La noche anterior, las adolescentes habían terminado durmiendo en las posiciones más incomodas solo para evitar verse.
Carolina había despertado en la bañera y Alondra en el suelo de su habitación.
La pelirroja, aprovechando donde se encontraba, se duchó primero y al salir, con solo una bata cubriéndola, se encontró con la pelinegra todavía dormida sobre la alfombra. Con todo el sigilo que pudo se acercó al closet y sacó su uniforme escolar para volver a encerrarse en el baño.
Alondra despertó al escuchar el sonido de la puerta del baño cerrarse.
- ¿Carolina? -
-Aún estoy dentro del baño, te avisare cuando puedas entrar-
Carolina hablaba con un tono cortante.
Alondra, por su lado, se limitó a suspirar con resignación y checar la hora. Eran las 6 de la mañana, demasiado temprano para ambas, pero la puerta de su habitación ya estaba abierta.
Esas niñas definitivamente pagarían la noche que les habían hecho pasar.
…
Kate, por su parte, se levantó esa mañana muy animada.
Su tía había prometido ir a visitarla en cuanto llegara el fin de semana, así que eso la tenía alegre.
Sabía que esa mañana se encontraría con dos caras largas al llegar al colegio. Alondra le había comentado acerca de una pijamada con sus primas y las hermanas Álvarez. Eso para nada era una buena idea, pero la había dejado pasar. Seguro era necesario, pese a que las pequeñas no supiesen lo que provocaron.
Se encontraba desayunando, solo escuchando una de sus canciones preferidas, “Next To You” de Ally Hills, una de sus Youtubers favoritas.
Su teléfono vibró en el bolsillo derecho de su pantalón de pijama. Con algo de pereza lo sacó y contestó.
Reconoció ese número de inmediato.
- ¿No crees que es demasiado temprano para el drama? - preguntó con algo de sarcasmo.
-No si pasé una de las peores noches de mi vida. ¡Dormí en el suelo de mi habitación!, mi espalda va a matarme. Kate, anoche fue horrible. Carolina…bueno, me dijo algunas cosas…-
-Déjalo ahí, nos vemos en la prepa en una hora y media, mira que sin comer bien no estoy en la mejor disposición para escuchar nada más que música. -
-Está bien, nos vemos en un rato-
-Alondra Morales me dará una biblioteca entera si no para de pedirme ayuda y comienza a actuar. - dijo en un susurro la rubia al tiempo que volvía a centrarse en la canción que sonaba por su departamento y en su plato de cereal.
…
- ¡Aura y Naiara Alvarez, estarán castigadas un mes entero!, ¡Nada de salidas a Hyde Park, ni pijamadas, ni helado ni dulces por un mes! –
Las pequeñas Alvarez eran regañadas por su hermana mayor, la cual tenía un gesto serio en el rostro, evidencia del enojo que le había provocado la pequeña travesura de sus hermanas menores, las cuales no decían nada. Aura y Naiara sabían que cuando Carolina se ponía seria a la hora de castigarlas era mejor no decir nada y hacerle caso.
La pelirroja se sentía mal por hablarles así a sus niñas adoradas, pero no quería que volvieran a intentar reunirla con la adolescente de cabello oscuro que estaba detrás de ella en esos momentos.
Alondra, por su lado, sabía que no podía castigar a sus primas, de eso solo podían encargarse su papi Alexia y su tía Mariana. Lo único que quería en esos momentos era irse al colegio y hablar con Kate sobre su noche.
- ¡¿Me han entendido Aura y Naiara?! - escuchó las palabras de Carolina y observó a las infantas asentir con la cabeza.
Por su lado, Alicia y Katherine se mostraban tristes, por su culpa habían castigado a sus mejores amigas.
Estaban sentadas a la mesa, desayunando. Bueno, solo las niñas y Alondra, Carolina no había siquiera probado algo de su plato con fruta.
- ¿No piensas desayunar? - preguntó con calma Alondra tratando de cambiar de tema.
-No, solo quiero irme ya al colegio. Si no te importa, te pediría que tu tío Damián lleve a mis hermanas a su escuela, yo ya me voy- respondió levantándose de la mesa y saliendo de ahí rápidamente. Al escuchar el sonido de un auto arrancar y alejarse supieron que Carolina efectivamente se había ido.
- ¿Crees que Lina este muy molesta con nosotras Al? - pregunto Aura con una expresión triste, que su hermana se enojara con ella y la castigara no es algo a lo que estuviese acostumbrada.
-Se le pasara niñas, ya lo verán, pero entiendan que no deben volver a meterse en cosas que no les incumben. Los problemas entre Carolina y yo son por mi culpa, así que mejor no vuelvan a hacernos una travesura así. - le dejo la pelinegra al tiempo que miraba con algo de tristeza la puerta por donde la de ojos amatista había salido.
…
Una Hora Más Tarde…
Preparatoria.
Salón 3.
Al llegar a su salón de clase, Carolina se encontró únicamente con Kate y con su novia Annie.
- ¿Dónde está todo el mundo? - preguntó extrañada de que no hubiese ahí nadie más a esa hora.
-Limpiando aulas, pintando la fachada y arreglando los jardines del colegio. Los profesores les propusieron darles un punto a quienes lo necesitaran en sus notas finales si ayudaban el día de hoy. Nosotras no lo necesitamos. - respondió la pequeña rubia con una sonrisa animada.
-Tendremos técnicamente la mañana libre mi amor. ¿Qué tal si nos vamos y hacemos algo juntas hoy? – Propuso la de ojos verdes parándose de su asiento para abrazarla.
Carolina recordó el fiasco de su noche anterior. Era sencillo, solo tenía que esforzarse más en su relación con la de cabello chocolate para olvidarse de todo lo demás.
-Claro mi niña, vamos a pasarlo juntas esta mañana. Vamos al parque de diversiones, al museo, a la plaza, a desayunar juntas…a tu lado todo será increíble mi amor- le respondió sonriendo animada y sintiéndose algo alegre de verdad al notar la felicidad que su respuesta provocó en Annie.
La de ojos verdes tomó su mochila rápidamente y salieron de ahí tomadas de la mano.
Carolina aun alcanzó a distinguir como Kate negaba levemente con la cabeza, mostrando algo de su desaprobación.
…
Al salir de ahí, se encontraron en el estacionamiento con Alondra.
Annie y Carolina la ignoraron y subieron al auto de la pelirroja. Annie normalmente no gustaba usar el suyo, prefería ir caminando, ya que no vivía a más de tres cuadras del colegio.
Alondra, al ver que se fueron juntas, no pudo evitar que un notorio gesto de molestia se hiciera presente en su rostro. Quien se cruzará con ella habría salido corriendo, temeroso de recibir una golpiza.
- ¿Se puede saber por qué carajos Annie y Carolina han decidido irse de clase hoy? - pregunto con el enojo presente en su tono.
Se extrañó un poco más al ver que solo Kate estaba en ese salón.
-Los demás están ayudando en las labores de mantenimiento hoy. Nosotras no tenemos que hacerlo ya que somos las únicas alumnas de excelencia. Annie invito a Carolina a una cita mañanera. - respondió la rubia con simpleza y mostrándose algo divertida del enojo de su amiga pelinegra.
La de ojos celestes de inmediato se encaminó a la salida, dispuesta a seguirlas, pero la mano de Kate la detuvo.
-Alto ahí loca. Mejor vámonos a cambiar de ropa a nuestras respectivas casas, nos vemos en Hyde Park en una hora y me cuentas que tal estuvo tu noche. No creo que quieras ver como esas dos se dan de besos y se dicen cursilerías, eso te pondría verde de los celos y terminarías complicándote la vida aún más. – le dijo con calma y se dirigió al mismo tiempo a la salida.
Una vez más, Kate tenía razón.
Con un suspiro, Alondra apretó aún más sus puños y volvió a ir por su motocicleta.
Una mañana que no prometía ser mejor que la noche pasada.
…
Parque de Diversiones.
Algo que Annie sabía de Carolina es que le encantaban los parques de diversiones, los dulces y los gatos.
Carolina, sorprendentemente, se la estaba pasando muy bien con su novia. Ya habían pasado a desayunar en una cafetería sencilla y linda del centro de la ciudad y ahora estaban en el parque de diversiones.
Annie le había comprado un gorro de gatito muy lindo y ella, por su lado, le había dado un hermoso suéter con la imagen de una genial guitarra eléctrica en color negro.
Quien las viera, en aquel parque de diversiones, tomadas de la mano y hablando sobre a qué juego subirse primero, habría deducido que eran una pareja adolescente completamente adorable. Y si había más de una persona que lo pensaba.
Pero, a una persona en ese lugar le dejaba verde del coraje.
-Recuérdame que hacemos aquí Kate- le pidió con cansancio Alondra a su rubia amiga.
-Vimos a la profesora Serena venir aquí con una mujer desconocida. No sabía que también estaban aquí Carolina y Annie. – le respondió con algo de pena.
Vaya mierda de casualidad.
…
Kate había decidido pasar por Alondra, y no sabía si por fortuna o mal suerte, habían visto desde su auto como su profesora de historia salía de su casa con una mujer que nunca habían visto. Mas llevadas por la recién descubierta impulsividad de Kate, decidieron seguirlas. Y terminaron en aquel parque de diversiones.
Y por sorprendente que parezca, Annie y Carolina estaban tan centradas en su cita que no las notaron en ningún momento.
Por su parte, Serena y su amiga Laura también estaban muy ocupadas consigo mismas.
-Así que… tu noche fue horrible por la simple razón de que Carolina te dejo claro por qué no te cree. Debes admitir que sí pudo ser algo dura al decírtelo no es como si no te lo merecieras. - dijo Kate, como una forma de iniciar su “charla” de esa mañana con la pelinegra.
-Ya lo sé… aunque, si te soy sincera, no sé muy bien como comenzar a demostrárselo. Por desgracia no tengo el sentido del romance como mi papi Alexia ni la imaginación de mi mamá Allison. -
-Sin intención de golpearte más internamente, pero… Yo la veo alegre en este momento. -
Lo vio. Carolina estaba besando a Annie de forma dulce. Y cuando se separaron notó que la sonrisa que tenía en el rostro no era fingida. En verdad estaba alegre.
Aunque Kate notó extraño que Alondra de pronto abriera sus ojos con sorpresa.
-Pues Kate, sin intención de desanimarte… La profe Serena tampoco pierde el tiempo. - le señaló, algunos metros más lejos de la pareja que le daba ganas de comenzar a cavar su tumba, se encontraba su profesora castaña con una mujer alta de pelo oscuro y rizado.
Kate la vio, y sus puños fueron cerrándose hasta dejar sus nudillos blancos.
La desconocida le hacía cosquillas y abrazaba por detrás a su profesora.
Serena se veía un poco distinta sin sus trajes de trabajo y su ropa de deporte. En esos momentos vestía un sencillo vestido rojo que le llegaba un poco por encima de las rodillas, con un escote sencillo que hacía que sus pechos pequeños se resaltaran un poco. Se veía hermosa, con un maquillaje sencillo y su cabello suelto.
Y esa mujer alta no era para nada fea.
En esos momentos, Serena reía en brazos de su amiga Laura. Como no tuvo que ir ese día a trabajar decidió ir de paseo con su amiga Laura, y para recordar su tiempo en la universidad decidieron pasarse en ese parque de diversiones la mañana.
Eso era algo que sus alumnas desconocían.
-Mira Kate, nada ganaremos espiándolas como si fuéramos perros acechando a un gato. - le dijo la pelinegra al tiempo que veía como Annie y Carolina subían juntas a una especie de rueda de la fortuna.
-Por primera vez puedo decir que tienes algo de razón- respondió la rubia con una sonrisa burlona.
Se fueron, no valía la pena lastimarse con lo que su mente imaginara.
…
- ¿Recuerdas cómo nos saltamos las primeras clases de nuestro cuarto semestre en este lugar? Por un milagro no nos afectó en nada y salimos con excelentes notas. - dijo Serena mientras caminaba entre las pocas personas presentes a esa hora del día. No serían más de las 9:00 am.
-Yo me acuerdo de como todos pensaban que eras una adolescente que se había ido de pinta de la secundaria. - Laura respondió riendo un poco.
-Mira que si sigues haciéndome burla hoy me vengaré mañana siendo una novia caprichosa- amenazó la castaña con una sonrisa.
-Ok, mejor lo paro, mira que no quiero una novia así… espera, pero si eres así de todos modos-
-Ya cállate y llévame a la casa de los espejos, al menos ahí mi reflejo puede hacerme alta-
-Vale, vamos. Si así eres conmigo de mandona no me imagino como serás con tus alumnos. -
…
-Mi amor, mira. -
Carolina se detuvo frente a un juego de puntería donde daban peluches como premio y le estaba señalando a su novia uno de león.
-Ese es adorable Annie, me recuerda un poco a ti por su esponjada melena. Recuerdo que una vez fui a despertarte a tu casa y tu cabello alborotado y esponjado te hacia ser una pequeña leoncita. - le dijo con una sonrisa alegre.
La de ojos verdes se tocó el cabello con un ligero sonrojo.
-Conseguiré al león para ti mi princesa-
Después de pagar la partida y lograr darles a 3 objetivos el encargado les dio el tan mencionado peluche.
-Bueno, será mejor a que vayas cada mañana a verme desarreglada- le dijo con dulzura Annie mientras le daba el peluche.
Carolina le sonrió, y recordando su objetivo, tomó la iniciativa de besarla.
Aquella le resultaba una mañana agradable.
Si, quizá no se sentía del todo cómoda con eso, pero si realmente quería demostrarse a sí misma que podía olvidar y amar de verdad otra vez tenía que esforzarse con Annie.
Y vino a su mente una canción… “Miss Movin On” de Fifth Harmony.
Nunca volvería a ser esa chica… esa inocente que lloró por quien no lo merecía.
“Dicen que no decides de quien enamorarte… Pero yo quiero comprobarlo. Tal vez al final resulte mejor que seguir aferrada al pasado.”
Carolina…
Amarla tanto dolió
Amarla tanto fue increíble
Pero el sueño ya pasó
Y mi corazón comienza a ser libre
No necesito más dolor
Aprendí bien la lección
Amarla fue un gran error
Vamos, perezosas mariposas de mi interior
Vuelen cuando sus ojos verdes me miran
Emociónense al verla del otro lado de la acera
Y hagan que en mi interior reflorezca
La rosa amatista que amor representa.
Vamos, estúpidos latidos
Cuando Annie me besa aceleren su ritmo
Dejen su actitud de niños
Permítanme sentir la fuerza del sentimiento correspondido
Vamos, terco corazón
Olvida de una buena vez a quien te ha herido
Ama a quien te muestra la luz del sol
Deja de abrazar la piedra con la que has caído
Te lo pido, sentimiento complejo
Permíteme olvidar a quien me cautivó por primera vez
Quiero ser feliz, me lo merezco
Déjame enamorarme otra vez…
Continuará...