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Feliz Cumpleaños, mi amor por Claudia

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…sta es una historia alterna de CCS, as que no se sorprendan por algunas cosas que no estn en la serie, y la primera historia de CCS que escrib. Disfruten ^_^

FELIZ CUMPLEA—OS, MI AMOR

CAPTULO I: EL ENCUENTRO

Tena un regalo en sus manos, una pequea caja forrada con un brillante papel rojo. Un presente, por su cumpleaos. En sus rodillas, un sobre blanco con una carta adentro.

Mir con impaciencia a todos lados, esperando encontrar a la autora de la inusual invitacin, una cita, en su cumpleaos.

Se acomod en el respaldar del banco que ocupaba, haba mucha gente en el parque ese da, unos chiquillos correteaban persiguiendo a un pequeo cachorro, las parejas estaban dispersas por aqu y por all, haba uno que otro vendedor inoportuno, pero l casi no prestaba atencin a lo que suceda a su alrededor, slo estaba pendiente de la persona que haba dejado esa carta junto con el obsequio en su carpeta el da anterior, cuando l regres del bao, justo antes de que tocara la campana de salida.

Se senta algo nervioso, estaba ansioso por saber quien era la particular autora de ese poema de amor que lo haba impresionado. Sac por dcima vez el blanco y perfumado papel de su sobre para confirmar el lugar y la hora indicada. S, deca a las tres en punto, faltaban cinco minutos, pudo ver consultando su reloj. Cerr el sobre nuevamente y guard el mensaje en el bolsillo interior de su chaqueta, no quera demostrar lo ansioso que estaba, releyendo una y otra vez la misiva, sobretodo cuando ella llegara.

- Hola Touya qu haces por aqu? –la conocida voz provena del lado de la banca.

- Yuki... –los ojos de Touya se abrieron con gran asombro, no se haba dado cuenta de la presencia del muchacho desde cuando haba estado sentado all sin que l lo notara?

- Como te vi tan concentrado no quise distraerte –agreg Yukito con su peculiar sonrisa–. Esperas a alguien?

Una suave brisa recorri el lugar, haciendo estremecer las ramas de los rboles. El cabello de Touya sigui la direccin del viento.

- Ah... bien, pues s, la verdad es que yo...

- Ya veo, es una cita verdad?

- Bueno, s.

Touya se senta algo alterado en esa situacin, teniendo que darle explicaciones a su amigo, hubiera preferido mantener la cita en secreto, por si algo no sala como lo haba planeado. No le gustaba para nada ser el centro de atencin de los dems.

- Y qu haces t por aqu? –le dijo a Yukito, tratando de cambiar el rumbo de la conversacin.

- Vine a pasear con mis abuelos, pero luego ellos se sintieron cansados y decidieron volver a casa. Yo les dije que me quedara un poco ms, disfrutando del aire fresco, fue cuando te encontr.

- Oh, ya veo...

Touya dej escapar un suspiro, el tener a su amigo tan cerca en una cita ntima lo pona an ms nervioso de lo que estaba. Y quiso que Yukito se fuera, que estuviera lejos de all, sin determinar la razn por la que se senta as.

Tsukishiro parpade, comprendiendo la incomodidad de su amigo.

- No te preocupes, me marchar ahora –dijo amablemente, entrecerrando sus ojos.

- No Yuki, no es eso, es que yo...

- Est bien Touya, comprendo.

Yukito comenzaba a pararse cuando Touya lo detuvo.

- Lo siento... –se disculp– comprende, estoy algo nervioso, es todo, por favor, qudate.

El joven asinti, sonriendo.

- Bien, slo no te molestar.

Efectivamente, el muchacho de anteojos se acomod en el otro extremo de la banca, como si fuera un desconocido que no hubiese encontrado otro lugar desocupado donde sentarse. Sac un pequeo libro del bolsillo de su chaqueta y comenz a leerlo.

Touya se sinti culpable, a veces no evitaba ser algo rudo con su amigo, sobretodo por su cercana con l. Pero Yuki siempre se mostraba considerado y amable, lo cual balanceaba un poco su temperamental carcter.

Una silueta lo distrajo de sus pensamientos. Haba una muchacha frente a l, a unos cuantos metros, con una entallada blusa y una minifalda que dejaba al descubierto sus torneadas piernas.

Era muy atractiva, observ Touya, pero pareca algo avergonzada, por la forma en la que enredaba sus dedos, adems del ligero rubor que asomaba en sus mejillas. Pareca indecisa, como si dudara en acercarse o no.

Otra chica de su edad apareci de la nada, empujndola con algo de fuerza por la espalda.

- Vamos Kaede, no seas tmida –resopl, con su voz aguda.

La joven de minifalda asinti, mirando a su compaera, comenzando a caminar pausadamente hacia Touya. Su largo cabello color miel se agitaba con cada paso que daba.

“Kaede... Ikari Kaede” repiti Touya en su mente. Era un ao menor que l y estaba en un grado anterior en la escuela. Siempre haba sido una chica aplicada, aunque demasiado reservada y tmida. El joven de cabello negro se sorprendi al saber que era ella la que lo haba citado a ese parque, adems de su agradable y llamativo aspecto. Si su amiga no la hubiera llamado por su nombre, probablemente habra tardado mucho tiempo en reconocerla. Se vea muy diferente sin esos lentes gruesos como fondos de botella y con el sedoso cabello cayendo libremente en su espalda, en cambio del ceido moo que siempre llevaba en clases, y esa apretada blusa que resaltaba sus redondos... Trag saliva, algo consternado ante sus pensamientos. Estaba simplemente hermosa.

Touya se puso de pie prontamente, con el regalo en sus manos, como seal de que estaba all para el encuentro y no por mera casualidad. Kaede se detuvo, insegura, evaluando su actitud. Sus mejillas se enrojecieron de repente y no evit llevarse una mano al rostro para esconder su intenso rubor cuando el apuesto joven le sonri con dulzura.

El joven Kinomoto comenz a caminar en direccin a ella, notando que su gesto la haba tomado por sorpresa.

- No Touya, no vayas... –escuch a sus espaldas, a la vez que senta como una mano se cerraba fuertemente sobre su brazo. Lade la cabeza, confundido.

- Yuki pero qu...? –observaba contrariado al muchacho, sin poder comprender el porqu de su actitud. En un gesto brusco Yuki lo hizo girarse completamente, encarndolo. Touya vio en su rostro una extraa expresin, una que no le haba visto nunca, mezcla de tristeza y reproche. Enarc una ceja.

- Por favor... Touya... –suplic con voz apagada.

Los brazos de Yuki rodearon a Touya, el cual se estremeci ante la repentina presin. Estaba a punto de exigir una explicacin cuando un clido contacto en sus labios apag las palabras que iba a pronunciar.

Yuki. Era Yukito, besndolo...

El joven abri enormemente los ojos, con total estupor. Sinti como una mano rodeaba su cintura y como otra apretaba el cabello de su nuca con fuerza, para no dejarlo ir. Los suaves y ardientes labios del muchacho estaban sobre los suyos, besndolo profundamente, sus manos lo estrechaban con fuerza, impidindole cualquier movimiento.

Sinti que le daba vueltas la cabeza, un milln de pensamientos agolpndose en su mente, uno sobre otro. “No... esto no est pasando, es imposible” “Debe ser un sueo, s... eso es...” “Yukito me est besando Besando!”

No se dio cuenta cuando la pequea caja haba cado de sus manos, tampoco cuando la sorprendida Kaede haba dado media vuelta, corriendo en direccin contraria con lgrimas en los ojos, ni cuando los murmullos de la gente se haban apagado... Las mejillas comenzaron a arderle, furiosamente.

Finalmente Yuki rompi el beso, separndose de l, justo cuando empezaba a faltarle el aire. Touya aspir profundo para recuperar el aliento, a la vez que pona en orden los perturbados pensamientos en su cabeza.

Yuki baj los ojos, separndose pausadamente de l, con total tranquilidad.

Touya intent decir algo y abri la boca, pero de su garganta slo escap un sonido inarticulado.

El muchacho de anteojos se reclin y recogi el regalo que haba dejado caer su amigo, levantndolo lo coloc entre las manos de Touya, quien lo cogi sin siquiera hacer un movimiento. Slo miraba atnito, aturdido a Yuki.

- Feliz cumpleaos... –dijo en un susurro, antes de dar media vuelta y caminar pausadamente hacia un extremo del lugar, dejando a un muy sorprendido y ruborizado Touya tras de s.

El joven Kinomoto lo observ alejarse, hasta perderlo de vista entre la gente del parque. Entreabri la boca y se llev dos dedos a su labio inferior, recorrindolo de extremo a extremo, como hace unos momentos los labios de Yukito lo haban hecho. Sinti como un hormigueo iba apoderndose de ellos, una nueva sensacin, un particular y extrao sabor...

Entonces levant la vista, tomando por fin conciencia de que estaba en un parque atestado de gente y no en un lugar donde podra tomarse esas libertades. Las personas lo haban rodeado a una distancia prudente, observndolo con fijeza, algunos con la boca abierta sin poder decir nada, sin soltar ninguna exclamacin. Los nios que jugaban con la mascota se haban quedado sorprendidos y hasta el perrito blanco pareca mirarlo de manera extraa.

Sonriendo tontamente encar a los curiosos que se haban detenido para verlo, pestaeo varias veces, sin saber que decir, algunos comenzaron a murmurar. Fue cuando se escuch un alarido proveniente de un vendedor de globos, que al estar prestando atencin a la inusual escena haba dejado ir algunos de ellos y los persegua velozmente para darles alcance. Aprovech la distraccin para escapar, escabullndose entre la gente, aclarando la garganta y evitando cautamente las miradas como si no hubiera nada ms que explicar.

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