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Nueva vida por khr

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Notas del capitulo:

Buenaaas, tratare de actualizar los domingos...no se si cada semana o cada dos, dependera de mis estudios y eso.

 

Bueno, disfruten el nuevo cap y animense a dejar un review!! XD

 

Como el cap anterior, lo que esté así: "jncvbjdbvdbvvbjvb" Son pensamientos de Roxas.

Hacía ya un par de horas que Roxas se había quedado solo en el internado. Con mucho esfuerzo logró encontrar su habitación y acceder a ella para tumbarse y probar la cama lo primero…no estaba nada mal. Era un buen colchón, ni muy blando ni muy duro, y las almohadas lo mismo. Además del grosor justo. La habitación no era nada del otro mundo. Un tamaño lo suficiente como para que quepan una cama con pulcras sábanas blancas y una mesa de estudio en el lado contrario, con un flexo a modo de lámpara para poder ver. El armario era empotrado y bastante amplio “no sé por qué, tendré que ir de uniforme siempre dado que mi madre no me deja salir de aquí”. En frente del armario había una puerta tras la cual había un baño con ducha y todo. No era la gran cosa pero era un alivio el poder ducharse solo también. No por nada pero a Roxas nunca le gustaba ducharse con alguien más…solo con su hermano gemelo se duchaba pero porque era como mirarse en un espejo. No era que tuviese un físico del cual avergonzarse solo que le gustaba tener su espacio y el momento de la ducha para él era algo bastante íntimo.

Tras colocar toda su ropa en el armario y dejar el uniforme colgado del picaporte decidió tumbarse en la cama a echarse una siesta. Tenía ganas de investigar el lugar pero la conversación con Xemnas y la mención reiterada de su hermano le había dejado con dolores de cabeza…todavía no había ido al médico pero pensaba que sufría de migrañas, sobretodo cuando se ponía nervioso o sumamente triste, algo que ultimamente era muy común en su vida.

Pero justo cuando estaba a punto de quedarse profundamente dormido escuchó el ruido de la cisterna sonando. Se incorporó sobresaltado. “¿Cómo demonios ha sonado? Tendría que estar solo…” Se giró a la puerta y vio que no estaba con llave echada. Bufando se levantó y fui directo al baño dispuesto a encarar al que se le hubiese ocurrido entrar sin permiso a su cuarto pero antes de agarrar el picaporte de la puerta del baño la puerta se abrió, dejando ver a un adolescente alto, pelirrojo con los pelos hacia todos los lados como un puercoespín y dos tatuajes en forma de lágrimas debajo de los ojos.Iba vestido de negro con una camiseta de un grupo de rock…”al menos la camiseta es de Nirvana, tiene buen gusto para la música”. Pero ese punto a favor no fue suficiente para frenar la ira de Roxas hacia ese sujeto.

 

-¿Se puede saber qué haces aquí?-preguntó el rubio con un tono gélido.

 

-Mear-soltó casual el pelirrojo pasando de largo de Roxas dirigiéndose a la cama de este a tumbarse-cuando una persona va al baño suele ser por eso ¿sabes?-continuó en un tono de voz desenfadado y exasperante para Roxas.

 

-Perdón te creía más inteligente, concretaré mi respuesta-dijo Roxas empezando a perder su paciencia-¿qué demonios hacías en el baño de MI habitación sin permiso?

 

-Sencillo, mear-respondió sonriendo con sorna el pelirrojo. Hecho que a Roxas no le gustó nada pero antes de poder replicar el chico siguió hablando-ahora que si te refieres a por qué estaba en el baño de tu habitación y no en el de la mía, la respuesta es que quería verte.

 

-Pues ya lo has hecho, fuera de aquí-dijo Roxas mientras abría la puerta de su habitación invitando a su acompañante a irse.

 

-Que desconsiderado eres número XIII, eres la primera persona que desea que me vaya de su cama-el tono pícaro que usó fue lo que sacó a Roxas de sus cinco sentidos e hizo que tuviera que suspirar masajeándose las sienes con una mano para no soltar nada inapropiado.

 

-Es todo un honor ser el primero, pero insisto: lárgate, quiero dormir-respondió el rubio con voz cansada-y para tu información no me llamo número XIII si no Roxas.

 

-¿Dormir? ¿Sin comer? Eres raro chico.

 

-Ufff Dios…-suspiró Roxas de nuevo-¿se puede saber quién eres y qué quieres?-sabía que dado que no había conseguido amedrentar al mayor para que se larguese, la única forma de conseguirlo sería dándole lo que quería.

 

-Pues mi nombre es Axel-empezó el pelirrojo levantándose de su cama-y quería, como ya te he dicho Roxas, conocerte. ¿Por qué, te preguntaras? Porque soy…-Axel empezó a hacer el ruido como de un tambor dando golpes a la mesa de estudio.

 

-¿Lo quieres decir de una vez?-le gritó el rubio…ese sonido solo acrecentaba su jaqueca.

 

-TU TUTOR-terminó celebrando Axel poniendo una pose extraña a los ojos de Roxas, como las que hacen los payasos en los circos al terminar un número.

 

-Tenía entendido que los estudiantes llegaban mañana-dijo Roxas sentándose en su cama cansado de estar de pie sujetando un brazo su puerta.

 

-La mayoría sí. Creo que hoy solo estamos tú y yo. Y para suerte tuya nuestras habitaciones quedan en la misma planta-dijo sonriendo cerrando la puerta y apoyándose en ella.

 

-¿También tienes habitación individual?-preguntó extrañado el rubio.

 

-La número VIII-dijo mostrándole el llavero-ya sabes donde encontrarme si necesitas algo-Roxas le miró y bufando volvió a apartar la mirada para decir lo que estaba pensando-si te preguntas el por qué tengo una individual es porque soy lo que la gente comunmente llama genio-dijo soltandoun guiño.

 

-No, ya veo que por tu educación o modestia no te la dieron.

 

-Soy el más modesto de este sitio, ya lo verás-sonrió el pelirrojo. “grandísimo idiota el pelo de puercoespín este”-y esto me lleva a mi siguiente pregunta. ¿Por qué tienes una individual tú? No te lo tomes a mal pero no pareces rico y si fueses tan listo como para conseguirla no necesitaría un tutor.

 

-Si tienes tanta curiosidad pregúntale a Xemnas-soltó el rubio al no ocurrírsele una excusa para no decir la verdad.

 

-Jajaja muy amable, desearme una horrible muerte a manos de nuestro bien amado director por: meter mis narices donde no me llaman-lo último lo dijo con una brillante imitación de la voz y porte del director que si no fuese por el dolor de cabeza que le mataba, habría hecho salir de Roxas una pequeña sonrisa…

 

-Bien, ya me has conocido, has visto donde duermo, hemos charlado un poco-recapitulaba Roxas-¿Qué más necesitas para dejarme dormir?

 

-Pues mi plan era enseñarte la escuela y darte algunos consejos-dijo rascándose la nuca el pelirrojo sonriendo tímidamente.

 

-A ver…-Roxas no sabía como librarse de esta. No estaba interesado en hacer amigos, pero le vendría muy bien saberlo todo sobre este lugar. Pero por otro lado necesitaba descansar para que cesase su tremendo dolor de cabeza-¿qué te parece venir a las cinco? Dame un par de horas para que se me pase este terrible dolor de cabeza.

 

-¿Sufres de jaquecas?-preguntó curioso Axel-deberías visitar la enfermería. Tienen un remedio buenísimo. En época de examenes mucha gente hasta se desmaya por las jaquecas que les dan por estudiar tanto y dormir tan poco.

 

-Lo haré pero ahora si no te importa…

 

-Si sí, sin problemas-se despidió el mayor.

 

Según salió por la puerta Roxas se levantó y cerró con llave la puerta, no estaba dispuesto a despertarse y ver a ese chico de nuevo en su habitación sin permiso. “Es de ser un maleducado sin remedio”. Se habría esperado a cualquier persona, con cualquier pinta de pringado para ser su tutor mientras se adaptaba. Pero no creía que fuese…eso su tutor. “Demasiado alegre e inquieto para mi gusto” y con esos pensamientos, ya por fin logró tumbarse en la cama para intentar dormir y calmar ese dolor de cabeza.

 

Xxxxxx

 

Pesadilla:

Era un lugar oscuro…el interior de un armario. En él estaban dos rubios idénticos como gotas de agua. Uno no paraba de llorar e hiperventilar, lo estaba pasando realmente mal y como siguiese así les descubrirían…

-Cálmate-le susurró en el oido el más calmado de los dos-no nos pueden oir.

Al otro ni tan siquiera le salía la voz. Pero todo fue peor cuando se empezaron a oir las pisadas al otro lado de la puerta del armario. La puerta estaba un poco entreabierta, por lo que el gemelo calmado podía ver lo que ocurría ahí fuera.

El dueño de las pisadas llevaba una pistola. Iba completamente vestido de negro y tenía una sonrisa de maniaco pintada enel rostro. Se veía que gozaba de atormentar así a los pobres rubios. El hombre pareció desistir de encontrar a los gemelos en este cuarto por lo que empezó a irse pero un ruido tras las cortinas le hicieron girarse rapidamente y disparar en esa dirección, oyendo después unos gemidos de perro malherido.

-NO-gritó el gemelo que no era capaz de calmarse.

Ante semejante grito el dueño de la pistola se giró hacia el armario sonriendo, todo para ver como uno de los gemelos salía corriendo del armario rumbo a las escaleras para huir de la habitación. Dejando al otro inmóvil en el armario…

Fin de la pesadilla

 

Roxas se levantó de un salto de su siesta, alarmado y asustado por esa pesadilla que se hacía recurrente en su día a día. Como siempre después de aquello, se levantó sudoroso y…habiéndose hecho pis en la cama. “Joder… ¿Cómo cambio ahora las sábanas?”. Ese era el otro motivo por el que le aterraba compartir cuarto con alguien: la vergüenza de hacerse pis en la cama con dieciséis años siempre después de tener ese sueño. Es cierto que estaba mejorando, antes siempre tenía ese sueño…ahora tan solo una vez cada pocos días…llevaba una buena media, en tres o cuatro semanas se había reducido esa pesadilla. “Pero es raro…ya tuve anoche esta pesadilla…”.

Con esto en mente, se dispuso a quitar las sábanas de la cama para lavarlas como buenamente pudiera. Y de paso darse una ducha para limpiarse. Estaba todo sudoroso y olía a orina que apestaba.

No pasaron ni dos minutos desde que se metió a duchar cuando ya oía como aporreban su puerta. “Será Axel…en fin, que espera si en verdad le interesa enseñarme la escuela”. Una vez terminó de ducharse tardando más de lo normal salió de la ducha y se dispuso a secarse y cambiarse.

 

-Eeehhh!!-chillaban al otro lado de la puerta-abre de una vez demonio rubio, sé que ya te has duchado.

 

-Ahora salgo-gritó Roxas a la puerta mientras se ponía su ropa interior.

 

-No creo que me dé un infarto el ver a un tío semidesnudo por muy rubio de anuncio que sea-un sonrojo adornó las mejillas de Roxas tras escuchar semejante… ¿piropo?

 

-Ca..Cállate-tartamudeó como buenamente pudo el rubio muerto de la vergüenza.

 

-Venga ya, ¿Es el primer piropo que te dicen?-preguntó con sorna el pelirrojo al otro lado de la puerta.

 

-De parte de un pelirrojo pervertido-empezó Roxas mientras abría la puerta, ocasionando la caída del más alto por estar recargado en la puerta de espaldas-sí.

 

-Ah bueno, por lo menos soy el primero en algo-Roxas bufó ante esto. No le desagradaba el mayor solo que…era muy alegre…y ahora mismo no quería serlo.

 

-En fin, enséñame el internado anda-dijo el rubio mientras cerraba la puerta de su habitación con llave-y cuéntame cosas importantes de las clases.

 

Axel sonrió y empezó a hacer de guía turístico. Le empezó mostrando el resto de las habitaciones individuales. Estaban en el mismo pasillo, pero lo que más sorprendió a Roxas fue el hecho de que tenían para ellos solos un salón, con sofás y mesas blancas, y paredes grises con un enorme ventanal que ocupaba toda una pared, solo para ellos. Los privilegiados del colegio. Según le explicó Axel, se había hecho así para que la élite se relacionase entre ella. “No entiendo como pueden ser tan clasistas…” pero a pesar de estos pensamientos, a Roxas no le desagradaba la idea de una habitación tan cómoda donde como mucho abría trece personas. Otra cosa es que les aguantase.

 

-Por cierto, invéntate una buena mentira para explicar al resto de los de habitaciones individuales el por qué la tienes-le dijo el pelirrojo mientras bajaban unas escaleras rumbo a los pisos inferiores.

 

-¿Por?

 

-Simple, así no especularán y ninguno te espiará para descubrir la verdad-respondió alzando los hombros el mayor.

 

-¿Y qué más les da a ellos eso? No entiendo.

 

-Ay Roxas…bendita inocencia que tienes-se rió el pelirrojo-pues como ya te habrá dicho el director, las individuales suelen ser para gente muy rica o muy lista. Nadie del montón tendría una. Por eso, si no les dices el por qué investigarán. Y algo me dice que tienes algún que otro secreto-terminó guiñándole un ojo al rubio, ocasionando que este apartara la mirada molesto.

 

-¿Y tú no investigarás?-preguntó receloso el rubio-¿qué me dice que eres diferente al resto?

 

-Punto número uno: Xemna confía en mí para ser tu niñera-Roxas trató de replicar ante el hecho de que se refiriese indirectamente a él como un niño pequeño pero Axel fue más rápido en seguir hablando-y punto número dos: no es malo tener secretos con desconocidos.

 

-¿A qué te refieres?

 

-Pues a eso. Ni tan siquiera yo te he contado algo de mí. Además no me gusta meter en la vida de los demás-explicó Axel-cuando me quieras contar el por qué de tu misteriosa llegada, yo te escucharé.

 

-¿Y si nunca quiero?-dijo con desconfianza el rubio. Le parecía que el pelirrojo en verdad sí que le interesaba su persona.

 

-Pues agonizaré en mi lecho de muerto con la curiosidad de el por qué me pidieron ser tu tutor.

 

Y con esto terminó la charla. Axel no parecía tener nada más que decir y Roxas en verdad no sabía qué decir. “El estar con alguien sin que me pregunte de mi pasado, no estaría mal… lástima que nunca se me diese bien hacer amigos para intentarlo con este pelirrojo demasiado alegre”. Al bajar las escaleras que a Roxas se le hicieron demasiado largas, Axel le enseñó todo lo relativo a las aulas de clases. Era todo un pasillo con seis aulas, para los siete cursos que se impartían. Roxas cursaría en el aula 3, la perteneciente a quinto curso. Axel estaba en la 1, la del último curso que casualmente estaba en frente de la biblioteca. Según Axel porque pasaban más tiempo estudiando en ella que dando clases. En ese mismo pasillo, salín perpendicular a este otros cinco pasillos con unas enormes puertas automáticas en su inicio. Eso era lo conocido como Módulos. Ahí estaban los laboratorios de ciencias, salas de ordenadores, despachos de profesores, aulas especiales de algunas asignaturas…Y según le contó Axel, había cuatro plantas en cada módulo, y el pasillo de cada uno era casi tan largo como el pasillo de las clases.

Después Axel le enseñó la cafetería. No era muy grande como para que pudiese comer todo el internado ahí pero como dijo Axel, esto no era el comedor oficial. Solo era para tomarse un café, desayunar en alguna hora muerta o para comer si estás en la biblioteca demasiado ocupado como para perder tiempo yendo hasta el comedor, o por si se te ha pasado la comida.

Después, Axel le enseñó todo lo relativo al comedor, el pasillo de cocinas al cual tenían prohibidísimo entrar y el camino hacia el pabellón de gimnasia desde un ventanal, pues lloviendo como llovía no podrían salir afuera. También le dijo que fuera había un pequeño parque para los más pequeños y bancos en un paseo que habían construido atravesando un pequeño bosque que llegaba hasta un mirador desde donde se veía toda la ciudad.

 

-¿Qué interés puede tener un mirador para contemplar esta fea ciudad?-preguntó Roxas. Llevaban cerca de dos horas haciendo el tour por la escuela a Roxas cada vez le agradaba más la presencia del pelirrojo.

 

-Pues vista desde estas alturas es bastante hermosa…a su manera claro jaja-respondió Axel riendo por la mirada de Roxas que le quería decir: estás loco chico.

 

-¿Y dónde se juntan los que no tienen habitaciones individuales?-preguntó el rubio con curiosidad.

 

-Pues tienen lo que llamamos: sala común-empezó a explicar Axel mientras se dirigían al comedor para cenar. La cena se servía a las 20:20 y ya eran las 20:10, pues al final no habían salido a las cinco a hacer la visita como habían quedado-es un salón parecido al nuestro pero donde se juntan todos los del mismo curso.

 

-¿Y solo pueden pasar los de ese curso?-preguntó.

 

-Emmm en la teoría no-dijo Axel-es una regla no escrita. A esa sala solo pueden estar los de ese curso. Es sencillo saber quien es de tu curso, a fin de cuentas duermen en el mismo pasillo.

 

-¿Y si quiero ir a buscarte alguna vez?-preguntó sin pensar el rubio ocasionando un sonrojo que trató de disimular girando la cabeza hacia otra dirección para no ver al mayor.

 

-Pues vas a la sala y entras a por mí-respondió obviando la reacción del rubio-no hay ninguna regla que lo prohiba como el entrar a nuestra propia sala común, tan solo que no lo sueles hacer. Si quieres estar con tus amigos de otros cursos, te vas fuera. O a la cafetería, o al comedor.

 

-¿No puedes estar por los pasillos?-preguntó curioso el rubio mientras entraban al enorme comedor. Había cuatro mesas tan largas coomo la instancia con un banco a cada lado de la mesa. Se sentaron al principio de una de las mesas, donde había un par de platos y un carrito con la comida. Se pusieron a cenar.

 

-Haber, puedes estar en los pasillos si vas a algún lado, no puedes acampar en ellos-explicó con la boca llena Axel, ganándose una mirada de asco por parte de Roxas. Después de tragar continuó-pero tienes que ir a algún lado donde se te esté permitido estar en ese momento.

 

-Me volví a perder. Parece que te gusta el que te pregunto de seguido-trató de bromear el rubio. No se le daban muy allá las bromas, pero a Axel le causó risa por lo que se dio por satisfecho.

 

-A ver. Por ejemplo, a partir de las diez de la noche no puedes andar por los pasillos hasta las seis de mañana, y solo si vas a la biblioteca, por lo que para ello tendrás que tener un pase especial.

 

-¿Un pase especial?

 

-Sí, algo así como una autorización de un profesor que te permite andar por los pasillos a esa hora.

 

-¿Pero la biblioteca abría veinticuatro horas no?

 

-Correcto. Para eso están los pases de pasillo, como se llaman-explicó Axel mientras terminaba de cenar y esperaba a que el rubio también lo hiciera-ese pase, te lo va a pedir o bien un profesor o buen un vigilante de pasillos-Roxas volvió a fruncir el ceño y se dispuso a preguntar algo pero Axel se adelantó a ello-un vigilante de pasillo es un alumno de quinto para arriba al que el director Xemnas obsequia con un pase de pasillo especial que le permite ir a donde quiera cuando quiera. Eso es la paga, el trabajo consiste en vigilar que no hay ningún alumno por los pasillos haciendo nada malo. Tenemos que hacer guardias.

 

-¿Cómo que tenemos? ¿Eres un vigilante?-preguntó impresionado el rubio.

 

-Así es-sonrió orgulloso el pelirrojo-en total somos cuatro vigilantes por curso desde quinto, somos justamente doce personas.

 

-Vamos que si hago algo malo como escapar de mi habitación tú me regañas como buena niñera-bromeó Roxas, haciendo que ambos dos rieran.

 

-Algo así, pero trata de no meterte en problemas.

 

-¿Y si un vigilante me toma manía?-preguntó con miedo-me suele pasar el caerle mal a gente con autoridad…

 

-Pues entonces yo te salvaré-dijo sonriendo-pero vamos no creo que ninguno te tome resentimiento…aunque tal ve…no, nada. Olvídalo.

 

Roxas no tuvo ocasión de replicar pues Axel se levantó diciendo que ya era hora de volver a su pasillo. A la sala común, específicamente. Aunque no mucho tiempo le aseguró Axel. Resulta que mañana vienen los alumnos a las ocho de la mañana y a la una es la presentación en el aula magna del internado.

Una vez en la sala común Roxas se tiró sobre el sofá más cómodo que vio. Al poco apareció Axel con un par de chocolates calientes. Roxas le miró inquisitivamente preguntando sin palabras de dónde los había sacado. Axel señaló una máquina de cápsulas donde se podían hacer café, té, chocolate…”Otro lujo de habitación individual” pensó el rubio mientras disfrutaba del chocolate.

 

-Bien, solo hay una última cosa que te tengo que decir-empezó Axel.

 

-¿Qué es? Creo que ya me has contado todo lo relativo al internado.

 

-Lo oficial sí. Pero los alumnos tenemos ciertas…normas entre nosotros-dijo Axel. Roxas se calló desconfiado. Algo le decía que la seriedad del mayor significaba que no eran muy buenas-en primer lugar, te harán una novatada por venir nuevo. Ten cuidado y no confíes en nadie hasta que no pase una semana. Si pasa una semana sin que te ocurra nada, ya no podrán hacerte nada-le avisó Axel. Roxas solo asentía-en segundo lugar, no te presentes a delegado ni te involucres en nada con el consejo de estudiantes.

 

-¿Por qué?-preguntó el rubio. No es que tuviese ganas de ser delegado ni nada, solo que le hacía raro. El delegado siempre era el listo y buena persona de la clase.

 

-Son peor que las ratas. No son de fiar Roxas, hacen con el internado lo que quieres-dijo Axel-antes ellos vigilaban los pasillos. Por unos cuantos problemas que hubo, pasó a ser Xemnas quien nombraba a los vigilantes.

 

-¿Qué ocurrió?

 

-Nada que debas sabes. Yo estaba en primer curso, asi que ya hace bastante de eso. El caso: aléjate de ellos. En tercer lugar: no te fíes de los profesores de biología y literatura. Son malas personas, ambos son hermanos y aspiran a puesto de Xemnas para hacer lo que quieran con el internado. Ayudan al consejo de estudiantes.

 

-¿Por qué defiendes tanto a Xemnas?-preguntó con muchas dudas de todo lo que le contaba el pelirrojo.

 

-Es el mejor director que ha tenido este internado. Hazme caso, he pasado por dos directores y oido cosas terribles de este sitio-dijo Axel-y Xemnas le dio un completo lavado de cara al sitio. Este sitio siempre ha sido mi hogar, y él lo convirtió en un lugar seguro-Axel hablaba con una mirada seria y desafiante. Roxas no sabía qué pasaba aquí, pero decidió no preguntar nada-y por último: no pierdas tu llave.

 

-¿Qué más dará que la pierda? Me dan otra y ya.

 

-Esto no funciona así rubio-se rió Axel mientras se levantaba y se estiraba indicando a Roxas que ya era hora de ir a dormir-gracias al fabuloso consejo de estudiantes, si alguien de una habitación individual pierde su llave o se la roban, el que se encuentra la llave se queda con la habitación. Como te explicó Xemnas estas habitaciones solo son para lo mejor de lo mejor, y si la pierdes, no eres tan brillante como para merecerte este privilegio.

 

-¿Pero es un poco anárquico no?-dijo flipando el rubio en frente de la habitación XIII-se tienen que matar por una llave de estas entonces.

 

-Así es. Pero nosotros XII somos más listos que esos del consejo de estudiantes, que son los que buscan con desesperación nuestras llaves…bueno, ahora nosotros XIII.

 

-Oye… ¿son majos los de este pasillo?-preguntó con miedo el rubio.

 

-Bueno, si le quitas lo entrometidos que son y esas cosas…sí. Nos llevamos bien entre nosotros además. Bueno…algunas son peor que una patada en los huevos, pero mejor que lo descubras tú-terminó Axel sonriendo con burla-bueno, buenas noches Roxas. Mañana nos vemos.

 

Axel se dio la vuelta rumbo a su habitación. Roxas se quedó estático con la llave en la cerradura. Se moría de ganas de gritarle a Axel que si quería ser su amigo pero…nunca había hecho algo semejante. Siempre era su hermano el que hacía esas cosas por los dos. “Tengo que ser bipolar…primero le odio y en una tarde me agrada su compañía…”. Tragó en seco. Se armó de valor gritó a la espalda de Axel.

 

-¿Quieressermiamigo?-estaba tan nervioso que no separó las palabras, ocasionando que Axel se girase sonriendo confundido.

 

-¿Qué? No te entendí.

 

-Que…bueno, en fin…yo me preguntaba si…en fin…-Roxas no podía ni articular una frase de lo nervioso que estaba. Al darse cuenta del ridículo que estaba haciendo suspiró y miró al suelo para una vez sereno mirar a los ojos a Axel, que se había acercado a él para escucharle mejor-¿amigos?-preguntó tendiéndole la mano a Axel.

 

-¿No sueles hacer muchos verdad?-preguntó riendo un poco el pelirrojo, causando un sonrojo en el rubio-bueno, me alegra ser el primer amigo que haces aquí-terminó Axel tendiéndole la mano al rubio también para darse un apretón, como quien cierra un trato.

 

“Espero no arrepentirme…”

 


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