—Entonces, ¿qué quieres desayunar? —el mayor miraba la alacena sin parar
El chino, por su parte, admiraba como su amigo lucía esos bermudas mostazas con múltiples bolsillos acompañados de una playera blanca que permitía ver sus brazos ejercitados.
Se sentía como la vecina del último piso del condominio que miraba a hurtadillas a su guapísimo vecino mientras lavaba su auto todos los sábados por la tarde.
Había sido buena decisión decirle a su amigo que se cambiara el pijama para que no la ensuciase.
—¿Vas a decirme algo? —se giró viendo al pelinegro, quien intentaba disimular como babeaba ante su vestimenta
—No lo sé, me gustan todas tus comidas —confesó
El coreano sonrió ante el halago.
—En ese caso prepararé lo que encuentre
Eso era cierto, el menor adoraba todo lo que preparara el contrario. No necesariamente por su enamoramiento, sino porque simplemente este era innato en esta actividad.
Al cabo de 20 minutos y 5 crujidos de estómago de parte del menor, la comida estuvo servida y lista para comer.
Yixing comenzó a devorar los alimentos puestos en el plato, todo era delicioso para su paladar.
El castaño sonrió al ver como este se deleitaba con su preparación, pero reprimió una carcajada al ver como su rostro estaba bañado con pequeñas sobras de avena y tostadas francesas.
—Deberías dejar de comer tan salvaje – rió mientras limpiaba el rostro ajeno con todas las servilletas que había en la mesa
El menor sentía sus mejillas calentarse cual tetera hirviendo, no podía con tal tacto ajeno, era demasiado para él.
A pesar de haber visto esa escena en miles de doramas, a pesar de haberlo visto en miles de películas cursis, era su forma de comer y no reparaba en cambiarlo. Y no pensó en ese desenlace tan cliché que vivía en ese momento.
Una vez que su rostro estuviese limpio, el coreano se alejó, terminando de comer su ración del desayuno.
El pelinegro tragó saliva, llevando su plato al lavadero para dejarlo pulcro.
Al igual que mi rostro.
Esa pequeña voz se coló entre tus pensamientos, haciendo que se volviese a ruborizar.
Sintió la cercanía del contrario cuando este dejo su plato dentro del lavadero, su respiración choco con su cuello, provocando que los cabellos de su nuca se erizaran. Aguantó un escalofrío con todo su ser.
—Aprovechando que aún estás aquí, ¿qué quieres almorzar? — preguntó desde el mueble
—Pues… —piensa mientras sus nervios se desvanecen un poco— ¡Una sopa de carne! Te salen deliciosas
—Creo que si hay algo para prepararla— pensó en voz alta— Mejor iré a comprar
Yixing tenía ganas de impedirle que salga del apartamento, pues sabe que la misma vecina que mira al joven que lava autos como si no hubiese un mañana mira a todos los chicos guapos del condominio.
¡Por supuesto que no dejará que esa calentona se lo coma con la mirada! Más encima si lleva tal conjunto…
El chino se hundió en sus fantasías, dándole tiempo al contrario para hacer una lista y salir en busca de los implementos para la comida.
Una vez que la puerta se cerró el menor despertó de su ensoñación, dándose cuenta de su derrota.
—¡Maldito bermudas! —solloza, aunque su imaginación vuelve a trabajar sin descanso
Al cabo de unos 15 minutos el joven volvió con cuatro bolsas en las manos, repartidas equitativamente para equilibrar el peso.
—¿Qué pasa, Yixing? —pregunta dejando las compras en la cocina
—N-Nada —responde recomponiéndose ante sus fantasías
El castaño lo miró no muy convencido.
Conocía esas reacciones. Recuerda que una vez escuchó como le confesaba a Jongdae que gustaba de alguien y que por ello se distraía mucho en clase. Desde ese día se dio cuenta de cuando su amigo fantaseaba y ahora sabía que la razón no era la nueva película de Brad Pitt.
Sintió su sangre hervir cuando notó eso.
El chino no debía pensar en nadie, porque él debía ser su única prioridad, por ser amigos.
Junmyeon sintió ahora como el estómago se le revolvía.
Se apresuró en guardar todo lo comprado en su respectivo lugar, evitando destrozar el kilo de huevos en sus manos, producto de la rabia.
—Voy a preparar el almuerzo —masculló azotando la puerta del refrigerador
Su amigo no tardó en notar la molestia del contrario, sintiéndose alarmado por su enojo.
—¿Junmyeon? ¿Estás bien?
—Si —respondió intentando reproducir el tono más convincente que tenía
El menor frunció los labios sin estar convencido.
—Espero que la comida te salga deliciosa —susurró dejando un beso en su mejilla
La cereza en el pastel.
Los sentidos del alto se adormecieron cuando los suaves labios ajenos rozaron su piel.
Yixing sintió ese zoológico dentro de su estómago descontrolarse mientras huía a la comodidad de su habitación.
***
—¡Ya está listo el almuerzo! —gritó el mayor desde la cocina
El pelinegro saltó de su cama, dejando de lado su laptop y cualquier otra actividad que ejecutaba para llegar cuanto antes a la pequeña mesa que intentaba simular un comedor.
—Huele delicioso —señaló olfateando el humo que salía de los plantos hondos
—Gracias —sonrió ladinamente
No pasó ni tres segundos antes de que la cuchara al lado derecho del chino fuera tomada para poder proceder a comer con algo de salvajismo la comida del contrario, como en la mañana.
—¡Waa!~ ¡Mira los fideos!
Yixing mostró emocionado los ingredientes mencionados de la sopa: fideos en forma de letras.
Este parecía un niño de 4 años mientras comenzaba a escoger la pasta y formar diferentes palabras y oraciones.
—Me alegra que te gustase el detalle —comunicó el mayor
El pelinegro asintió, retomando su actividad.
Cerca de 40 minutos pasaron y el bajo seguía sentado en la mesa circular para cinco personas, formando todo tipo de palabras con los fideos en forma de letras. Desde su nombre hasta el de su tortuga fallecida hace 18 años.
Junmyeon había desistido en convencer al contrario de dejar de jugar con la comida que había preparado.
—¡Oh! Inclusive puedo formar: “Vecina necesitada”
—¿Y eso? —preguntó acercándose a él para apreciar su plato hondo únicamente con las frases hechas de comida
—Yo me entiendo
Mientras Yixing se comía el resto de sus alimentos, o frases, la puerta principal fue tocada frenéticamente.
—¡Ya voy! ¡Ya voy!
El más alto caminó hacia la entrada, tirando del picaporte y poder así ver a diez chicos aglomerados en el umbral de esta.
—¡Hola! —saludaron en coro
—Hola —respondió el castaño dejándolos pasar— ¿A qué se debe su visita?
—Solo pasábamos por aquí —Baekhyun respondió mirando algo divertido a Chanyeol
El dueño del apartamento los miró desconfiado.
Los no invitados se acomodaron en los muebles del lugar.
Como solo eran capaces de albergar a 5 personas en total, las parejas se las ingeniaron para entrar.
En el sofá de 3 personas; YiFan sentó a Tao entre sus piernas, Sehun se sentó en el suelo para poder recostar su cabeza en el regazo de Luhan y Chanyeol se desparramó en el espacio que quedaba mientras que tomaba la mano de su novio quien permanecía sentado en la bracera.
En el sofá de 2 personas; Kyungsoo y Jongin se las habían arreglado para entrar en un puesto, ya que Jongdae se había esmerado en echarse verticalmente sobre los muslos de Minseok, pero a pesar del corto espacio el menor recostaba su cabeza en la de su pareja.
Junmyeon se sentó en el mueble unitario.
—Ya que solo pasaban por aquí, ¿por qué…
—…decidieron hacer acto de presencia? —el menor completó la frase ajena
Algunos miraron enternecidos la escena.
Yixing caminó hasta su compañero de departamento, sentándose en sus piernas, este rodeó automáticamente su cintura con sus brazos para luego acomodar su rostro en el hueco del hombro contrario.
La mayoría de chicos compartieron miradas cómplices.
—Solo queríamos verlos —la sonrisa de comercial de dentífrico perteneciente a YiFan no daba mucho de qué confiar
—Sí, claro
La sutil risa del coreano chocó contra el cuello de su amigo, provocando que los vellos de su nuca se erizaran como hace unas horas.
—Como sea, queremos mostrarte algo, Junmyeon —habló Sehun
—En ese caso, iré a hacer un par de tareas de la universidad —comunicó el otro dueño del lugar
El chino se levantó del regazo ajeno, dirigiéndose a su habitación.
Las mariposas de su estómago dejaban de revolotear tanto.
Los diez chicos esperaron a que la puerta de su cuarto fuese cerrada.
—Entonces, ¿ya son novios? —preguntó Jongin sin descaro
—¿Quiénes?
—Junmyeon, no te hagas el loco —regañó Minseok— Aún no has dado ese gran paso con Yixing, ¿no?
—Con que por eso vinieron —razonó
—Ya nos esperábamos algo así —añadió Kyungsoo
Los jóvenes suspiraron decepcionados. Al menos 8 de los 10 tenían la esperanza de enterarse sobre algún avance entre esos dos.
Entre parejas comenzaron a dar pequeños comentarios, excluyendo a la causa de la discusión. Este comenzaba a aburrirse.
Se levantó ligeramente del sillón, pero ni bien se movió todas las miradas se volvieron hacia él.
—¿A dónde crees que vas? —acusó Tao
—No hemos terminado contigo —atajó Luhan serio a pesar de acariciar el cabello de su novio como si de un gato se tratase
—Dejen de excluirme entonces —volvió a acomodarse en el asiento
—Ahora resulta que quiere ser el centro de atención —rió Chanyeol
—¿Van a ir al punto?
De nuevo se compartieron miradas y ligeros murmullos.
—Gracias a los resultados, —explicó Jongdae— casi nulos, que dan tus intentos de estar con nuestro querido Yixing —el aludido se cruzó de brazos, como si lo hubiesen regañado— hemos discutido en varias ocasiones y finalmente llegamos a un arreglo.
El castaño estuvo a punto de replicar, pero recibió el mismo caso que YiFan le da a la vecina del condominio que lo acosaba cada vez que venía a visitarlos.
—Ya que no podemos intervenir directamente en su relación gracias a que se supone que somos “buenos amigos” y no debemos entrometernos más de lo que se debe
—No deberían entrometerse
—Deja que los adultos hablen —interrumpió Sehun dejando de ronronear— Prosigue, Dae
—¡Tú eres menor que yo!
—A lo que queremos llegar es que, —continuó— al ser incapaces de revelarle a nuestro tierno amigo de ascendencia china que gustas de él a más no poder, como si tu vida dependiese de ello, como si fuera el oxígeno que---
—Al punto
—Arruinas el discurso — Baekhyun lo miró molesto
Resopló al ver como lo trataban como menor.
—Querido Junmyeon, —sacó un pergamino de su espalda— Te presento las 160 razones por las que Junmyeon y Yixing deben estar juntos