Ensayo de confesión
Te paraste frente a él, lo miraste a los ojos fijamente, sentías tu cara arder como nunca antes y tus piernas estaban temblando. Dentro de tu cabeza todo era un desastre tratando de encontrar las palabras correctas para decirlo. Era ahora o nunca.
-¡Tú realmente me gustas!- gritaste cerrando tus ojos con fuerza evitando mirarlo a la cara.
-… ¿¡Heeh!?- escuchaste decir de su parte.
¿¡Qué demonios habías hecho!?
-…Yo…Solo…- No sabías que decir, tu mente estaba completamente en blanco, miraste su rostro que también se había puesto rojo y te miraba totalmente confundido, con su nariz levemente arrogada dando a demostrar que estaba frustrado al no entender a que viene esto, esto era demasiado para ti, no podías con tanta presión, ¡tenías que hacer algo ya!- ¡E-Es verdad! Kageyama ¿Cómo estuvo?-
-¿Qué?- se veía en su rostro que no estaba entendiendo nada de lo que decías.
-¿No me digas que de verdad te lo creíste? ¡Solo era un ensayo!- dijiste mientras caminabas hacia la salida del instituto seguido de Kageyama.
-¿E-Ensayo?- volteaste a verlo para darte cuenta de que aun tenía una cara de confusión.
-Sí, el ensayo de mi confesión- dijiste con una sonrisa -¡Hey, Dime, Dime! ¿Te gustó? ¿Estás sorprendido? Seguro te sorprendiste- comenzaste a preguntarle enérgicamente ansioso de su respuesta. Te detuviste cuando viste que hacia una cara rara, no estaba mirándote pero su rostro era extraño, parecía frustrado- *¿Estará molesto?*- pensaste sin dejar de mirarlo.
-¿Qué te parece si vamos enserio?- dijo cruzando sus brazos detrás de su cabeza en una pose despreocupada, sentiste tu cara arder aun más por lo que dijo y golpeaste su espalda.
- ¡C-Cállate! ¡No juegues con cosas como esa! - te le quedaste viendo haciendo un puchero involuntario, el te miro por unos segundos antes de pellizcar tu mejilla con fuerza- ¡Ay! - te quejaste quitando su mano de un tirón.
-Solo era una broma, Hinata Idiota- dijo para seguir caminando como lo estaba haciendo recién.
-Si…- dijiste con una leve sonrisa, estabas algo decepcionado por eso pero no sería lo mejor pensar mucho en eso- Como sea. ¡Kageyama, Antes de ir a casa, vamos a tomar algo otra vez!- dijiste mirándolo con ojos esperanzador.
-Estoy a tu lado, no tiene que gritarme- dijo golpeando levemente tu cabeza- Esta bien-
Caminaron un buen rato por el centro viendo las vitrinas de algunas tiendas, entraron en una tienda de videos juegues para ver los nuevos estrenos, aun rondaba en tu cabeza el tema de la confesión fallida, tenías todo preparado para confesártele a Kageyama pero al ver su reacción te dio miedo y olvidaste todo lo que ibas a decirle, cuando estabas con él sueles olvidarte de todo y todos. Salieron de la tienda sin nada en mano, al final no compraron nada y caminaban de nuevo un rato en completo silencio. Por la rabillo del ojo notaste que Kageyama aun tenía una expresión extraña como si algo le molestara desde hace rato.
-Ne, Kageyama- dijiste sin cruzar miradas con él, solo contemplabas que casualmente una pareja pasaba por la otra calle tomadas de la mano y riendo un poco- Mañana voy a confesarme a la persona que me gusta, así que, no importa qué, tienes que apoyarme- volteaste a mirarlo notando que por un momento el también miro a la misma pareja antes de mirarte a ti- Promételo- dijiste deteniéndote y extendiendo tu mano mostrándole tu dedo meñique.
-¿P-Porqué yo?- dijo al parecer algo incomodo y desvió su mirada de la tuya.
-Porque eres mi mejor amigo- incluso esas palabras te dolieron a ti. El por fin volvió a verte y se quedo callado por unos segundos, luego unió sus dedos sellando el trato- Bien, lo prometo- dijo derrotado.
Se quedaron así por un rato y al darse cuando de que aun tenían las manos unidas se separaron rápidamente mirando al lado contrario con la cara roja y siguieron caminando.
-…No estamos ya muy grandes para hacer esta clase de cosas- habló Kageyama después de unos minutos refiriéndose al cerrar la promesa uniendo sus dedos.
-Creo que si- dijiste riendo un poco, de verdad era algo tonto si lo pensabas mejor.
-Y… ¿Quién es la persona que te gusta?- te pusiste nervioso cuando pregunto esto, aunque sonó como si a él le costara mucho haber dicho esas palaras.
-Yo…Este… V-Veras… Eso- comenzaste a balbucear con la cara completamente roja y moviendo tus manos frete a ti nervioso- ¡L-Lo sabrás mañana!- dijiste antes de salir corriendo como un demente.
-¡Hinata Idiota! ¡Vuelve aquí!- le escuchaste gritar a lo lejos.
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Saliste de la tina tomando una toalla y la amarraste en tu cintura, te viste al espejo que se encontraba sobre el lavamanos y tu rostro adquirió un fuerte rojo al recordar de nuevo lo que había pasado horas atrás. Al salir te vestiste rápidamente y te tiraste a la cama boca abajo.
-¡Ha! ¡Odio esto!- comenzaste a dar vueltas en la cama como todo un demente y gritando que eres un idiota a todo pulmón, estabas haciendo tanto escándalo que Natsu tuvo que ir a golpearte para que te tranquilizaras.
Miraste tu celular que descansaba en la mesa de noche al lado de tu cama, lo tomaste y la pantalla se ilumino dejando ver tu fondo de pantalla que era una foto tuya con Kageyama comienzo un tazón de arroz cada uno como si su vida dependiera de ello. Aquel día Kageyama iba a quedarse a dormir en tu casa y estaban muy hambrientos ya que practicaron hasta que ya no podían levantarse del suelo, Natsu tomó tu teléfono sin permiso y tomó esa foto, te pareció buena y no quisiste borrarla, además es la primera foto que te tomas con él.
Abriste el icono de mensajes y comenzaste a escribir.
Enviado 20:43 pm
Kageyamaa!!! >o<
¿Mañana me dejarías practicar de nuevo contigo?
Sé que es algo egoísta de mi parte pero me siento muy nervioso por todo esto y creo que necesito hacerlo. u_u
¡Por favooooor! q_q
Leíste de nuevo el mensaje después de enviarlo y te sorprendió obtener una respuesta casi inmediata.
Recibido 20:43 pm
Eres muy molesto idiota.
Y si, es muy egoísta de tu parte, No entiendo porqué tengo que ser yo quien te ayude ¬¬
Pero qué más da, te lo prometí después de todo.
Sonreíste como un tonto al revivir su mensaje, incluso lo leíste un par de veces antes de responder.
Enviado 20:45 pm
Gracias, Kageyama!! :DD
Por cierto, ponte serio cuando este practicando, sino vas a arruinarlo y no pobre hacerlo bien. ù.ú
Recibido 20:49
Exiges mucho e_e
Deberías poner hacerlo sin tener que practicar u.ú
Esto también es incomodo para mi ¿Sabes?
Pero está bien, hare mi mayor esfuerzo.
Tengo algo que hacer, hablamos mañana.
Y así termino su pequeña conversación, esperando a que Kageyama respondiera, que releyeras sus mensajes y luego tu responder, terminaste en el sueño de cabeza con sus pie es la pared observando el teléfono.
Suspiraste con cansancio y frustración por alguna extraña razón, por lo que tu teléfono pago las consecuencias, lo lanzaste a cualquier lugar de cuarto y pataleaste un poco un la pared. Luego arrepentido te levantaste, lo recogiste y te tiraste en la cama de nuevo esperando a que te llamaran para ir a cenar y luego poder ir a dormir.
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Por alguna extraña razón amaneciste más imperativo y alegre de lo normal, te comenzaste a vestir yendo de un lado a otro en tu habitación tarareando cualquier canción que se te viniera a la cabeza.
-¡Ya me voy!- gritaste desde la entrada de tu casa mientras te ponías los zapatos, ya habías desayunado y tu madre y hermana se encontraban paradas detrás de ti despidiéndote, le diste un beso a tu madre en la mejilla y uno en la frente a Natsu que estaba más dormida que despierta, apenas y le escuchaste susurras un “Adiós” mientras se frotaba uno de sus ojos con su pequeña manita.
Saliste corriendo de tu casa como de costumbre, esta vez no ibas tarde como normalmente, solo que por alguna razón estabas feliz y no podías quedarte tranquilo.
Al llegar al instituto saludaste a todos tus compañeros de equipo como siempre, Nishinoya y Tanaka se haciendo bromas entre ellos mientras Asahi trataba de tranquilizarlos. Daichi y Suga hablaban tranquilamente y de vez en cuando los “calienta bancas”, Narita, Enoochita y Kinoshita, se comentaban algo a su conversación. Tú, Kageyama, Tsukishima y Yamaguchi estaban hablando de lo más “normal”, de vez en cuando Tsukishima soltaba uno que otro comentario sarcástico que tú obviamente le respondías enojado. Notaste que Kageyama estaba algo distraído ya que no respondió las molestias del más alto, solo las ignoraba, y siendo Kageyama, lo mínimo que podía hacer era responder igual que tu lo hacías.
Las clases transcurrieron como normalmente, estabas aburrido y en vez de copiar apuntes dibujabas garabatos en la última página de tu cuaderno, después de dabas cuenta que iría para un examen y ahora tenias que pedirle a alguien que no fuera Kageyama que te prestara sus apuntes, principalmente porque él tampoco los copió.
Ya al finalizar el día, cuando todos estaban en la última clase ya casi listos guardando sus materias le estudio, tus manos comenzaron a temblar, todo tu cuerpo comenzó a temblar la verdad, ya era el momento y estabas nervoso otra vez. Cuando te diste cuenta todos ya habían salido y tu no habías guardado tus cosas, lo hiciste lo más rápido que pudiste y cuando volteaste te diste cuenta de que Kageyama cruzaba la puerta rápidamente.
-¡Espera!- gritaste corriendo a donde él que ya iba a mitad del pasillo- K-Kageyama recuerda que hoy vas a ayudarme a…- el te interrumpió.
-Ah cierto, te deseo mucha suerte idiota, pensé que no era necesario que lo practicaras otra vez, el de ayer estuvo…bien- bajo la cabeza después de eso y tu lo miraste confundido- Yo…tengo que hacer algo ahora así que, mañana me dirás quien era esa persona- dijo ya listo para irse, solo dio dos pasos más antes de que tu volvieras a detenerlo.
-¡Oye!- el volteó a verte de nuevo sin entender tu extraño comportamiento, otra vez estaba tan nervioso que tus manso estaban sudando y tu voz temblaba un poco- Yo…L-Lamento hacerte mentido ayer pero la verdad es que…- callaste unos segundo espirando hondo y lo miraste a la cara, esto era tan nuevo y vergonzoso para ti que sentías tus ojos dilatarse, las palabras no querían salir de tu boca- ¡T-Tu eres la persona que me gusta!- Kageyama abrió aun más sus ojos, te mordiste el labio inferior completamente avergonzado y no pudiste sostenerle más la mirada, apretaste tus puños con fuerza y seguiste hablando- Yo…L-Lo siento pero, comencé a enamorarme de ti y…Solo no quiero dejemos de ser amigos por algo como esto-
-Hinata…Acabas de decir…- su voz se apagó después de eso, como si esperara que tu terminaras su oración. Frustrado ya que sabias que parecías un tonto, tapaste tus ojos con una de tus manos evitando que vea que hay lágrimas queriendo salir.
-N-No me hagas repetirlo Idiota, esto es vergonzoso- dijiste sin quitar tu manos, suspiraste tratando de calmarte.
-…Hinata- escuchaste sus pasos que se acercaban a ti y sin descubrir tus ojos los cerraste con fuerza, Kageyama tomo tus muñecas, tu lo miraste aun cohibido y nervioso encogiendo un poco sus hombros- Tu también me gustas- con una voz firme y una sonrisa te lo dijo como si fuera lo más normal del mundo.
-…..-
-.….-
-...Buaaaa!!!-
-¡N-No llores como un idiota, Idiota!- te gritó antes de abrazarte con una cara frustrada y sonrojada, te aferraste a él fuertemente escondiendo tu rostro aun sin poder crees lo que acababa de pasar. Estuvieron así por un rato hasta que tú te tranquilizaste un poco, sin decir nada simplemente comenzaron a caminar hacia la cancha de Vóley.
Terminaron la práctica tarde otra vez, ambos bostezaban de vez en cuando mientras caminaban uno al lado del otro, de vez en cuando discretamente mirabas a Kageyama por unos segundos y volvías tu mirada a otro lado muy sonrojado, y así un par de veces. Sin querer chocaste tu mano con la suya y temblaste, no sabias si tomarla o no y nuevamente estaba muy nervioso, antes de que decidieras que hacer Kageyama ya había tomado tu mano y entrelazado sus dedos sin dejar de mirar al frente, te pusiste aun más nervioso que antes e incluso casi saltas cuando volteo a mirarte deteniendo sus pasos, tu no separaste tu vista de él y apretaste su mano levemente cuando lo viste acercarse lentamente a ti, cerraste tus ojos antes de sentir sus cálidos labios sobre los tuyos, era un beso inocente, casi un rose, como si tuviera miedo de que algo salga mal, él también apretaba tu mano con fuerza demostrando que también estaba nervioso. Cuando lo sentiste separarte de ti se quedaron un par de segundo mirándose y le diste una de esas sonrisas tan brillantes y puras que solo tu podías tener, el te sonrió de vuelta y sin soltar sus manos solo siguieron caminando cada uno con una sonrisa de oreja a oreja.
-…*~FIN~*…-