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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

 

─Sabía que si tus pokemons empiezan a agitarse es porque andas cerca ─comentó de la nada una aguda voz femenina, abriendo la puerta del laboratorio provocando que ambos albinos se separan para verla ─ ¡Ryou, es bueno verte de nuevo! ─la chica se le abalanzó a los brazos y se le aferró al torso con cariño a modo de saludo.

Al ver eso Bakura no pudo evitar sentir algunos retorcijones en su estómago. No le agradaba para nada la forma cariñosa en que esa chica se aferraba a Ryou.

Aun peor para él, Ryou respondió al abrazo, envolviendo de forma cariñosa los hombros de la fémina, dado que esta era más baja que él.

La chica era rubia, su pelo largo y lacio le llagaba a media espalda, los disparejos mechones de su flequillo enmarcaban su aniñado rostro y grandes ojos azules, su piel era pálida aunque no a nivel de Ryou. Tenía una blusa blanca de tirantes junto a una corbata floja color azul, encima una chamarra rosa pastel y una falda color cielo con líneas de un celeste más claro. Largas medias blancas y botines marrones.

—Ha pasado un buen tiempo desde la última vez que te vi Becca ¿cómo has estado? —dijo el amable albino, cuando ambos se separaron.

—Oh bien, ya sabes. Nada interesante que reportar —se encogió de hombros, parándose derecha —me dijo el abuelo que fuiste a ver a Morty ¿al fin se te declaró? —bromeó la menor.

Ryou ahogó un quejido —no tú también. Becca, Morty y yo somos amigos, no hay ni habrá nada entre nosotros.

La chica se rió —lo sé, lo sé. Solo quería molestarte un poco —un carraspeo interrumpió — ¿uh? ¡Vaya! Parece que trajiste compañía —dijo mirando a Bakura tras de Ryou.

—Oh sí, lo siento mucho —tosió falsamente mientras se ponía de nuevo al lado de su amigo —Bakura, ella es Rebecca Hopkins, nieta del profesor Hopkins, una gran entrenadora y...

La rubia la interrumpió —y la cerebro a cargo de la Sierpe de Batalla en Kanto.

— ¿La sierpe de batalla? —repitió el mayor, mirando a Ryou desubicado.

—Rebecca, él no sabe de la Batalla de la Frontera —dijo Ryou reprobativamente.

—Tenemos que hacernos publicidad —se defendió la pequeña.

Ryou suspiró —La batalla de la frontera es un desafío especial para entrenadores experimentados —explicó mirando a Bakura —solo puedes participar si te invitan y para eso debes llamar la atención de las personas a cargo de ella en los torneos oficiales. Los entrenadores que son llamados usualmente han participado mínimo en dos  o tres ligas pokemon de diferentes regiones —Bakura lo miró interesado —hay 7 instalaciones por todo Kanto que conforman la batalla de la frontera, en cada uno hay un líder llamado Cerebro de frontera encargado de poner a prueba a los aspirantes, son mucho más fuertes que cualquier líder de gimnasio, la mayoría no usan un tipo específico de pokemons y tienen distintas estrategias bien planeadas para todos los retadores.

—Suena como un gran reto —dijo emocionado el albino mayor.

—Lo es —afirmó el otro —Rebecca aquí es la encargada de la quinta estación, la sierpe de batalla, es también llamada la princesa del pico.

—La reina del pico —corrigió haciéndose la ofendida, inflando las mejillas.

—Aun te falta para que te reconozcan con el título de tu madre —refutó Ryou, alborotándole un poco su cabello.

— ¿Su madre? —preguntó Bakura.

—Lucy, la hija del profesor, era la quita cerebro: la reina del pico, hasta que Rebecca decidió retarla por el puesto —relató —le costó un poco que esta chica, aquí donde la vez, ha sido considerada como un prodigio desde pequeña. Finalmente su madre, su abuelo y el dueño de la Batalla de la Frontera decidieron que estaba lista para heredar el puesto de su madre.

Bakura miró a Rebecca con una ceja arqueada y algo impresionado. Estiró una mano hacia la rubia.

—Becca, él es Bakura Thief, vino de pueblo arcilla y es aspirante a la liga de Jotho.

─Es un gusto ─la chica estrechó la mano ofrecida ─ ¿Pueblo Arcilla, eh? También eh estado en Unova ─le sonrió.

─ ¿Ah sí?

La rubia asintió mientras tomaba dos pokeballs de su chamarra y las lanzó revelando dos pokemon con apariencia femenina.

─Lilligant y Gothitelle ¿eh?

Ryou sacó de su bolsillo una pokedex de color celeste.

Gothitelle, el Pokémon cuerpo astral. El poder psíquico de Gothitelle es tan grande que se dice que curva el espacio a su alrededor y distorsiona la realidad en el proceso.

Lilligant, el Pokémon floreciente: La hermosa flor en la cabeza de Lilligant desprende un aroma relajante; sin embargo, conseguir que florezca puede ser difícil, incluso para un entrenador veterano.

No fue sorpresa para Ryou ver que la flor anaranjada con estambres amarillos que recordaban a una corona estaba totalmente abierta y emanaba un aroma delicioso.

─Veo que no perdiste el tiempo en tus vacaciones ─le dijo Ryou con una sonrisa.

─Bueno, una nunca sabe cuándo Scott aparecerá con un nuevo aspirante ─sonrió, encogiéndose de hombros ─dime ¿te ha llamado la atención la Batalla de la Frontera? ─tentó a Bakura.

─Por supuesto.

─Humm, quisiera ver que tal combates, pero si Ryou cree que puedes intentarlo quizás pueda recomendarte ─Bakura lo miró intrigado, Ryou se tensó ─despues de todo él como… ─Ryou se apresuró a taparle la boca a la chica para interrumpirla

─ ¿nos disculpas un segundo? Gracias ─sin darle tiempo a Bakura de responder se alejó unos pocos metros llevando a la chica a rastras.

─ ¿Qué pasa contigo? ¡esa no es forma de tratar a una dama! ─le regañó la chica.

─Tuve que hacerlo, estabas a punto de delatarme ─dijo en voz baja ─mira Rebecca. Bakura no sabe que soy campeón de Jotho y por ahora no quiero que lo sepa.

─ ¿Qué? ¿Y eso por qué? ─dijo en el mismo tono, sorprendida por -según ella- tal incoherencia.

─Sabes que siendo campeón muchas personas se acercan a mí por interés, son muy pocas personas a las que puedo llamar amigos de verdad como tú y… Bakura, él… no sé, me parece alguien diferente, me agrada y quiero que podamos desarrollar un lazo sin que mi reputación este de por medio ¿comprendes eso?

A Rebecca le brillaron los ojos ─él te gusta ─afirmó.

Ryou se ruborizó un poco ─aún no lo sé realmente ─declaró ─hay algo, pero no estoy completamente seguro de lo que sea y quiero descubrirlo… antes de que él sepa sobre eso.

─Bueno… te prometo que de mi boca no lo sabrá pero ¿Cuánto tiempo crees que puedas mantenerlo en secreto? Sabes lo popular que eres. Además no crees que a él le moleste que no hayas sido sincero ─acusó

─Lo sé… me estoy metiendo en un gran lío… pero creo que bien puede valer la pena ─sonrió a medias.

Rebecca rodó los ojos divertidas ─casi puedo ver los Luvdisc* juntándose a su alrededor ─dijo divertida ─sea lo que sea que pretendas… suerte ─le guiñó un ojo.

─Gracias Becca ─le sonrió realmente agradecido.

─ ¿Sucede algo malo? ─preguntó Bakura en voz alta.

─N-no no es nada ─rebatió nervioso ─a Becca solo le gusta decir cosas para apenarme o molestarme, no pasa nada ─excusó rápidamente ─ ¿vamos dentro? ─apresuró, señalando el interior del laboratorio.

─Ah, claro ─respondió aun algo fuera de lugar, por lo que tomó a Umbreon en brazos y se acercó de nuevo al lado de Ryou.

─En todo caso ¿qué andan haciendo por aquí? ─consultó la rubia mientras pasaban por la amplia sala del laboratorio para ir a la puerta que daba a la reservación.

Bakura se encogió de hombros ─el profesor Pegasus me pidió de favor que viniera aquí ─Rebecca arqueó una ceja, cuando llegaron a la reservación sintieron un ligero temblor ─ ¿qué pasa?

─Te recomiendo que te alejes un poco ─dijo con una risilla traviesa, apartándose cinco pasos de Ryou.

─ ¿Eh? ¡! ─al mirar hacia la derecha un gran nubarrón blanco iba hacia ellos por lo que se apartó por instinto.

La nube se detuvo justo frente a Ryou y se tardó un poco en disiparse. Lo primero que se vio fue un espeso pelaje marrón y Bakura pudo observar varios pokemons que jamás había visto.

─Hola chicos, eh vuelto ─sonrió Ryou, siendo rodeado por todos los recién llegados de forma cariñosa.

─ ¿Todos esos son tuyos? ─consultó Bakura.

Ryou asintió ─salgan todos, estamos en casa ─Ryou lanzó cuatro de sus cinco pokeballs al aire, en ese momento Bakura se dio cuenta de que no conocía a los pokemon de Ryou más allá de Glaceon y Dragonair.

Froslass, Dragonair, Gengar y Weavile fueron los que salieron de las capsulas. Sin embargo Bakura notó que el Gengar de Ryou no era como el de Morty, era algo más grande y su color era diferente, un morado algo más azulado.

Estos cuatro pokemons se saludaron familiarmente con el resto, Mamoswine, Snover, Abomasnow, Sableye, Duskull y un Rotom.

Algunos de los pokemons saludaron amablemente a la rubia, se notaba que la conocían desde antes.

─Snoow snow ─uno de los pokemons más pequeños se acercó a Ryou para que este lo tomara en brazos.

─Hola Snover ¿me extrañaste pequeñín? ─saludó Ryou de forma cariñosa, sosteniéndolo en brazos como si fuera un bebe.

─Snowww snow ─el pokemon planta/hielo se volvió feliz ante los juegos de su entrenador, luego tomó tres de las bayas blancas* que crecían en él y se las ofreció al albino.

─Gracias, que dulce eres ─Ryou tomó los dulces ofrecidos y los extendió hacia sus acompañantes ─ ¿quieren?

─Sí, gracias ─encantada, Rebecca tomó una de ellas y se la llevó directo a la boca, luego se llevó las manos a las mejillas con una expresión de deleite ─ ¡ummm! es como comer helado ─comentó.

Bakura la observó algo indeciso pero Ryou insistió por lo que la tomó y le dio una mordida, dejando que Umbreon la probara también. Sus ojos brillaron, a ambos les gustó mucho.

Luego de eso todos se dirigieron a una laguna cercana donde Ryou liberó su último pokemon, una preciosa Lapras

─Laaaau ─la tipo hielo/agua bajó el cuello para rozar su cabeza mimosamente contra la de Ryou.

─Wow, así que esa es un Lapras ─Bakura sacó su pokedex.

Lapras, el Pokémon transporte. Lapras disfruta llevar gente en su espalda y tiene propiedades místicas; puede comunicarse con los humanos y entender su lenguaje. Es un Pokémon tranquilo y pacífico, pero a la hora de combatir es muy poderoso.

─Uyy, eres tan bonita ─cariñosa, Rebecca fue a abrazarse al lago cuello de Lapras para saludarla. Era uno de los pokemons de Ryou que más le gustaba.

Con el canto de Lapras algunos pokemons más subieron a la superficie de la laguna, entre ellos una Walrein, un Dewgong y un Cloyster.

Bakura estaba realmente impresionado de la cantidad y diversidad de pokemons que tenía Ryou, además no podía apartar sus ojos del pequeño albino, se veía tan tierno saludando, acariciando y jugueteando con todos sus pokemons. Su sonrisa era como la de un niño pequeño que juega por primera vez con su pokemon favorito.

─Descansen un poco amigos ─les dijo Ryou a los pokemons que había llevado consigo en el viaje ─iré a ver al profesor y luego jugaremos un poco todos juntos ¿sí? ─todos afirmaron ─ ¿quieres quedarte con ellos Glaceon? ─La bella tipo hielo negó y saltó a los brazos de Ryou ─bien ─le sonrió ─los veo en un rato ─agitó su mano mientras regresaba junto a los otros dos hacia el laboratorio.

─ ¿Cuánto tiempo estuviste fuera? ─consultó la chica, habiendo dejado a sus dos pokemons de Unova junto a los de Ryou.

─Creo que… ocho o nueve días, contando los de ida y vuelta ─respondió ─ ¿Cuándo llegaste tú?

─Hace dos días ─respondió con simpleza ─ ¿y, cómo se conocieron? ─les preguntó a los dos albinos.

Entre ambos chicos le relataron a la rubia como se habían conocido mientras subían al segundo piso, a la oficina del profesor. Ryou fue a abrir pero la puerta estaba asegurada, entonces Rebecca golpeó ─ ¿abuelo, estás?

─Dame cinco minutos, princesa ─se oyó desde dentro.

─Siéntense chicos ─señaló a rubia, tumbándose en uno de los sofás. Los albinos la imitaron, sentándose juntos en otro con sus Eevee-evoluciones en las piernas.

Conversaron amenamente mientras esperaban a que el profesor se desocupara. El sol estaba a poco de ponerse.

─Becca ¿Yugi no me ha llamado o dejado algún mensaje mientras no estuve?

─Que yo sepa, no ─respondió la rubia ─deberías preguntarle al abuelo… ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

─ ¿En persona? Hace casi cinco meses, cuando nos fuimos de vacaciones a Hoenn ─explicó ─pero la última vez que hablé con él fue hace unas dos semanas… antes de que Morty me llamara para que fuera a verle.                 

─Hace mucho que yo no lo veo… lo extraño ─dijo la rubia decaída.

Ryou solo soltó una risilla nerviosa, era muy consciente de los sentimientos que tenía su amiga por su primo, pero igual sabía que Yugi no la veía como algo más que una buena amiga como él, incluso una hermana pequeña.

─Bueno, creo que ya tenemos todo listo ─decía el profesor Hopkins saliendo de su oficina seguido de varios científicos que trabajaban en el laboratorio con él ─mañana terminaremos con los últimos preparativos. Ryou, Bakura y Rebecca se pusieron de pie a lo que los científicos los saludaron, inclinando la cabeza ante ellos antes de retirarse ─Ryou, que alegría que hayas vuelta sano y salvo ─le sonrió el amable anciano.

─Es bueno volver profesor Hopkins ─correspondió.

─Ah, buenas tardes ─saludó Bakura, haciendo una pequeña reverencia ─me llamo Bakura Thief, el profesor Pegasus me encargo que viniera a verle.

─Ah sí, por supuesto. Maximilian me habló de ti ─se acercó, llevando una mano al hombro del albino mayor ─serás bienvenido a la acampada de entrenadores.

─ ¿Acampada de entrenadores? ─repitieron los tres.

─ ¿Maximilian no te lo dijo? ─le preguntó Arthur extrañados.

Bakura negó con la cabeza ─me pidió que le hiciera un favor viniendo a verle, que usted me encomendaría algo y que podría servirme para mi entrenamiento o algo así ─explicó.

Arthur mostró una ligera sonrisa y negó con la cabeza ─Se nota que no ha cambiado nada ese pillo de Maximilian ─dijo divertido.

─Profesor ¿Qué es eso de la acampada? ─consultó Ryou.

─Lo hemos estado planeando durante algún tiempo. Es una actividad que, esperamos poder realizar cada año, estilo campamento cuyo objetivo será fomentar la amistad ente los asistentes y los pokemon; para esto desarrollaremos diversas actividades durante los días que dure basadas en el contacto con los pokemons.

─Eso suena divertido ─dijo Ryou.

─Hemos invitado a jóvenes entrenadores de todo Jotho para que vengan a este evento, formaremos 3 equipos equitativos para las actividades. El equipo que alcance el nivel más alto o un objetivo determinado, recibe mayor puntuación y al final de la acampada, el equipo con más puntos se proclamará ganador.

─ ¡Me encanta la idea! ─chilló Rebecca ─ ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Cuánto durará? 

─Porque era una sorpresa y planeamos que dure seis días.

─ ¿Rebecca y yo podremos participar también? ─preguntó Ryou.

─Por supuesto, después de todo ustedes aún siguen aprendiendo y mejorando como entrenadores ─afirmó el profesor.

─ ¿Qué dices Bakura? ¿Participarás? ─consultó Ryou.

Al ver el brillo en los ojos caoba del menor Bakura no tuvo duda alguna ─ ¿por qué no? Suena interesante.

─ ¡Genial! ─de la emoción, los dos menos dieron un brinquito en su lugar ─ ¿dónde será?

─ ¿recuerdan la antigua escuela que estaba hasta el otro lado del pueblo?

─ ¿Cerca de las cataratas Tojho*? ─corroboró Ryou ─ ¿la que esta como a media hora a pie?

─Sí, estuvimos restaurándola y adecuándola para la acampada de entrenadores. Los entrenadores se reunirán pasado mañana temprano aquí y tomaremos unos autobuses a ese lugar ─explicó Arthur ─Solomon está preparando algo parecido en Sinnoh.

─ ¡¿El abuelo?! ¡Tengo que llamar a casa! ─dijo emocionado, llevándose las manos empuñadas a las mejillas.

─Te acompaño ¡Quiero ver a Yugi! ─se auto-invitó.

─Rebecca ─susurró el profesor negando con la cabeza ─en cuanto a tu estancia aquí… ─se dirigió a Bakura.

─Él puede quedarse conmigo ─se adelantó Ryou ─no hay problema ¿cierto? ─le sonrió el menor.

─Sí, gracias ─afirmó Bakura.

─Uhhh ─canturreó Rebecca, mirándolos con picardía ─vamos, quiero ver a my Darling ─apresuró la chica, con corazones en los ojos.

El profesor suspiró con pesar ─salúdame a tu abuelo, Ryou ─pidió.

─Sí profesor ─aceptó el menor ─vamos Glaceon ¿quieres saludar a Espeon, no? ─la tipo hielo asintió, saltado hacia él.

Los dos menores se dirigieron al video-teléfono del salón seguidos de Bakura, Ryou se sentó frente al mismo y Rebecca lo imitó mientras este marcaba el número del laboratorio de su abuelo.

Esperaron un timbre… dos timbres… tres timbres… cuatro timbres y finalmente atendieron al otro lado.

─Buenas tardes, Laboratorio del profesor Motou ¿en qué puedo ayudarle? ─contestó una voz femenina que los dos menores reconocieron de inmediato.

─ ¡Miho! Hola ─saludó la rubia amistosa mientras se encendía la pantalla, mostrando a una chica de cabello violeta-azulado, piel pálida y ojos azules.

─Rebecca, que gusto saludarte ─respondió la oji-azul con una sonrisa ─Ry-Ryou, qu-que bueno verte ─saludó ahora apenada y visiblemente sonrojada. Bakura no pudo evitar arquear una ceja, irritado ante el comportamiento de la chica hacia Ryou.

Ryou se mordió el labio inferior ─Hola Miho ¿está mi abuelo? ─preguntó.

─Sí, espera un minuto y lo llamó ─afirmó la chica.

─ ¡espera! ─la detuvo antes de que saliera de la pantalla ─ ¿Yugi está por ahí?

Miho ladeó la cabeza ─ ¿no lo sabes? Yugi salió hace casi una semana hacia Ciudad Corazonada, aún no ha vuelto.

Ryou y Rebecca se desinflaron al escuchar eso ─ ¿A Corazonada? ¿Lo llamó Fantina? ─consultó Ryou. La oji-azul asintió antes de ir a llamar a Solomon

─Mooo, que mal, yo quería ver a mi Yugi ─se quejó la rubia, cruzándose de brazos ─como sea, saldré a por un helado antes de que oscurezca más ─dijo levantándose, viendo por la ventana que el cielo casi se cubría por un azul oscuro muy profundo ─nos vemos mañana chicos ─le dio un beso en la mejilla a Ryou y luego se acercó a Bakura, le tocó empinarse pero Bakura igual tuvo que inclinarse un poco para recibir el gesto.

─Que descanses Becca.

─Hasta mañana Rebecca.

─Ryou ─habló un anciano de cabellos canos recogidos con una banda gris oscuro.

─ ¡Abuelo! Que alegría me da verte ─saludó Ryou ─ ¿qué tal estás? ¿Y Yugi? ¿Cómo están todos por allá?

─Jejeje, tranquilo niño, una cosa a la vez ─le calmó el anciano ─estoy bien hijo, tu abuelo sigue firme como un Tauros ─bromeó, levantando ambos brazos como si tuviera músculos que exhibir. Ryou rió con ganas ─tu primo llega mañana, fue a visitar a Fantina unos días y todos estamos bien por aquí ¿qué tal por allá?

─El profesor Hopkins te manda saludos, ya me contó sobre la acampada que planeaban ─contó.

─ ¿Sí? Aquí estamos acabando los últimos detalles ─dijo el mayor ─se lo comentaré a Yugi apenas llegue.

─Apuesto que le fascinara ─aseguró el albino ─ a mí me ha encantado la idea, Rebecca y yo participaremos ─comentó emocionado ─ ¿sabes más o menos a qué hora llega Yuu?

─No realmente hijo, lo siento.

Ryou hizo un puchero ─ ¿cuando llegue le dices que lo llame, por favor? Que lo extraño mucho y quiero hablar con él.

─Por supuesto hijo ¿y cómo está la pequeña Glaceon?

─Glaaaaace ─saludó la tipo hielo.

─Que bonita estas, se nota que Ryou te está cuidando bien.

─ ¿No lo eh hecho siempre abuelo? ─sonrió Ryou, abrazando a su Glaceon ─bueno, cuídate mucho abuelo, nos vemos después ─se despidió el albino.

─Tú también cuídate mucho hijo, que se diviertan mucho y mándales mis saludos a Arthur y a la pequeña Rebecca.

─Desde luego, te quiero abuelo ─se despidió el menor antes de colgar la llamada ─ ¿quieres ir por algo de comer, Bakura? ─miró ahora a su amigo, quien asintió ─vamos a mi casa para que dejes tus cosas y conseguimos algo de cenar ¿te parece? ─ofreció.

─Suena bien ─sonrió de lado el mayor.

─Entonces vamos ─se levantó ─me voy profesor, hasta mañana ─se despidió en voz alta.

─Que pasen buena noche ─deseó el mayor, ocupado en otras cosas.

Ryou ahogó una risilla ─ven ─tomó a Bakura de la mano para llevarlo casi a rastras fuera del laboratorio.

Bakura se ruborizó al sentir la pequeña y tibia mano Ryou entre la suya y no pudo evitar quedarse mirando aquella unión, reafirmándola ligeramente, cosa que solo logró que Ryou se sonrojara y sonriera feliz. Guió a Bakura unos cinco minutos hasta un modesto departamento de dos pisos, pintado de celeste y rodeada de un pequeño cercado blanco, había algunos arbustos de bayas alrededor y una silla-columpio en el pórtico.

Ryou soltó la mano de Bakura para sacar sus llaves y abrir la casa, Glaceon entró y saltó sobre una mesilla para dar con la cola en el interruptor y encender las luces mientras Ryou se quitaba los zapatos ─adelante, están en su casa ─le dijo el dulce albino a Bakura y Umbreon. Bakura imitó la acción y se adentró en el lugar ─sígueme, arriba esta la habitación de huéspedes ─volvió a tomarle la mano para jalarlo mientras sus Eevee-evoluciones se quedaban cómodamente acurrucados en el salón de la sala.

Al llegar arriba Bakura divisó tres puertas de un lado y una cuarta en la pared contraria. Ryou lo guió hasta la última de las tres puertas la cual abrió y encendió las luces enseñando una recamara sencilla color canela con una cama de una pieza, un armario y un tocador ─deja tus cosas aquí ─Bakura hizo caso, dejando su mochila a los pies de la cama mientras Ryou se dirigía al armario para sacar unas mantas y arreglar la cama ─perdona el desorden, la habitación lleva un buen rato sin ser usada ─se disculpó.

─No te preocupes por eso ─se apresuró a ayudarle ─si vieras como era mi habitación ante de que me fuera de pueblo arcilla ─dijo con gracia, rodando los ojos. Ryou soltó una risilla mientras le colocaba fundas a las almohadas ─Entonceeees ¿Rebecca es novia de tu primo? ─preguntó, buscando conversación.

─ ¿su novia? ─Ryou trató de no reírse al recordar la cara de Yugi cada vez que alguien insinuaba eso ─para nada, a Yugi no le gusta ella de esa manera ─agitó la mano en el aire ─para nosotros ella es como una hermanita ─explicó ─pasa algo similar con Miho ─admitió sonrojado, Bakura frunció el ceño ─soy consciente de que a ella le gusto pero es que ella a mí no ─rodó los ojos por el cuarto e hizo un puchero, sentándose en la cama ya lista.

─ ¿Y qué? ¿Te gusta alguien más? ─probó, levantando una ceja por unos segundos.

Ryou lo miró a los ojos ─antes no… aunque ahora quizás sí ─se mordió labio inferior. Bakura sonrió de lado e inclinó un poco el rostro hacía él ─ ¿qué te parece si salimos a cenar? ─ofreció, levantándose de sorpresa y mirándole travieso.

Bakura levantó la cabeza para verle “este chico me encanta” fue el pensamiento salvaje que apareció por su cabeza ─claro, muero de hambre ─Ryou le sonrió y ambos salieron del cuarto.

─Dame un momento ─Ryou se dirigió al cuarto de en medio ─esta es mi habitación ─le explicó al mayor, dejó su camisa encima de su cama para quedarse solo con la playera y tomó un cepillo para arreglar un poco su cabello ─listo vámonos.

Al regresar al primer piso, Ryou tomó sus cosas de viaje que había dejado en un mueble antes de dirigirse a la cocina, llenó dos platos de comida pokemon para su Glaceon y el Umbreon de Bakura, los cuales se acercaron a comer encantados ─descansen un poco, no nos demoramos mucho  ─le dio un beso en la frente a Glaceon y luego salió de la casa con Bakura.

─ ¿A dónde vamos? ─preguntó Bakura.

─Tu solo sígueme ─le guiñó un ojo.

Ryou los llevó hasta un restaurant del pueblo al estilo italiano, se sentaron en las mesas al aire libre ya que la terraza estaba vacía y con las lámparas, las plantas y decoraciones, el cielo y sus estrellas se veían como un hermoso espectáculo.
Mientras hablaban ordenaron y cenaron pasta a la boloñesa con pollo, charlando sobre la acampada, elucubrando sobre cómo podría ser, qué actividades habrían y cosas como esa. Pidieron de postre Tiramisú con helado y cerezas, la conversación no hayaba punto final, no habían silencios incomodos y siempre surgían comentarios graciosos o que conllevaban a un nuevo tema.   

Bakura se sorprendía de tener una charla tan fluida con Ryou, dado que él era muy reservado y no precisamente lo que se podría llamar social. Por su lado, Ryou se sentía encantado de la forma tan natural y cómoda que sentía la compañía de Bakura… ahora estaba seguro, él era especial.

-o- En Sinnoh.

Yami se quedó en su cama, en la habitación del centro pokemon que la enfermera Joy les había dado para ambos, mientras Yugi tomaba un baño y se cambiaba. Por fortuna habían dos camas allí, Espeon estaba tumbada en la otra junto con Jolteon, esos dos se llevaban cada día mejor.

Cerró los ojos unos instantes, estaba cansado del largo día que habían tenido de viaje, casi se queda dormido pero el sonido de la puerta le hizo espabilar.

Yugi venía entrando, abrochándose los botones del pijama, aunque Yami alcanzó a ver parte de la cremosa piel pálida del menor ─ya puedes entrar a bañarte Yami ─indicó el menor dejando sus cosas al lado de la cama antes de sentarse.

─Sí, gracias ─tomó sus cosas ─Jolteon, bájate, no molestes a Yugi ─regañó.

─Tranquilo Yami, no pasa nada ─lo calmó Yugi ─mira que lindos se ven juntos ─los miró a ambos con algo de envidia, como le encantaría a él estar tan cerca de Yami con tal comodidad.

─De acuerdo, ya vengo ─Yugi lo vio salir antes de tumbarse de costado en la cama, jalando una almohada para apretarla contra su pecho. A su mente llegaba sin querer la visión que había tenido de Yami en el centro pokemon de Corazonada y se sonrojó con timidez, chillando para sus adentros.

Para cuando Yami regresó, Yugi casi había caído dormido pero el ruido que provocó el mayor lo despertó. Yami dejó sus cosas junto a su cama y se sentó, estirándose.

─Hace un poco de frío ¿no crees? ─comentó Yugi, viendo que la piel del mayor estaba algo erizada, igual que la suya.

─Un poco sí, es cierto ─Yami se mordió el labio inferior antes de decidir qué hacer, palmeó la cama a su lado para pedirle a Yugi que se fuera a su lado lo que el oji-amatista obedeció de inmediato. Jolteon y Espeon ya estaban dormidos a la piecera de la cama de Yugi ─dime ¿tienes sueño ya? ─consultó Yami.

─Un poquito, no mucho realmente ─respondió ─ ¿por qué? ─ladeó la cabeza curioso.

─Quiero hablar un rato contigo antes de dormir ¿puedo preguntarte algunas cosas? ─consultó.

Yugi le sonrió y asintió. Yami le regresó la sonrisa y se levantó para apagar las luces, dejando solo una pequeña lámpara encendida junto a la luz de luna que se colaba por la ventana, cuyas cortinas estaban recogidas ─recuéstate si quieres ─ofreció ─ya que mi Jolteon invadió tu cama ─dijo en broma.

─Te dije que no te preocupes, yo no ocupo mucho espacio de todos modos ─le dijo, pero aun así se recostó entre las almohadas. Yami sonrió al ver eso y fue a acostarse a su lado pero de perfil para mantener el contacto visual con el menor, apoyando su rostro en su mano cuyo brazo estaba flexionado ─creo que ya no hace tanto frío ─musitó para sí, sintiéndose de una manera que no podía explicar, hace tan solo unos minutos había envidiado la íntima postura que mantenían sus pokemons y ahora estaba acostado al lado de Yami… ¡Estaba acostado en la cama de otro chico, con él! ¿Realmente era consciente de ello? Luchó para no sonrojarse ─ ¿Qué querías preguntarme?

Yami se encogió un poco de hombros ─quiero que me cuentes cosas sobre ti, realmente no nos conocemos mucho ─hizo notar.

─Tienes razón ─sonrió un poco ─te propongo algo: yo te cuento algo sobre mí y tú me cuentas algo de ti ─se ladeó un poco para verse a los ojos ─y así nos vamos conociendo mejor.

Yami sonrió de lado ─me parece lo justo ─aceptó.

─Tengo 15 años y llevo casi dos años viviendo ‘establemente’ ─hizo las comillas ─en el laboratorio de mi abuelo en pueblo Arena donde lo ayudo a cuidar los pokemons de la reservación Motou ─empezó.

─Tengo 16 años, me quedé más de un año entrenando por los alrededores de casa antes de salir definitivamente viaje y participar de la liga Unova.

─Nunca eh tenido predilección por un tipo de pokemon en especial, por eso entreno de todos los tipos y me gustan todos los pokemons, aprender sobre ellos y las características especiales de cada especie ─sonrió Yugi.

─Tampoco me especializo en algún tipo en particular ─correspondió Yami ─y, a decir verdad, antes de conocerte no sabía lo que significaba en realidad ‘ser un equipo’ con tus pokemons y tener un verdadero lazo con ellos ─se obligó a decir ─gracias ─dijo tremendamente serio.

Yugi se sonrojó un poco ─desde chico soy especialmente tímido, no tengo muchas personas realmente allegadas a mi fuera de mi familia y estar rodeado de mucha gente me abruma, soy algo penoso también ─confesó con gesto nervioso ─gracias a eso tengo un vínculo especial con mi primo, es como mi hermano: sabemos todo el uno del otro y podemos hablar de lo que sea, la primera vez que salimos de viaje lo hicimos juntos… ¡ah! Soy hijo único.

─Yo también soy hijo único, no soy muy sociable y solo tengo un mejor amigo que también es mi rival desde que estábamos en pañales prácticamente ─sonrió al pensar en Bakura ¿habría estornudado, donde sea que se encuentre? ─no me doy mucho con las personas por lo que suelen tildarme de frío y solitario, pero es que no soy alguien de muchas palabras ni de expresar mis sentimientos cada dos por tres a diestra y siniestra.

Yugi se rió un poco ─ ¿lo dices en serio? Nunca podría haberlo adivinado, conmigo no pareces así, hablas con mucha naturalidad como si supieras manejarte con la gente a la perfección.

─Si te soy sincero es la primera vez que me abro con alguien de esta manera ─respondió Yami ─y bueno, no lo sé, tu eres diferente ─se atrevió a llevar su mano al cabello de Yugi, acomodando uno de su mechones tras la oreja ─nunca había conocido a nadie como tú que me dé pie a explayarme de este modo.

Yugi se ruborizo, rezó porque la escasa luz impidiera que el mayor se diera cuenta ─etto… me gustan las hamburguesa, el chocolate es mi sabor favorito y me gusta cocinar ─comentó sin saber que más decir.

Yami ahogó unas risillas ─a mí también… excepto por lo de cocinar, soy un desastre ─soltó una risa burlona de sí mismo.

Ambos soltaron una risilla.

─A pesar de que eh estado medio asentado en casa últimamente aun amo y realmente extraño viajar ─reveló ─la última vez que viajé fue hace cinco meses que me fui de vacaciones con mi primo, visitamos muchos lugares, tuvimos alguno que otro combate, jugamos mucho y nos divertimos un montón.

─ ¿Y entonces por qué no sigues viajando? ─consultó Yami, con una idea que le martillaba fastidiosamente la cabeza.

Yugi bajó un poco la cabeza, por primera vez en un buen rato apartó sus ojos de los brillantes rubíes ajenos ─no sé a dónde ir y no quiero viajar solo ─confesó, reposando su cabeza en la almohada y poniéndose por completo bocarriba ─es decir, tengo a mis pokemons pero ya recorrimos Sinnoh en su momento y no hayo sentido en volver a hacerlo yo solo sin tener un objetivo que cumplir.

Yami quiso sacudir su cabeza para que aquella molesta vocecita interna que le obliga a decirle a Yugi lo que había pensado parara pero no pudo con ella, así que tragó grueso observando fijamente al menor antes de tomarle el mentón para que volviera a mirarle… realmente le encantaban ese brillante par de joyas amatistas ─ ¿y-y si… y si vinieras conmigo? ─se atrevió a decir luego de unos segundos de tenso silencio ─luego de que termine mi encargo en Pueblo Arena, me-me gustaría mucho poder seguir viajando contigo mientras reúno las cuatro medallas que me hacen falta para poder participar en la liga Sinnoh.

Yugi entreabrió los labios pero las palabras se le atoraron en la garganta ante la propuesta de Yami ¿viajar con él después que terminara sus asuntos en casa? Yugi se lo pensó un minuto, realmente le hacía muy feliz el que Yami se lo hubiera pedido porque realmente no quería tener que despedirse del mayor luego de todas las emociones y los sentimientos que este había hecho florecer en él… no tuvo que pensárselo mucho pero su voz le traicionaba así que gagueó un poco antes de carraspear para aclararse la garganta.

─No hay nada que me gustase más… que poder seguir acompañándote Yami ─apretó sus manos que reposaban sobre su propio pecho donde su corazón latía como Rapidash desbocado.

Con las mejillas algo encendidas y los ojos temblando Yami solo atinó a decir ─gracias ─amagando lentamente de abrazarlo sin estar muy seguro.

Al ver esto, fue el propio Yugi quien le rodeó el cuello con los brazos para abrazarlo, Yami lo rodeó de igual forma por la espalda, sintiéndose inexplicablemente feliz al tener ese pequeño cuerpo tibio entre sus brazos, tal como cuando se habían quedado dormidos en aquella hamaca en el jardín trasero del centro pokemon de Ciudad Corazonada. Se atrevió a rozar con su nariz la piel de su cuello parcialmente descubierto, a la vez que sentía a Yugi cabecear en su pecho.

─ ¿Tienes sueño Yugi? ─susurró por lo bajo junto a su oído con su voz seductora.

─Sí ─murmuró el pequeño, ya adormilado por el calor que emanaba el cuerpo ajeno y los latidos algo acelerados del corazón del oji-vino, luego soltó un pequeño bostezo.

─Anda, vamos a dormir ─Yami los acomodó de forma en que Yugi recostara la cabeza en él y una de sus pequeñas manos reposara en su pecho mientras la propia lo rodeaba por la cintura luego de jalar las sabanas para cubrirlos a ambos.            

-o- De vuelta en Jotho.

Luego de cenar, dieron un tranquilo paseo por el camino más largo de vuelta a la casa de Ryou, una frías ráfagas de aire estremecieron el cuerpo del menor por lo que Bakura gentilmente le ofreció su chamarra roja y caminó a su lado, pasándole un brazo por sobre los hombros a lo que Ryou no podía evitar chillar por dentro como una chica enamorada.

Tenían ya a la vista el departamento del albino cuando les salió a ambos un bostezo al mismo tiempo por lo que se miraron entre sí, antes de soltar una risilla nerviosa.

─ ¿Tienes sueño? ─preguntó primero Ryou.

─ ¿y qué hay de ti? ─le regresó Bakura, empujándolo juguetonamente con la cadera.

Ryou soltó una risilla ─sí, ha sido un largo día, tengo muchas ganas de tumbarme en mi cama y relajarme ─emitió por lo bajo un gemido de gusto al pensar en ello. Bakura le miró con una pequeña sonrisa, jugueteando vacilante con las puntas de su lacio pelo blanco hasta que el menor se le soltó del brazo para ir a abrir la puerta.

Sin embargo, antes de poder tocar el pomo, la puerta se abrió sola.

─ ¿No la habías cerrado? ─consultó Bakura.

─Claro que lo hice ─el menor frunció el ceño ─ ¿qué esta pa…? ¡!  ─Ryou se hizo para atrás cuando un par de ojos rojos aparecieron en la puerta de la casa ─oh, que gracioso Gengar ─rodó los ojos, entonces el pokemon fantasma se volvió intangible al lado de su entrenador y soltó su característica risa ─tú y tus bromas ─rió ─ ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en la reservación? ─consultó.

─Geeeen gen gar geeeengaaaar ─Bakura no entendió lo que sea que quiso trasmitir el tipo fantasma pero notó que Ryou se ponía serio de repente, e incluso podría jurar que se ponía un poco pálido.

─ ¿Sucedió algo? ─preguntó descolocado el mayor.

─ ¿qué? ¡Ah! Etto… no es nada, a Gengar simplemente le gusta jugar bromas ─le sonrió Ryou mientras entraban ─además, dice que estaba aburrido allá, por eso se vino para acá, a veces es un poquito consentido ─zanjó el tema ─venga, vamos a la cama, muero de sueño ─lo jaló del brazo. Bakura se ruborizó, eso había sonado algo comprometedor.

Bakura entendió rápidamente lo de que a Gengar le encantaban las bromas cuando lo vio haciéndose invisible y atravesar paredes o dejando ver simplemente su rostro en algunos objetos.

─Desde hace un rato que quería preguntarte ¿por qué tu Gengar es diferente al de Morty? ─consultó al fin.

─ ¿Qué? Ah, eso es porque mi Gengar es un pokemon variocolor ─explicó mientras subían con Umbreon y Glaceon en brazos, ambos se habían quedado dormidos ─son pokemons poco comunes que tienen un color algo diferente al normal de la especie ─Bakura podía jurar que si él mismo no entrenara pokemon tipo fantasma, estaría intimidado por la espectral presencia que les hacía sombra.

─Ese es el baño si quieres darte una ducha o algo ─le señaló la puerta en la pared del frente ─estás en tu casa ─le guiñó un ojo ─ya sabes cuál es mi cuarto, cualquier cosa no dudes en entrar y decirme ─estiró una mano para acariciar fugazmente el cabello alborotado del mayor ─cualquier cosa que se te ofrezca ─repitió con voz insinuante antes de darse la vuelta, soltar una risilla y meterse en su habitación seguido de Gengar.

Bakura se tomó un minuto para… digamos, procesar lo que había escuchado “¿qué voy a hacer con este chico?” pensó, mordiéndose el cachete interno, cuando le dijo aquello había tenido el impulso de tomarlo del brazo, jalarlo hacía él y robarle el beso más jodidamente caliente que ambos pudieran haber experimentado hasta la fecha.
Tomó un profundo suspiro y entró a su habitación asignada para dejar a Umbreon en la cama y tomar sus cosas para darse un baño.

Ryou entró a su habitación de color azul, dejó a su Glaceon en la cama y se dirigió a darse un baño caliente en el cuarto de aseo que conectaba con su habitación, se puso un pijama verde azulado de pantalón largo y camisa de botones manga corta y se tumbó un rato en la cama, exhalando con placer al sentir su espalda descansar en el cómodo colchón.

─Geeeen ge-gengar geeen gar ─le habló su pokemon, pegado al techo.

─Lo sé, lo sé Gengar ─le calmó ─hazme un favor, hazte invisible y échale un ojo a Bakura, avísame si ya se durmió ─pidió, saliendo de su habitación para bajar a la cocina y tomar un frasco de medicina.

El pokemon fantasma hizo lo pedido, se deslizó como una sombra por el techo hasta la habitación continua y observó al albino mayor; Bakura estaba tumbado de costado, acariciando el pelaje de su dormido compañero con los ojos entrecerrados, cabeceaba cada dos segundos hasta que finalmente se quedó dormido. Entonces Gengar regresó al cuarto de Ryou e informó del estado del otro.

─De acuerdo ─Ryou tomó unas botas y una gruesa chaqueta blanca y se dirigió a su ventana, abriendo la misma para sentarse allí antes de soltar un silbido ─quédate aquí y si ves que él o Umbreon despiertan y vienen a buscarme usa hipnosis ─instruyó ─pero no les vayas a dejar dormidos en cualquier lado, que te conozco como a la palma de mi mano ─advirtió de inmediato, mientras Dragonair se acercaba volando a su ventana ─pórtate bien Gengar ─miró a su dormida Glaceon y cerró la ventana luego de subirse en el lomo de su pokemon dragón, quien, a sabiendas, se dirigió de inmediato a las montañas de la reservación, donde meses atrás habían los había sorprendido algo muy peculiar.

Ya calzado se bajó en la nieve fresca con chaqueta en mano, de inmediato sus pokemons y los tipo hielo de la reservación lo recibieron. Se acercó a la pequeña cueva, igual de congelada que como estaba en un principio, Ryou se adentró con confianza mientras se ponía su chaqueta y llegó al final de la misma donde aquel pokemon reposaba.

─Kuuuu ─lo recibió el pokemon.

─Hola amigo ¿qué tal estas? ─se acercó Ryou, acariciando el plumaje azul de su cabeza ─te traje esto, te hará sentir muchísimo mejor ─le enseñó el frasquito, el pokemon abrió su pico y le dejó dárselo ─eso es amigo ¿has estado comiendo las bayas debías mientras no estuve? ─el pokemon asintió ─ ¿Por qué no salimos y estiras un poco las alas? ¿Te gusta esa idea? ─le sonrió.

─Kuuuu ─afirmó el pokemon.

Ryou y Dragonair salieron de la cueva, más atrás el pokemon azul salió y estiró su cuerpo con un suave grito, dejando que sus plumas azules relucieran casi místicamente bajo la luz de la luna.

─Pues a mí me parece que tu ala está completamente curada, Articuno ─juzgó Ryou, tanteando el ala derecha del pokemon en cuestión ─ ¿por qué no das un pequeño vuelo de prueba, eh? Seguro que ansias volver a sentir el viento entre tus plumas ─le propuso con una sonrisa.

─ ¡Kuuuuu! ─dicho y hecho, la primera de las tres aves legendarias agitó un par de veces sus alas para alzar el vuelo, Ryou no demoró mucho en seguirle con Dragonair.

Articuno sobre voló el cielo nocturno con libertad, ascendió por sobre Ryou entre las pocas nubes que había y luego bajó en picada y en espiral justo a su lado ─jajaja definitivamente estas mejor, cuanto me alegra ─estiró una mano para acariciar las plumas de su elegante cola ─después de que esos desgraciados cazadores te dejaran las alas heridas te tomó algunos meses pero ya has sanado por completo ─dijo Ryou, recordando el incidente, al principio le había costado que Articuno le dejase acercarse y poder ayudarle a mejorarse, pero se había ganado su confianza y una semana después cuando el grupo de malo que le había hecho daño volvió a intentar capturarlo él lo defendió a capa y espada lo cual solo hizo que su vínculo en proceso con el pokemon legendario se afianzara.

Aterrizaron de vuelta en las montañas y Ryou se sentó frente a él en una roca algo alta ─ ¿sabes? En el viaje que hice conocí a alguien ─no sabía porque le contaba eso a Articuno, pero los últimos meses cuando él iba a ver como estaba y darle medicina siempre se quedaban charlando, a estas alturas Ryou casi podía entender el lenguaje de Articuno tanto como al resto de sus pokemons ─es un chico, es muy peculiar y a decir verdad me gusta ─confesó sonrojándose, Dragonair se enrolló a su alrededor mientras se le acercaban sus pokemons─ahora está aquí en el pueblo conmigo ¡se está quedando en mi casa! ─se llevó las manos a las mejillas como si fuera la primera vez que cayese realmente en cuenta de eso. Articuno se acomodó junto a él, poniendo su cabeza en el regazo de Ryou ─después de mañana iremos a un campamento con muchos entrenadores al otro lado del pueblo ─Articuno emitió un sonido interrogante ─haremos actividades y juegos para fomentar en las personas la amistad con los pokemon ─le sonrió, acariciándole la cresta ─debes tener cuidado ¿sí? El laboratorio no estará tan protegido como siempre, si sucede algo prométeme que iras a buscarme ¿de acuerdo? ─pidió, Articuno asintió ─bien, creo que será mejor que regrese a casa, necesito dormir un poco ─declaró, haciendo amago de levantarse.

─Kuuu ─Articuno le envolvió la cintura con su cola y señaló su propia espalda con un ala, inclinándose para dejar claras sus intenciones.

─ ¿quieres llevarme? ─preguntó descolocado el albino.

─Kuuuu ─asintió el pokemon legendario.

─Gracias amigo ─le agradeció, subiéndose en el lomo del ave, Dragonair, chicos, anden a descasar con los demás también ¿sí? ─le dijo con cariño a sus pokemons quienes accedieron, rozando su rostro contra la mejilla de Ryou y voló a un lugar más cálido, probablemente a la laguna donde estaban Lapras y los demás.

Ryou mientras podía sentir el aura fría que Articuno provocaba en el aire circundante, él estaba acostumbrado y realmente le era agradable; subió una mano, alcanzando a rozar una delgada nube baja ─es como algodón finísimo ─dijo con una risilla ─ ¿te importa si nos desviamos un poco antes? ─pidió ─por allá ─señaló.

Articuno siguió sus indicaciones, llegando en medio de un claro a unos cuantos metro de las cataratas Tojho, allí había una especie de insternado, la construcción que más llamaba la atención era un conjunto de casetas en ‘L’ de pisos color crema y tejados rojos, seguramente esas serían las habitaciones, había una gran cancha y hasta el otro lado unas casetas más pequeñas donde seguro se quedarían los instructores y encargados del campamento.

Habían algunas maquinarias fuera y cajas desperdigadas por el lugar, se notaba que lo habían estado arreglando ─será aquí ─le dijo a Articuno ─estoy seguro de que será muy divertido ─ “espero que me dejen en la habitación que Bakura” rezó internamente ─ya sabes dónde buscarme si sucede algo ¿puedes llevarme a casa?

Llegaron al departamento y Ryou se bajó silenciosa y cuidadosamente en su habitación ─gracias por el paseo, regresa a la reservación con cuidado ¿vale? ─Articuno asintió y se dio la vuelta ─ ¿Gengar? ─el pokemon fantasma se presentó atrás de él ─anda con él y hazme saber si llega bien, por favor ─pidió, Gengar asintió y salió de la casa tras el legendario.

Ryou vio que Glaceon seguía profundamente dormida y se decidió a echarle un ojo a Bakura antes de dormirse… solo para asegurarse de que su Gengar no había hecho ninguna travesura.

Se quitó las botas y la chaqueta antes de dirigirse con sigilo al cuarto de al lado, entre abrió la puerta en silencio y se adentró con las mismas. Umbreon estaba tan rendido como Glaceon y Bakura estaba a su lado, tumbado bocarriba. Ryou no pudo evitar acercarse más a él, sobre todo al ver sus labios entreabiertos que se movían sutilmente al ritmo de la respiración ajena. Estiró una mano a su mejilla pero se contuvo justo a tiempo, sin embargo agachó el rostro, sujetándose el cabello con una mano para que no colgara; contuvo la respiración y detallo el atractivo rostro ajeno… realmente le gustaba ese chico, sin poder contener más el impulso dejó caer sus labios delicadamente contras los otros, en una apenas existente roce. Al darse cuenta de lo que hacía, se irguió de inmediato, cubriendo su boca con una mano “¿pero que acabo de hacer? ¡Debo salir de aquí!” se fue de inmediato de aquel cuarto y corrió al suyo, acostándose con cuidado de no despertar a Glaceon pero cubriendo su rostro con una almohada para morderla y no chillar.

¡Sus labios eran suaves y cálidos!

Ahora más que nunca quería que Bakura le besara… pero un beso de verdad. Esperaba tener alguna que otra oportunidad en la acampada… ese evento prometía.          

…Esta Historia Continuará xD

 

 

 

 

Notas finales:

*Luvdisc es catalogado como el Pokémon de los enamorados, su cuerpo con forma de corazón es un símbolo del amor y del romance. Se dice que cualquier pareja que lo encuentre, es promesa de una relación interminable.
*En primavera a Snover le crecen una clase de bayas blanquecinas con aspecto de caramelos helados, que hacen que la persona a quien le gastó una broma, cambie de opinión. Snover es un Pokémon muy amigable y muy curioso, teniendo mucho afecto hacia los humanos.
*Las Cataratas Tohjo son el límite entre Kanto y Jotho.

¿Qué les ha parecido la noche de nuestros lindos tricolores? o la velada de los albinos? Alguna que otra persona acertó con el pokemon que Ryou había descubierto aquel primer cap ¿a cuantos lo tomó por sorpresa?
y ¿qué esperan de eso de de 'la acampada de entrenadores'? Sabremos más en el siguiente capitulo así que no se lo pierdan ;) 

Nos leemos en el próximo cap!

¡Saludos mis amores! Ja ne~nya


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