Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wondering por Yoru Eiri

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 Pasó otro día, y otro día, y otros más mientras se acercaba el día de la boda, Yoru no podía dejar de pensar en aquel hermoso muchacho, ¿Qué tenía que lo había impresionado tanto? Eso era algo que no podía saber.
 Estaba sentado en una de las habitaciones del palacio, pensando en su futuro rol como emperador, no le quedaba de otra, pues pensar que podría vivir feliz con Ran, era la peor tontería que jamás se le había ocurrido a alguien.
-Espero que no te interrumpa- Llegó el emperador y se sentó a un lado.
-No me interrumpes padre- volvió la mirada hacía otro lado.
-Se que estas nervioso por las preparaciones de la boda...
-¿Nervioso?- pensó sarcásticamente- ¿Por qué debería?
-Pero, no eres el único, tu prima también se casará- el emperador rió felizmente.
 Yoru fingió una risa, después volvió a mirar a otro lado, como siempre acostumbraba.
 - Y ella vino a visitarte.
 Eso lo sorprendió de repente, la idea de que su prima viniera no era nada normal.
-¿La hiciste venir?
-No, ella quiere ver a su primo, a demás espera que aceptes a su futuro esposo.
 Yoru se puso de pie enseguida y salió de la habitación. Miró a su alrededor y vio al fondo del pasillo, a su adorada prima. Una muchachita hermosa, de cabellos negros y largos, acomodados en un hermoso peinado de geisha; traía puesto un kimono de seda rojo con algunas flores. Yoru sonrió al verla, pues siempre la había considerado una hermana.
-Que bien que hayas venido- hizo una reverencia.
-No hagas eso primo- ella rió- la que debería dar una reverencia soy yo, futuro emperador- al decir esto último lo dijo en una voz más rígida.
-Nada de formalidades Sakura, no aún.  
 Los dos primos se quedaron viendo por un rato, hasta que Sakura rompió el hielo.
-Bien, y ¿Dónde está la afortunada que se casará con mi primito?
 Sakura miró a su alrededor pero no puedo ver nada en absoluto.
-Ikuko está ocupada, enseguida vendrá.
-Oh, ya veo- se decepcionó un poco- Pero está bien, ahora te diré a lo que vine.
 Ella sonrió y se hizo a un lado para dejar pasar a la persona que estaba detrás de ella; la persona se acercó e hizo una reverencia.
-Soy su prometido- se presentó- mi nombre es...
-¡Ran!- Yoru interrumpió.
 Ran subió la mirada y reconoció a Yoru.
-¿Cómo has estado?- el muchachito sonrió de una manera juguetona.
 Yoru se quedó sin poder mencionar una sola palabra; pensó que jamás volvería a ver a ese muchacho, pero lo estaba viendo frente a él. Esos largos cabellos que se movían con el viento; esos ojos rojos que lo hechizaban. Se talló los ojos y volvió en si.
-¿Ya se conocían?- preguntó Sakura, la chica era un poco despistada; no podía darse cuenta de que su primo estaba perdidamente enamorado de su prometido.
-Pues nos conocimos en la fiesta de hace unos días...- Yoru no pudo mirar a los ojos a Sakura, pues miraba otras cosas.
-Fue la fiesta en la que desapareciste- Sakura miró a Ran.
-Quería tomar aire y lo encontré- sonrió y miró a Yoru- verdad?
 Yoru no pudo moverse, solo bajó la mirada.
 Hubo unos instantes de silencio.
-¿Por qué no vamos al jardín a tomar un poco de té?- sugirió Sakura.
-Buena idea
-Entonces iré por tu prometida, espérenme allí.- Sakura salió corriendo.
 Yoru trató de detenerla, pero Ran le cogió la mano.
-Déjala, siempre es así de activa.
-Pero, ella no sabe quien es ni como es Ikuko.
-Lo averiguara, ya lo verás- Sonrió.
 Caminaron juntos a través del pasillo sin soltarse las manos; Yoru pensaba tantas cosas mientras caminaba a su lado. Miraba como se movían sus caderas  a cada paso que daba, como se movía su cabello al ritmo de sus pasos, su respiración.
-Estaré enamorado?- se preguntaba al mirarlo de esa manera.
 Después de unos minutos interminables llegaron al jardín del palacio. Hermoso, lleno de saturas por todos lados. Entonces avanzaron y se sentaron junto al lago, bajo los árboles de cerezos; el día era bello, el viento hacía que las ramas de los árboles se agitaran suavemente, provocando que las flores de sakura cayeran delicadamente en el jardín. El agua del lago estaba apacible, todo tranquilo y bello.
-Entonces aquí te parece bien- Ran se posicionó debajo de los árboles, cerró los ojos para sentir el viento a su alrededor; levantó una de sus manos y tomó las flores que caían en ellas.
 Yoru estaba fascinado por tanta belleza, era perfecto, como una pintura, la belleza de Ran, con la hermosura del paisaje, hacían que su corazón se agitara y palpitara cada vez más fuerte.
 Finalmente no pudo más, se acercó a Ran y le tomó las manos.
-¿Por qué me gustas tanto?- le preguntó.
 Pero Ran no respondió, hasta Yoru sabía que era una pregunta sin respuesta, aun no.
-¿Por qué te acercaste a mi ese día?
 Ran se volvió a quedar callado, lo miró a los ojos y sonrió.
-No lo se- fue lo único que dijo.
 Yoru le soltó las manos y lo agarró por la cintura, cosa que sorprendió a Ran, pero no gritó ni hizo nada para zafarse.  
-Solo bésame otra vez- murmuró en su oído.
 Ran lo miró, con sus mejillas sonrojadas y se acercó a su rostro. Los dos estaban tan cerca, cerraron sus ojos y unieron sus labios nuevamente, se dejaron llevar por la pasión y la locura. Se besaron sin importar lo que pasara, se abrazaron y casi caían al suelo para continuar con ese beso; pero una voz los sorprendió.
-¡Primo!- se escuchó la voz de Sakura en la lejanía.
 Ran trató de zafarse del beso, pero Yoru no lo permitió; no le quedó más remedio que rendirse y dejarse querer.
 Yoru besó su cuello lentamente y con delicadeza; Ran estaba apunto de gemir, pero la proximidad de su prometida se lo impedía. Se aferraba a los hombros de Yoru con los puños apretados.
-Ya... van a llegar...-Ran se escuchaba agitado.
-No te preocupes- Yoru dejó los besos a un lado para poder articular bien sus palabras- Les falta mucho.
 Pasó una de sus manos, por debajo de la vestimenta de su compañero.
-No debemos...
 Yoru lo cayó- Pero queremos...- Continuo con las caricias dulces, Ran se dejaba querer, pero estaba preocupado por Ikuko y Sakura.
-Ya déjame!- puso sus manos en el pecho de Yoru y lo empujó con todas sus fuerzas hasta que se separó de él.
 Se acomodó el cabello y la ropa, miró a Yoru desde lejos; Yoru solo sonrió, satisfecho de haber seguido sus instintos.
-¡Primo!- se oyó el grito de felicidad de Sakura, que estaba detrás de él.
-Yoru, es un bonito lugar el que escogiste- Ikuko se acercó a los árboles de sakura y dio unas cuantas vueltas.
-Te ves hermosa- mencionó Yoru al verla vestida con un kimono Azul como el cielo, con su cabello agarrado al igual que su prima.
 Ran la miró con ojos de envidia por un momento; Yoru se percató de eso y fue de inmediato a su lado.
-Tu lo eres más- le susurró para que nadie escuchara.
-Estoy satisfecho- sonrió.
 Sakura sacó una gran manta y la colocó en el pasto, entonces empezó a servir el té, tal como habían planeado
 Los cuatro se arrodillaron en la manta y tomaron el té. Ikuko al lado de Yoru, en frente Ran y Sakura.
-¿Cuándo va a ser la boda?- Sakura estaba tan entusiasmada.
-Pues en unos cuantos meses- respondió Yoru secamente, sin dejar de mirar a Ran que estaba frente a él.
 La manera que tomaba la taza en sus manos, era tan provocativa; cuantos suspiros debía dar por ese muchacho que nunca sería suyo?
-Lo dices como si no te entusiasmara- interrumpió Ikuko dando un sorbo a su té.
-Si me entusiasma mi vida- Yoru le dedicó una mirada cariñosa- Pero creo que el nerviosismo hace que lo olvide.
-Te perdono mi amor.   
 Los dos se sonrieron tiernamente, cosa que Ran no aprobó en absoluto. Sakura solamente bajó la mirada, no soportaba ver esa escena, porque sabía que su prometido jamás le dedicaría una mirada así, porque sabía que no la amaba.
-Bueno, y su boda cuando será?- preguntó Ikuko.
 Ran se estremeció ante aquel comentario.
-En unas cuantas semanas- respondió nerviosamente.
-Podrán venir- Sakura sonrió.
 Miró a su prometido e intercambiaron una mirada sonriente; se estimaban mucho, pero no se amaban.
-No hay amor en sus ojos- pensaba Yoru al verlos.
 Se limitó a bajar la mirada, pero no tardó en volverla a subir; pues lo que hacía era como un festival de máscaras, nadie mostraba sus verdaderos sentimientos, ni lo que en verdad eran, solamente sonreían sin razón alguna, y disimulaban amarse para engañar a los presentes. Tal vez la única que no sabía sobre las máscaras era Ikuko, la inocente princesa de hermosura irrepetible, la que más sufriría al final del festival.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).