La boda se realizaría en el Hotel Akashi’s Corporation el cual se encontraba a las orillas de la playa de Sesoko.
El hotel poseía una pequeña capilla a un costado de la planta baja, allí se efectuaría la ceremonia.
Los invitados iban llegando, felicitando al novio, dando palabras de aliento y dirigiéndose a las bancas para sentarse esperando la entrada de la novia y el inicio de la ceremonia.
La capilla había sido adornada con cadenas de flores a los costados de las bancas y adornos en la parte superior de estas con diferentes tipos de flores de color blanco, en algunas de ellas se encontraban onvolvulus sabatius, en otras zantedeschia dándole un toque extravagante pero fino a la vez y por último se encontraba una combinación de claveles con amarilis, todo bajo la supervisión de su amiga Alex, ella había querido encargarse de los arreglos de la capilla.
Taiga, el novio, se encontraba nervioso, sentía sus manos húmedas, aun no era la hora pero la mayor parte de los invitados ya habían llegado, cada uno dirigiéndose a él deseándole lo mejor en su nueva etapa que comenzaría en unas horas más.
- Nunca pensé que el mujeriego del Instituto Mc I. fuera el primero en casarse – saludo su amigo Daiki -.
- Ni yo lo creía, aun no me lo creo – rio forzadamente – pero aquí estoy, a unos minutos de casarme – dirigió su mirada a los invitados, en busca de algo -.
- Aun no llegan los demás, creo que siguieron festejando tú despedida de soltero, sin ti – rio colocando sus manos en el abdomen pensando las estupideces que sus amigos estarían haciendo aun en el bar o quién sabe dónde – espero y lleguen sobrios o al menos cuerdos, no queremos que arruinen tu boda -.
- Están hablando de nosotros – la voz de pito que tenía Kazunari se escuchó en todo el lugar haciendo que los invitados dirigieran sus miradas hacia ellos – nos desaparecemos unas horas y ya nos extrañan -.
- Kazunari cierra el pico, estamos en una iglesia – Tatsuya era igual de escandaloso o más que Kazunari pero el comprendía donde se encontraban – discúlpalo, esta triste, ya no tendrá con quien irse a emborrachar -.
- No estoy triste – dijo haciendo un puchero –.
- Siempre vas a ser mi hermanito pequeño, eso aunque me case nunca cambiara ¿sabes? – rio -.
- Eso se escuchó tan gay – rio sonoramente atrayendo la mirada de algunos invitados – sé que me amas pero no podemos hacer público eso ahora – dijo haciendo un giño
- ¿Y Ryou?, ¿Dónde está? –.
- Esta con la novia, su hermana es la organizadora de la boda y lo trae de un lado para otro cargando cosas y eso – contesto Daiki restándole importancia.
- Chicos, ya pónganse en su lugar, en unos minutos da comienzo la ceremonia – grito Alex -.
- Ya vamos mamá – dijeron todos juntos dirigiéndose a un costado del novio acomodándose las corbatas y el traje -.
- Ryouta no llegara a tiempo – susurro al oído de Daiki -.
- Si llegara – contesto el moreno -.
- Cuanto apuestan – Kazunari se unió a la conversación -.
- Dios, están en una iglesia, no apuesten en un lugar sagrado – susurro el pelirrojo al escuchar a sus amigos -.
- 10000 yenes a que llega tarde – aposto muy confiado Tatsuya -.
- 10000 yenes a que llega a tiempo – aposto Daiki -.
- 10000 yenes a que llega a la mitad de la ceremonia – aporto Kazunari -.
Los tres se dieron la mano diciendo – trato hecho – cerrando su apuesta sin importar que estuvieran en una iglesia y tuvieran a unos metros al sacerdote que daría comienzo a esta.
La orquesta comenzó la marcha nupcial dando inicio a la ceremonia, los invitados se levantaron de sus asientos y dirigieron la mirada hacia la puerta donde entraría la novia.
Taiga sentía sus manos sudar aún más, su respiración se había hecho más rápida al igual que los latidos de su corazón, volteo en búsqueda de sus amigos por algo de apoyo, ellos solo sonrieron al ver lo nervioso que se encontraba, su familia se encontraba en primera fila, su madre; una mujer de estatura promedio y cabellera castaña lucía un hermoso vestido rojo y su padre; un hombre alto, pelirrojo de porte discreto paso del típico traje negro a uno gris acompañado de una corbata roja haciéndole juego al vestido de su madre, ambos se encontraban felices, era el gran día de su pequeño.
Ryou salió de una esquina brillando literalmente, él siempre fue el galán del grupo y también el más tonto, no por ser rubio sino por las tonterías que salían constantemente de su boca.
Escucho una expresión de triunfo detrás de él, al parecer Daiki había ganado.
Volvió a prestar atención al frente, Araki y su padre hicieron acto de presencia, lucia tan hermosa, a pesar de su carácter arisco se veía encantadora, lucía un vestido blanco de encaje corte sirena el cual acentuaba su figura y su cabello agarrado hacían que sus ojos resplandecieran aún más, sonrió, como la amaba, en unos minutos seria su esposa, seria Kagami Araki.
Su padre la dejo en sus manos, el señor estaba feliz, conocía como era Taiga, un joven de buena familia y estabilidad económica, trabajador y atento, esas virtudes tapaban el que fuera un mujeriego en su adolescencia, una lágrima descendió por su mejilla, dejaría a su pequeña pero sabía que estaría en buenas manos.
- Todos de pie – dijo a través del micrófono el sacerdote, dirigió su mirada a los novios - Queridos amigos, ustedes han venido a esta Iglesia para que el Señor selle y fortalezca su amor en presencia del ministro de la Iglesia y de esta comunidad. Cristo bendice abundantemente este amor. Él los ha consagrado a ustedes en el bautismo y ahora los enriquece y los fortalece por medio de un sacramento especial para que ustedes asuman las responsabilidades del matrimonio en fidelidad mutua y perdurable. Así, en la presencia de la Iglesia, les pido que digan sus intenciones, Taiga, comienza – término colocando el micrófono cerca de la boca del novio -.
- Yo te quiero a ti, Araki, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida – el pelirrojo recito lo que tanto había practicado sintiéndose orgulloso de no tartamudear -.
- Yo, Araki, te… te quie… quiero a ti, Taiga – comenzó a tartamudear, sentía un nudo en la garganta - como espo…
Los invitados comenzaron a susurrar haciendo que Taiga se pusiera más nervioso, el sacerdote le acerco el libro para que mejor lo leyera pero ella no lo tomo.
- Yo, lo siento – de sus ojos comenzaron a salir lagrimas – lo siento mucho Taiga, no me voy a casar contigo – diciendo esto salió corriendo dejando a un pelirrojo en Shock -.
Los murmullos comenzaron a escucharse por toda la capilla, Taiga no sabía cómo reaccionar, sus amigos comenzaron a hablarle pero él no escuchaba nada, solo podía escuchar la voz de Araki diciendo – no me voy a casar contigo – una y otra vez, Daiki, Kazunari y el padre de la novia salieron en busca de ella mientras que su madre, Tatsuya y Ryou trataban de hacerlo reaccionar.
Todo era un caos, los invitados no paraban de hablar – Lo dejaron tan joven –, - La chica es una mal agradecida – Pobre, le afecto mucho – comentarios como esos se escuchaban por toda la capilla, Alex trataba de calmar a la gente diciéndoles que se solucionaría, que la novia estaba nerviosa, pero todos sabíamos que eso era mentira, lo habían dejado plantado en el altar, a unos minutos de casarse con la mujer que era su mundo, con la mujer que pasaría los años que le quedaran de vida, todo se derrumbó ante sus ojos, escucho a su madre gritar y después todo se tornó oscuro, se había desmayado.