-Maldita bruja-farfullo Rogue cabreado entrando con todo a la cocina. Tira los platos con rabia al lavabo, le da lo mismo si se rompía los costosos trastos especiales del ama, se había pasado y lo peor de todo es que ella lo sabía. Todo lo que dijo fue a propósito, ella sabía lo que hacía Sting con él, fue un ataque directo a su orgullo-Maldita bruja-insulto de nuevo al aire empezando a limpiar con rabia.
Ya eran la una de la mañana y Rogue había terminado de limpiar el comedor y la cocina, se sentía exhausto, frustrado y dolido emocionalmente pero vuelve a su semblante frío recogió los restos de comida y la lleva a al sótano o como le dice Sherry “el intento de cuarto” que comparte con Gray.
Entra y baja las escaleras a oscuras, se sostiene de la pared para no tropezarse, los escalones de madera rechinaba feamente y como no, si parecía que en cualquier momento cedería. Rogue suspiro cansado, logro que los restos de comida llegasen a salvo al cuarto. Prendió la bombilla amarillenta y sucia.
-Titila igual que una estrella-comento Gray
-¿Qué haces despierto? –
-Me despertó las escaleras- le contesto sonriente y Rogue le corresponde la sonrisa.
-Bien, no quería despertarte –se acerca a donde está Gray- Hoy hay puré de papas y carne.
Gray sonríe y se acomoda en su cama poniéndose boca abajo si se sentaba su cabeza chocaría con el techo.
-Huele delicioso- dice feliz
-Así es…la cena parece haber sido un éxito-murmura Rogue recordando la conversación y dándole a la vez el plato con los restos al peli azul.
-¿Ah sí?-come un poco mientras observa a Rogue que se sienta en su colchón- ¿De qué hablaron en la cena?
-…Del cumpleaños del ama Lucy, de las notas del amo Sting y la llegada del amo Natsu-dice sin animo Rogue empezando a comer.
-…-Gray se sonrojo un poco por el nombramiento del joven amo-… ¿y qué te parece?-
-¿Quién?-
-Pu-pues… el amo Natsu-murmura Gray avergonzado por preguntar.
-Mmm…-Rogue alza los hombros indiferente terminando de comer- Parece alguien orgulloso, con mucha energía-frunce el ceño ante eso- el típico héroe idiota de las series para niños-finalizo su descripción.
-Tu siempre tan directo-río Gray
-Sí, sí. Siempre soy así- le contesto de igual forma tomando el plato vació de Gray-Bien, haz comido todas tus verduras-le comenta burló. Gray le muestra la lengua de forma infantil, Rogue solo gira los ojos y se va arriba- Trata de dormir, a las seis nos despertamos.
-Está bien-le dice Gray bostezando mientras se refriega los ojos- Tu limpia rápido los platos, debes descansar-le avisa.
-Lo are Gray-le sonríe-buenas noches -
-Buenas noches-le dice Gray cerrándole los ojos, se tapa con las mantas usadas durmiéndose al instante, el haber comido le había producido mucho sueño.
Esa noche Gray soñó con tierras nevadas, un castillo de cristal y un caballero de armadura roja de ojos verdes. Charlo con él de cosas que jamás le dijo a nadie, le gusto tener un amigo.
Esa noche, Natsu soñó que estaba en una habitación iluminada, escuchaba el canto de un hermoso pájaro, el pájaro estaba encerrado en una jaula de cristal. Natsu se quedó observando al pájaro dudando de si abrirle la jaula.
Esa noche, Lucy soñó con una familia unida, veía a su madre más sonriente al lado de su padre. Él les trataba mejor, incluso les conversaba con cariño y Natsu le tomaba de la mano, le sonreía con amor, simple y puro amor.
Esa noche, Sting soñó en un jardín lleno de bellas flores, había muchas clases y todas eran hermosas, buscó las tijeras de jardín para cortar algunas cuando le llama la atención dos flores en especial, eran las únicas rosas en todo el jardín pero era de distinto color, una era azul y la otra era roja, Sting dudo cual cortar.
Esa noche, Rogue no durmió, se quedó despierto arriba en el techo de la mansión, fumando sumido en sus pensamientos. Se quedó un largo rato viendo las estrellas, luego el amanecer y por fin el sol completo. Tomo una última calada de su décimo cigarro para después guardarlos en un hueco que había en el techo.
-Hora de trabajar-
Gray se levanta medio adormilado al escuchar el agua de la canaleta prendida, Rogue se estaba bañando supuso, así que con cuidado sale de la cama sin chocarse con el techo, logra apoyar sus pies descalzos en el frío y terroso suelo. Tembló ante eso pero sonrío, ya se estaba despertando y eso le alegraba.
-Podre hacer un buen trabajo-se dijo para animarse. En eso Rogue sale desnudo del baño y Gray ni se inmuto, no tenían toallas para secarse y el baño era muy pequeño para cambiarse, debían hacerlo así todas las mañanas-¿Cómo está el agua?-
-Tan fría como mi corazón-le dice con burla el pelinegro. Gray ríe y ve como Rogue a pesar de estar temblando levemente va a la pequeña canasta donde está su ropa-¿Tengo algo?-pregunto Rogue algo inquieto por la mirada de su amigo.
-No, solo ojeras ¿Seguro que dormiste bien?-pregunta preocupado sacándose el piyama quedando desnudo al frente de Rogue.
-Si mamá dormí bien-habla fastidiado abrochándose la camisa-¿De qué te encargaras hoy?
-Déjame el salón y el jardín, lo otro ya veremos –le dice Gray sintiendo como su amigo no quería hablar de eso-Buenos días Rogue-le sonríe con cariño para ingresar al baño a ducharse.
Rogue suspira cansado, si no fuera por el agua fría se hubiera dormido en su cama y le hubiera dado lo mismo todo. Sube las ruidosas escaleras sin antes decir con algo de pudor.
-Buenos días Gray-
Diadema puesta de forma perfecta, el cabello bien acomodado, la falda acicalada, el delantal blanco y limpio, sin arrugas en el traje y los zapatos lustrados, brillantes y…
-Perfecto-sonríe sincero Gray delante del espejo. Tomo la escoba y con esmero empezó a barrer el gran salón, quien después debería trapearlo, limpiar los veintiún muebles, sacar el polvo en los cuarenta cuadros dejando a lo último, las ventanas y el hermoso y colosal espejo que había en medio de todo el salón, aquel con el que se ayudaba a arreglarse- Hoy alegrare al ama-
Rogue fue al garaje, en ella se encontraba la colección de autos del amo Sting. Este siempre se enojaba o hacía “berrinche de niño”, como lo describe el pelinegro, si sus quince autos no estaban limpios para cuando despertara.
Cinco ferraris, tres Lamborghini, cuatro Mercedes Benz, dos malditos Bugatti y un puto Aston, aunque el auto no tenía nada malo, a Rogue les encantaba ¿y cómo no hacerlo? Recuerda con melancolía lo contento que se ponía al encontrar las revistas de autos en las bolsas de basura cuando buscaba comida, hubiera muerto de hambre de no ser por el berrinche de un pequeño niño rubio que reclamaba a gritos como de su propiedad...
Se frota rápidamente el rostro molesto de las lágrimas que trataban de salir, tal vez no había sido buena idea desvelarse en la noche.
-Ni se te ocurra decaer, idiota- se dice serio mientras limpiaba las ventanas del Aston