EL MEJOR REGALO DE CUMPLEAÑOS
Como de costumbre la luna se mantenía imponente sobre la aldea, llegaba a parecer como si toda su luz pudiere apaciguar de momento el calor del desierto, cada uno de los faroles y bombillos que alumbraban las casas parecían opacarse a su resplandor, lucía realmente hermosa.
Era sorprendente como desde el techo más alto de la aldea, podía divisarse toda la aldea, imponente, ahora en construcción y elevándose en todo su esplendor, desarrollándose día tras día, realmente hermosa al contacto con la luz y el anochecer... Hoy un año más se hacía presente... Solo su mente y sus recuerdos festejaban por ello; nadie más que él conocía el secreto de su nacimiento, tal vez algunos de los ancianos que se prestaron para sellar a aquel monstruo en su interior, pero ninguno diría nada, no tenían por qué hacerlo. Realmente no le importaba. Solo quería estar solo, divisar a lo lejos como poco a poco cada una de las luces de su ahora apreciada aldea, comenzaban a apagarse, a extinguirse para permitirle a la luna ser la única que iluminara el paisaje al tiempo en que la brisa meneaba con fuerza su desordenada cabellera. No podía culpar al destino, había nacido para traer dolor a los demás, más ahora tenía un punto a favor, su lucha e ideal más grande, su camino ninja.
Gaara… -Escucho su nombre ser pronunciado por aquella voz, aquel articular de palabras con que tanto soñaba desde hace ya muchos años- al fin lo he descifrado, al fin he llegado... ¡Feliz cumpleaños Gaara! -Decía un sonriente rubio al abrazarse con fuerza al pequeño Kasekage; quien sonrojado no entendía nada de lo ocurrido o no parecía procesar todo cuanto le ocurría.
- ¿Qué?, ¿Qué haces aquí Naruto? – apenas podía pronunciar mientras sentía como su corazón comenzaba a destellar un sin fin de sentimientos ¡esperen! ¿en realidad dijo feliz cumpleaños? ¿El?- ¿Cómo supiste? Yo…
- Tarde días en investigarlo. Shikamaru me ayudo ttebayo, después de todo mi Aldea también guarda un archivo especial sobre festividades y fechas importantes, lo importante es que pude llegar a tiempo, ya es media noche ttebayo -Abrazándole de nuevo mientras olfateaba su cabello en un gesto inocente- Gomen Gaara, yo…
- Arigato Naruto, es, creo que, el mejor cumpleaños que he tenido. Gracias… -Decía mientras un sonrojo bastante visible se tornaba en sus pálidas mejillas.
- Gaara yo sé que me comporte como un idiota... -Llamando la atención del pelirrojo que iba a negar inmediatamente interrumpido por un dedo del rubio que se encontraba prácticamente arrinconándole- Si, fui un idiota, ¿Cómo no me di cuenta antes? -Tomando las mejillas de su pelirrojo mientras con caricias unía sus labios en un etéreo y cálido beso- Te amo, realmente te amo.
Poco a poco sentía como su corazón destellaba de alegría, como sus noches dejaban de ser oscuras para convertirse todas en luz. Como el hielo comenzaba a derretirse para dar paso a la calidez de aquel cuerpo que le abrazaba acurrucándole en sus labios, en sus brazos, en su pecho; como el más oscuro cielo podía iluminarse tan solo con el tacto, con la unión de sus bocas... Un solo suspiro.
- Naruto, siempre has sido un idiota -Alejando al rubio sorprendido temía ser golpeado aunque no de una forma física, viendo como poco a poco esos labios que tanto anhelaban se alejaban aún más de los suyos- Creo que si lo fuiste, pero yo más... Yo más que tu... -Tomando rápidamente al rubio para recostarse en su pecho y besar cada uno de los rincones que en años soñó con tener- No quiero, no quiero que esto termine jamás.
- No es un sueño mi Gaara, es real, tan real como que te amo ttebayo... -Besando nuevamente la suavidad de los labios del joven kage- Je, me pregunto si los labios de Kasekages saben todos así ¿?... Je -Sonriendo al ver como poco a poco las mejillas de su rojito parecían estallar de un momento a otro.
- Por ahora soy el único y si te atreves a probar alguna otra boca, te mato Uzumaki -Sonriéndole para luego abrazados caer en el más profundo sueño.
Ahora su alma estaba completa.... Sus cumpleaños jamás serian como antes... Ahora sabía lo que era ser amado.... Lo sentía... Lo palpaba, el mejor regalo de cumpleaños.... Su rubio... El Hokage de la Aldea oculta entre las Hojas,
Uzumaki Naruto...!
II
En medio de la noche, la fría brisa arenosa entraba por entre las cortinas de su habitación, de alguna forma aquella calidez de la que era fuertemente envidiado y afortunado a la vez en poseer, no se hallaba por ningún lado; su habitación yacía fría, sola, sin un atisbo de él.
- Me prometió que estaría aquí para el amanecer -Pensaba al tiempo en que cubría su piel un poco para asomarse por la ventana una vez más- En la aldea cada uno de ellos me necesita para protegerles, pero tú no estás y yo te necesito a ti, tú lo prometiste, por favor no me falles -Viendo como la oscuridad, en su momento pleno inundaba toda la Aldea que embargada de plena seguridad, retozaba tranquila sabiendo que su máx. Líder estaba allí para protegerles.
- ¿Papi? -Mascullaba un pequeño bultito de cabello rojo y ojos tan azules como el cielo que se asomaba por entre las sabanas, viéndole entre dormido y con un deje de curiosidad que ya conocía perfectamente.
- Pensé estabas dormido mi amor -Sonriéndole a su hijo, parte de su más grande tesoro- ¿También lo extrañas? -Observando como su pequeño efectuaba un puchero para con sus manitas comenzar a limpiar sus lágrimas y así elevar sus brazos hacia el- Ya llegará, estoy seguro también piensa en nosotros en este preciso momento ya quisiera estar aquí -Sonriéndole al niño que se abrazaba a su cuello para darle un beso en la mejilla e invitarle a dormir con él.
- Papi quiere, con nosotros, papi y yo y tu -Balbuceaba el pequeño que entre sollozos bostezaba acurrucado en el regazo del Kage.
- Si, nos quiere mucho -Besando su cabello completamente brillante y recordando con tristeza como desde hace ya algún tiempo su esposo había partido a cumplir sus funciones, luego de haber tomado vacaciones, su hijo le extrañaba; él le extrañaba, un clon ya no era suficiente, no era el completamente- Naruto, me haces tanta falta Uzumaki -Recordando aquella última noche en que se entregó a su amor antes de partir, a cada caricia y a cada beso suyo- Naruto, ven por favor -Tratando de ahogar el quejido que amenazaba por salir, acompañado de un par de ojos iluminados por las lágrimas que nunca pretendían hacerle caso alguno.
Pronto, sus ojos cansados dejaron de mirar para totalmente dormidos, aguardar a los primeros rayos del sol, que imponente, desde muy temprano comenzaba su faena en la gran Aldea de la Arena,
Y entonces, como un milagro de los cielos, le sintió… Su olor... Su manera de llegar... Esa caricia que recordaba cada día de su vida, ese rozar de labios en sus mejillas.
- He llegado, ya estoy aquí ttebayo -Decía totalmente fascinado un rubio elegante que con un niño cargado completamente feliz, le sonreía pícaramente y con una felicidad que no le cabía en el pecho- Despierte Kasekage-dono, despierta mi cielo.
- Papi otra vez -Le decía el niño señalando al pelirrojo, cómplice de todo, a lo que su padre volvió a intentar rozar sus labios con la mejilla pálida del joven siendo sorpresivamente recibido por dos labios que demandantes le engullían por completo en un beso apasionado y lleno de ansiedad.
- Te extrañe mi amor -Le miraba serio para luego abrazarse fuertemente a su esposo- Otro clon -Pensó algo alterado para ser ayudado a vestirse y ser recibido con un desayuno apetitoso, como cada uno de los días en su ausencia- No eres tu Uzumaki… -Mirándole y sintiendo instantáneamente como una parte de él faltaba, como si su amado esposo, su compañero, su amigo y amante, estuviese presente en un sueño, nada tangible o real, solo utopía de su rubio, parte incompleta del hombre que logro cambiarle, que le daba las mejores noches que un humano cualquiera pudiese llegar a vivir… Que le había dado a su hijo- Naruto no eres tú… -Viéndole con una expresión llena de tristeza mientras esta vez un sorpresivo beso llegaba a su mejilla, al tiempo en que el rubio le pasaba el niño a su nana; que con gran cariño le recibía en brazos para salir de la habitación.
- Debes bañarte mi cielo… -Viendo como el chico que poseía su mismo carácter, pataleaba y amenazaba con romper a llorar, totalmente aversivo al agua- Luego estarás todo el día con nosotros mi niño, estoy aquí ttebayo, contigo y con papi -Viendo ya más tranquilo al chico, que se dejó hacer con su nana.
- Tiene miedo, de que, te vayas otra vez. Un clon no es suficiente Naruto, nuestro hijos te necesita, necesita de su padre, yo, yo te necesito -Siendo callado por un beso y sintiendo como al parecer un objeto anillaba su dedo, sintiendo como el shakra de su esposo se estabilizaba y el suyo propio también, ya no sentía aquella pesadez en su cuerpo, ya no sentía cansancio alguno.
- Me costó encontrarlo Gaa-chan… Pero al fin pude hacerlo mi amor, Sakura me ayudo y lo mejor es que se ajusta al dedo -Mordiendo levemente sus labios con deseo para luego besarle sonriente y de forma protectora- Te amo tanto -Elevándole delicadamente de la cintura para acomodarle sobre sí mismo y besarle como nunca-Ya no habrá más clones -Besando delicadamente su cuello- Ni para nuestro hijo, ni para ti - Viéndole directamente a los ojos mientras sus manos delineaban delicadamente sus labios, sus mejillas, sus rasgos- Pero tienes razón dattebayo… No estoy completo aún…
Flashback
- Me costó encontrarlo, pero con ayuda de Sakura pude hallarlo rápido. Tal como querías, con el puedes lograr el equilibrio perfecto de ambos shakras. El será tu complemento y tú el suyo; más si el Concejo de ambas Aldeas se entera, te destituirán Naruto, a ti, a él posiblemente y a mí -Viendo como su amigo parecía ignorar todo lo dicho y lleno de alegría le abrazaba efusivamente; para recibir en un sobre lo que sería el mejor regalo que jamás haya tenido el Kasekage de la Aldea de la Arena- Fue problemático, pero como es una joya que pertenecía por derecho a Lady Tsunade no hubo problema alguno… Acepto gustosa a entregártelo.
- Arigato Shikamaru, dale las gracias a Sakura- chan de mi parte y a Oba-chan, Muchas gracias amigo… Debo irme ya ttebayo -Abrazándole para hacer una seña a un no tan pequeño Konohamaru, era hora de partir.
- Espera Naruto, antes de dárselo debes activar el jutsu, en esta hoja se te indica como… -Entregándole un pergamino que parecía ser bastante antiguo. Con la firma de tal vez uno de los más grandes Shinobi en la historia de Konoha: Hashirama S.- Ahora corre o encontrarás a Shukako destruyendo toda la Aldea je -Viendo como este corría a toda velocidad, seguido de su equipo rumbo a su hogar.
Fin flashback
- Y por eso sientes que aún una parte de mí no está aquí, con ustedes. Es porque ahora soy un ser incompleto, el anillo solo es un vínculo entre ambos, me he unido a ti Gaara… Solo reafirmo lo que siempre te he dicho… Soy tuyo -Sonriéndole esperando su reacción; después de más de 5 años, no se acostumbraba a la expresión enigmática de su esposo al pensar- ¿Gaa-chan? -Acariciando suavemente su mejilla con uno de sus dedos.
- ¿Cómo se supone que?, ¿Cómo podré unirme a ti completamente si no lo hacemos como solo quienes se aman pueden hacerlo? -Sonriéndole para ver como la cara del Namikaze tomaba un color rojo carmesí- Hmm… Entiendo… -Volteando hacia un lado y viendo como de entre la ventana, un hilo de arena se movía rápidamente hacia el seguro de la puerta cerrándola completamente.
Pronto, sin ninguna prenda alguna y sintiendo como desde hace minutos su esposo ya se encontraba totalmente preparado, sentía como se sentaba completamente sobre él, Engulléndolo su miembro, sintiendo como una especie de corriente eléctrica era emanada del anillo para unirles en un fuerte éxtasis, eran ambos un solo ser… El anillo tenía ese poder.
Perteneció al gran Sabio y Hashirama al encontrarlo nunca pudo usarlo, Kyubi nunca se lo permitió estando dentro de su portadora (de su contenedor), pero esta vez ninguno de los dos bijuus harían absolutamente nada. Simplemente estaban totalmente de acuerdo. Tan solo desaparecieron dejando un momento de privacidad e intimidad a sus portadores… El momento de unirse para siempre en un lazo irrompible.
- Feliz cumpleaños Gaara… Te amo mi amor… -Viendo como su esposo completamente exhausto se dejaba caer en su pecho suavemente para con un suspiro dar las gracias de la mejor forma en que se le ocurría.
Te amo Naruto… -Sintiendo como este salía de su interior lentamente, al tiempo en que la arena elevaba una sábana para cubrirlos a ambos- También te amo, gracias.
- Mi Gaara… Mi vida… Feliz cumpleaños ttebayo…