Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Baile, hermanos y ponche! | Stancest | por MiselPineTree

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Viernes por la noche, 22:35 hrs.

 

- Olvidalo, no pienso salir con un fenómeno como tú.

- ¿Eh? Pero esta mañana aceptaste venir conmigo al baile, ¿Recuerdas?

- Oh claro que si, acepté que me trajeras al baile, nunca dije que sería tu pareja ni nada parecido. Ahora si me disculpas...

- ¡Espera! - El chico la detuvo sosteniendo su muñeca con firmeza. - No te vayas, por favor... - Suplicó bastante dolido, ella solo lo observó asqueada y jaló su brazo bruscamente para deshacerse del agarre.

- Ya déjame, idiota. - Y acto seguido la muchacha tomó uno de los vasos que se encontraban en una mesa a un costado y volteó todo el liquido de este sobre el pobre chico. - No te vuelvas a acercar. - Se marchó de manera inmediata.

Lanzó un suspiro, todas sus esperanzas habían caído hasta lo mas bajo nuevamente, y es que no era la primera vez en ser rechazado de tal forma por una chica. Siempre era la misma historia, siempre era todo igual, quizás ya era hora de aceptar que él era un completo desastre en cuanto a temas amorosos.

Pensativo, con la mirada baja y cubierto de ponche, vaya perdedor que era. Todos ahí disfrutaban la noche, reían y bailaban al ritmo de la música. Como siempre, el era diferente, el era la excepción.

Dispuesto a dar la vuelta y marcharse para ir directo a casa, sintió un extraño sonido detrás de sí, como si alguien hubiera derramado liquido...

Volteó curioso para observar de que se trataba y vaya sorpresa se llevó al ver a su hermano igual que él, empapado de ponche, cabello y traje arruinados, la única diferencia era que su gemelo no parecía amargado, mas bien se veía feliz. Su gran sonrisa lo indicaba todo.

- Stanley, ¿Que te sucedió? - Preguntó sorprendido.

- Ah, no lo sé, mi mano resbaló o algo así, ya sabes. - Rió el mas alto.

- Que descuidado... Bueno, yo me voy.

- Espera, ¿Qué? ¿Te vas tan pronto? Pero si apenas comenzó la fiesta. - El joven tomó un par de servilletas para limpiarse un poco el rostro, su hermano hizo lo mismo, mientras continuaba con la conversación.

- Para mi ya acabó. Mi cita me abandonó. - Declaró cortante y haciendo la mirada a un costado, en verdad aquello le había arruinado la noche.

- Tsk, hombre no te debes amargar por eso, es solo una chica, hay muchas mas para coquetear. ¿Por qué no lo intentas de nuevo con alguien mas? - Le dio un par de codazos para motivarlo.

- No estoy de humor, Stan. Ademas, sabes que no es lo mio. -

- Inténtalo, vamos - Insistió.

- De acuerdo, de acuerdo, deja de insistir

- Tu puedes, seis dedos

- Espera, antes quiero saber... ¿Que hay de tu cita? - Lo observó de forma cuestionante, el otro solo se encogió de hombros.

- Supongo que me cambió por alguien mas, no tengo idea, solo desapareció. - Realmente no le daba mucha importancia al tema, después de todo su hermano era mucho mas importante para el.

- Que mala suerte tenemos. - Dejó escapar una carcajada, de pronto se le veía mucho mas animado.

- Si, supongo que los Pines no somos muy afortunados en temas amorosos, pero nos tenemos el uno al otro. 

- Exacto, ¿Quien necesita chicas cuando se tiene a un hermano como tu, eh? Por mas torpe que seas.  

- ¡Hey! - Protestó de inmediato. - Mejor cierra la boca, puede que mis relaciones con las chicas no sean de las mas duraderas, pero no soy malo coqueteando, puedo conseguir otra cita esta misma noche si quiero. - Presumió con todo su ego llegando por los cielos.

- Estas cubierto de ponche, Stanley. La única atención que te vaya a prestar una chica va a ser para burlarse de ti

- Pfft... ¿Y que me dices de ti? Ni siquiera te animas a robar un simple beso. 

Una sonrisa lasciva y un tanto burlona se formó en el rostro de Stanford al oír a su gemelo decir aquello, sintió que era una buena oportunidad para probarse a si mismo y a la vez callar a su hermano para que no le vuelva a molestar. Sin mas pensarlo se acercó al otro le sostuvo por el cuello de la camisa, lo jaló con fuerza para traerle por completo hacia si y así poder darle un inesperado y sorpresivo beso, el cual duró mucho mas de lo que se esperaba.

Eso fue inesperado para Stan, aunque a decir verdad lo deseaba, lo deseaba y mucho. No por nada había estado provocandolo todo este tiempo, no por nada había sido él quien se perdió y abandonó a su cita, no por nada ahora permanecía completamente inmóvil a pesar de las miradas que se centraban en ambos. Stan anhelaba ese beso, mas que nada en el mundo, era un sueño para él haber conseguido que su hermano tome la iniciativa, le fascinaba de sobremanera.

Ford, por otra parte, se sentía demasiado confundido ¿En serio se hallaba besando a su hermano en pleno baile de graduación? Vamos, parecía un chiste, aunque a decir verdad no le disgustaba para nada, es mas, le encantaba. ¿Que estaba sucediendo? No lo sabía... decidió no pensar tanto y continuar con el interminable beso.

Estaba claro que ambos disfrutaron de ese momento, aquel roce no habría finalizado de no ser porque les faltaba el aire. Al finalizar, los gemelos se separaron, Stanley tenía una sonrisa que reflejaba completa satisfacción, mientras Stanford bajaba la mirada tratando inútilmente de ocultar su rostro sonrojado y la clara vergüenza de no saber qué decir.

- Eso fue inesperado. - Habló el mas grande manteniendo su torpe sonrisa

- Te lo buscaste. - Inquirió el otro ahora un poco menos avergonzado

- Lo sé, fue lindo. Podriamos repetirlo

- Si, claro. - Contestó sarcástico

- ¿No te gustó tomar la iniciativa? - Rió burlón al notar el sarcasmo en aquellas dos palabras.

- A-ah... Dios, Stanley, cállate. - Nuevamente el sonrojo, mierda, se sentía apenado, que decisión mas estúpida la de besar a su hermano.

- Me gustó lo que dijiste antes, vamos, repitelo. 

- ¿Eh? ¿A que te refieres? - Le miró con cara confusa.

- Lo de... "¿Quien necesita chicas cuando se tiene un hermano como tú?" -

- Oh... jajaja, es la verdad. Te quiero Stanley. - Confesó.

- Yo también te quiero, Stanford. 

- ¿Gemelos misterio? -

- Gemelos misterio. Dame seis, hermano. - Ambos chocaron las manos y muy para su conveniencia su canción favorita comenzó a sonar, sin pensarlo dos veces se acercaron al centro de la pista de baile.

Sonreían y bailaban, se veían muy alegres, y como no iban a estarlo si se tenían el uno para el otro. Después de todo, aquella noche no había sido tan mala, Stanley consiguió un beso de su hermano y Stanford descubrió un par de sentimientos con respecto a este que pronto debería aclarar, sin duda alguna esa sería una noche inolvidable para los gemelos Pines.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).