SOLO UNA CITA
Querido mío…
Te he llamado querido sin tu permiso, me disculpo por eso.
En toda mi vida hubo ocasiones en las que me arrepentí de cosas que no hice, pero nunca me he arrepentido de lo que he llegado a hacer a pesar de las consecuencias que han tenido mis actos.
Esta carta deberá estar llegando a ti justo antes de que termines de prepararte para nuestra cita de hoy. Lo siento, no llegare y lamento tener que decirte esto hasta ahora, pero incluso cuando te invite a salir yo tenía bien claro que tu y yo saldríamos una sola vez en la vida, ayer.
No es que este en mi la decisión de jamás volver a verte pero mis circunstancias me obligan y me encuentro muy avergonzado por ello.
Antes de que tengas la oportunidad de romper etas hojas en pedazos o incluso quemarlas para deshacerte del dolor que ahora te causa mi recuerdo quiero pedirte como ultimo favor que no lo hagas. Te suplico termines de leer esto y me des la oportunidad de decirte lo mucho que significó para mi la maravillosa noche pasada en la que me permitiste cumplir uno de mis mas grandes anhelos.
No estoy loco cariño mío, o quizás si. Para este momento sinceramente ya no me interesa el estado mental en el que me encuentro, solo me interesa que sepas todas y cada una de mis verdades, después de eso puedes pensar lo que quieras de mí y yo sabré aceptarlo.
Mi nombre es Choi Minho, se que debí decirte mi nombre completo en lugar de solo “Choi”, sin embargo en mis planes no estaba que tu adquirieras tanto interés por mí en una sola noche. Ese solo hecho me motivo a seguir con mi pequeño juego en lugar de hacerme entrar en razón y abandonar aquella mesa de restaurant.
No pude decirte tampoco que ayer no fue la primera vez que te vi en mi vida, la realidad y aunque me haga parecer una persona obsesiva o incluso un acosador es que te conozco desde el día que te presentaste frente a la clase en segundo año diciendo que tu familia acababa de mudarse y eras nuevo en la escuela.
Desde ese momento he seguido cada paso de tu vida y no puedo encontrar una pizca de arrepentimiento en lo que he hecho. Debí haberte hablado, debí hacerme tu mejor amigo, debí pedirte que salieras conmigo cuando la secundaria termino, debí invitarte un helado, debí haberte abrazado cuando tu padre murió. Sin embargo siempre pensé que era mejor que jamás supieras de mi existencia.
En lugar de acercarme a ti como eran mis intenciones te evite a toda costa al grado que nunca durante nuestros años de escuela cruzamos una palabra. Jamás supiste mi nombre, mis gustos o mis disgustos hasta anoche. Anoche querías saberlo todo de mí y me mirabas con esos ojos que jamás olvidare, estabas interesado en cada palabra que salía de mi boca y fue fácil para mí contarte toda mi historia, omitiendo claro el hecho de que siempre he seguido tus pasos.
Apuesto que para este momento debes estar aterrado y te confieso que hubo un momento de mi vida en que yo también estaba aterrado de mi mismo.
Mi madre, quien lo sabe todo intentaba consolarme diciendo que aunque no estaba de acuerdo no podía interferir en mis decisiones. Es una mujer maravillosa y espero que algún día puedas conocerla. Ella sabe todo de mí y no dudara en explicarte lo que desees si aun después de estas palabras tienes curiosidad de algo.
Creo que me he salido del tema, lo siento.
Ahora que conoces mi nombre y mis locuras es tiempo de que sepas que no me arrepiento de nada, ni de nuestros años de escuela, ni de la maravillosa noche que me obsequiaste. Atesoro cada momento que viví contigo y sin ti, arrepentirme no tendría ningún caso, “lo hecho, hecho esta” y no podemos regresar el tiempo atrás.
No tengo ningún compromiso que me separe de ti, no soy casado, no tengo novia y tampoco un trabajo en extranjero esperándome como te hice pensar ayer. Solo tengo una cita desde hace mucho tiempo con una mujer que ha estado esperándome desde que tengo memoria.
Sabes… cuando nací mi madre dijo que fue un milagro, todos los doctores le dijeron que mi vida no pasaría de unos pocos días pero yo, siendo tan obstinado llegue a cumplir un año. Fue entonces que le dijeron a mi madre que no se hiciera muchas ilusiones, que yo no tendría una vida normal como la de cualquier niño, yo estaría atado a una silla de ruedas por lo poco que me quedara de vida. No tenia caso que aprendiera a caminar, pero mi madre también es obstinada y en lugar de tenerme lastima me trato como a cualquier niño de tres años que aun no camina, me obligo a hacerlo y así llegue a los cinco años. Ahí fue cuando los doctores advirtieron a mi madre que cualquier día la abandonaría y sin embargo ni ella ni yo nos rendimos y comencé a practicar futbol.
Fue después que te conocí, pensé que lo único que deseaba en la vida era despertar a la mañana siguiente y ver la sonrisa de mamá, sin embargo después de que tu apareciste algo mas en mi despertó y ahora rezaba todas las noches para poder despertar a la mañana siguiente para poder verte aunque tú no supieras de mi.
Te convertiste en la razón más fuerte para que me aferrara a ganar una batalla que desde el inicio tenia perdida. Al principio deseaba solo tu amistad y me imaginaba como seria si tu y yo pudiéramos ser amigos cercanos, pero con el paso de los años comencé a codiciar más, mucho más de lo que pudieras imaginar.
Sin embargo tenía miedo, tenía mucho miedo de que pudiera hablarte, acercarme a ti, entrar en tu vida para un día irme sin decir adiós. Viví con ese miedo toda mi vida… hasta anoche.
No puedo explicarte exactamente que fue, pero una voz interior me dijo que esta sería la última vez que podría verte y mi miedo se fue al caño.
Cuando me acerque a ti y te pedí que fueras mi compañía sabia el daño que podía ocasionarte, sin embargo fue más grande mi codicia e hice a un lado los sentimientos de culpa para poder disfrutar del poco tiempo que tendríamos juntos.
Me aproveche de la confianza que depositaste en mi y dedique cada fibra de mi ser a que te enamoraras de mí, no estoy seguro de si lo logre o no, solo sé que disfrute cada momento de mi tiempo contigo. Guarde en mi mente tu imagen sonriéndome, nuestras miradas cómplices e incluso el momento en el que atrapaste mis piernas con las tuyas debajo de la mesa en ese pequeño juego inocente. Cada momento está guardado en mi memoria y es todo lo que tengo ahora.
Perdóname, esta carta la estoy escribiendo solo un poco antes de mi cita con la mujer que ya te había mencionado. Fui obstinado toda mi vida pero eso llego a su fin. Mi espirito es fuerte pero mi cuerpo no, ya no puedo mas y es por eso que espero me perdones. Sé que es horrible de mi parte pedirte que perdones a un moribundo, pero es todo lo que tengo para pedir perdón.
Por favor, no me odies.
Ahora que lo sabes todo solo queda despedirme y esperar que puedas olvidarme pronto. La mujer a la que tengo que ver está impaciente y me parece mal educado hacerla esperar más cuando ha esperado desde que nací.
Antes de irme solo quiero decirte una cosa más. Te amo, te amo de una forma que incluso se podría considerar enferma, pero no conozco otra manera de amar. Solo te he amado a ti toda mi vida y es todo lo que sé del tema.
No espero que correspondas a mis sentimientos, solo espero que si hay alguien misericordioso en alguna parte, este pueda darnos otra oportunidad. En esta vida no pudo ser, pero si alguien se apiada de este hombre obstinado que se aferro a la vivir, espero pueda concederme otra vida contigo a mi lado. Una vida donde tengamos la oportunidad de amarnos, de formar una familia y ser felices.
Gracias, gracias de nuevo por la noche pasada y gracias por haberme permitido conocerte a pesar de que nuestro encuentro se halla limitado a tan poco tiempo.
Con todo mi amor… Choi Minho.