Cuando uno es niño todos tienen sueños, esperanzas y metas, algo por lo cual luchar ese no era mi caso, yo ya me consideraba un perdedor nato. Mi nombre es Ryosuke Hayashi, y no soy más que el que está sentado en la última fila de la clase, un perdedor con notas bajas que no servía para nada más que dibujar y escribir novelas que no verían la luz, sin mencionar mi mísera vida social, ya que a ningún alumno le interesaba saber mi nombre, ni siquiera se pudiera decir que era uno más del montón, ya que el montón me excluía.
Sin embargo había alguien que contrastaba completamente conmigo, ambos éramos como la luz y la oscuridad, se trataba de Kohana Yoshida, buena estudiante, excelente deportista, su familia era una de las más influyentes socioeconómicamente, aunque lo que más me cautivaba de ella era su bella sonrisa y sus ojos puros que me transportaba hasta el cielo. Era como una pequeña flor de loto que nace en medio del fango de la superficialidad de los demás. El sol que iluminaba mis días y el verdugo de mis noches ya que sabía que jamás iba a ser correspondido en ese amor, que iba creciendo con el paso de los días.
Así llegaron a transcurrir dos años, yo ya estaba en el primer año de secundaria, pero aun no me dignaba siquiera a dirigirle la palabra debido a mi timidez ya que consideraba que no era digno de ella.
Un día en el que como siempre ella estaba rodeada de sus amigos mientras yo la observaba, apareció un sempai de ultimo año, aunque siempre la veía hablando con chicos, el era diferente, él era alto, de buena apariencia y con un aire principesco, debo admitir que fue la primera vez que realmente sentí celos de alguien y lo peor es que el la abrazaba y le hablaba cariñosamente a pesar de su expresión seria y ella le correspondía y se la veía feliz.
Comprendí entonces que había perdido fulminantemente, yo no tenía punto de comparación con él, que era todo lo que cualquier chica soñaba, me sentí derrotado, con el corazón destrozado, ya no podía soportarlo más, solo quería desaparecer. Fue entonces como de la nada mis piernas se movieron, y casi instintivamente salí corriendo sin mirar a mi alrededor, quería que la brisa que rozaba mi rostro se llevara toda mi tristeza, que arranque esa florecilla de mi corazón que era mi amor por Kohana, Me sentía muy abrumado.
En ese trajín tropecé con las escaleras, cuando estaba a punto de rodarlas, unas manos fuertes y cálidas me sujetaron, mi mirada se topo con unos ojos desafiantes, no sé porque pero mi corazón latía fuertemente y cuál era mi sorpresa al ver que esas manos pertenecían al mismo que hablaba tan cariñosamente con Kohana .A lo que él me dijo:
_ ¡Hey, tú torpe!, Ten más cuidado.
Como si no bastara que me quitara a Kohana se atrevió a llamarme torpe, eso no lo podía soportar así que le respondí con toda mi furia:
_ ¡CALLATE! ¡Nadie te pidió que me sujetaras con tus sucias manos! ¡No sé como Kohana san se fijo en un petulante como tú!
A lo que él me respondió con una risa sarcástica diciendo:
_ ¿Dices que Kohana chan se fijó en mí? Aparte de torpe tienes deficiencia cerebral. Kohana san es mi hermana menor ¡ESTÚPIDO!
Aunque su respuesta fue brusca, hizo que renovara mis esperanzas, y mi alegría fue mayor que mis ganas de responderle así que solo le di la espalda me fui sin decir más. No valía la pena, al fin y al cabo tenía que ir a clases
Tiempo después me entere que ese sujeto petulante se llamaba Hotaru Yoshida, heredero de los bancos e industrias Yoshida. En ese momento solo supuse que su comportamiento era el clásico de niñito rico así que decidí no interactuar con él, sin embargo, no sé cómo, me creció un repentino interés por él desde lo más profundo de mi corazón
CAPITULO 2
LA APUESTA
Los días fueron pasando y estábamos a pocas semanas de dar exámenes, la verdad es que eso no me interesaba ya que yo solo los veía como una manera para que demuestren sus conocimientos los que aparentan ser sabiondos pero tienen sus almas vacías, llenadas con soberbia y egoísmo.
De repente cuando yo estaba sumergido en mis pensamientos el profesor de física me nombro para que me acercara él, y me dijo:
_Hayashi kun, estaba analizando tu caso y tus notas son realmente preocupantes, a este paso lo más seguro es que pierdas la materia. La única opción viable es que te inscribas al programa de ayuda entre estudiantes. No sé, piénsalo.
Ese programa se trata de que los alumnos destacados de último año ayuden a los de primer año, eso les ayudaba en su nota y contaba como actividad extra curricular.
La verdad a mi no me gusta pedir ayuda a nadie, pero tenía que considerar que estaba en una secundaria privada de las más prestigiosas de Tokio, por lo tanto una de las más costosas y mis padres me metieron ahí centrando sus esperanzas en mi, aunque esto significara grandes sacrificios, no podía fallarles. Lo único que me quedaba era tragar mi orgullo e inscribirme en ese dichoso programa.
Cuando me inscribí me asignaron un tutor, eche un vistazo con temor sobre quien seria y con gran alivio leí que se trataba de alguien llamado Takashi Kurumada, después pensé que un tipo tan soberbio como Yoshida jamás se metería en programillas como estos.
Regrese a casa sabiendo que empezaría con el tutor desde mañana.
Después de mis clases me dirigí al curso de Kurumada y pregunte por él, pero me dijeron que él no estaba y que lo fuera a buscar a la biblioteca en donde lo encontré buscando algún libro, sin embargo al observarlo detenidamente me di cuenta que su rostro no era completamente desconocido, es mas se me hacía muy familiar, pero no iba a dejar que estos pensamientos me distraigan así que proseguí presentándome y posteriormente le dije que él tenía que ser mi tutor a lo que me respondió todo nervioso:
_Lo siento, pero creo que no va a poder ser así me acaban de confirmar para una beca de intercambio así que no estaré mucho tiempo aquí, ve a donde te inscribiste y que te reasignen a otro tutor.
A lo que volví al lugar donde me inscribí y me dijeron que esperara hasta mañana y buscarían otro, las ansias volvieron estaba muy nervioso, y lo peor es que mis sospechas se hicieron realidad me toco ser alumno de Yoshida, sabía que después de clases me esperaría una tarde muy, pero muy larga.
Toco la campana de salida, todos se dirigían a casa excepto yo, que tenía que ir a pedirle el favor que me enseñe a la persona más molesta de esta escuela, me dirigí muy lentamente a la biblioteca donde repasaríamos algunos ejercicios
Abrí muy lentamente la puerta de la biblioteca, ahí estaba esperándome él con una expresión muy seca y de pocos amigos, me senté en silencio frente a él y saque mis cuadernos a lo que él me dijo:
_Yo ya suponía que eras un idiota, yo nunca me equivoco, aparte con esa cara de niño tonto que tienes se nota que eres un estorbo que solo inoportuna la vida de otros haciéndome perder el tiempo enseñándote cosas que hasta cualquier tonto puede, solo eres un mediocre.
A lo que le respondí
_Te recuerdo que es tu deber enseñarme, además no lo haces gratis sino por puntaje, o ¿no es eso lo que quieren los sabiondos? Humillar a las personas con su supuesta inteligencia reflejada solo en números, teniendo por lo mismo placer a hacer sentir mal a los demás.
A lo que él me respondió de una manera seca
_ ¿Crees que lo hago por simple puntaje? si yo quiero ni siquiera tendría necesidad de venir aquí, esa es una de las diferencias entre tú y yo, tu trabajas por sobrevivir y yo ni tengo que levantar un dedo para tener una vida exponencialmente mejor que la tuya.
Y le dije elevando la voz:
_Entonces por qué estás aquí porque no simplemente te negaste y te ahorraste el trabajo de venir acá, restregándome tu vida de pobre rico que aunque tengas dinero en tu alma no hay más que un hueco oscuro rellenado con orgullo .
A lo que él me dijo sin siquiera mirarme
_Ese no es tu problema así que no te metas en lo que no te importa.
Después de eso no hablamos nada por las siguientes horas que a mi percepción me parecieron una eternidad hasta que el por fin abrió la boca y terminó con el silencio diciendo:
_Realmente eres tonto, hasta ahora no pudiste resolver ningún ejercicio bien sin mi ayuda, vaya que eres inútil, bueno adiós
Me extraño que me dijera adiós como si fuera la última vez que nos veríamos así que le dije antes que saliera de la puerta:
_Espera un momento aun no me dijiste cuando será la siguiente clase
Y me dijo
_Esta es la ultima no vale la pena perder mi tiempo con un ignorante esto no es mas que es una pérdida de tiempo.
Entonces le dije:
_Te equivocas yo no soy ningún ignorante estoy seguro que si me esfuerzo puedo sacar mejores notas que todos esos sabiondos, incluso mejores notas que la tuyas.
A lo que él me dijo arrinconándome a la pared
_Con que te crees superior a todos. Hagamos una apuesta, si en el increíble caso que te sacas una nota superior al 90% yo te ayudare a estar con Kohana chan o ¿tú crees que no me doy cuenta como tú la miras?
A lo que le dije con voz temblorosa
_ ¿Y qué pasa si no es así?
_Si pierdes, que es lo más probable, en primer lugar: te alejas para siempre de Kohana chan y serás mi esclavo por todo un día entero sin objeciones de ningún tipo, deberás hacer todo lo que yo te mande sin cuestionar nada ¿aceptas?
_pero lo que me pides es mucho y aparte son dos cosas y tu solo me tienes que cumplir una
_pero Kohana chan lo vale ¿cierto?
Yo sé bien que nadie aceptaría una apuesta con esas condiciones, pero yo sentía que era la única oportunidad verdadera de estar con Kohana chan, así que sin pensarlo me lance y acepte la apuesta a lo que él me miro con una sonrisa maquiavélica, mas me vale ganar la apuesta o no sé qué será de mí.