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Amigas...Rivales...¿Cuando De Mi Te Enamoraste?... por Karmen Historia

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Notas del capitulo:

Hola mis hermosas personas del universo!!!! *-*/


Despues de pelearme mucho con mi computador ya que no me dejaba abrir la pagina, he vuelto del inframundo a traerles el capitulo 8 de esta historia!!! 


Agradezco muchisimo sus reviews y espero muchos en este capi, XD 


Sin mas que decirles por el momento


Que comience la lectura!!! :D 


 

Alondra se dejó caer en la cama. Kate la miraba esperando que dijera algo.

-Ella siempre me amó…- dijo en un casi imperceptible susurro la pelinegra, con la vista perdida en el techo de la habitación.

-Todos nos dábamos cuenta, solo tú no lo veías. - dijo Kate tomando un sorbo de su taza de chocolate.

-No quería verlo… por qué yo también la quise siempre de una forma distinta a las demás… especial… hasta ahora me doy cuenta… de que ese sentimiento tiene un nombre bien definido… amor…-

Alondra dijo eso con una sonrisa y una lagrima resbalando por su mejilla derecha nuevamente.

Kate suspiró al tiempo que dejaba su taza en la mesita de noche. Vaya que, a su juicio, la de ojos celestes había tardado mucho en darse cuenta de algo tan obvio.

- ¿Y ahora qué piensas hacer? - le preguntó con un poco de tristeza.

Alondra volvió a sentarse. En su rostro podían leerse tanto seguridad como miedo.

-No dejaré que mis errores sigan alejando a la persona que quiero. Carolina tarde o temprano desistirá de negar que me ama a mí y no a Annie. Tengo que recuperarla Kate, aunque cueste, la necesito…-

La respuesta de la pelinegra no dejo muy tranquila a la rubia.

- ¿Estas segura de querer hacerlo? Tardaste mucho en darte cuenta de que la habías lastimado, y aún más en aceptar que la amas. No creo que este sea el mejor momento para hacer nada. Recuerda que ahora es novia de Annie, y a lo largo del último mes lo único que ha hecho es tratar de mantenerse lo más alejada de ti que sea posible. - Kate le decía eso no por desanimarla, sino por dejarle claro lo complicado de su situación actual.

Alondra suspiró.

-Lo sé Kate, pero… no quiero seguir dejando pasar el tiempo y ver a la chica que quiero con alguien con quien no es feliz. Además, como yo, ella tarde o temprano terminara por escucharme. -

Aun sin estar convencida del todo, la rubia se limitó a asentir con la cabeza y volver a tomar de su taza de chocolate.

Al Día Siguiente…

Residencia Álvarez.

Comedor.

- ¡No!, ¡Es mi última palabra! - exclamó una pelirroja de ojos amatista a sus hermanitas menores.

- ¡Por favor Lina!, ¡Es la primera vez que te pedimos que lo hagas! - pidió con un adorable gesto Naiara.

- ¡Te prometemos que las mantendremos lo más alejadas que podamos, pero por favor hazlo! - apoyo el ruego de su hermana la pequeña Aura.

Aura y Naiara le habían pedido a Carolina que las llevara a una pijamada a casa de sus amigas Alicia y Katherine. La pelirroja mayor en un principio no se había quejado, hasta que le pidieron quedarse con ellas esa ocasión, cosa que se estaba negando a hacer. Sabía que lo más probable era que Alondra estuviese ahí.

Carolina tenía buenas razones para no querer quedarse en el mismo lugar que Alondra. Sin contar que se daría una situación incómoda entre ambas, si su novia Annie se enteraba era capaz de volver a enfrentarse con la pelinegra, cosa que a Carolina no le gustaría. Annie había reservado a la de ojos celestes un desagrado especial. Varias veces había discutido esas dos al punto de casi llegar a los golpes. Carolina no quería que se hicieran daño.

Al ver los gestos de ruego de sus hermanas se rindió. A ellas nunca podría negarles nada.

-Más les vale mantener a Morales lejos de mí, de otra forma no volveré a ceder- dijo con un tono de resignación y las niñas sonrieron.

-Lo prometemos-

Carolina rodó los ojos con cansancio y se dispuso a desayunar.

Residencia Morales Salazar.

Comedor.

- ¿Y por qué quieren que esté presente en esa pijamada?, yo no tengo 9 años, tengo 16.- se quejó Alondra con una sonrisa burlona.

-Aura y Nai lo pidieron- respondió la pequeña Alicia dándole un mordisco a una rebanada de pan tostado con nutella.

-Además, no te cuesta nada, comeremos emparedados dulces y helado, te sentirás joven otra vez- bromeó Katherine comiendo fruta picada.

- ¡Yo soy joven!, enanas del mal... Está bien, estaré con ustedes, pero más les vale no hacerme ninguna broma, ¿Entendido? -

Las niñas asintieron y Alondra las miró con desconfianza.

-Tú eras igual que ellas, si no es que peor, Alondra. Recuerdo que en una ocasión le hiciste una broma tan mala a tu profesora de primer año en primaria que te expulsaron del colegio. - comentó su papi Alexia entrando a esa habitación con una sonrisa y ya lista para irse a trabajar. Su tía Mariana salió de la cocina a recibirla.

-Yo recuerdo como Allison trató de regañarte, pero la risa al ver lo que hiciste le ganaba. - sonrío la rubia.

Alondra se apenó un poco.

-Bueno, eso ya es pasado- dijo tratando de que se olvidará el tema.

Ese día tenía pensado tratar de hablar con Carolina, pero aun no encontraba una forma de hacerlo lejos de Annie.

Aún era temprano. Estaba segura de que no habría nadie en su salón de clase cuando ella llegara. Tuvo una idea repentina.

-Papi Alexia... ¿Me prestaría tu auto para irme al colegio hoy? Sabes que mi motocicleta está en el taller. - pidió con cautela Alondra

La pelinegra mayor la miró enmarcando una ceja y sonriendo. Le extendió las llaves del auto y se sentó a desayunar.

-Tienes suerte de que hoy le toque a tu tía Mariana llevar a Ali y Kat al colegio. Cuida la velocidad y se buena chica- le guiñó el ojo y comenzó a reír de ver la expresión de pena de su sobrina.

-Gracias papi Alexia. Prometo cuidarlo-  dijo con una leve carcajada.

Ese auto era el lugar perfecto.

Un Rato Mas Tarde…

Preparatoria.

Carolina entró al colegio por la entrada principal, pensativa. Como era temprano, aún no había muchos estudiantes en aquel lugar. Eso le agradó. Sentía que necesitaba ese pequeño rato de paz antes de las clases.

Iba a paso lento hacia su salón de clase. Ese día se había propuesto firmemente ser más cariñosa con Annie. Si realmente quería dejar de pensar en Alondra, lo mejor era centrarse en su relación. Pero, aun así, no sentía mucho ánimo.

De improviso sintió unas manos cubrir su boca y arrastrarla hacia atrás. Trato de patalear, pero la persona que la sostenía era obviamente más fuerte que ella.

La persona la llevó al estacionamiento. Donde abrió la puerta de un auto y la metió dentro. Una vez sentada en el espacioso asiento trasero del automóvil lo reconoció. Era el Audi de Alexia Morales.

Y se sintió sumamente molesta al ver que su “captora” era Alondra, quien puso el seguro a todas las puertas.

Los vidrios polarizados del auto no le permitían ver fuera, lo cual la hizo molestarse más.

- ¡¿Qué carajo crees que estás haciendo Morales?!- le grito furiosa tratando inútilmente de abrir las puertas del auto.

-Cálmate Carolina, lo único que quiero es hablar, y ya que tu no me has dejado otra opción tuve que hacer esto, sin contar que si Annie me veía acercarme a ti seguramente habríamos terminado en una pelea. - le respondió la de ojos celestes mientras le sujetaba las manos impidiéndole seguir intentando irse.

La pelirroja observó con atención a la pelinegra. Se notaban unas ligeras ojeras en sus ojos.

Y de nuevo esos ojos celestes que le transmitían esa calidez de afecto del pasado…o quizá más intensa aun que antes…

La notaba diferente, no sabría describirlo, pero había algo que no era igual.

-Entonces habla rápido Morales, que tenemos clases y no quiero llegar tarde por tu culpa- le dijo de forma agresiva tratando de disimular su pequeña preocupación.

Alondra sonrió. Su idea había funcionado.

-Vale. En primer lugar… Carolina, lamento haberte lastimado tanto de forma inconsciente. No quise ver que sufrías, me centraba en mis tonterías y te dejé de lado, lo cual te dolió. Me siento tan estúpida por no verlo. Por una tontería deje de lado a la persona que más quería… que más quiero…- comenzó la de ojos celestes bajando la mirada ante una pelirroja confundida.

-Sé perfectamente que no merezco apenas que me escuches, pero en verdad quiero pedirte perdón, soy consciente de que eso tampoco reparará mis errores pasados ni quitará el dolor que te causé, pero… te aseguro que es sincero. Yo… tardé mucho en darme cuenta de que los sentimientos que tenia de niña tenían un nombre bien definido…amor… son amor… hacia ti… Recuerdo lo mucho que me molestaba que alguien más aparte de tu familia y de mí se te acercara. Los días en que éramos tan unidas que parecías más mi novia que mi mejor amiga… Carolina… pese a que tardé, hoy al fin comprendo lo que me había negado a escuchar, lo que mi corazón ha sentido por ti desde el día que nos conocimos… desde ese momento en que tome tu mano para devolverte a tu peluche… Te amo Carolina…-

Carolina reaccionó bruscamente con esas palabras. Se desplazó hasta el otro extremo del asiento.

Esas palabras… ella las había esperado tanto de Alondra durante tantos años y había perdido por completo la esperanza de oírlas de su voz algún día… ahora sí que no sabía cómo reaccionar.

Alondra levantó la mirada para verla directamente a los ojos.

El silencio se había instaurado en ese auto. Solo se podía escuchar la respiración de ambas chicas. Ambas irregulares, una por la sorpresa y otra por los nervios.

La campanilla que anunciaba el inicio de clases sonó.

Alondra quitó el seguro de las puertas.

Carolina no perdió tiempo y salió apresurada.

“Debí haberla tomado por sorpresa con esto… solo espero que no cambie aún más su actitud hacia mi…”

Pensó la de ojos celestes al verla salir.

Suspiró y se dirigió a clase también.

Mientras Tanto, En Otra Parte…

Sala de Profesores.

Serena Miller, profesora en aquella preparatoria, se encontraba esa mañana preparándose una taza de café antes de ir hacia su clase. Vestía una falda y un sacó de color negro, una blusa azul claro y un par de tacones de color negro.

Parecía pensativa, cosa que habrá parecido normal a cualquiera. Pero lo que meditaba no era tan normal.

La noche anterior había vivido algo muy raro.

“Las calles de su vecindario estaban desiertas, iluminadas por las diversas farolas que había distribuidas a lo largo.

Como cada noche, había salido a correr un rato.

Tenía puestos sus auriculares y vestía unos shorts algo cortos, tenis, y una playera de deporte.

La calle estaba algo mojada, recién acababa de llover. A ella eso le agradaba, le gustaba la leve brisa fría y el olor a pasto mojado.

De repente paró de correr. En mitad de la calle se encontraba una chica. Tenía un gesto pensativo en el rostro y caminaba en círculos. Tardó algunos segundos en reconocerla. Era Kate Smith, una de las mejores alumnas de su clase en la preparatoria.

Nunca le había dirigido la palabra para algo más que no fuera en relación a sus trabajos escolares, pero se sintió algo preocupada al verla así. Parecía triste y pensativa a la vez.

Con algo de duda se acercó.

La rubia, quien estaba tan concentrada en sus pensamientos, volteó bruscamente al sentir una mano posarse sobre su hombro.

- ¡Lo siento! No pretendía asustarte-

Kate se sorprendió al ver a la persona enfrente suyo.

- ¡Profesora Miller!, ¡Disculpe el que haya reaccionado así!, no estaba prestando atención a nada-

-Me di cuenta Kate-

En ese momento, la castaña notó un leve rubor en las mejillas de la rubia.

-Yo… me acerqué ya que te vi algo pensativa y preocupada. Podre ser tu profesora, pero no estamos en el colegio ahora, así que me preocupó un poco por ti. ¿Sucede algo malo Kate? - Le preguntó con una sonrisa que habría tranquilizador a cualquiera.

-No profesora, solo… ya sabe, cosas de adolescentes- respondió la de ojos azules algo apenada pasando una de sus manos por su nuca.

-Puedes contármelo si gustas-

Serena tomó asiento en la acera algo húmeda.

La chica rubia la acompaño a los pocos segundos. No sabía si contarle a su hermosa profesora lo que la tenía pensando, temía aburrirla con un drama adolescente.

Le relató un poco del problema de alondra, que estaba pensando así mismo en su amiga Carolina y en cómo ayudarlas a ambas.

La castaña sonrió con algo de enternecimiento.

-Veo que te preocupas mucho por tus amigas. - Le dijo

-Bueno, son la única familia que tengo. -

Aquella afirmación sorprendió a la más baja.

- ¿La única familia que tienes? - preguntó confundida.

-Si. Mis padres murieron hace unos años. Tuvieron un desagradable accidente mientras estaban de viaje. Me cuidó una tía, hermana de mi padre, hasta que hace un año le pedí me dejara vivir sola. Al principio se opuso, pero después aceptó, con la condición de que la dejaría visitarme seguido y estar al pendiente de mi- respondió la rubia con algo de melancolía en la voz.

Serena se apresuró a disculparse. Sentía que le había hecho recordar algo muy doloroso a la rubia, pero esta negó con la cabeza.

-Ya no me entristece tan rápido pensar en eso. -

Pasaron unos minutos en completo silencio.

- ¿Sabes? Siempre me has parecido una chica muy animada y considerada con los demás. Muy inteligente, amable y linda, estoy segura de que tarde o temprano tus amigas resolverán su situación. Deberías dejar que las cosas entre ellas se den de forma natural. -

La rubia sintió con las palabras de su profesora.

-Sí, será mejor dejar de quebrarme la cabeza…-

Se levantaron al mismo tiempo.

-Tengo que irme profesora, está haciéndose más tarde y debería volver a casa. La veo mañana en clase- dijo Kate mirándola con una sonrisa.

Serena la abrazó. No tenía planeado hacerlo, pero a verla así de linda no pudo resistirse.

Al separarse, sin embargo, Kate aprovechó su cercanía para robarle un rápido beso en los labios, que dejo sorprendida al extremo a su profesora. Kate emprendió la huida con rapidez.

Serena se quedó de pie en la calle con un notorio gesto mezcla e sorpresa y miedo.”

-Y ahora no sé cómo dirigirme a ella… es mi alumna y aunque no estábamos en el colegio eso no debió haber pasado, además es menor de edad y todo eso… carajo, mejor lo paso por alto hoy, de otra forma no daré bien mi clase- Se dijo a si misma mientras terminaba su café y salía de aquel lugar.

Carolina corrió hasta el patio trasero del colegio.

Un par de lágrimas habían escapado de sus ojos durante el trayecto.

En su mano izquierda sostenía ese corazón amatista que Alondra le dio hace años.

Realmente eran sentimientos encontrados, las palabras de la pelinegra aún se repetían en su cabeza.

“No caeré de nuevo en el mismo abismo. Ya lloré demasiado en el pasado.”

Con lentitud soltó aquel dije y dejo que volviera a su lugar.

-No Alondra Morales, esta vez seré yo la cruel. No volverás a lastimarme, lo juro por mi corazón roto…- susurró con frialdad y con la vista perdida en el cielo.

Lo que la pelirroja no sabía es que los planes del destino eran completamente opuestos…

Carolina

Un par de lágrimas para mí son nada

Comparadas con las muchas más que derrame al sentirme abandonada

Por la persona que más amaba

 

Deja de actuar

No me trates de engañar

Tu no me puedes amar

Lo he comprobado ya

 

No permitiré que me vuelvas a lastimar

En el pasado tus palabras me lograron destrozar

Pero eso no se repetirá.

 

Es mi turno de buscar ser feliz

Lejos de ti

Y lo voy a conseguir

Me debo la oportunidad de seguir

 

Si tu amor es falso

No caeré como en el pasado

Y si fue sincero ese te amo…

Mi alma se encargará de averiguarlo…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuara...

Notas finales:

Y eso seria todo por esta ocasion!  XD 

Espero sus hermosos reviews, ya saben que: Dudas preguntas, criticas constructivas, amenazas, yo respondo siempre con todo gusto!!! 

Espero verlos pronto!! 

Un beso y un abrazo del porte del universo!!! 

Atte: Karmen Historia. *-*/


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