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Mi percepción del tiempo, el reloj y una taza de café [Taoris] por Blume QR

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Notas del capitulo:

Antes que nada quiero decir gracias por los comentarios.
Me sentí muy feliz al leerlos y segundo que nada,
aquí habrá pequeños detalles… que…
Bueno, ya verán. Espero lo disfruten. 

Se quedó recostado desde que llegó a casa aún escuchando retumbar la voz de aquel hombre bruto en sus pensamientos y reteniendo en su memoria la mirada de aquel chico suplicando que le concedieran algo de tiempo. Desde que lo conoció creyó que Kris simplemente era así porque sí, no obstante, ahora entendía que quizá había una razón y le disgustaban las teorías que podía sacar al respecto. 

El zumbar de su teléfono le regresó a la realidad, al desbloquearlo apreció en la pantalla el mensaje de su asesor  citándolo a las  7 de la noche para hablar respecto a sus materias optativas y el ensayo que envió por la mañana. Tao suspiró aliviado, al fin podría pensar en algo que no fuese aquel muchacho agregando que quizá iría con su padre a impartir clase por la noche.

Pero lo ultimo no ocurrió, A final de cuentas la plática con su asesor  vía Vídeo chat se extendió más de lo esperado, independientemente de sus estudios hablaban de otras cosas que al final terminaban enlazadas con sus tareas debido a los variados cursos que tomaba. 

-¿Ya escogiste un tema para tu trabajo final de psicología? 

-Faltan varios meses para ello... aún hay tiempo-

-Nunca te confíes al respecto, el tiempo es relativo y puede que antes de que te des cuenta mañana sea el día de entrega. Además recuerda que este proyecto puede abrir las puertas de la Universidad de tus sueños...- al decir esto en la pantalla se aprecio como el maestro movía los dedos en un intento de hacer alusión a algún tipo de magia. Tao ahogo una carcajada. 

-Lo sé. Lo sé, en cuanto tenga algunas opciones se las haré saber...  

-De acuerdo. En fin, van a dar las 9 y mi esposa me espera. Tu padre llegara pronto así que nos vemos el siguiente Lunes para revisar otras cosas


-Por supuesto. Buenas noches.-dijo Tao cortando la comunicación. Ahora que su mente se había relajado se sentía mejor. Estiró los brazos sobre la cabeza y se incorporó recordando que le tocaba preparar la cena. 

Recibió a su padre con la mesa ya servida, frente a su asiento había un plato con sopa acompañado de un corte grueso de carne de res y puré de papa mientras que de lado de Tao sólo había un poco de pollo y ensalada. Su padre no tardó en sentarse a devorar lo que su hijo le había presentado. "Delicioso" exclamó comiendo de manera atropellada. 

- Y bueno, por esta razón también amo los Lunes. Te ves mejor hijo... 

-Me siento mejor.- agregó sonriendo- ahora sí puedo contarte lo que ocurrió.

-Anda dime que me muero de la curiosidad y por cierto- el hombre buscó en uno de sus bolsillos- te traje esto por ganar... pero es para después de la cena.- colocó sobre la mesa una barra de chocolate y la empujó en dirección a Tao que la recibió agradecido.

Entre bocados el rubio relató a su padre con lujo de detalle lo que había presenciado en la cafetería. Desde su llegada hasta que terminó su turno. El hombre lo observó detenidamente cuando habló sobre como el padre de Kris lo  sacó a trompicones del lugar. Bajó la vista ensartando su tenedor en un trozo de carne y se cruzó de brazos observando al rededor con el ceño fruncido. 

-¿Ocurre algo?-

-Nada en realidad. Es sólo que no entiendo cómo es que hay gente que puede tratar a su propia sangre tan mal, hablo de humillarlo... me quita el apetito. 

-Quizá, pero si no te lo comes ahora no pienso levantarme a calentarlo. -
dicho eso su padre volvió a prestarle Atención a sus alimentos. 

Tao entendía por qué se enojaba y el Tampoco podía creer que esas actitudes fueran posibles, desde siempre se había visto rodeado de familias amorosas y padres protectores como el suyo. El pensar que podría faltarle le entristeció por un segundo, sin embargo, hizo a un lado la idea, no había motivos para tan siquiera considerarlo. 

-En fin...- retomó la plática señalando con el cubierto- el punto es que ahora sé su nombre, ya no deberemos llamarle el amargado o darle adjetivos similares. 

-Me gustaban los adjetivos- anunció con una risa gruesa- pero hijo, creo que te ha timado, nadie en el condado se llama Kris. Puedes preguntarle a quien sea y verás que  es verdad, ni siquiera creo que lo hayan visto en un lugar que no sea en la cafetería. 

-Puede que tengas razón, pero no estoy para meterme en ello. Si sólo aparece allí me incumbe, su vida afuera realmente no me importa.- Y era verdad, su relación con los clientes se reducía a darles Atención en tato estuvieran en el establecimiento en dónde él se encargaba de darles, de la manera que le fuese posible, unos minutos de paz.

-Exacto- afirmó su padre con una sonrisa orgulloso de que Tao, a pesar de tener un alma solidaria, sabía hacerse a un lado en momentos así.

Acto seguido su hijo término la cena, se levantó lavó sus trastes y subió a recostarse para mañana retomar la rutina. Todo fue cosa de un día y las piezas encajarían en su lugar en la mañana.

                                       • ◘ •



10:00 PM a las afuera del condado. 

Su 'dueño', como solía llamarlo, le llevaba de vuelta a la ciudad. Ya se imaginaba lo que se inventarían los asistentes de la empresa al respecto incluyendo algunos reporteros amarillistas "El hijo prodigo toma una pausa de sus estudios en el internado" o quizá..."El heredero de la industria Black Forest regresa a pasar tiempo con su padre después de los escándalos del año pasado"  Sea cual sea el título del encabezado sabrían sobre llevarlo. 

Kris permanecía con los brazos cruzados  y cabizbajo, sentado en la parte de atrás de una camioneta con vidrios polarizados, en la parte de enfrente su progenitor, en el asiento del copiloto, le observaba por el retrovisor. Podía notar su ira contenida y sabía que al llegar a su destino las cosas se desatarían. Tembló levemente y decidió decir algo en su defensa.

-Papá escucha... 

-¡Callate!- le cortó aquel hombre. 

El grito retumbó en el vehículo, tanto así que incluso el conductor dio un Respingo. Todo estaba perdido y no podía hacer nada al respecto, ni él ni los empleados que le daban el cariño que nunca recibió de su padre.  Al frente, la ciudad se alzaba imponente haciéndole al chico temer lo que se avecinaba. Poco a poco se fueron internando entre las calles frenando cuando llegaron al lugar indicado. Un edificio enorme bien iluminado que jugaba el papel de residencia y empresa a la vez, se encontraba a la derecha, su padre bajó de la camioneta esperando que su hijo hiciese lo mismo. 

-Kris... -comenzó a  decir el chofer girando hacia él- Escucha cualquier... 

-¡Su nombre es Wu Yi Fan! Y en cuanto vuelva a escuchar que alguien más le diga "Kris" terminarán en la calle hundido hasta el cuello.- para reafirmar cerró la puerta azotándola. 

-Todo estará bien...-mencionó nuevamente el conductor.

-Claro- dijo el chico cabizbajo entendiendo que todo era una vil mentira. 

Al descender buscó a su padre con la mirada, al encontrarlo se dirigió hacia él y se puso a su lado alzando la cabeza con cierto orgullo, al ver esto el hombre sonrió y le pasó el brazo sobre los hombros del muchacho intentando fallidamente un abrazo. Acto seguido le sostuvo la mirada dijo: 

-Hijo. Tú no sabes nada...- pero al contrarió de lo que su padre suponía, Wu Yi Fan lo sabía todo.

                                      •◘•


Una semana pasó después de que Kris se apareció en los alrededores por última vez. Las cosas en el "Café de Violeta" marchaban con calma y nadie parecía notar la ausencia del chico que nunca tenía un buen día excepto Tao que, siempre que daban las 9:30, giraba en dirección a la puerta esperando que un minuto más tarde Kris se presentara. Para cuando aquello ocurriera y le viera avanzar al frente de la fila le tendería un Espresso Amrericano preparado previamente que tenía escondido bajo la barra.  A decir verdad era el mismo que había abandonado la vez pasada, el sólo lo recalentada y dudaba que pudiera seguir haciéndolo unos días más. 

Después de un rato comenzó a restarle importancia, sin embargo, sentía cierta incomodidad que no dejaba que nadie notara. Los días siguieron pasando y aquel vaso de café bajo la barra se quedó allí a la espera de su dueño. Tao incluso pensó que había despertado de un largo sueño y que el muchacho sólo fue algo que su mente se inventó. 

-Tao... ya tira eso... -la señora Hee se acercó a él y se inclinó para tomar el vaso con una mano- Ya tiene hongos, va a comenzar a apestar en un rato. 

El rubio le regaló una mirada de confusión a su jefa, ya ni siquiera recordaba que aquello estaba allí. Se disculpó y sin pensarlo dos veces lo tiró a la basura para regresar a atender a los demás clientes, sin embargo, lo unció que hizo fue reír ya que frente a él apareció Chen con el mentón recargado sobre las manos levantando los labios en su dirección. 

-Ven dame un dulce beso...-cerró los ojos y lo único que recibió fue la mano de Tao estampada en la cara. 

-¿Eres tonto? Aquí no primor...-agregó con un tono coqueto mientras  unas chicas a las espaldas de Chen reprimían cierta emoción. 

-Nunca quieres complacerme.-

-Te diría lo mismo pero vaya que lo haces muy bien. Mira que conseguir un chico con auto tienes sus ventajas... 

-Sólo me quieres por mi dinero. ¡Se acabó! No lo voy a tolerar más...-dramatizó  llevándose una mano al corazón y la otra a la frente, no obstante su acto se vio interrumpido por una sacudida. La señora Hee había comenzado a darle suaves golpes con una escoba mientras Tao se inclinaba soltando una hilarante risa. 

-Si quieres hacer una escena puedes hacerla en cualquier otra parte... pero no frente a mis clientes. Chen. 

-Lo siento señora Hee, no pude evitarlo. –suspiró intentando retomar el control de sus sonrisas- Dame un "Toffe Nut" por favor

-¿Bromeas? Ya es mi hora de salida... 

-¡Falso! - Dijo Chen recargando las manos en la barra para alzarse un poco y acercar su cara a la de Tao -He venido 10 minutos antes por ti, así que corre, corre... 

Tenía razón, el reloj marcaba la  una con cincuenta. Por esta vez  su amigo le había ganado pero no permitiría que se saliera con la suya la próxima vez. Al poco rato el relevo se presentó y Tao salió de detrás de su área de trabajo sosteniendo el Toffe Nut, antes de que su amigo tan siquiera se acercara le dio un largo sorbo a la bebida. Chen refunfuñando tomó el vaso y con paso tranquilos se dirigieron al auto. 

Tao subió del lado del copiloto como de costumbre, abrochó su cinturón y en cuanto escucho la puerta contraria cerrarse dio un salto espantado. Alguien en los asientos traseros había saltado gritando y sorprendiéndolo. Chen comenzó a reír y el chico a sus espaldas también. -Creí que era más atento- comentó recargándose en el respaldo con las manos tras la cabeza. 

-¿Y tus reflejos de ninja, Tao?- 

El rubio seguía sin comprender que pasaba pero lejos de enojarse también comenzó a reír. En cuanto los tres se relajaron el autor del susto se presentó. O algo así... 

-Anda... a que te acuerdas de mí- le dijo a Tao encarando una ceja. Tenía rostro de ardilla, sin embargo, era bastante bien parecido, su cabello castaño permanecía peinado hacia atrás y sus ojos se apreciaban delineados. Lo observó unos segundos más hasta que cayó en cuenta de quién era.

-"Caramel Frappuchino"... eres Xiumin.- mencionó triunfante Tao mientras le señalaba con el dedo índice con un gesto de victoria.

-¡Por supuesto! Ves Chen... te dije que se acordaría de mí. Es parte de sus poderes mentales. 

-No tiene poderes mentales...-le espetó el chico de cabello negro encendiendo el auto- Tiene magia... 

-O ambas- confirmó Tao llevándose ambos dedos índices a las sienes.   

Nunca había tenido contacto de esa manera con Xiumin, de hecho ni se imaginaba que compartiera clases con Chen hasta que hicieron el comentario. Al parecer a partir del verano había comenzado a platicar y a llevarse bien, no obstante, aún se preguntaba qué hacía allí en el auto y sin darle vueltas al asunto preguntó. 

-Soy su nuevo tutor- 

-¿Tutor? ¿De qué?- cuestionó Tao- ¿Ciencias sociales? -Chen negó- ¿Química? -negación- Entonces... ¿Física?- Ambos chicos asintieron, Xiumin aplaudió y Chen hizo el esfuerzo tomando en cuenta iba manejando. -No te ofendas pero, ¿No se supone que yo soy el que te ayuda con esa materia? 

-Exacto. Por eso mismo Xiumin, está aquí, es el segundo mejor de la clase, después de ti. -Como era costumbre Chen dirigió el auto a un lado y se detuvo- Escucha Tao, el señor Park habló conmigo y me pidió que cuidara de ti, que hiciera lo posible para que te concentraras en tu proyecto final, ambos realmente esperamos que entres a la Universidad con ayuda de la beca. 

Tao sonrió sinceramente. Así como agradecía que su padre estuviera apoyándolo siempre, le alegraba tener a Chen como amigo y al señor Park como asesor, incluso puede agradeciera la presencia de Xiumin que, desde que subió al carro, comenzó a ganarse su confianza. 

Finalmente llegaron al frente de la casa de Tao. 

-Vaya... así que esta es la casa del niño prodigio que tomaba clases afuera del aula. 

Tao giró en dirección a Chen cuestionándole con la mirada. Al aparecer le había contado a Xiumin sus extrañas experiencias con respecto a tomar clase desde el pasillo para poder entender. Chen sólo rió y se despidió de él con la mano en alto. Tao hizo lo mismo con ambos y entró a casa. Su padre lo esperaba recostado en el sillón con el televisor encendido y roncando.

En las noticias anunciaban que la empresa Black Forest continuaría expandiéndose, pero al ser una nota que en nada le importaba, Tao apagó el televisor

Notas finales:

Gracias por leer ^w^)/


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