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Destinados por sparksbtwnsugakookie

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Notas del fanfic:

 

 

 

La primera vez ocurrió en las vísperas de Año Nuevo. Estaban- como siempre- pasando las fiestas en el departamento de Taehyung, ya que el suyo era el más amplio que el de todos los demás. Seokjin y Jimin se encontraban en la cocina, preparando algo que parecía ser barbacoa. Botellas de cerveza servidas en la mesa, la mayoría de ellas medía vacías. La televisión encendida y los ojos aburridos de siete chicos observando los juegos artificiales estallar en Sídney, remolinos de colores brillando absoluta y hermosamente en el cielo oscuro de la última noche de Diciembre. La música tocaba suavemente en la habitación, pasando inadvertida mientras unos borrachos Namjoon y Hoseok farfullaban desde el sofá. Jeongguk no podía comprender lo que decían, sin embargo, de alguna manera Yoongi lograba entenderles. Sonrío por lo familiar que se le hacía todo. Debe deberse a todas las noches en las que salía a divertirse junto a sus dos compañeros luego de cada presentación que hacía el trío. Esas noches en las que se las pasaba tomando con los dos muchachos deben ser suficientes para estar familiarizado con su estado de embriaguez.

Taehyung bostezaba desde el otro lado del sofá a la vez que se erguía y estiraba como un gatito. Era una hora antes del 2015. Era probablemente algún momento de la mañana en Sídney. El olor de la barbacoa estaba haciendo a su estómago grujir. Dio una mirada de reojo a Namjoon y Hoseok, levantado las cejas, “¿Cuántas ya se bebieron?” Namjoon farfulló. “Varias”, Yoongi tradujo por él. 

“A veces me pregunto cómo es que sus hígados siguen funcionando”, dijo Jeogguk chasqueando la lengua. 

“Lo que te molesta es que solo tienes permitido beber una botella, Kookie”, le respondió Hoseok con Taehyung a lado, echándose a reír por el rostro indignado del menor.

Antes que Jeongguk pudiera responderle con su conocido tono sarcástico, Seokjin llamó desde la cocina “¡La barbacoa esta lista!” El delicioso olor del plato hizo que Jeongguk olvidará su enojo por un rato. Se levantó, dirigiéndose a la cocina, y admirando los diferentes acompañamientos que había hecho el mayor. Seokjin pasó por su lado, llevando los platillos a la mesa y arrastrando del sofá a su novio medio despierto a la vez que Jimin intentaba poner sobrios a sus amigos con dos vasos de agua. 

Jeongguk observaba al reloj que mostraba las 11:20 PM. No podía esperar a que el 2014 terminará; había hecho ya su lista de propósitos y estaba seguro que el 2015 iba a ser definitivamente su año.

“¿Que tanto miras al reloj? No es como si de repente lleguen las doce” Seokjin río y Jeongguk solo atinó a responderle con una sonrisa torpe. El mayor estaba ayudando a Taehyung a repartir la barbacoa aún caliente entre sus cinco invitados. Jeongguk tomó un bocado de su plato, murmullando de placer alrededor de la carne en su boca. Yum. Las ventajas de tener a Seokjin cuidando de ellos, pensó. Unos minutos más tarde, todos los platos estaban vacíos, y se acordó que Yoongi los lavara. Ellos hicieron piedra-papel-tijera; por lo que Yoongi no tenía más remedio que cumplir. A Seokjin no le gustaba tener las vajillas sucias en su departamento. 

Jeongguk se sentó en el sofá, viendo las afueras desde la ventana. Seokjin y Taehyung se sentaron junto a él, acurrucándose uno con el otro, demostrando sin inhibiciones su amor que solo en Jeongguk podría producir un vomito de arco iris. Namjoon y Hoseok aún seguían ebrios, sentados en el piso, con las piernas enredadas y tomados de la mano a su vez que Jimin, también tendido en el suelo, hacía facetime con su vigésima “saliente” en lo que fue el año, la cual se encontraba en China grabando una película. Lo que es ser un playboy. Estaban hablando de esas vacaciones que iban a tomar en enero, durante el descanso de la actriz.

De repente, Jeongguk sintió como si estuviera entrometiéndose en algo privado, algo así como cuando descubres a tus padres teniendo sexo. El aire se estaba poniendo demasiado dulce por lo que se levantó y dirigió al balcón, uniéndose a Yoongi, quién sorprendentemente, estaba allí. El mayor tenía una lata de cerveza en la mano y sus ojos estaban posados en el cielo oscuro mientras tomaba sorbos de su cerveza. Su pelo estaba un poco desordenado y sus ojos se veían grises bajo la luz de la luna, a la vez que su blanquecina piel parecía brillar. Yoongi se veía absolutamente increíble. Jeongguk se acercó a él; arrimándose a su lado, simplemente porque lo quería así en ese moment

Yoongi lo miró sorprendido. "Hey, bro", susurró, como si quisiera que nadie más que Jeongguk pueda escucharlo. Su aliento golpeó su cuello, enviando una corriente de electricidad por toda su espalda, produciendo ligeros hormigueos bajo su piel. "¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó, acercandose más al menor innecesariamente. Su aliento olía a alcohol. Jeongguk no pudo evitar preguntarse a qué podría saber su boca, para luego abofetearse mentalmente por siquiera pensar en ello.

“Yo debería hacerte esa pregunta”, él contestó. “¿Qué haces aquí? Está helando” 

“Demasiado íntimo adentro”, río Yoongi, mostrando los dientes pequeños aferrados a sus rosadas encías, “así que me escape”

Jeongguk asintió, entendiendo totalmente lo que Yoongi se refería por “intimo”. “Lo sé”

“Siempre había sospechado que había algo entre esos dos”, dijo Yoongi echando una mirada a los dos muchachos, ya inconscientes, abrazados y recostados en la alfombra.   

“Me han hecho sentir como su maldito violinista durante todos estos años”  

Jeongguk no pudo evitar reírse. El menor posó sus manos sobre los hombros del otro, aprovechando su diferencia de estaturas. Yoongi estaba demasiado ebrio, y Jeongguk tenía ese sentimiento que de alguna manera deseaba ver por muchos años más a Yoongi así. 

“Tampoco puedo creer que nuestro Kookie sea el chico de moda. Cuándo fue que te convertiste tan genial, eh.”  

“Vaya, sí que te estás poniendo algo cursi”, dijo Jeongguk. “Vamos, necesitas dormir”. 

“No quiero dormir”, Yoongi le contestó a manera de berrinche. “¡Quiero estar despierto toda la noche!”

Yoongi miró a su reloj y sus labios formaron una mueca al darse cuenta que aún faltaban diez minutos para la medianoche. Jeongguk cogió la de cerveza de su mano. Yoongi se quejó pero Jeongguk simplemente le sacó la lengua vaciando la lata en su garganta, tirándola hacia un lado, dando un bostezo inesperado. Volvió su mirada a Yoongi cuando lo atrapó mordiéndose los labios, haciendo un sonido ahogado, lo cual en realidad era un fallido intento de no reírse de él. 

“¡Aún tengo 18! ¡Es normal que tenga sueño!”, Jeongguk se defendió, pero todo lo que obtuvo fue una palmadita en la cabeza por parte de Yoongi, haciéndolo sentir como si fuera un niño pequeño o peor aún, una mascota. No ayudaba el hecho que Yoongi tuviera esa expresión de cariño en el rostro. Jeongguk volteó su rostro lejos de él, al parecer mirarlo tenía ese efecto en él que hacía que su corazón diera un vuelco, especialmente cuando estaban así de cerca. 

Yoongi no dijo nada después de eso, apenas se movió de nuevo para apoyarse en la barandilla y esperó a que comenzara la cuenta regresiva. Jeongguk lo imitó, porque no tenía nada mejor que hacer. Eso, y el hecho que quería quedarse junto a Yoongi, deseaba ser la primera persona que él viera en el 2015, aunque no estaba seguro del porqué.

Y luego empezó el conteo. Jeongguk podía oír a las parejas –y Jimin- gritando vivazmente dentro del departamento. Yoongi, con los ojos entrecerrados, contaba en voz baja. Y entonces el reloj dio las doce. Los fuegos artificiales explotaban y el cielo comenzaba a convertirse en un lienzo de luces brillantes. Jeongguk miró al cielo, sorprendido por su belleza. El sonido de los petardos era ligeramente ensordecedor, pero era parte del Año Nuevo, así que se quedó de allí de pie, esperando a que los fuegos artificiales cesaran, con ambas manos en la barandilla, un poco entumecidas por el frío.

“Esto es genial”, dijo Jeongguk. “Creo que tengo que ir adentro por mi teléfono” Se dio la vuelta, caminando hacia el interior. Y entonces, vio un destello de color verde. Al darse cuenta de que era la cerveza que había lanzado antes, Jeongguk dio un paso atrás para no pisar sobre ella. Pero de alguna manera perdió el equilibrio, y él se preparaba para la caída (lo que era ridículo, una caída vergonzosa no era definitivamente la mejor manera de empezar un nuevo año), pero Jeongguk nunca tocó el suelo. Los brazos de Yoongi se encontraban rodeando sus caderas, evitando su caída. Y así Jeongguk se sintió dentro de su abrazo y luego pasó, tan rápido, tan borroso, que ni siquiera estaba seguro de que si lo estaba imaginando.

Yoongi lo besó.

Al principio parecía como si casi no quisiera esto. Sus labios estaban duros y torpemente presionados contra los suyos. Pero, poco a poco, estos se volvieron suaves para luego darse cuenta que en realidad SÍ se estaban besando. No solo era dos labios chocando unos con otros, sino era un beso como las parejas lo hacen, como Taehyung y Seokjin lo hacían o como, incluso, Namjoon y Hoseok lo hacían. Y fue maravilloso. Cursi, pero totalmente maravilloso.

Cuando Yoongi lo soltó, él estaba sonriendo. “Feliz año, Jeongguk”, Yoongi murmuró en su oreja. 

Demasiado aturdido para hacer cualquier cosa, el más joven sólo asintió y sonrió, porque a veces las palabras no son simplemente necesarias.

 


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