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Feliz Navidad, bastardo por CamiELF

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Notas del fanfic:

Pareja: GunHeechul

Genero: Romantico, ¿humor?

Advertencias: Ninguna

Dedicación: Para Vicky! Feliz Navidad y espero que supere tus expectativas T___T

- Que haces? –

- Yah! Piensas demorar mucho en responderme?! –

- Eliminaré tu número de mis contactos si no respondes en 1 minuto –

Gunhee rodaba de la risa en su cama del hotel de Los Angeles mientras leía los impertinentes mensajes de su amigo. Había visto el primer mensaje apenas había llegado –y más cuando leyó de quien era-, pero al darse cuenta que su amigo debía estar aburrido, decidió hacerlo rabiar un poco.

Tenía el mensaje preparado para mandarlo 10 segundos antes que terminara el minuto, cuando el celular del amigo que lo acompañaba por el resto del viaje sonó.

- Oh Heechul-ah! Como estas?... si, está aquí conmigo, por qué?... Si… Claro, te lo paso… - su amigo se levantó y caminó hacia donde Gunhee yacía con su propio celular en la mano.
Su amigo tapó el micrófono del celular con una mano mientras le susurraba – Ten cuidado, parece que está en uno de sus ataques de bipolaridad otra vez – Gunhee se limitó a reír por el comentario de su amigo y tomó el celular.

- No había terminado el minuto todavía –

- Tu, bastardo! Cuanto más pensabas demorar en responderme? –

- Solo diez segundos más… –

- Lo estabas haciendo a propósito? –

Gunhee trató de no reírse, Heechul sonaba cada vez más celoso, lo cual lo hacía extremadamente adorable. Aunque solo Gunhee pensara de esa manera, para una persona normal hubiera sido aterrador. A Heechul no le agradaba el hecho de que el mayor hubiera decidido permanecer más tiempo en Los Angeles, con una persona que no era él.

- No te enojes, que ya estás en edad de que te salga alguna arruga – Heechul larga una carcajada desde el otro lado de la línea – de que te ríes?

- Kim Heechul por siempre será hermoso, con arrugas o sin arrugas -  Gunhee no podía estar más de acuerdo pero no pensaba admitírselo al menor.

- Exacto, Narciso… pero volviendo al tema ¿Qué quieres? Apuesto a que tan solo estas aburrido – sonrió para sí mismo sabiendo que tenía razón.

- Yo no me aburro, soy una persona ocupada, siempre tengo algo para hacer – el mayor rodó los ojos – solo te llamaba porque necesito la opinión de un estilista.

- Tienes muchos amigos estilistas, yo estoy de vacaciones –

- Eres un bastardo, te colgaría el teléfono, pero como te molesta atenderme seguiré con mi pregunta – Gunhee sin querer posó su mirada en su otro amigo y vio que lo miraba extrañado. Fue cuando se dio cuenta de que probablemente sonreía como un estúpido - ¿Debo cortarme el pelo o dejármelo largo?

- Ya me habías hecho esta pregunta y te contesté que un peluquero siempre va a querer que una persona se corte el pelo – Pues sí, sin duda su amigo estaba aburrido. O quizás lo extrañaba.

- No me ayudas! La pregunta es ¿qué me queda mejor? –

Gunhee sonrió y esta vez no le importó lo que su amigo pensara. A Heechul todo le quedaba bien, realmente no podía elegir.

- A ti todo te queda bien – el otro lado de la línea permaneció en silencio y decidió continuar – pero si de verdad quieres una respuesta… sé que tú quieres el pelo largo, que eso te hará más feliz, y eso es lo que importa, así que déjatelo crecer -.

La línea permaneció tres segundos más en silencio.

- Cuando vuelves? – Heechul terminó con ese silencio…

. . . . .. . . . . . . . . . .. .

 . . .. . . . .. .

 . . . .. . .

 

Gunhee sonreía, cuando esos recuerdos venían a su memoria.
Estaba sentado en el sofá de su casa, con el aire acondicionado proporcionándole la temperatura adecuada para no morir con ese invierno, mientras miraba en su celular una foto de su “amigo”.

No era que él estuviera súper enamorado, si no que cualquiera lo vería: Heechul era hermoso, sus facciones eran entre delicadas y sexys, su piel era preciosamente blanca y sus ojos tiernos y grandes. Ni que hablar de su sedoso y brillante cabello, ese que el estilista tanto cuidaba y adoraba.

Recordaba como Heechul, meses atrás, le había preguntado que debería hacer con su cabello. Sabía que el menor lo había llamado sin intenciones de preguntarle eso, pero a la vez sabía que era una pregunta que Heechul se hacía todos los días: qué hacer con su cabello?
Gunhee le había dicho que se lo dejara largo ya que eso era lo que el mismo Heechul quería, pero en la foto que admiraba, se veía como Heechul no le había hecho caso y se había cortado el pelo otra vez. El mayor no le había preguntado a Heechul el motivo por el cual lo había hecho, ya que sospechaba, debería ser el mismo que en la primera ocasión, y él detestaba esa idea.

Cuando sus pensamientos comenzaron a irritarle, decidió que iría a la cocina por una cerveza.

Desde la cocina, oyó su celular sonando. Se apuró en ir a la sala, con la botella de cerveza en la mano, con la esperanza de que fuera quien él creía.

Pues sí.

- Si?

- Mi auto está atascado en la nieve..                    

- Pues, feliz navidad para ti también!

- Habló en serio! No puedo moverlo, me estoy congelando, y estoy solo – usó un tono de voz más bajo para esto último.

- Te advertí que lo guardaras en el garaje, sabías que iba a nevar demasiado.

- Tus sermones no me están sirviendo en este momento, que esperas? Ven a buscarme!

- Creí que era tu estilista, no tu chef… - ya tenía las llaves del auto en sus manos, pero hacer enojar a Heechul era muy divertido.

- Eres mi novio, no es lo que hacen los novios?

Gunhee sonrió como un idiota. Si, eran novios, pero no era algo común escuchar a Heechul mencionarlo.

- Tienes razón, eso hacen – admitió -  también hacen caso a los consejos y guardan los autos en los garajes.

- Yah! Younghun, bastardo! – Gunhee se carcajeaba al otro lado del teléfono.

- Mándame tu ubicación en un mensaje. Nos vemos en 15, espera adentro del auto con la calefacción prendida, no te vayas a resfriar – y cortó, sin dejar que Heechul respondiera. De hecho le hizo un favor, usualmente al menor le costaba contestar a sus actos de preocupación y cariño.

 

 

 

“Por qué se tarda tanto?” pensó Heechul, resoplando.

De hecho, no habían pasado ni diez minutos, pero Heechul ya estaba aburrido y de mal humor, estas situaciones lo estresaban, le estresaba depender de alguien más.

Decidió encender la radio. Como era noche buena, pasaban baladas tranquilas pero agradables para una noche fría pero feliz. A Heechul le dieron sueño, así que recostó la cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos.

Pero en seguida empezó a sonar una canción que llamo su atención. You live in my heart de Kim Taewook. Heechul se puso melancólico y se sintió aún más solo.

Decidió pasarle la canción a su amigo. Este no demoró en responder. Esperaba que estuviera parado en un semáforo.

- Por qué me mandas esto ahora?

- Ah, esta canción me gusta

- Quien está en tu corazón?

- Tu 0.0

Que acababa de pasar? Gunhee no entendía pero se sentía extremadamente feliz. Tenía que compartir esto en Instagram para que alguien le creyera.

Heechul al no recibir más respuesta, decidió volver a su siesta, con una sonrisa en su rostro.

.   .   .

Se despertó con el sonido de alguien golpeándole el vidrio de la ventana.
No pudo evitar sonreír. No lo iba a admitir pero ver a su novio por fin era una de las pocas cosas felices que le habían pasado en el día.

Abrió la puerta del auto y dejó pasar a su amigo. Gunhee se sentó y después de unos segundos, lo miró.
Se miraron a los ojos por varios segundos hasta que, sincronizadamente, se acercaron y se besaron.

- Te extrañe – admitió Gunhee cuando se separaron, aunque fueron solo unos milímetros.

Heechul sonrió sobre los labios de Gunhee pero no contestó y lo volvió a besar. No importaba. Al mayor no le importaba, esa sonrisa y ese beso era la única respuesta que necesitaba.

Cuando se separaron de verdad Heechul apagó el auto, tomó las llaves y tenía la intención de salir cuando Gunhee lo tomó del brazo.

Heechul lo miro extrañado. – Tengo malas noticias – Gunhee parecía apenado.

Heechul se lo imagino – Se atascó tu auto también? – Al ver que Gunhee solo asentía, suspiró y se mordió el labio frustrado, algo que Gunhee trató de ignorar sin mucho éxito.

- Que hacemos ahora? – preguntó el mayor.

- Hay una tienda a unas cuadras que está abierta, podríamos ir a comprar algo para comer y beber, así no pasaremos tan mal. Llamaré a noona y le diré que no llegaremos.

Gunhee asintió sintiéndose culpable de haber arruinado la navidad de Heechul.

 

Al salir del auto, Heechul vio a su amigo adelante intentando caminar en la nieve, pero parecía deprimido. Heechul comprendió como se debería estar sintiéndose su amigo, por lo que decidió alegrar un poco el ambiente.

- Yah, bastardo! – Gunhee se dio vuelta para mirar al rubio pero no pudo ya que su vista se vio bloqueada por un montón de nieve.

Heechul se reía a más no poder, si, esa típica risa malvada, que todos consideraban irritante. Menos Gunhee, por supuesto.

El estilista se limpió la cara con la ropa y mientras sonreía de lado, corrió hacia su amigo, que al verlo venir hacia el salió corriendo también, tratando de escapar.

Como era de esperarse, una persona tan poco atlética como Heechul no duró mucho tratando de escapar, y después de ser tomado de la cintura por su compañero, cayeron juntos a la nieve. Se revolcaron e hicieron una guerra de nieve, que después de unos minutos llenos de risas, los dejó agotados.

Se encontraban tirados en la nieve, mirando el cielo y sin que se hubieran dado cuenta, estaban tomados de la mano.

Heechul se dio vuelta, se apoyó en su codo y miro a Gunhee – Sabes que nunca me interesó mucho pasar Navidad en familia, podemos ir a visitarlos otro día cualquiera -.

Gunhee miró a Heechul agradecido, con amor en sus ojos. Sentía que se enamoraba un poco más cada vez que Heechul era así.

Heechul retiró un poco de nieve que había en un mechón de Gunhee – Ya que no pasamos en familia, hagamos que esta hermosa noche no sea un desperdicio -.

Ellos no sabían porque, quizás se debía a que llevaban mucho tiempo siendo amigos y se comprendían muy bien, pero a la hora de besarse, se acercaban él uno al otro con tal sincronización, que parecería que se leían la mente.

- Te amo – Gunhee soltó mirando a los ojos a Heechul. Los ojos del otro brillaron, pero solo sonrió y se levantó del piso.

- Vamos – le extendió la mano a Younghun – si seguimos más tiempo tirados en la nieve, moriremos de hipotermia.

 

 

Después de comprar ramen instantáneo, cervezas y alguna que otra porquería para comer, se sentaron en el auto a disfrutarlas mientras cantaban – o mejor dicho aullaban – algunos clásicos que pasaban en la radio.

 

Pasaron el resto de la noche bebiendo y riendo, nada podía ser mejor, aunque ninguno de los dos nunca lo admitiera, no había nada que disfrutaran más que la compañía del otro.

Y así llegaron las doce. Heechul saltó en su asiento, sorprendido cuando escucho el primer fuego artificial que indicaba las doce.

- Feliz Navidad, Heechul –

- Feliz Navidad, bastardo –

Gunhee le sonrio y se movió al asiento de atrás, extendiendole la mano a Heechul para que lo siguiera. Y así lo hizo. Aprovechando los vidrios polarizados del auto, se besaron apasionada y lentamente.

Gunhee le quitó la ropa a Heechul lentamente y Heechul hizo lo mismo con la de Gunhee.

Estuvieron mucho rato acariciándose y besando el cuerpo del otro, sin saltearse un lugar. Gunhee había dejado marcas por todo el cuerpo de Heechul. El menor siempre se quejaba al otro día, pero nunca le impedía volver a hacerlo.

Heechul acercó a Gunhee a su rostro para besarlo una vez más.

- Yo también – Heechul susurro en el oído de Gunhee antes de que el mayor entrara en él – yo también te amo -.

Y esta vez fue Gunhee el que decidió sonreír, callar y besar.

Se adentró en Heechul lentamente, intentando que ese hermoso momento durara para siempre.

 

 

 

- Sabes? Creo que nos vamos a enfermar… - Heechul comentó. Estaba acostado, aun desnudo, encima de Gunhee en el asiento trasero, mientras el mayor le acariciaba su hermoso cabello.

Gunhee rió – Pues sí, creo que tienes razón -.

- Siempre la tengo… - y antes de que Gunhee dijera algo, agregó – pero supongo que cuidaras de mí, me harás sopa de algas y de pollo y me la llevaras a la cama…

- Pero yo también estaré enfermo –

- Si, lo se… - Heechul dejó un beso en su pecho encima del tatuaje de la mujer japonesa – pero como es costumbre, aun así me cuidaras, harás lo que sea por hacerme sentir mejor, siempre lo has hecho… - Heechul suspiró y Gunhee no entendía a que venía todo esto – eres un idiota. En vez de preocuparte por ti o cuidar de ti mismo, te preocupas más por mí -.

- No creo que pueda hacer nada respecto a tu preocupación – creyendo entender lo que Heechul pretendía -  estoy enamorado, no hay nada que pueda hacer.

- Yo también estoy enamorado y no hago esas cosas…

Gunhee no pudo responder. Otra vez se encontraba sonriendo como un idiota. Tenía suerte de que Heechul no lo estuviera mirando.

- Creo que soy más afortunado que tú... – Gunhee no entendía como esa navidad se había hecho tan maravillosa.

- Oh, créeme, yo también soy muy afortunado – respondió el mayor y dejó un beso encima de su cabeza para después seguír acariciando su preciado cabello.

- Pues ahora que lo pienso, tienes razón – Gunhee pusó los ojos en blanco y largo una carcajada.

- No sé cómo me enamoré de una persona tan narcisita, bipolar e engreída como tú – dijo Gunhee y le azotó el trasero.

- Auch! – Heechul lo miro indignado – mi situación es peor! Yo me enamoré de un feo, que pública fotos bizarras en Instagram! Que les respondo a mis amigos cuando me preguntan porque mi novio sube un video de un perro dándose placer? o la foto que hablas de depilarte a cero tus partes? o cuando subiste esa foto en el gimnasio donde claramente se notaba que pensabas en mi desnudo? o cuand…

- Ya entendí! Gracias! – lo interrumpió. Heechul se echó a reír muy fuerte y Gunhee no pudo evitar hacer lo mismo al verlo.

Después de tanto reír, se miraron a los ojos. Gunhee le aparto el pelo de la cara – creo que deberíamos dormir un poco, siento que amanecerá pronto.. – No tenían ni idea de que hora era pero no les importaba.

- De acuerdo – Heechul asintió y se dieron un beso de buenas noches.

Heechul se recostó de nuevo en el pecho de su novio, cerrando los ojos.

- Yah.. – Heechul lo llamó – gracias, gracias por venir a buscarme y… gracias por todo.

Gunhee lo abrazó con fuerza, y repartió caricias por su espalda.

- Siempre – y dejo un último beso en su coronilla antes de cerrar los ojos.

- Feliz Navidad, Younghun –

- Feliz Navidad, Heechul -

Notas finales:

^U^ jeje


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