V
Bienvenida
Bang sostuvo su pelea con el dragón magníficamente, como podía esperarse de un héroe de su clase, por desgracia ese monstruo no fue la única amenaza, ahora tenía a una harpía multicolor y a “algo” parecido a un centauro travesti en frente de él. El viejo maestro no estaba seguro de si reírse o lamentarse, porque, en serio, un gigante de aspecto viril y tosco, un centauro, maquillado y usando medias, medias de color rosa… Era escalofriante.
¿Dónde estaba Pri Pri Prisioner? Él era el “experto” en moda ¿No? O algo así, tal vez hasta Fubuki, quien no estaba disponible, podría criticar acertadamente a ese monstruo sobre su indumentaria. Cualquiera de ellos estaba calificado para decirle al centauro que su elección de vestimenta era… Ah bueno, no se suponía que Bang debería de preocuparse de eso de todos modos. Lo verdaderamente importante era que tenía dos nuevas amenazas que combatir, la harpía no parecía ser gran problema así que iría contra el… la… Ok, “el” centauro sería lo primero.
Pero antes de que iniciara su pelea llegaron otros monstruos, un calamar humanoide acompañado de un hombre mantis. Bang solo elevó una de sus cejas, sus enemigos eran un muy pintoresco grupo de… No estaba seguro de como expresarlo.
Los camarógrafos y reporteros estaban cubriendo la noticia a una distancia bastante prudente, los observadores de la Asociación de Héroes estaban filmando todo también, ellos habían determinado que la ayuda sería necesaria, no iban a correr el riesgo de que un clase S muriera de nuevo.
Pri Pri Prisioner había estado mirando las noticias desde la cárcel, de nuevo. Él quería ir a ayudar a Silver Fang, el viejo siempre había sido agradable y era un apoyo irremplazable, especialmente en los últimos meses, pero irse y dejar la prisión sin vigilancia, dejarlo a él sin vigilancia, sería peligroso, ni importaba si los últimos meses que él llevaba ahí lo tuvieran en el margen de “buena conducta”, él seguía siendo un reo peligroso y le sobraban tipos que le buscaran bronca, ya que él era insoportable las más de las veces. Todo lo que Prisiones podía hacer ahora era mirar y esperar a que alguien más pudiera ayudar a Silver Fang ¿En dónde estaban el resto de los héroes en ese momento?
En el auto en el que viajaban Fubuki, Genos, Saitama ay King estaba sucediendo un problema diferente, totalmente loco y fuera de control. Su juego de “veo veo” había iniciado fatal con Genos haciendo una elevada, e inútil, referencia al parabrisas y terminó con el mismo Genos volando el techo del vehículo a causa de una abeja, una calcomanía de una abeja… Fubuki estaba furiosa per si al menos hubiera estado escuchando la radio de forma distraída se había enterado, ella y todos los demás, del problema de Bang.
Metal Bat estaba en camino, ciertamente no tardó en llegar y apenas hacerlo se fue sobre el centauro, propinándolo tremendo golpe que lo mandó varios metros lejos, Bang se estaba haciendo cargo del calamar en ese mismo momento.
— ¡Vamos! ¡No tengo todo el día! ¡Mi hermanita está por salir de sus lecciones de piano y quiero ir por ella! — el joven de cabello negro gritó y el centauro se puso de pie, al parecer esto no iba a ser tan rápido como él había pensado inicialmente.
— Ah, Metal Bat — Bang lo saludó amablemente — Terminemos esto rápidamente entonces —ambos estaban más que cualificados para deshacerse del calamar y el caballo humano, pero aún les haría falta encargarse del hombre mantis y la harpía, por no mencionar que le dragón se estaba recuperando a una velocidad espeluznante.
La alarma no dejaba a de sonar en la ciudad, ambos se podían imaginar que las cosas iban a prolongarse por mucho. Cinco contra dos realmente no era un panorama tan malo, había quien se las había visto peor, pero un poco de ayuda siempre era bienvenida. Pasaron cerca de veinte minutos repartiendo golpes a todo enemigo que estuviera disponible a recibirlos, la harpía pretendía huir ahora, no la habían derrotado pero era la más débil del grupo y un enemigo menos era uno menos sea como sea.
— PRI PRI PRISIONER DARK ANGEL STYLE — una enorme moles de músculos se hizo cargo del monstruo que estaba tratando de escapar, dejándolo fuera de combate en solo unos momentos — ¡NO VOLVERÁS A DAÑAR NIGÚN HERMOSO ROSTRO! — claro, ahora estaba completamente desnudo, lo que no era ninguna novedad a estas alturas.
— ¡¡Prisioner!! — Metal Bat gritó como a modo de saludos, un poco hostil ciertamente — ¡¡No deberías est…!! —
— No tenemos tiempo para eso, Bat chan — Prisioner lo interrumpió, sin perder de vista a sus oponentes, los cuales se estaban agrupando junto al dragón — Están atacando otras ciudades también —
— ¡¡Pero tú deberías estar cuidando que ese demonio no salga de la cárcel!! — a él le preocupaba un poco más que ese demonio se escapara, además de que había sido él mismo quien finalmente había logrado derrotar al Demonio Humano Garou, un año atrás.
— Nos preocuparemos por ello más tarde — Bang intervino, mientras trataba de mantener la calma, sus emociones al respecto eran encontradas, ya que su alumno, el mejor que había tenido, estaba ahí, frente a ellos, usando las técnicas de combate que le había enseñado, contra el hombre mantis.
Bang se dio cuenta que aun estando en la cárcel el chico había mejorado aún más, era un auténtico genio del combate, era un monstruo, pero diferente del tipo de monstruo que la gente solía pensar. A pesar de todo lo negativo Bang estaba orgulloso de él, decepcionado en igual medida también, por la forma en la que desperdiciaba su potencial, pero orgulloso de lo que era capaz de lograr.
— ¿Qué sucede, anciano? — Garou se dirigió a su antiguo maestro, sonriendo y mostrando sus dientes — ¿Vas a dejarme toda la diversión? — el hombre mantis cayó al piso, casi muerto — ¿Eso no le hará ningún bien a tu reputación, verdad? —
— ¿¿Lo trajiste, aquí?? — Metal Bat ahora estaba furioso, le había costado bastante derrotarlo la última vez, ese tipo mejoraba cada vez y se volvía más complicado irle ganando en cada encuentro.
— Tranquilo, Bat chan, él no va a escaparse, tenemos un trato — dijo eso último en un tono sombrío — Y si se diera el caso seríamos tres a uno, te aseguro que él no se arriesgaría — para ese momento Bang ya se había unido a su ex alumno, ambos contra el centauro, por lo que el dragón quedó para los que seguían platicando — Además el chico estaba preocupado por Silver Fang — eso último lo susurró, como si fuera un secreto.
— …No te creo — Pero el moreno del bate sabía que no tenían tiempo para estar discutiendo éstas cosas.
Finalmente ellos pudieron derrotar a los monstruos y las cosas se calmaron a partir de ahí, también en las otras ciudades, las cosas se asentaron en la Tranquilidad.
Bang y Metal Bat estaban sorprendidos, Garou no había intentado huir, permaneció sentado, sobre los escombros, aparentemente descansando mientras Prisioner habla con ellos dos, estaban discutiendo sobre él pero Garou parecía no estar prestando atención a la discusión. Por fortuna todo terminó cuando Prisioner declaró que volverían a la cárcel, Metal Bat les mandó una mirada recelosa y Silver Fang estaba bastante curioso sobre la situación ¿Qué trato pudo haber hecho Prisioner con su ex alumno? El enorme reo no lo había aclarado, solo les aseguro que desde que hicieron ese “trato” no había tenido problemas en mantener tranquilo al “monstruo humano”. Bueno, el anciano tendría tiempo para investigar sobre ello después.
En el laboratorio del doctor Kuseno las cosas iban mejor de lo esperado, las pruebas realizada a King estaban mostrando resultados favorables, solo les tomaría dos semanas más el tener todo listo para la operación, con una recuperación inicial de tres meses y otros pocos más de terapia, al final, los científicos, esperaban que King pudiera caminar por su propio pie sin la necesidad de muletas o bastón.
Después de escuchar eso Fubuki salió a ver cómo iba la reparación de su auto. Se acercó silenciosamente, porque no quería interrumpir nada, admirando sorprendida que el joven rubio ya estaba por pintar su vehículo, a simple vista no parecía que el auto había pasado por una reparación de ese tipo, se veía prácticamente igual que antes, salvo por la falta de color.
Le parecía increíble, ella sabía que Genos tenía ciertas habilidades en el campo de la reparación, pero no esperó que fuera tan bueno en ello, entonces ella miró a Saitama, el ex héroe estaba sonriendo, sólo era una pequeña curva en sus labios pero rostro se notaba relajado, parecía realmente feliz. Ella sonrió entonces, casi sin querer, ese rubio estúpido no lo sabía pero él era la única persona que podía hacer que Saitama sonriera de esa forma y posiblemente era el único que podría convencerlo de volver a ser un héroe, aunque dejaría el tema para más tarde. En ese momento Fubuki llegó a un acuerdo consigo misma, curiosamente con Bang también y es que ese viejecito tenía razón, ella era la mayor, debería de comportarse como un adulto y dejar las discusiones infantiles con Genos atrás.
— Felicidades, Genos —ella dijo, caminando hacia él — Realmente hiciste un trabajo increíble, no cabe duda de que tienes talento — ella sonrió aunque era bastante obvio que no estaba siendo completamente sincera.
— ¿Qué es lo que quieres Fubuki? — él se puso a la defensiva al instante, ella nunca decía cosas como esa sin buscar alguna otra cosa a cambio.
— … Solo era un cumplido — ella dejó de sonreír y se esforzó por no contestarle una tontería al chico — Somos “algo así como amigos” ¿Acaso no podemos intercambiar un cumplido de vez en cuando? —
— No, tú siempre tienes un motivo ulterior — contestó él de inmediato, sin necesidad de considerar las palabras de ella, ahora Genos se preparó para iniciar otra discusión.
— …Bueno, tal vez ya es momento de cambiar ¿No crees? — ella dio un suave suspiro de resignación, las cosas nunca eran fáciles con ese chico — Después de todo eres un milagro viviente, Genos, eso significa mucho sin duda — ella sonrió de nuevo, con más sinceridad esta vez — ¿Cuánto tiempo ya pasó de tu regreso? ¿Un mes? —
— Un mes, tres días y unas pocas horas — dijo él cautelosamente.
— Sí, en los dos años de ausencia han pasado muchas cosas, entre ellas están algunas alianzas, pero — ella hizo una pequeña pausa, no era eso lo que quería decir, no era hacía “allá” que quería llevar esa plática — De cualquier forma, ya pasó más de un mes y aún no hacemos una fiesta de bienvenida ¿Cierto? Tenemos que corregirlo ¿No crees? — en ese momento se preguntó por qué la Asociación de Héroes tampoco organizó una fiesta, Genos fue uno de los más populares de la clase “S”, y estaba subiendo de nuevo en popularidad ahora, lo lógico hubiera sido hacerle una gran fiesta.
— ¿Esperas que me convierta en uno de tus aliados por una fiesta de bienvenida? — bien, eso era nuevo pero él estaba seguro de que eso estaba entre las tácticas de la psíquica después de todo — Yo no caeré en esa tontería, rango “B”, no seré aliado tuyo por una cosa como esa —
— No seas tonto, Genos — ella sonrió victoriosa ahora — La fiesta es porque somos amigos — esa declaración sin duda sorprendió al rubio — No importa cómo lo veas, necesitábamos ayuda con King y tú respondiste al instante, sin preguntarnos o pedirnos nada a cambio, eso es lo que hacen los amigos —
— … — Genos se quedó en silencio, mirándola con una ceja levantada, él no estaba seguro sobre ella, él los había ayudado porque ellos eran amigos de su maestro y seguramente él los ayudaría si estuviera en sus manos hacerlo. Genos se quedó pensando unos momentos ¿Los hubiera ayudado si no fueran amigos de su maestro? ...Sí, sí lo habría hecho, porque eso era lo correcto, ayudar a otros era su meta de vida desde que ese ciborg loco destruyó su hogar y, bueno, todo eso. Pero eso no los convertía en amigos ¿O sí? Él pensaba que no, el concepto de amistad era diferente según él sabía. Los amigos eran… Algo más personal, los amigos son personas en las que se confía plenamente, eso incluía cosas como experiencias y temores personales, Fubuki no representaba eso para él, ni Bank o King, honestamente tampoco Saitama, pero su maestro era un caso diferente, él lo consideraba su amigo a pesar de que el maestro no compartía casi nada de él mismo y lo que sentía por él iba más allá de una amistad, Saitama sensei era muy valioso para él. ¿Quería Fubuki, realmente, ser su amiga? ¿Él quería como amiga a alguien como ella?
— ¿Sucede algo? — en ese momento intervino Saitama, quien ya se había acercado a ellos, estaba intrigado por los gestos de Genos, estaba consciente de que le rubio y la psíquica no se llevaban muy bien, aunque desconocía la razón.
— No, solo le decía a Genos que aún no celebramos su fiesta — Fubuki dijo usando su tono despreocupado
— ¿Fiesta? Pero son es su cumpleaños ¿O sí? — no, que él recordara, pero no era muy bueno recordando fechas de todos modos.
— No sensei — el rubio contestó al instante, saliendo de su tren de pensamientos, ella no tenía ningún derecho a…
— ¡De bienvenida! — dijo ella enérgicamente — ¡No hemos celebrado su bienvenida correctamente! — el calvo se le quedó mirando con ese “gesto en blanco” tan odioso — ¡Oye! ¡Que él esté de vuelta es lo mejor que nos pudo haber pasado! ¡A todos! ¡Y somos amigos! ¡Y los buenos amigos siempre celebran estas cosas! ¡¿Cómo es posible que tenga que explicarles esto?! — ella gritó al final, exasperada, ese par de idiotas eran sin lugar a dudas, uno para el otro — ¡No importa! ¡Vamos a celebrarlo y punto! —
— Ya te dije que no es…— Genos estaba por quejarse cuando fue interrumpido.
— Me parece bien, celebremos — Saitama pensó que ella tenía razón, las cosas no mejorarían si solo se comportaba como si nada hubiera pasado, debían de darle la vuelta a la hoja y cambiar para mejor, así es como las cosas funcionaban.
— Pero sensei, no es necesario — él ni siquiera veía el punto en hacer algo así, no lo merecía después de todo el dolor que había causado antes y mucho antes de eso, especialmente no después de ser quien rompió los sueños de su maestro.
— No es sobre si es necesario, Genos — Saitama estaba buscando algo que decir, pero nada se le ocurría, diría lo que se le viniera rápidamente a la cabeza — Algunas veces no es necesario necesitar nada, de hecho, no es necesario necesitar cosas en lo absoluto, de eso se trata la amistad — ahora estaba jugando la misma carta de Fubuki ¡Al diablo! Ni él sabía qué demonios estaba diciendo, solo esperaba que su “tono de maestro” engañara al rubio, como en el pasado —La amistad no se basa en dar lo que otros necesitan cuando sea “necesario”, se tratar de “dar” porque uno quiere hacerlo, eso es lo que hace que cuente y que sea importante — Saitama se calló en ese momento, esperando que sea suficiente.
— ¡¡Nunca voy a olvidar ésta lección, sensei!! — el rubio sacó una libreta de la nada, comenzando a escribir de inmediato, no quería perder ningún detalle.
— Increíble —murmuró ella, estando de espaldas a ellos ahora, mirándolos discretamente y sonriendo para sí misma.
Al menos esta vez las cosas habían salido mejor de lo que esperó, no había tenido un pleito con el mocoso, además de que iban a tener una celebración, esta era su victoria son duda alguna. Después de todo sabía que Saitama estaría de acuerdo si había comida gratis y si el calvo estaba de acuerdo sin duda lo estaría ese estúpido chico.
Fubuki sacó su celular para llamar a Bang, sería más rápido si era el viejo maestro quien se encargaba de preparar todo en lo que ellos volvían. Ella no esperó ver tantos mensajes de la Asociación de Héroes ¿Qué había pasado?
Al ver el rostro preocupada de Fubuki, Saitama, se dirigió a ella para preguntarle, ella le dijo, tratando de no sonar tan preocupada, que ciudad Z había sido atacada y Bang se había hecho cargo de los cinco monstruos que habían aparecido y que ella no sabía cómo estaba Bang ahora porque nadie le estaba contestando.
El viaje de regreso tenía que hacerse rápido, por lo que aseguraron a King con citas adhesivas y correas al auto, en el centro del asiento trasero. Fubuki iba a ir sentada sobre el auto, bien asegurada desde luego, estaría ahí para verificar que nada se les atravesara en el camino. Saitama y Genos iban a correr a toda velocidad, empujando el vehículo, de esa forma ellos estarían de vuelta en ciudad Z en solo unos minutos, al menos eso es lo que ella había calculado.
King se la había pasado gritando todo el trayecto, lo único que se le podía entender fue unas frases en las que decía que ellos estaban locos, locos de remate y que todo lo que querían era matarlo ¡Matarlo de un infarto!
Al llegar al dojo todo estaba tranquilo, sí, la ciudad estaba destruida en algunas partes, pero no tenían pérdidas humanas y el viejo maestro estaba más sonriente de lo acostumbrado. Fubuki respiró profundamente, aliviada, el maestro estaba bien. Eso quería decir que era momento de celebrar.
Llamaron a todos los aliados que tenían, aunque no fueran muchos. Asistieron toda la pandilla de Fubuki, Inazumax se apuntó casi en el mismo momento en que le dijeron, Sting estuvo ahí en poco tiempo, incluso Snek se presentó con una bebida en la mano. Bang había hecho una llamada a la cárcel para informarle a Prisioner y ver si su “trato” con Garou le permitiría salir un rato para celebrar con ellos a lo que Prisioner le contestó que lo tenía cubierto… Siempre y cuando Metal Bat se presentara también. Bang sabía que a Prisioner no le gustaban del “tipo” de Metal Bat, pero no iba a hacer preguntas, no le incumbía, mientras que las cosas se mantuvieran en lo “respetuoso y consensual” no le veía mayor problema.
Cada héroe llevó algo para comer o beber, por lo que tuvieron suficiente. Todos saludaron a Genos y le dijeron lo contentos que estaban por tenerlo de vuelta de nuevo. Intercambiaron algunas historias de lo que había pasado, y cambiado, en esos dos años. Todos se sintieron mal por King cuando tuvo ese “accidente”, nadie estaba enterado de que él nunca había sido un verdadero héroe y seguiría siendo así esa noche, el rubio mayor había sonreído tristemente aceptando que todo había sido culpa suya y que nadie debía de seguir triste por ello.
Saitama se mantuvo al margen de todo, contento con comer gratis y escuchar las pláticas tontas a su alrededor. A pesar de la forma en la que la Asociación de Héroes trataba los ataques muchos de esos héroes luchaban por que realmente les gustaba ayudar a la gente y no por razones egoístas. Aunque eso era lo que menos importaba, él no iba a volver a ser Héroe, lo que otros pudieran decir no contaba. Él le había fallado al único a quién quería realmente salvar y aun cuando Genos estuviera con vida ahora no volvería, eso no cambiaba el pasado.
Saitama miró a su alumno rodeado de tanta gente, como si fuera un chico normal y no Ciborg justiciero, suponía que así habría sido de vivir una vida común ahora que estaba pensando en ello no sabía qué hacer con esos pensamientos, pero si Genos hubiera sido un chico común nunca se habrían conocido y eso habría sido tan… Horrible. Geos era increíble, inteligente, muy talentoso para lo que sea y… Y era la razón por la cual ahora él era feliz. Sí, era un pensamiento muy egoísta y no le importaba. Conocerlo fue lo que le dio sentido a su vida durante su tiempo más oscuro, ahora mismo lo había vuelto a salvar, con su regreso, de era rutina mal llamada vida.
No importaba lo mal que estuviera, no importaba el cómo se sentía por fallarle, no iba a renunciar a la única persona que podía hacerlo feliz, ser su amigo o su maestro era suficiente para él, tenerlo cerca era todo lo que quería.
Estaban riendo y contando chistes estúpidos, la mayoría estaban ya medio embriagados, no se dieron cuenta de qué momento pasó.
Una ráfaga de aire había volado muchas de las cosas que estaban usando, había un hombre joven en medio del dojo, él había entrado intempestivamente en medio de su celebración. Vestía completamente de negro, su cabello oscuro atado en una pequeña coleta, su postura indicaba que estaba listo para una pelea, pero no estaba prestando atención a ninguno de los héroes, él había ido con un solo objetivo en mente. Sabían perfectamente quien era, pero nadie lo había visto desde hacía más de un año.
— ¡Sabía que volverías en algún momento! —él gritó, no importándole que estuviera rodeado de personas “peligrosas” — ¡Esta vez te derrotaré! ¡¡SAITAMA!! — él saltó hacia su blanco antes de que alguien más tuviera la oportunidad de detenerlo.
— ¿¿Sonic?? — Saitama parecía confundido, la verdad ni siquiera se había acordado del ninja en todo ese tiempo — Oye ¿Aún sigues con eso? Hombre, no puedo creerlo, ya pasaron años — había esquivado el primer corte de Sonic con facilidad y ese juego ya estaba siendo aburrido.
— ¡NO DESCANSARÉ HASTA MATARTE, SAITAMA! — había fallado la primera vez, peor no fallaría en su segundo ataque, no esta vez.
Genos sabía que su maestro no necesitaba su ayuda, no tenía razón para meterse pero ese Sonic era una molestia y, honestamente, también lo hacía sentir celoso, locamente celoso, el ninja no merecía ningún tipo de atención por parte de su maestro, por lo que se movió, poniéndose justo entre los dos. Fue algo completamente estúpido, estaba consciente de ello, él nunca había dicho que sus movimientos eran inteligentes especialmente cuando estaban guiados por los celos.
Sonic abrió los ojos, asombrado y preocupado por igual, su espada había atravesado a Genos con facilidad, si su cuerpo era metálico debió de significar alguna resistencia ¿Qué había pasado? ¿Qué no era ese chico un ciborg?
Todos en el lugar se quedaron petrificados, lo que estaban mirando era a Saitama contra la pared del dojo, a Sonic frente a él y entre ellos, con la empuñadura de la espada del ninja pegada en su pecho, estaba Genos.