Carolina...
Yo todavía recuerdo esos días
En que solo éramos unas niñas
Que compartían miles de abrazos y sonrisas
Esos momentos, que me traen siempre mucha melancolía...
Al crecer ambas fuimos cambiando
Por desgracia nos tocó enamorarnos
De la misma chica en el momento equivocado
Y eso logró distanciarnos
Han pasado apenas un par de años
Desde que nuestra amistad se rompió en pedazos
Y desde que por una chica comenzamos
A enfrentarnos.
Al principio me sentía triste y herida
Sintiendo que perdía a la que fuera mi mejor amiga
Pero con el tiempo aprendí a ser su enemiga
Todo, por una sola chica
No era algo planeado
Y mucho menos deseado
Esa linda amistad que cultivamos con los años
En un segundo se rompió en pedazos
En este tiempo aprendí a ser su enemiga
A que su actitud que antes me divertía
Me desesperara sin medida
Y a dejar de quererla como lo hacía...
Hoy solo somos rivales
Y sin importar que el tiempo pase
Seguiremos luchando por el amor de Annie...
…
Residencia Álvarez. Habitación De Carolina.
Carolina suspiró en cuanto terminó de recitar aquel poema que había escrito hacia no más de unos minutos.
- ¿Por qué carajo escribí esto?, hacía tiempo que no escribía nada que me recordara a Alondra...- susurró para sí misma y con lentitud se levantó del cómodo sillón de su habitación.
Era sábado por la mañana, así que no tenía ninguna prisa por arreglarse. Ni siquiera tenía planes de salir de su casa en todo el día.
"No, ya no la llamo por su nombre, ella para mi es Morales y así se quedará hasta que alguna de las dos logre enamorar a Annie."
Escuchó de repente unos golpecitos en la puerta de su habitación y agitó un poco la cabeza antes de responder que pasara.
Al ver a sus pequeñas hermanas entrar sonrió.
- ¿Pasa algo mis niñas? - les preguntó al verlas algo serias, cosa nada común en ellas.
- Queremos ir a Hyde Park a jugar con Ali y Kat, pero papá no puede llevarnos, acaban de llamarlo para ir a trabajar en algo importante. ¿Nos llevarías tu Lina? Por favor- pidió Aura con un tierno gesto, que hizo sonreír más a Carolina.
Desde que su madre había muerto hacía ocho años, después de dar a luz a su hermanita Naiara, Carolina había tenido que asumir ese papel para las niñas. Debido a que su padre era un importante agente de la policía londinense siempre se encontraba muy ocupado, y era ella quien cuidaba y consentía a sus hermanas.
-Claro que si pequeñas, solo denme unos minutos para arreglarme y nos vamos. – respondió sonriendo y levantándose de su cama.
-Gracias hermana, te esperamos abajo –
Sin más, las infantas se retiraron y Carolina comenzó a arreglarse.
Todo indicaba un sábado normal, algo aburrido y monótono, pero tranquilo.
…
Residencia Morales. Comedor.
-No van a convencerme de ir niñas, es sábado por la mañana y tuve una semana muy pesada en el colegio. –se negaba una Alondra aun en pijama, con algunas ojeras, que se encontraba sentada en la mesa del comedor de su casa desayunando sola, ya que su madre había salido.
Sus primas Alicia y Katherine estaban tratando de convencerla de llevarlas a Hyde Park a jugar con sus amigas Aura y Naiara, pero Alondra se negaba ya que sabía que podía encontrarse con su rival pelirroja y eso no le hacía gracia, menos un sábado tan temprano.
-Vamos Alondra, llévanos y te prometemos que al volver nos encargamos de mantenerte a ti y a Lina lo más alejadas que sea posible. -Insistía la pequeña Alicia
- ¿Y papi Alexia y tía Mariana dónde están?, ¿Por qué no las llevan ellas? - preguntó tratando de evitar ir.
-Se fueron a la cabaña este fin de semana, el tío Damián nos va a cuidar, pero salió temprano junto con el tío Alfredo para ir a la editorial por un asunto urgente, nos dijeron que viniéramos aquí y solo tú puedes llevarnos. No seas mala Alondra, por favor. – hizo un último intento la pequeña Katherine.
Alondra suspiró resignada, y se levantó de la mesa.
-Está bien, las llevaré, pero si me ven discutiendo con la creída de Álvarez no me digan nada, ustedes insistieron. – aceptó finalmente, provocando emoción y satisfacción en las niñas.
Alondra se encaminó hacia las escaleras que conducían a la segunda planta de su casa. Realmente a sus primas no podía negarles nada, eran como sus hermanas.
La pelinegra esperaba que al llegar al deportivo comenzara a discutir con su pelirroja rival, siguiendo una monótona, y por ello aburrida, rutina de fin de semana.
¿Quién piensa que aquel día pueda resultar interesante después de todo?
…
Hyde Park
- ¡Niñas no corran tan rápido! -
- ¡Alicia y Katherine vuelvan aquí enseguida! –
Esos gritos provenían de voces distintas, una mostrando dulzura y la otra algo de enojo y cansancio.
Alicia, Aura, Naiara y Katherine al llegar a aquel parque corrieron para encontrarse.
La sonrisa de Carolina cambió a una expresión de fastidio al reconocer a la persona que venía detrás de las amigas de sus hermanitas, Alondra.
Lo mismo paso en el rostro de la pelinegra mayor al verla. Pero su mirada denotaba más cansancio.
-Álvarez, ¿Por qué no existe fin de semana en que me libre de ver tu rostro? - preguntó sarcástica Alondra
-Lo mismo me pregunto yo Morales, pero la respuesta siempre es obvia, así que mejor no contestaré- respondió con burla la pelirroja mayor.
Alondra solo suspiró con cansancio, realmente ese día no tenía ganas de discutir
Carolina se sorprendió de que la única acción de la pelinegra mayor fuera rodar los ojos y quedarse en silencio, normalmente siempre terminaban discutiendo.
“¿Qué le sucede a Morales hoy?” se preguntó mentalmente. Decidió ignorarla por el momento, y se dirigió junto con sus hermanas y sus pequeñas amigas a distraerse.
…
- ¡Tú me ocultaste que estas enamorada de Annie, para poder conquistarla a mis espaldas! - Aquel grito lleno de coraje de parte de Alondra logró asustar a Carolina, quien dio un respingo y trató de hacerla entrar en razón
-No es así Al, te juro que yo nunca trate siquiera de conquistar a Annie, sabía que te gusta y no quería lastimarte- le dijo tratando de defenderse y calmar a una pelinegra muy enfadada.
Alondra y Carolina se encontraban “hablando” en la habitación de la pelirroja. Ambas tenían 14 años por aquel entonces.
Alondra acababa de enterarse sobre los sentimientos de Carolina por la amiga de ambas: Annie Robredo. Casualmente, la pelinegra le había confesado hacia unos meses a la pelirroja que estaba enamorada de Annie, cosa que a Carolina le cayó como un balde de agua fría, puesto que sentía lo mismo.
Al principio, la de ojos amatista decidió ocultárselo a Alondra, como una forma de no lastimarla y con miedo de que eso pudiera causar un distanciamiento entre ellas. Ahora, lo que tanto había querido evitar, se convirtió en realidad. La peligra recién se enteraba de eso porque una de sus compañeras de clase, quien decía haber escuchado a la pelirroja hablando con otra amiga, le informó a la pelinegra sobre esto.
Ahora, en medio de gritos furiosos por parte de la pelinegra, Carolina sentía miedo. No de que Alondra pudiera llegar a agredirla, la conocía lo suficiente como para saber que la de ojos celestes no era capaz de tanto, por más molesta que estuviera. Lo que Carolina temía es que eso lograra separarlas, a ellas, que eran las mejores amigas desde pequeñas. A la pelirroja en esos momentos no le importaba el amor de Annie, comparado con su amistad con Alondra, lo que menos quería es que una tontería las separara, y lamentablemente, eso ocurrió.
- ¡No vuelvas a llamarte mi amiga!, ¡De ahora en adelante seremos rivales por el amor de Annie! -
- ¡Alondra por favor no digas eso!, ¡Tú y yo somos las mejores amigas, esto no puede acabar con esta amistad! -
-Ya lo hizo si no te diste cuenta… Álvarez-
Al escuchar sus últimas palabras, Carolina quedó impactada. Alondra solo llamaba por su apellido a las personas que odiaba o simplemente no soportaba, lo cual era serio…
Sin decir nada más, y sin darle a la pelirroja una oportunidad más de replicar, Alondra salió de esa habitación con un rostro y mirada cargados de frialdad, una que era evidencia de que aquella amistad había muerto hacia solo unos segundos…
…
Alondra abrió los ojos algo alterada.
Se encontró con que se había quedado dormida sobre el pasto, y en sus sueños recordó aquel momento tan triste de su corta vida…
Al enfocar mejor su mirada, vio a lo lejos a sus primas y a las hermanas de la pelirroja jugando alegremente. También alcanzó a distinguir a Carolina, quien estaba comprando unos banquillos de helado a un vendedor que se había detenido por ahí.
Al verla, Alondra suspiró un poco y su mirada se volvió algo triste.
“¿Por qué no me dijiste las cosas desde el inicio Carolina?, tal vez habríamos podido resolver las cosas de otra forma… Pero preferiste ocultarme que sentías lo mismo por Annie, para poder conquistarla a mis espaldas… Sentí que romper nuestra amistad seria lo correcto, y así surgió esta rivalidad… Pero ¿quién ganara esta “guerra de amor”?
Se preguntó mentalmente la pelinegra.
Pronto, la respuesta a esa pregunta obtendría su respuesta.
…
A algunos metros de distancia y observando a las chicas, Annie tenia una cara de pocos amigos. Como todos los fines de semana, se encontraba con las pequeñas hermanas de Carolina y las primas de Alondra. Odiaba que de esa forma pudiera la pelinegra estar cerca de su pelirroja, pero por lo que sabía las niñas eran muy amigas. Era inevitable que Alondra y Carolina convivirán seguido.
Decidió acercarse a Alondra, para distraerla y que no siguiera viendo tan fijamente a la pelirroja.
-Hola Alondra, ¿No tienes una pelea hoy? – llegó preguntando eso por conocer su manía de estar metida en una pelea todos los fines de semana. Alondra se sorprendió de escucharla y después de verla sentarse a su lado. Estaba feliz y ello bastó para quitarle el sueño y la tristeza.
-No, papi Alexia y mami Allison me regañaron la semana pasada, así que tengo prohibido pelear otra vez o me quitan mis videojuegos. - respondió con un suspiro de derrota bromista y le sonrió con toda coquetería.
Annie no notó ese gesto y sonrió divertida.
-Así que, por eso estas aquí, veo que tus primas están con las hermanas de Carolina. ¿Dónde está ella? –
Alondra se sintió molesta en ese momento. No podía estar un minuto con Annie sin que saliera el nombre de esa pelirroja.
-Creo que comprando algo, no estoy al pendiente de Álvarez ¿sabes? –
“Si así es entonces ¿por qué te le quedas viendo tan fijamente?” pasó por la mente de una celosa chica de ojos verdes. Sin pensarlo mucho, hizo la pregunto que había rondado su mente hacia escasos segundos.
-Si es así entonces ¿Por qué te le quedaste viendo tan fijamente? - Aquellas palabras que salieron de sus labios tenían un poco de celos, cosa que Alondra notó de inmediato.
Estaba completamente segura de que había notado celos en el tono de voz de Annie, ¿Sería posible que por ella? ¡Eso sería lo más genial que podría pasarle!
Tenía que asegurarse mejor, así que sonrió picara y decidió “jugar” un poco. Y Carolina seria su juguete.
-Bueno, no me agradará mucho, pero debo admitir que no tiene mal cuerpo. Es bastante guapa lo acepto. -respondió con diversión y de acto seguido giró un poco la cabeza para ver a la de ojos verdes, quien en ese momento no pudo contener un gesto de molestia. Alondra sonrió complacida. Tenía que continuar.
-Su cabello pelirrojo ondulado es muy lindo, sus ojos…simplemente encantan. Y dios, ese cuerpo de modelo no está mal… bastante tentador debo admitir. -dijo todo eso sin pensarlo mucho realmente.
Al oír aquellas palabras, Annie cerró fuertemente sus puños, tratando de contener sus ganas de golpear a Alondra por mirar así a la pelirroja que consideraba suya. Realmente le encolerizaba la idea de que alguien más tratara de quitarle a Carolina.
Alondra volvió a notar los celos de la de ojos verdes y sonrió con emoción. Eso podría significar que sus esfuerzos por enamorará no habían sido en vano y que le había ganado a su insufrible rival de ojos amatista.
“Al fin te cerraré la boca Álvarez y me quedaré con Annie.” Pensó con satisfacción y una sonrisa aún más amplia abarcándole el rostro.
…
A unos metros de distancia y observadoras con atención se encontraba Carolina.
Se había percatado del momento en que Annie y Alondra comenzaron a hablar y podría jurar sentir la mirada de ambas clavadas en ella.
“¿De que estarán hablando esas dos?, odio verlas juntas… mejor me acercare para que Morales deje de disfrutar estar sola con mi chica. “Con aquel pensamiento, se encaminó hacia ellas con rapidez.
…
Al ver a la pelirroja acercarse, la sonrisa de Alondra disminuyó. Cuando al fin disfrutaba que ella y Annie estuvieran a solas, tenía que llegar su rival a joder todo.
Annie, en cambio, sonrió felizmente.
- ¿De qué hablan chicas? – Llego preguntando la de ojos amatista sentándose al lado de Annie.
Antes de que Alondra pudiera decir algo, la de ojos verdes respondió
-De que eres muy bella Carolina, Alondra no paraba de decirlo- Dijo con un ligero tono de molestia al pronunciarse nombre de la de ojos celestes.
Aquello tomó por sorpresa a ambas chicas, pero sobre todo a Carolina, quien no sabía si reírse o sentirse incómoda.
Mirando a Alondra, Annie comenzó a hablar.
-Y tienes razón hermosa, Carolina es una chica muy bella… como la dueña de mi corazón…-
Al instante, Alondra y Carolina abrieron mucho los ojos a causa de la sorpresa. Para nada se esperaban aquello.
¿Annie enamorada de una chica?, ¿Quién podría ser?, ¿Desde cuándo?, ¿La conocía? Esas eran las preguntas que rondaban por la mente de la pelirroja en aquel instante. En cambio, Alondra sonrió un poco, eso podría significar algo sobre ella.
- ¿Y se podría saber quién es esa persona? - hizo la pregunta tan temida, esperando escuchar su nombre como respuesta.
Carolina también esperaba impaciente…
Annie sonrió divertida y con algo de coquetería.
- ¿En verdad quieren saberlo? -devolvió la pregunta para torturar un poco más a Alondra.
-Claro que queremos saberlo Annie, ya dinos, ¿Quién es? - Preguntó ahora Carolina con impaciencia y algo de miedo.
-Solo les puedo decir que ambas la conocen…Y por si te lo preguntabas… No eres tu Alondra… es una chica aún más hermosa- y dicho esto, Annie se levantó y se fue, dejando a las otras dos chicas confundidas.
Ahora Alondra y Carolina se miraron con confusión.
¿Una nueva rival?
¿O era algo más…?
Continuará...