– Quiero que vengas conmigo a los Estados Unidos. –dijo Jae Joon mientras tomaba la mano de la Dra. Oh
La chica se soltó del agarre del doctor saliendo así del despacho de este, dejando al jefe de cardiología en un estado de confusión, pero a la vez le había aclarado algunas cosas. Repentinamente recuerdos de la pasada cirugía llegaron a su mente, ver al Dr. Park Hoon haciendo su “entrada” espectacular y dando órdenes, ¿Por qué su estómago se sentía así y porque le latía el corazón tan rápido?
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– ¿Cómo puedes pedirme eso? ¿Cómo puedes pedirme que ignore a un paciente que está a punto de morir? –las lágrimas comenzaban a arremolinarse en los ojos de Hoon, no pudiendo evitar preguntarse desde cuando su querida Jae Hee se convirtió en esa persona tan fría.
Los pasos de la chica saliendo del lugar fue lo último que escucho, por alguna razón a su corazón ya no le dolía cuando la sentía alejarse, ¿Era eso una señal?.
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Hoon miraba con insistencia la pantalla del computador, donde la imagen de Jae Hee permanecía.
Escucho pasos y suponiendo que era la chica, ya estaba preparando sus argumentos y su mejor cara de indiferencia. – Es un lugar agradable – pero realmente no esperaba que fuera él quien entrara, su estómago dio un vuelco extraño dentro de él al verlo aun con el traje del día anterior y las ojeras bien marcadas en su rostro, demostrando que había estado bastante tiempo sin descansar.
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– Aygoo~…Como puedes ver, no tengo mucho. –coloco una taza de cerámica frente al doctor Jae Joon, intentando mantener aquel porte infantil con el que se le caracterizaba.
– La taza no importa –Joon paso el dedo por la orilla de la taza sintiendo bajo el dedo lo desigual de su relieve – Siempre y cuando sepa bien – Hoon llevo una mano a su nuca nervioso de que no supiera bueno, Hoon no era un as en la cocina; y el mayor solo pudo tragarse con esfuerzo el contenido, ya lo tenía en la boca, no podía simplemente escupirlo, tenía modales.- De todos los cafés que tomado, este es realmente el peor.
Inevitablemente un puchero algo infantil se mostró en los abultados labios de Hoon, haciendo que el doctor mayor no pudiera apartar la mirada de los rojizos belfos por un momento – ¡Me esforcé para hacerlo! No seas tan cruel –el menor había notado aquella mirada, así que deshizo la mueca que hacía con los labios, porque aquella mirada le estaba poniendo nervioso, no era las típicas que el mayor le daba, esta no era presuntuosa o de superioridad. Tomo la taza para darle un sorbo a este y sin pensar en tener modales frente al elegante doctor, escupió el contenido, aquello sabía realmente mal, incluso le habían dado ganas de vomitar– ¿Está podrido? Creo que está mal
– Tus habilidades de preparar café no están a la par con tus habilidades quirúrgicas. – “Lindo” pensó. La diversión era palpable en la voz de Joon, más aun así este no intento mostrara algo más allá de una sencilla sonrisa.
– Supongo que no estás aquí para probar el café. ¿Qué te trae por aquí?
– Tengo dos preguntas que hacerte
– ¿Dos preguntas? –le miro confundido, ¿Por qué Jae Joon iría hasta donde él, solo para preguntarle algo? ¿No podían esperar?
– ¿Por qué me ayudaste en la cirugía?
– ¿Por qué hiciste la cirugía? – asintió de forma suave entendiendo más o menos por donde iba la conversación. El problema de la demanda, los traía locos a todos y Jae Joon no parecía ser la excepción.
– Supongo que fue por el paciente – medito un momento su respuesta, preguntándose a si mismo si esa era la verdadera razón, quizá la demanda, la cirugía del gobernador y que posiblemente lo fueran a despedir lo tenía con la cabeza hecho un lio – ¿Lo hicimos por la misma razón?
– Lo siento. Si tan solo lo hubiera hecho desde el principio, podría habernos ahorrado un montón de problemas
– Lo escuchó por parte de Dr. Oh. Te debo una. Gracias
– No es que hice algo enorme –Hoon desvió un poco la mirada, nunca había esperado escuchar aquellas palabras por parte del mayor, se sentía bien escucharlas.
– ¿Detuviste la demanda porque estabas preocupado por mí? Esa es mi segunda pregunta
– Solo un poco.
– Eso es sorprendente
– También es sorprendente para mí, que estaba preocupado por ti – realmente estaba preocupado por él, aun le confundía por qué había reaccionado así, ni el mismo se entendía, pero no era algo que le iba a confesar a Joon, es algo que se llevaría a la tumba.
– ¿Por qué? – Jae quería llevarse la mano al pecho para estúpidamente hacer que su corazón dejara de latir de aquella forma – ¿Por qué te preocupas por mi cuando nos llevamos tan mal?
– Tienes un gusto interesante ¿De verdad quieres saber por qué? Harás que me sonroje
– Si.
Frunció un momento en entrecejo viendo al mayor, tan seco y preciso para sus respuestas – Ya sabes por qué –sonrió de forma amigable intentando que aquella extraña atmosfera de intimidad desapareciera ¿O era solo su imaginación?
– Quiero escucharlo de ti
Demasiada insistencia por parte de Jae Joon y a Hoon no le quedaba de otra más que contestar, aunque eso le provocara un revoltijo en el estómago y calor que sentía subido en la cabeza, quizá hasta estaba sonrojado – Es porque pensé que eres un buen medico ¿Suficiente? – no quería subirle el ego, era cierto que no tenían una estrecha relación, pero sentía que después de la cirugía las cosas estaban cambiando entre ellos.
Una sonrisa satisfecha apareció en el rostro del Dr. Han, quizá era cierto, siempre escuchaba esas palabras por parte del demás equipo del hospital, pero de quien nunca espero escucharlo se lo estaba diciendo cara a cara – Bebamos. – Se levantó de la vieja silla acomodando un poco su traje – Yo invito
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– Así que…¡Todo lo que hicimos hasta ahora para la cirugía del primer ministro fue para nada! –la voz de Hoon sonaba rasposa haciendo saber que el alcohol ya estaba entrando a su sistema.
– No sabía que iba a terminar así pero, ¿Sabes lo asustado que estaba cuando perdí la primera ronda? ¡Sentí como si todo el mundo se hubiera vuelto al revés! – el alcohol también ya estaba haciendo efecto en Jae pues ahora era más suelto al hablar, sonreía mas e incluso hacía gestos al hablar.
Y era algo que Hoon había notado, así que no había perdido oportunidad en hacérselo saber – ¡Creo que estás hablando de manera más informal mientras más bebemos!
– ¿Lo estoy? Lo siento mucho
– No te preocupes. Eres mucho mayor que yo de todos modos
– Siento curiosidad – antes de seguir hablando tomo de su vaso, terminando el soju que se había servido – ¿Cómo adquiriste buenas habilidades quirúrgicas a temprana edad y en Corea del Norte?
– Mi padre era un cirujano...
– ¿Sigue ahí?
– Ha fallecido – la energía de Hoon se vino abajo cuando el recuerdo de su padre llego a su mente. Necesitaba más alcohol, logrando rescatar el último trago de una de las botellas.
– Lamento escuchar eso… ¿Qué hay de tu mama?
– Dejemos de hablar de cosas deprimentes – Jae había notado como el ánimo del Dr. Park había cambiado completamente, incluso como el brillo en su mirada se apagaba – Ah~ tengo ganas de orinar. Ahorita vengo –solo asintió con la cabeza dejando que el menor se fuera, era obvio que Hoon no quería hablar de eso y que él había sido muy indiscreto.
Mientras esperaba porque Hoon regresara, pidió un poco más de soju, las botellas que tenían ahí ya estaban vacías.
Escucho un tono de llamada pero no era el suyo, sobre la mesa descansaba el celular de Park y lo habría ignorado si no fuera porque en la pantalla aparecía la foto de la doctora Oh y aun lado de este la palabra “curandero”, así que sin pensar que lo que hacía estaba bien o mal, simplemente contesto, pegándose la bocina al oído pero sin llegar a contestar, quería primero escuchar lo que ella tenía que decir, sentía algo de celos, aunque no estaba seguro si por ella o por él.
– Oye ¿Qué te tomo tanto tiempo para contestar? No has cenado todavía ¿Verdad? Hice mucho curry para la cena. –Por un momento se quedó callada esperando alguna respuesta pero al ver que no contestaba continuo hablando – ¿Estás enojado? Estaba un poco triste después de que te fuiste así. Pero tengo algo que decirte ¿Podrías venir por favor?
– El doctor Park ésta en el baño – finalmente decidió contestar, tanta familiaridad y soltura en las palabras le hacían sentir el estómago revuelto, aunque quería creer que era por el alcohol.
– ¡Jae Joon! – era claro que la Dr. Oh no esperaba que fuera su supuesto novio el que contestara el teléfono de Hoon
– Estoy bebiendo con el Dr. Park – dijo sabiendo que tenía que explicarse, aunque la de las explicaciones debía ser ella.
– Ya veo...
– ¿Por qué estás buscando a Dr. Park?
– Bueno…la Dr. Han ha hecho curry…no, comida. Pero tenemos un montón de sobra.
– Le preguntare y te llamara.
– Bueno, claro...
Dio por finalizada la llamada, dejando de nuevo el teléfono ajeno sobre la mesa, se sentía extraño, había enojo y celos dentro de él, pero no sabía si era porque su novia había llamado a Hoon antes que a él, o por lo estrecho que parecía la relación entre ambos, era realmente confuso.
Finalmente regreso Hoon del baño, mirando con algo de extrañeza al mayor, este desprendía un aura extraña, incluso su expresión había cambiado por la cara seria con la cual se le caracterizaba.
– ¿Qué piensas de Dr. Oh? – esa pregunta había sido muy repentina, ni siquiera sabía a qué venía esa pregunta, no recordaba haberla nombrado durante la conversación que habían tenido.
– Dr. Oh…al principio creí que era solo una curandera violenta, pero ella trabaja duro – varios recuerdo llegaron a él de las veces que habían estado trabajando juntos, a veces era muy obstinada, pero a la vez era responsable y sobre todo dedicada a su carrera. – Es lindo ver como ella se está convirtiendo en un doctor de verdad. A veces me viene a la memoria Jae Hee cuando la veo – decir su nombre le dejo un sabor amargo en la garganta, y ya no sentía ese agradable revoloteo al recordarla.
– ¿Jae Hee se parece a Dr. Oh? – Jae no comprendía a que venía el que Hoon nombrara a su novia, que dejo en Corea del Norte [o eso tenía entendido], ¿La Dr. Oh y Jae Hee se parecían físicamente? Si ese era el caso, era posiblemente una de las razones por las cuales Hoon siempre estaba con ella, quizá al ver que se parecían mucho invitaba a Hoon a estar cerca de ella y por esa extraña razón tenían una relación tan estrecha.
– Ese no es el caso. Solo desearía que Jae Hee fuera más como ella. Como médico.
– ¿Qué piensa de Dr. Oh como mujer?
La cara de sorpresa de Hoon duro solo un momento siendo remplazada por una de burla, él no pensaba de esa forma sobre la doctora Oh, la veía más como un amigo que tenías que alentar de vez en cuando – ¿Podría ser que piensa que me gusta o algo así?
“Espero que no sea así” había sido un pensamiento algo extraño, pero en el fondo a Jae no le sorprendía del todo – Puede que lo contrario sea cierto
– ¿Te preocupa qué yo le guste a ella?. Eres gracioso
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La risa del chico era realmente escandalosa y Jae Joon no tenía la menor idea de cómo hacer que se callara, si no fuera porque la casa del chico estaba algo apartada de las demás, lo más probable habría sido que los vecinos hubieran ido a quejarse por el escándalo.
Estaba seguro que Hoon tendría moretones al día siguiente, nunca había visto a alguien que tuviera demasiadas dificultades en subir dos escalones.
Joon dejo el ebrio cuerpo del Dr. Park caer sobre la cama, lo miro por un momento, notando lo rojo que estaban sus mejillas y labios, en especial sus labios, se veían apetecibles; negó varias veces con la cabeza para deshacer esa idea, aunque eso solo logro marearse más de lo que ya estaba por el alcohol.
Intentando hacer su última buena acción del día, le saco los tenis al menor y después se sentó en el lugar vacío que había junto a Hoon para poder sacarle el suéter y que estuviese más cómodo – Jo~¿Qué se supone que haces? –la voz de Hoon era algo pastosa y arrastraba las palabras.
– No te emociones, solo intento ayudar – finalmente logro deshacerse de la prenda, dejando recostado de nuevo al chico – No creí que fueras tan malo para beber.
– No lo soy…solo buscaba valentía
– ¿Para qué? – Jae estaba confundido, en especial porque la voz de Park sonaba como la de alguien completamente sobrio
– Que importa –Hoon tomo el brazo del doctor mayor, mientras hacía algo de espacio en la cama individual invitando al mayor a que se acostara junto a él – Es tarde y no deberías conducir ebrio
– ¿De nuevo te estas preocupando por mi? – un bufido salio de Hoon quien finalmente lo soltó y se giró dándole la espalda. “Lindo” pensó Jae mientras se quitaba los zapatos, el saco, corbata y reloj, también el cinturón, se desfajo y desbotono los tres primeros botones de su camisa, para finalmente recostarse boca arriba junto a Hoon, sintiendo poco después como este giraba sobre la cama para quedar en la misma posición, estaban demasiado juntos y aun así su cuerpo sobresalía un poco de la cama, pero no era algo que le molestara.
– Aunque la curandera no quiera acompañarte a América ¿Aun así te irías?
– ¿No te han dicho que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación? – Hoon soltó un bufido ante esas palabras, pues estás no contestaban lo que quería saber.
– No has contestado –el mayor pudo sentir el movimiento en la cama y la mirada del menor, así que hizo lo mismo, cambiando de posición y quedando de lado, usando su brazo para recargar su cabeza mientras mantenía la mirada fija en Park
– Creí que estabas muy ebrio como para siquiera caminar
Desvió la mirada de Jae, quizá si había exagerado un poco con aquello de “Estoy tan ebrio que no puedo caminar” – Al menos debiste hacer un mejor trabajo, me duelen las espinillas* – poso de nuevo la mirada en el mayor, repasando cada facción y sin saber realmente que lo estaba animando a hacer aquello, solo se acercó más – Cuando te vayas, pediré que me den tu oficina – y simplemente acorto la distancia entre ambos, juntando sus labios con los ajenos, moviéndolos de forma suave y siendo correspondido por el doctor mayor.
– No cantes victoria, no te desharás fácilmente de mi –enterró sus dedos en los siempre desordenados cabellos del Dr. Hoon, junto de nuevo sus labios con los impropios, siendo ahora más que simples roces, besando y mordisqueando los esponjosos labios, haciéndose paso con su lengua y siendo iniciador de una pelea entre sus lenguas que Hoon no tardo en corresponder.
Sus bocas se entretenían y sus manos tenían curiosidad, Hoon fue el primero en hacer algo al respecto, comenzando a desabotonar la camisa del mayor dejando al descubierto su torso mientras se subía al cuerpo del mayor, dejando sus piernas a cada lado de la cadera de Jae, haciendo un ligero movimiento de vaivén que les saco un suspiro de placer a los dos.
Pronto la ropa había desaparecido entre besos y caricias bruscas.
Desnudos uno frente al otro, Jae estaba sentado contra la pared y Hoon entre sus piernas dándole quizá la mejor felación de su vida – Eres bueno ¿Ya habías hecho esto antes?
– No olvides que también soy hombre – su mano se movía suavemente por el duro falo mientras su lengua se paseaba con tranquilidad por la punta, humedeciéndola y probando el líquido pre seminal que comenzaba hacer acto de presencia.
– Basta, harás que me corra – detuvo a Hoon, sosteniéndolo de la barbilla para hacerlo subir juntando de nuevo su boca con la esponjosa del chico, comenzando así a cambiar la posición en la que se encontraban, dejando a Hoon recostado a todo lo largo de la cama mientras él se hacía espacio entre sus largas piernas siendo bien recibido cuando las piernas del menor se enredaron alrededor de su cadera.
Sus lenguas se enredaban con tanto placer, que no podían separarse un par de segundos porque volvían a buscarse. Jae paseaba su diestra por el costado del menor hasta llegar al glúteo de este, apretándolo un poco recibiendo un jadeo como respuesta, pues aquello había hecho que sus duras hombrías se rozaran; lo acaricio un poco más y cuando sintió la ranura que había entre ambos glúteos busco espacio entre estos, sintiendo al toque de sus dedos la entrada del chico
– ¿Qué se supone que haces? – la voz de Hoon sonaba un poco más gruesa de lo normal, evidenciando que el placer estaba haciendo mella en él, pero que aun así estaba al pendiente de todo, sobre todo de los dedos de Jae que a su parecer estaban en un lugar donde no deberían de estar
– Prepararte, obvio
– ¿Traes condones?
– No
– Entonces ni lo pienses
– Pero…
– Hyung, sabes que no se puede hacer sin condón y menos si no hay preparación previa
– Hiciste que me bajara la excitación
– ¿Eh? Pero si lo siento duro –y para confirmarlo movió su pelvis contra la ajena, mostrando una enorme sonrisa cuando Jae gimió por el movimiento.
– Supongo que será en otra ocasión –soltó un suspiro alejando su mano del trasero del menor, guiándola esta vez en medio de sus cuerpos – Por esta vez será solo así – cuando recibió la aprobación del doctor menor, tomo ambos falos y comenzó un movimiento de arriba abajo con su mano, disfrutando de los gemidos y jadeos que Hoon soltaba y claro de la placentera sensación de sus carnes rozándose de esa forma, incluso hacían un sonido muy sucio que lo alentaba a más.
– Se siente bien…ah~–Hoon se sentía en el paraíso, ser tocado de aquella forma tan íntima por otra persona resultaba ser más agradable a que si lo hacía solo y se lo hacía saber a Jae con jadeos contra sus labios y gemidos en su oreja, había notado como lo último hacía estremecer al mayor y como su miembro palpitaba contra el propio cada que hacía aquello.
– Ya casi...
– Hmp
Hoon llevo su mano a donde el mayor estaba haciendo aquel magnífico trabajo, acompañándolo en el movimiento, podía sentir el orgasmo arremolinarse en su vientre bajo y sabía que el mayor estaba casi igual porque los jadeos habían pasado a gemidos.
Sus bocas chocaron de nuevo y sus manos se movieron a mayor velocidad. Ambos cuerpos se estremecieron y con un ronco gemido ambos culminaron aquel acto con agitadas respiración, vientres manchados de semen y mucho placer recorriéndoles el cuerpo.
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– ¡Hoon! ¡Que cruel eres! – la chillona voz y el sonido de los zapatos altos hicieron que ambos hombre comenzaran a despertar, aunque estaban demasiado agotados. – Te llame anoche porque estaba preocupada de que no hubieras cenado y así me pagas.
Detrás de la doctora Oh venía Jae Hee con una suave sonrisa y los brazos cruzados, pues a veces la menor podía ser muy escandalosa.
– Al menos hubieras tenido la decencia de mandarme un mensaje y decirme que no ibas a…..ir – los recipientes donde venía el curry que habían hecho la noche anterior cayeron contra el suelo, provocando un estruendoso ruido que logro que los hombres en la cama por fin despertaran, aunque no fue eso lo que los hizo despertar del todo.
Porque nadie espera ver al que se supone es tu novio y el que provoca que te sonrojes, en la misma cama desnudos y enredados, porque nadie espera ver a tu ex novia a la mañana siguiente de que tuviste sexo con el novio de tu compañera de trabajo, mucho menos aquel que te pidió matrimonio con otro hombre y peor aún aquella que rechazo un futuro contigo.