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Amigas...Rivales...¿Cuando De Mi Te Enamoraste?... por Karmen Historia

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Notas del capitulo:

Hola mis hermosas personas del universo!!! owo/

 

Al fin ha vuelto Karmen, despues de un tiempo desaparecida, a traerles el capitulo 7 de esta historia!!! 

 

Me tardé un poco ya que tuve te lidiarcon algunas cosas del colegio antes y queria prepararles una sorpresa.

 

Desde hoy y hasta el  22 de agosto habra actualizacion cada cuatro dias OwO

 

Sin mas que decir

 

Disfruten la lectura!!! :D 

 

 

Un Mes Después...

Residencia Morales. Habitación de Alondra.

-Mira Alondra, si seguimos buscando sin comida terminaremos desmayadas en medio de este desastre-

Kate le dirigió su mirada de fastidio e irritación a la pelinegra que estaba vaciando su closet como loca.

Toda la habitación era un completo desastre. Había ropa, zapatos, objetos, de todo, en el suelo y sobre la cama y el escritorio.

Alondra paró de hacer lo que estaba haciendo y suspiró al tiempo que por fin la miraba de frente.

-Sospecho que tienes razón Kate. Vamos a comer y volvemos a buscar. -

-Llevamos tres habitaciones contando esta. Y volver a ordenar las dos anteriores fuera una tortura pura Alondra, así que más te vale cocinar algo muy delicioso. -

La pelinegra sonrió al ver el puchero de la rubia, pero asintió con la cabeza.

Con algo de dificultad debido al desastre en el que se encontraban, las dos salieron de esa habitación y se dirigieron a la cocina de la casa, lugar donde Kate se sentó en una silla del pequeño comedor ahí instalado y observó a la de ojos celestes comenzar a preparar la comida.

-Ya destruimos tu habitación en casa de tus tíos Damián y Alfredo, en casa de tu papi Alexia y aquí, y seguimos sin encontrar nada. Sin contar que no me has dicho exactamente qué diablos estamos buscando. - Le reclamó la rubia.

-Ya te dije que buscamos un sobre. -

- ¡Pues hemos encontrado como 40 y ninguno es el que quieres! –

La de ojos celestes se echó a reír y con algo de pena se disculpó con Kate.

-Estamos buscando un sobre azul celeste, en el que esta guardada una carta de Carolina. Cuando yo comencé esa estúpida rivalidad ella no paraba de enviarme notas pidiendo hablar y solucionar aquella ridícula rabieta mía. Yo siempre rompía sus notas, hasta que un día recibí esa carta. La ultima que me envío y la única que guardé. Hace poco lo recordé. Siento que solo leyendo lo que dice ahí encontrare la respuesta que me falta. Solo leyéndola sabré desde cuando siento esto y porqué. - Las palabras de Alondra llevan un poco de tristeza, lo que hizo a Kate calmarse y sonreír comprensiva.

-Si me lo hubieses dicho desde el principio no me habría enojado. Seguiré ayudándote. - le dijo tratando de animarla.

Alondra sonrió divertida.

-Gracias Kate. Además, la profesora Serena no vive muy lejos, a dos calles, si quieres más tarde vamos a espiarla. Te prestare mis binoculares como muestra de mi agradecimiento. - y acto seguido le guiñó un ojo a Kate, quien se sonrojó de inmediato y le lanzó una papa.

- ¡Cállate y cocina! - le gritó roja haciendo reír a carcajadas a la de ojos celestes

Residencia Álvarez.

 Sala de Entretenimiento.

En esa habitación se encontraba una pantalla que casi ocupaba una pared, tres cómodos sillones sobre los cuales se podía acostarse y dormir, una mesa baja y un equipo de sonido bastante grande y de excelente calidad. Sobre la mesita baja había café, pan tostado, nutella, mermelada, fresas y un poco de tocino.

Una pelirroja se encontraba recostada en el sillón frente a la enorme pantalla. Vestía un sencillo pijama, compuesto por un pantalón de dormir con estampado de pandas, una blusa negra y unas medias de panda también. Su cabello estaba algo desordenado y con las ondulaciones naturales del mismo le daba un toque sexi y tierno. En una de sus manos sostenía el control remoto y cambiaba de canal cada tanto.

- ¿Acaso piensas quedarte así todo el día? -

Levantó la vista al escuchar la voz de su padre.

-No veo por qué no.- respondió sonriéndole.

Su padre, Alexander Álvarez, era un hombre de 1.85 de alto, de tez clara, ojos verdes y cabello castaño lacio y corto. Demasiado atractivo para tener 40 años. Trabajaba como detective de la policía londinense. Su compañera de trabajo era casualmente Allison Morales, madre de Alondra.

-Tus hermanas y yo iremos a buscar a Ali y Kat, iremos al museo, a comer y a jugar a algún parque. Pensé invitarte, pero creo que no querrás levantarte de ahí. ¿O me equivoco? - le dijo su padre mientras levantaba una ceja mostrando algo de burla con ese gesto.

-He tenido el mes más pesado de todos, por un día seré una adolescente normal en domingo- le respondió con el mismo gesto.

Pese a que ella y sus hermanas se parecían más físicamente a su madre, Carolina le había heredado muchos de sus gestos a su padre, así como algunas de sus actitudes y parte de su carácter y forma de ser.

Sus hermanas menores aparecieron de repente y se abrazaron a su papá.

- ¡Vamos Lina!, ¡Acompáñanos! - le pidió su hermanita Aura.

-Un día sin Annie no te hará mal- agregó Naiara.

Carolina suspiró. Desde que comenzó su noviazgo con Annie no se sentía del todo cómoda con ella, evitaba besos y abrazos en la medida de lo posible, aunque sabía que tampoco podía actuar tan indiferente por que la lastimaría ya que sería demasiado obvia su indiferencia.

-Lo siento mis niñas, hoy definitivamente no tengo ganas de salir al sol, seré una hermosa y floja vampiresa. Vayan ustedes con papá y diviértanse. –

Las pequeñas se mostraron algo tristes, pero le sonrieron.

-Está bien, al regresar nos pondremos a ver películas contigo y comer-

Su padre y sus hermanas se despidieron.

“Lo más seguro es que Alondra este con sus primas. No tengo fuerzas para soportar su mirada hoy. Mi noviazgo es incómodo ya que no dejo de pensar en ella desde que me besó hace un mes. Carajo, como odio sentirme así. Por hoy quiero descansar de este maldito drama.”

Pensó la pelirroja mientras volvía a centrarse en su tarea de buscar algún programa que le interesara.

Kate estaba de mejor humor mientras junto a Alondra reordenaba esa habitación.

- ¿Estas seguras de que guardaste esa carta? - le preguntó a la de ojos celestes.

-Muy segura, incluso recuerdo que la recibí el mismo día en que hicimos el proyecto de la capsula del tiempo, ¿Te acuerdas?, el profesor Miles nos hizo llevar algún objeto de valor sentimental y dejarlo en una enorme caja de madera que después enterramos en el patio del colegio, supuestamente tendrían que desenterrarla en 20 o 30 años. - respondió Alondra con aire pensativo.

Kate recordó aquel día. Si la idea que comenzaba a ronronear en su mente era correcta tendrían mucho trabajo por hacer y tal vez se meterían en problemas.

-Yo dejé en esa caja mi libro de cuentos favorito de pequeña. ¿Tú que dejaste? -

La más alta reaccionó con esa pregunta.

- ¡No recuerdo lo que deje en esa caja!, ¡¿Sera posible que ahí guardara esa carta?!- se preguntó a si misma entre sorprendida y preocupada.

Kate se acercó a ella sumamente enojada y le dio un puñetazo en el estómago a la pelinegra, quien sintió mucho dolor. La rubia debía tener una fuerza infernal cuando se enojaba, porque para que Alondra sintiera dolor era demasiado.

- ¡Trae una maldita pala y las llaves del auto de tu madre!, ¡Rápido Alondra Morales!, ¡Mira que vas a pagar caro por hacerme destruir y reconstruir tres malditas habitaciones durante toda la mañana y por nada! - le gritó con un tono que hasta miedo le dio a la más alta, quien de inmediato hizo lo que Kate le ordenó.

….

Unas Horas Después…

Patio del Colegio.

Dos chicas, una rubia y otra pelinegra, llevaban un rato cavando debajo del árbol más alto que se encontraba en ese lugar. Una suave llovizna les dificultaba la tarea y ambas rogaban por desenterrar la maldita caja que buscaban antes de que realmente cayera una tormenta.

- ¡Es la última vez que te ayudó en tus locuras Alondra Morales!, mira que prácticamente allanar nuestra escuela, burlar a los perros guardianes, al velador y a tres policías, solo para recuperar una carta… agradece al cielo que es de Carolina y solo porque también pienso que es importante te ayudo, de otra manera te habría mandado al carajo. - Gritó Kate mientras seguía cavando. Su chaqueta estaba ya mojada y tenía un gesto de molestia muy notorio.

Alondra suspiró. Sabía que la rubia tenía razón de estar así de furiosa con ella.

-Lo siento Kate, prometo recompensarte, solo dime que quieres y te lo daré- Le dijo tratando de calmarla un poco.

-Me dejaras leer esa carta también y le dirás a Alexia que me envíe los libros que quiera, te daré los títulos más tarde. -

-Está bien, yo le digo y te dejaré leer después de mi-

Pasaron algunos minutos en silencio.

Alondra sintió que la pala golpeó con algún objeto.

- ¡Ya encontré la caja Kate! -

Sacaron rápido de entre la tierra y el lodo que iba formándose una caja de gran tamaño que a simple vista parecía un antiguo baúl.

Ambas se apresuraron a llevarlo a un lugar cubierto. Cerca comenzaba un pasillo cubierto, ahí podrían abrirlo.

Levantaron la tapa de ese baúl con dificultad y al lograrlo comenzaron a rebuscar entre los diferentes objetos que había.

- ¡Un sobre azul celeste!, ¡Esta debe ser la carta! - exclamó con emoción la de ojos celestes al tiempo que sacaba un sobre del baúl y lo sostenía con gesto triunfador.

Devolvieron el baúl a su sitio y tardaron un rato más en volver a colocar la tierra en su lugar. Trataron de que no se notara tanto su “robo”. Después salieron de su colegio con mucha precaución, y volvieron al auto de la madre de Alondra.

-Esta carta me dará la respuesta que me falta… estoy segura...- susurro la de ojos celestes mientras emprendía el camino a su hogar.

...

Residencia Álvarez.

Habitación de Carolina.

La pelirroja mayor de esa casa se encontraba sentada frente a su escritorio con un gesto de disgusto bastante visible. Estaba revisando sus redes sociales y se encontró con una publicación de su novia Annie. Era una foto de ambas besándose. Seguramente la habría tomado alguna de sus amigas.

Realmente no le gustaba encontrarse con ese tipo de cosas, ni con las notas románticas que la de ojos verdes dejaba en su pupitre escolar cada mañana, le hacían sentirse mal consigo misma por saber que no le correspondía del todo.

Carolina suspiró cansada. Tampoco quería pensar en eso.

“Mañana trataré de ser más cariñosa con Annie, ella no se merece menos. Ha sido tan lida, romántica y dulce conmigo… debo tratarla mejor, después de todo soy su novia. Solo espero que por un maldito día Alondra no insista en hablar conmigo. “

Acto seguido se levantó para dirigirse a su cama. Era temprano aun, pero sentía que dormir era la única forma de olvidarse un poco del tema y descansar.

Residencia Morales Salazar.

Habitación de Alondra #2

La pelinegra decidió leer aquella carta en casa de su papi Alexia. Su madre se encontraba en un viaje de trabajo y no le gustaba estar sola. Sabía que su papi estaba en la biblioteca de la casa, su tía Mariana en la cocina preparando la cena, y sus primas Aura y Kat jugando en el salón de entretenimiento.

A su lado estaba Kate, quien tenía una taza de chocolate caliente en las manos y una manta sobre los hombros cubriéndola, esperando con ansias a que abriera el sobre y leyera la carta de Carolina, aquella que le había enviado hacia poco más de un año.

-Muy bien, a encontrar respuestas o lágrimas en esto- dijo con un suspiro mientras abría el sobre.

 

Querida Alondra

Es realmente difícil para mí comenzar estas líneas. Me siento algo estúpida con cada letra que mi pluma traza, ya que soy consciente de que lo más probable sea que esta carta termine en el cesto de basura al final del día, como todas mis otras notas.

En el milagroso caso de que la leas, no te preocupes, no seguiré insistiendo ni molestándote más, esta es la última vez que te escribo.

Solo que… no quería renunciar antes de decirte lo que siento, y ya que no me dejas hablar cara a cara, al menos tratare de expresar aquí lo que mi corazón lleva años gritando y pareces negarte a escuchar.

Esta es la peor rabieta que he visto en ti desde que te conozco.

No sé muy bien por donde comenzar, así que… ¿Qué te parece si hacemos un pequeño recuento de nuestro pasado?

Aquella primera vez que nos vimos, en tu primer día en el colegio. Me defendiste sin conocerme. Nuestras miradas se cruzaron en el momento adecuado. Yo era una niña asustada, tú me regalaste una sonrisa cargada de ternura y me ayudaste. Desde ese momento supe que quería estar a tu lado siempre.

Aunque por supuesto que al principio pensaba que te quería de la misma forma que a mi hermanita menor, solo más adelante me di cuenta de lo equivocada que estaba.

Fuimos volviéndonos más cercanas con el paso de los meses, y la muerte de mi madre solo logró unirnos aún más. Fue la etapa más difícil de mi vida. De jugar cada tarde con tranquilidad, pasé a ayudar a la niñera a tranquilizar a dos bebés que extrañaban a su mamá. Cambié jugar con muñecas por aprender a cambiar pañales y preparar biberones. Deje de ser una niña pequeña para convertirme en una especie de mamá en miniatura.

Ahora no mucho ha cambiado. Pasó mis fines de semana en Hyde Park con Aura y Naiara. Por fortuna se volvieron buenas amigas de tus primas Alicia y Katherine. Les preparó el desayuno a ellas y a papá, las ayudo con sus tareas, les hago leer cada noche, les dejo jugar por la casa y me ocupo de que están bien.

Tu estuviste a mi lado en esos días tan oscuros. El que yo llamé “infierno” tú te encargarse de volverlo el momento más tierno entre nosotras.

Aún recuerdo con detalle el día en que volví a verle el sentido a vivir, en que sentí el calor del sol en mi rostro y pude volver a ver en verdad el atardecer a tu lado.

Sigue en mi cuello aquel dije que me entregaste. Esta estrella amatista esta siempre conmigo, como espero siga en tu muñeca izquierda aquella pulsera que te di. Es el más valioso recuerdo de mi madre. Si te lo entregué a ti fue para demostrar que eres de las personas más importantes de mi vida. Han pasado siete años desde el día en que nos conocimos. Pensar que tanto tiempo se ha ido como un suspiro…

Fue cuando cumplimos diez años que comencé a darme cuenta de que te quería de una forma distinta, especial.

¿Recuerdas el día que mi papá nos interrumpió en mi habitación?, nunca me había enfadado tanto con él como ese día. Estuvimos hablando acerca de tu primer beso. Notaste que me molesté un poco. Te acercaste mucho a mi rostro. Solo unos pocos centímetros separaban nuestros labios. Cuando llegó mi padre y te alejaste no pude sentirme más triste.

Pasé largos meses torturando mi cabeza con la misma pregunta. ¿Qué era exactamente lo que sentía?

La respuesta llegó sola y en el momento menos indicado. Amor. Sí, me había enamorado de ti. Mejor dicho, desde que te conocí te amé, solo hasta ese momento lo asumía plenamente.

Fui formándome algunas ilusiones. Notaba algo parecido a los celos en ti cuando alguien más se me acercaba mucho o me trataba con demasiado cariño a tu juicio. Me encantaba escucharte cantar en mi oído, tu voz al leer. Amaba tus escenas de celos, tus detalles, tu forma de no querer que yo compartiera con otra persona eso que nos unía.

Por un momento, llegué a pensar que tú también me amabas de la misma forma.

Y entonces te escuché. Le decías a Rose, una de tus tantas novias, que tu jamás podrías enamorarte de mí. Que solo me veías como una hermana. Que si yo me enamoraba de ti te alejarías y sentirías algo de asco.

Ahí lloré por primera vez. Solo teníamos 13 años. Pero yo entendí. Si te enterabas de mis sentimientos te perdería.

Fue entonces que Annie comenzó a captar mi atención de otra forma.

Debo admitir que es muy guapa, inteligente, educada, linda, agradable.

La quiero y me gusta, pero a quien amo es a ti.

Si, sigo amándote pese a haberme prometido olvidarlo.

Te amo de múltiples formas, con cada parte de mi alma, con toda la fuerza que poseo, amo cada uno de tus defectos y cualidades. Amo desde tus ojos llenos de ira hasta tu sonrisa apenada.

Yo siempre creí que, cuando menos, yo significaba algo importante para ti, que me querías, que no habría nada que pudiese separarnos.

Hoy no sé qué pensar. Creo en verdad que yo no debo significar mucho para ti, después de ver la facilidad con la que llevas esta situación. No me diriges apenas la mirada, cada nota que te he enviado termino viéndola hecha pedazos en el cesto de basura, cada vez que me acerco me evades o finges no escucharme.

¿En verdad la atracción por Annie vale más que nuestra amistad? Qué triste que así sea.

Yo… realmente no sé qué pensar.

Solo quiero que sepas, que aun si continuas con esta rabieta, yo seguiré queriéndote de la misma forma.

Dudo mucho poder dejar de amarte.

Como al comienzo, es difícil terminar esta carta de despedida.

Concluiré con unas palabras, que son mi alegría y mi condena, mi felicidad y mi más grande tristeza.

Te amo…

Con todo el dolor, la tristeza y el amor que mi alma alberga.

Carolina.

 

Una lagrima solitaria se deslizó por la mejilla izquierda de Alondra.

Había encontrado lagrimas…

Pero también respuestas…

Alondra

Y por fin abrí los ojos a la verdad

A eso que inconscientemente me negaba a aceptar

Siempre fue algo mas

Siempre te quise como a nadie más…

 

Una lagrima se escapa de mi

Pero no es nada comparada con las que te hice derramar a ti

Tu menos que nadie merecías sufrir

Lamento cada herida que te provoqué sin sentir

 

Puede que sea algo tarde

Pero no desistiré hasta que logres perdonarme

Cada mañana una rosa he de darte

Cada tarde un suspiro he de dedicarte

Y al anochecer he de soñarte

 

Tal vez cueste trabajo

Pero corregiré mis errores pasados

Y tu amor iré desenterrando

 

Quizá sea doloroso aceptarlo

Pero también te amo…”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

Pues espero les haya gustado.

Dejenme sus hermosisimos reviews, que son los que me animan a seguir con esta historia pese a todas las dificultades que se me presenten.

Ya saben que: dudas, preguntas, criticas constructivas, amenazas, etc, yo respondo siempre con todo el gusto del mundo!! :D

Los veo dentro de cuatro dias!! ^o^

Un beso y un abrazo del porte del universo!!!

Atte: Karmen Historia owo/


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