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Blind Heart por Crystalcross

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Notas del fanfic:

º Adaptación

Notas del capitulo:

Ehhh, ya regresé xD

Espero que te guste.

I

— ¡Aquí hay algo! — Me dijo emocionado YuGyeom mientras sostenía el periódico con fuerza entre sus manos, al grado de arrugarlo y dejar marcas ahí. Se lo arrebaté de un tirón y después me senté a su lado.
— Veamos — Comencé a leer en voz baja y lentamente subiendo de tono—. Se solicita niñero con o sin experiencia, con mucha paciencia y ganas de trabajar. El salario mínimo será de… ¡Madre santa! —
— ¿Qué es? ¡Quiero leer! — YuGyeom chilló y me empujo. Sostuvo el periódico en lo alto —. ¡Wow! Santo cielo... ¿Cómo es posible que puedan pagar tal cantidad de dinero? Olvídalo, ¿Sabes qué? No pierdas el tiempo y marca ¡ya! —

YuGyeom se levantó de la silla de madera y corrió con prisa hacía la cocina. En pocos segundos regreso con un teléfono inalámbrico a la mano y lo aventó hacía mí, por poco golpeándome contra la cabeza. Lo tomé y marqué entusiasmado el número indicado.

— Si consigues el trabajo, reunirás el dinero suficiente como para poder acompañarme a ese concierto en Estados Unidos al que tanto quieres ir. ¿No te mueres por ver a Chris Brown tanto como yo? Eso sería demasiado… — Lo interrumpí golpeándolo con una almohada y después le hice una seña para que guardara silencio.
—No quiero ir a ver a Chris Brown. Prefiero ahorrar para… — Contestaron.
— ¿Aló? ¿Quién habla? —
— Umm —Fue lo primero que salió de mi boca. Había estado tan entusiasmado hace dos segundos. ¿Por qué me estoy muriendo de nervios? Y, ¿por qué olvide que era lo que iba a decir?
— Si esto es una broma entonces… —
— ¡No cuelgue! Perdón. — Sacudí la cabeza— ¿Hablo con la señora Wang? —Pregunte mientras rascaba mi pierna derecha.
— Enseguida le atiende —

YuGyeom me miro y comenzó a reír a causa de mi nerviosismo. Le saqué de forma no-amistosa el dedo medio y él sonrió divertido sacándome la lengua. Me levanté del sillón y caminé directo hacía el patio delantero, sentándome sobre los escalones blanquecinos de la entrada.


— ¿Quién habla? — Preguntó la señora Wang al otro lado de la línea—.
— Mi nombre es Mark Tuan. He visto el anuncio en el periódico en el que busca niñero y uh, estoy interesado en el trabajo — Le dije con el tono más firme que podía conseguir, aunque lo último sonó más como una pregunta que una afirmación.
— Muy bien… ¿Estás ocupado en estos momentos, Mark? —
— ¿Eh? Uh, no. No realmente — Miré hacia el cielo. Extrañamente estaba tan nublado que podría jurar que llovería toda la tarde. Estábamos a mediados de Agosto, por lo cual me parecía tan raro. «Esa es una señal» Me dije.
— ¿Podrías venir a mi casa? Quiero hablarte de tus horarios y las demás cosas… —
— ¿Me está dando el trabajo? — Pregunté incrédulo mientras una sonrisa de oreja a oreja se formaba en mi rostro — ¿Enserio? —
—Sólo si aceptas — Contesto la señora Wang.
—Oh… Por supuesto. Me, me encantaría —
—Bien. Te daré mi dirección —

Ella me dio las instrucciones para llegar a su casa y acordamos vernos en media hora. Me volví hacía la casa de YuGyeom y le di el teléfono y millones de gracias. Le abracé fuertemente y tomé mi mochila para después salir corriendo de ahí. Por fortuna, mi casa quedaba a dos manzanas de distancia, así que tardaría prácticamente nada en llegar.
Vivía con mis padres en una pequeña casa color marrón. Ellos no eran precisamente los más adinerados de la ciudad, por lo cual no podían financiar mis estudios de la universidad donde quería asistir el año próximo. Había llegado a un acuerdo con ellos prometiéndoles que trabajaría duramente los dos veranos, y todas las ganancias irían directamente hacía el banco, donde se quedarían hasta que entrara a la universidad y tuviera que utilizarlas. Con este trabajo podría conseguir el dinero en un mes.

Llegué a casa golpeando la puerta desenfrenadamente. Había perdido mis llaves hace un mes y no me darían otras hasta que entrara a la escuela. Intentaba hacer más ruido del necesario para que me dieran unas copias cuanto antes.

—Deja de tocar como si alguien estuviera a punto de asesinarte — Dijo mamá mientras me abría la puerta y me saludaba con un beso en la mejilla—. Me asustas—
— Perdón — Le dije sin sentirlo realmente y pasaba por debajo de su brazo—. Sabes, en media hora tengo una entrevista de trabajo —
—Eso es realmente maravilloso, hijo. ¿De qué es el puesto? —
— ¿Puesto? No trabajaré como secretaria si a eso te refieres. — Le gritaba mientras subía las escaleras con dirección a mi cuarto y cerraba la puerta tras de mí.
— ¿Entonces? — Ella preguntó mientras caminaba hacía la cocina. Abrí la puerta, asomé mi cabeza y grité — Voy a ser niñero —

*****

Duré aproximadamente unos 15 minutos en llegar y cuando vi la enorme casa estuve a punto de caerme al pavimento; Tenía proporciones inmensas, realmente era la más enorme del vecindario. Había plantas por doquier y una fuente en medio del patio delantero.
Volví a mirar el papel arrugado en el que había anotado la dirección y me cerciore de que era el lugar correcto. Limpie mis sudorosas palmas en los vaqueros y camine hacía la puerta. Toque el timbre.

«Debería irme corriendo a casa»

Volví a tocar el timbre.

«Probablemente no haya nadie aquí»

Esperé.

«Bien, me iré ya. O, ¿Debería quedarme?»

Decidí que no valía la pena, moría de nervios, así que di media vuelta y camine hacía el coche. Tenía las llaves sobre la manilla cuando una voz grito mi nombre por detrás de mí. Me giré.
La señora Wang caminaba rápidamente hacía mí. Vestía un traje rojo que mamá solamente podía soñar que compraba y sus zapatillas eran más caras que todo mi guardarropas junto. Tragué duro. Me arrepentí de haber venido tan informal y por un momento deseé tener ropa elegante, tal vez así no parecería tan vago. Demonios, debí irme cuando pude.

— Mark, cariño. ¿Podrías venir aquí? Me es imposible caminar a través del césped en tacones — Dijo la señora Wang con una sonrisa en la cara, aunque sus ojos expresaban una tristeza inmensa. Qué extraño.
— Uh. Ho-Hola señora Wang — Dije mientras extendía una de mis manos hacía ella. Me devolvió el saludo.
— Llámame Sophia — Me dio un guiño y me invito a pasar a su casa con un gesto con la mano.
— Está bien señora Wang… Disculpa, Sophia. — Le dije avergonzado mientras metía las palmas de las manos en los bolsillos delanteros de los vaqueros—. Así que… ¿Cuándo empiezo? —
—Primero tenemos que discutir algo. —Dijo ella moviendo sus manos con nerviosismo—. Acompáñame al estudio —

La seguí a través de la enorme casa. Caminó de aquí y allá conmigo siguiéndola por detrás, hasta que se detuvo en un salón verde donde había un inmenso escritorio de madera oscura y estantes llenos de libros que probablemente nunca se leían. Me senté frente a ella y comenzó.

— Seguramente te preguntarás cómo es posible que nadie aún haya aceptado el trabajo con tan buen salario, ¿no? — Dijo Sophia mientras me miraba fijamente. Yo asentí—. Bueno, primero tengo que decirte que me parece maravilloso que estés aquí, y que si al final no quieres quedarte está bien —

¿Acaso tenía por hijos a unos demonios o qué? No podría ser tan malo después de todo.

— No importa, yo quiero el trabajo. Sus hijos estarán en buenas manos. Tengo experiencia con mis primos pequeños y sé con cuales historias pueden quedarse dormidos —
— Ese es uno de los problemas. Veras, Mark, no quiero que cuides a ningún niño pequeño. Quiero que cuides a mi hijo de diecinueve años —
— ¿Eh? —

Es decir, ¿Qué? ¿Realmente su hijo de diecinueve años no puede cuidarse por sí mismo? ¡Es dos años mayor que yo!

— Sé que esto es extraño, pero mi pequeño Jackson no puede cuidarse por sí mismo. El perdió la vista hace dos meses y desde ese entonces se ha negado a salir de esta casa. Tal vez tú podrías ayudarlo. Eres de su edad, ¿no? —
— Soy menor que él — Caí en la cuenta de lo que ella decía—. ¡No puedo! ¡Es demasiada responsabilidad! — Le dije atemorizado con la idea de cuidar a alguien mayor que yo — Probablemente si le leyera “La Cenicienta” me sacaría a patadas de su cuarto —
— ¡Te pagaré el doble! — Dijo Sophia mientras se ponía de pie y hacía una mueca extraña con la boca. Me miró — Por favor, confió en que podrás. Si no soportas una semana te puedes ir, pero por favor, aunque sea inténtalo — Mordí mi labio inferior con fuerza y al final, cedí.

— Está bien. Acepto. Cuidaré de su hijo — 


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