a su esposo y pelear por tonterías, y  es por ello que fijó su vista hacia el plato frente de sí, ignorando olímpicamente la pregunta que le hicieron. —Te he hecho una pregunta, YiFan.

 

— ¿Qué hace Soo despierto a esta hora?

 

Desde que llegó al departamento el sonido de la televisión llegó a sus oídos junto con una cancioncita que claramente odia y nada mas escucha cuando se sienta a ver tv con su hijo.

 

—Eso no es de lo que estamos hablando— bufó.

 

—¿Qué hace MI hijo despierto a esta hora?— Arrastró las palabras haciendo énfasis en una de ellas; clara señal de la poca paciencia que cargaba.

 

—Te recuerdo que también es mi hijo y hago con él lo que me venga en gana.

 

—Más te vale que respondas o si no…

 

—¿O si no, qué?— se cruzó de brazos. YiFan habría contestado, pero LuHan se le adelantó — y hablando de personas que están despiertas, ¿Se PUEDE saber por qué llegas a esta hora?

 

—No es de tu incumbencia— se levantó de la silla a por un vaso de agua.  Juraba que se atragantaría si no bebía algo lo más pronto posible.

 

—Ah… comprendo. ¿Fuiste con el ojeroso ése, no? ¿Hasta cuándo pensabas ocultármelo?

 

YiFan se sobresaltó abriendo los ojos de par en par cuando se dio cuenta a lo que su esposo se refería. Por Dios, ¿Hasta allá han llegado sus pensamientos?

 

—El ojeroso tiene nombre, LuHan— agarró el vaso y fue de nuevo a la mesa, dispuesto a terminar su plato de comida.

 

—Oh, lo defiendes, entonces es cierto…

 

—LuHan, cállate.

 

—Es tu amante.

 

—Cállate— estaba perdiendo la paciencia.

 

—¿Por qué? ¿He dicho algo que no es cierto?

 

—Es sólo un colega.

 

—No puedo creerlo— sonrió cínicamente. — El gran YiFan acostándose con una puta que se hace pasar por abogado.

 

Cruzó la línea. Esta vez, si que se pasó. Y LuHan pudo notarlo cuándo el rubio se levantó abruptamente de la silla tirándola al suelo, dando pasos fuertes hacia él, quedándose frente a su persona en cuestión de nanosegundos.

 

—¿¡Te puedes callar la maldita boca, imbécil?!— LuHan ni se inmutó, aunque en su interior sólo había miedo y temor, con unas pequeñas llamas de furia que hasta el momento se mantenían vivas; sería capaz de sobrellevar el asunto.

 

—¡A mí no me gritas, hijo de puta! ¿Qué, acaso miento? ¡Admite que te revolcaste con ese pedazo de mierda y por eso llegaste tarde!

 

—¡A ZiTao lo respetas!— Dejó caer sus brazos a los lados de su cuerpo, formando un puño con sus manos.

 

—¡Es una zorra que me quitó a mi esposo! ¡Puedo decirle cómo se me dé la gana!

 

—¡Te recuerdo que si no fuera por nuestro hijo, ya estaríamos lejos el uno del otro!

 

Desde una esquina KyungSoo escuchaba todo, aguantando las ganas de llorar por todas las cosas que sus padres se escupían el uno al otro. Por muy pequeño que sea, es capaz de comprender esas palabras que tanto lo aturdían. Siempre le dolía verles así. El sentimiento de Impotencia gobernaba sus pensamientos, entristeciéndolo aún más. Le pesaba tener que escuchar y no poder hacer nada para evitarlo.

No obstante, un fuerte sonido lo sacó de sus pensamientos.

Su papi había cacheteado a su mami.

 

—¡La única zorra que hay aquí eres tú! ¡¿Quieres saber por qué llegué tarde?! ¿¡Quieres saberlo?!

 

KyungSoo, entrando en pánico al ver las lágrimas que inundaban las mejillas de su adorada madre, corrió hacia la escena, fingiendo que no había estado espiando y aferrándose a las piernas de su alto padre.

 

—¡Papi! ¡Bienvenido!— sonrió dulcemente.

 

—KyungSoo, sal de aquí.

 

La frialdad con la que le habló le asustó de sobremanera. Sus padres siempre habían sido cariñosos con él, siempre. Es por ello que vivía presumiéndolo a sus amigos en el colegio -sobre todo a uno llamado JongIn-. Su sonrisa se convirtió en una forzada al separarse de las piernas de su padre y mirarlo al rostro, comprobando que tenía su vista fija en LuHan.

 

—P-Papi, ven— le agarró los dedos de las manos y tiró de él. —Vamos a ver a Pororo.

 

—¿¡No escuchaste lo que te dije?! ¡Vete!— retiró su mano con fuerza esta vez mirando a las enormes orbes de su pequeño, notando el temor que los inundaban. Por un momento se sintió un mal padre hasta que un puño se estampó contra su mejilla derecha, haciendo que casi cayera al suelo de no ser por el grito de KyungSoo que lo alarmó.

 

—¡No le grites a MI hijo, imbécil!

 

KyungSoo sentía lágrimas deslizarse por su rostro las cuales retiró rápidamente con la manga de la ancha camisa que usaba -cortesía de LuHan-, no queriendo que sus padres se preocupasen por él.

 

—M-mami…

 

—Siento que tengas que ver esto, Tesoro— se agachó nuevamente y lo abrazó fuertemente, aguantando las ganas de llorar. Con una mano acarició sus cabellos oscuros mientras le repartía pequeños besos a su frente en un fallido intento de tranquilizarlo.

 Sin embargo, LuHan sintió un gran tirón en su cabello que lo hizo retroceder y caer al suelo con un fuerte grito de dolor, notando la cara de furia de YiFan.

 

 

—¡Es tu culpa que KyungSoo vea todo esto! ¡Tú, idiota, lo educaste mal!

 

—¡Lo dice el señor que no anda en la casa!

 

—¡Tengo que trabajar, inútil!

 

—¡¡Yo también lo hago y paso tiempo con mi hijo!!— se defendió mientras se levantaba del suelo un poco aturdido.

 

—Mami, ¿Puedo ir a manejar bicicleta?— susurró, no queriendo seguir en aquella habitación.

 

—¿¡Quién te sacó del prostíbulo?! ¡Dime! ¡¿Quién?!— agarró el vaso de vidrio vacío y se lo lanzó a LuHan. Claro, éste lo esquivó y terminó por romperse contra el suelo, haciendo que varios pedazos de vidrios aterrizaran en diversos lugares. —¿¡Quién te hizo jefe de numerosas tiendas de ropa?! ¡Responde, estúpido!

 

—¡¡Eso no tiene nada que ver!!

 

—Mami, ¿Puedo ir a manejar bicicleta?— habló un poco más fuerte.

 

—¡¡Entonces no te quejes y cierra esa sucia boca que tienes!!

 

—Mami…

 

—¡Ve, Cariño, ve!— habló sin darse cuenta de lo que decía. Algo terminaría mal. —¡¿Sucia boca?! ¡Amor, soy LuHan, no ZiTao!

 

Y sin más, KyungSoo fue a manejar bicicleta en el balcón, pues vivían en un quinto piso. Y además de vivir en un quinto piso, en ese balcón no había…  

 

***

 

La discusión continuó por un par de minutos más, varios jarrones terminaron rotos al igual que los platos y vasos. LuHan siguió insultándolo y YiFan no se quedaba atrás. Para éste punto, el mayor explotó y soltó aquello que debía haber dicho desde un principio.

 

—¡¡Me quedé con mi estúpido jefe a rogarle que no me despidiera por perder un caso muy importante que llevamos siguiendo desde hace tiempo!! ¡¿Ya?! ¡¿Content--

 

De repente un fuerte sonido inundó los oídos de ambos hombres los cuales se quedaron mirando fijamente, cómo preguntándose silenciosamente algo obvio.

Sin esperar más, fueron en busca de su hijo, creyendo que se había tropezado con algo.

 

El cuarto.

 

 

La sala.

 

 

El baño.

 

 

Gritaron varias veces su nombre y su dulce voz no se escuchó por ningún lugar. Sin pensarlo, el pánico inundo sus cuerpos, haciendo que hasta lo buscaran por debajo del sofá o dentro de la nevera sin tener éxito alguno.

 

—LuHan, ¿Por qué la bici de Soo no está aquí?

 

Ese fue el detonante de toda preocupación. LuHan se puso a llorar fuertemente sintiendo cómo su corazón se aceleraba a lo que podría ser la razón del ruido estridente que sonó hace un rato. Corrió al balcón gritando el nombre de su hijo, seguido por YiFan que imitó dicha acción presintiendo algo malo.

Y efectivamente, al llegar al gran balcón, sus sospechas se confirmaron.

 

No estaba nadie.

 

 

Ella quiere regresar el tiempo que pasó, 
para poder revivir los placeres del ayer. 
Ya no puede ver las cosas igual 
porque en el mar de olvido todo ya quedo 
ya el océano ha perdido su color azul.

Las estrellas miran,
la luna lo abraza 
y un Ángel llora.

 

***

 

La muerte de su pequeño les había alejado más que nunca cuando se suponía que ésta debía acercarlos más, después de todo, esa fue la razón por la que KyungSoo tomó esa cruel decisión.

 Ambos padres lloraron ese día.

Es horrible cuando lo que más amas se va en pocos minutos, dedicándote palabras que se grabarán eternamente en tu corazón.

YiFan trató de acercarse a su esposo para consolarlo, para tratar de cumplir el deseo de su pequeño, su ángel. Pero le fue imposible moverse dejándose llevar por la tristeza e impresión.

La mirada de LuHan estaba perdida, podía jurar que algo se quebró y desapareció una vez que enterraron a su hijo sin dejar rastro alguno de él.

YiFan, un poco abrumado por todos los acontecimientos, se mudó indefinidamente para buscar una solución a su dolor y el de su esposo, sin pensar en las consecuencias futuras.

 

***

 

Pasaron ya los años,
ya él se olvidó 
de el amor que prometió 
cuando la conoció.
Entra a la habitación y en la cama él la vio 
toca su cuerpo frío, la tristeza la mató.

Las flores ya llegaron 
el poema empezó 
sobre una tumba fría 
el llora su dolor.
Él solo quiere regresar el tiempo que pasó, 
para poder perderse así en la dulzura de su voz.


Ya no puede ver las cosas igual 
porque en el mar de olvido todo ya quedo 
y ya el océano ha perdido su color azul... 

 Las estrellas miran,
la luna lo abraza 
y un Ángel llora.

 
Las estrellas miran,
la luna lo abraza 
y dos Ángeles lloran.

 

 

Fin.

Notas finales:

¿Les gustó? Dejen rws pls, eso alienta :c 

Disculpen los herrores xD


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