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El último partido por Fullbuster

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La robusta puerta de madera se abrió con un sonoro chillido. Aquella cabaña apenas se utilizaba excepto para situaciones de emergencia. Los dos chicos entraron corriendo, empapando el suelo bajo sus pies. Venían empapados y es que la tormenta estaba empezando a coger fuerza.


- Aquí estaremos bien hasta que pase la tormenta – le explicó Naruto a un empapado Sasuke.


Por un segundo, Naruto observó aquel oscuro cabello de Sasuke completamente mojado, chorreando agua mientras sus oscuros ojos escudriñaban cada centímetro de la cabaña en la que pasarían unas horas hasta que amainase la tormenta. Para cuando Sasuke se giró mirando a aquel rubio, el rubor llegó a sus mejillas viendo cómo éste se estaba desabrochando la cremallera del mono para quitárselo.


Su corazón se sobresaltó, elevando los latidos mientras sus ojos seguían aquel recorrido de bajada de la cremallera. Todo cesó cuando al empezar a bajar el mono de la moto desde sus hombros hacia el suelo, descubrió que llevaba ropa bajo él. El suspiro de alivio fue inmediato pero no le duró mucho al ver cómo Naruto continuaba luego quitándose la camiseta, dejando aquel esculpido y bronceado abdomen al descubierto.


- ¿Pero qué haces? – le preguntó Sasuke mirando inmediatamente hacia otro lado.


- Cambiarme. Estoy empapado. Venga, date prisa y quítate esa ropa mojada. No quiero que cojas una pulmonía.


- Estás loco.


- El que está loco eres tú si pretendes quedarte mojado. Encenderé la chimenea para que la habitación se caldee. Date prisa y quítate la ropa.


Sasuke lo dudó. El sonrojo que sabía que debía tener en aquel momento al ver pasear a Naruto en calzoncillos como si nada, era demasiado evidente. Trató de mirar a otro lado y por un momento, recordó aquellas malas situaciones que había vivido en el vestuario cuando era jugador. Sus manos habían ido hasta la hebilla del cinturón pero no pudieron continuar.


Escuchó la voz de Naruto y miró de nuevo quedando sus ojos fijos en el trasero. No podía seguir así la situación, era bochornosa. Elevó la vista hacia la cabeza viendo cómo tenía un móvil en sus manos, seguramente estaría tranquilizando a su familia y ya de paso, también a la suya. Tanto la de Naruto como la de Sasuke debían estar preocupados, era mejor informarles de que estaban a salvo en el refugio.


- ¿Aún estás así? – preguntó Naruto al girarse tras terminar de hablar por teléfono con ambas familias mientras buscaba algo en su mochila.


- ¿No ibas a encender el fuego? – preguntó Sasuke.


- Estoy buscando algo para hacerlo – le refunfuñó Naruto con una mueca de burla.


- Oh, por favor… ni siquiera sabes de supervivencia – se quejó Sasuke cogiendo un palo fino para moverlo contra los troncos.


Naruto se sorprendió demasiado de aquello y aunque se le dibujó una sonrisa al ver a Sasuke tan decidido a encender un fuego a nivel primitivo, intentó controlar la risa buscando aún dentro de su mochila. Al encontrar lo que tanto buscaba, se acercó a un desesperado Sasuke que no conseguía encender la chispa.


- Sasuke… sé que te parecemos un pueblo de granjeros sin conocimiento alguno, pero sabemos lo que es un mechero – le dijo Naruto en tono burlón enseñándole el mechero para sorpresa de Sasuke.


Sasuke avergonzado y más rojo que nunca, se apartó dejándole sitio a Naruto. Al mirar hacia la mochila que llevaba el rubio, se dio cuenta de que había venido preparado, quizá incluso más de lo que él había venido.


- Mira en esos armarios del fondo, deberían haber mantas. Y Sasuke… haz el favor de quitarte ya esa ropa.


Caminó hacia el armario mientras Naruto se ocupaba de terminar de encender el fuego para luego ir a la mochila y a la despensa del refugio a buscar latas de comida. Sólo estarían unas horas hasta que la tormenta pasase pero al menos podrían estar cómodos. Sasuke sacó un par de mantas del armario y las dejó en el cómodo sofá. Aun así, Naruto vio cómo se acercaba al fuego sin mucho ánimo de hacerle caso con lo de la ropa.


- No miraré si es lo que te preocupa – le dijo Naruto al final – me daré la vuelta, me iré al baño si quieres, pero quítate la ropa. Puedes taparte con una de las mantas. Hazlo rápido.


Naruto se giró en la cocina mirando hacia la despensa, comprobando las latas de comida que había mientras Sasuke miraba aquella fuerte espalda. Sabía que Naruto tampoco tardaría en quitarse hasta la ropa interior y es que estaban completamente mojados. Finalmente, pese a estar a regañadientes, empezó a quitarse la ropa. Miró un par de veces hacia la posición de Naruto comprobando que era fiel a sus palabras, no se había girado, seguía allí mirando botes y buscando ollas para preparar algo de comer.


Se quitó absolutamente todo enrollándose la manta con rapidez evitando que le viera desnudo. Mientras Naruto calentaba la olla para preparar una sopa caliente, Sasuke recogió tanto la ropa de Naruto como la suya colgándola en una percha cerca de la chimenea. Así se secaría antes. Le quedaba un hueco en la percha y sabía perfectamente lo que necesitaba, pero no sabía cómo pedírselo a Naruto.


Naruto al notar aquel tenso silencio en la sala, dejó de dar vueltas a la sopa con la cuchara de madera para mirar a un Sasuke que tenía sus ojos fijos en su trasero. Aquello le hizo sonreír al verle completamente cubierto con la manta por encima pero sin vergüenza alguna de mirarle el trasero.


- ¿Te ayudo en algo, Sasuke? – le preguntó Naruto haciendo que el sonrojo volviera a las mejillas del moreno.


- Yo… es que necesito que me des… ya sabes… para secarlo.


Naruto sonrió aún más quitándose los calzoncillos frente a él sin pudor alguno, acercándose a un Sasuke que había apartado la mirada de golpe al ver que se estaba quedando desnudo frente a él. Al llegar hasta Sasuke, Naruto colgó los calzoncillos en la percha mirando a Sasuke.


- No te preocupes. Yo te vi en aquel baño, es justo que ahora me veas tú. Quizá así se te quite la vergüenza conmigo.


- ¿Vas a pasearte desnudo todo el rato? – le preguntó Sasuke molesto sin mirarle, aunque sabía que había vuelto hacia la cocina para comprobar la sopa.


- ¿Por qué no? No soy yo el que tiene tanto pudor.


- Oh, por favor… ponte algo – le recriminó Sasuke – no me interesa verte desnudo.


Naruto con una amplia sonrisa, se metió al baño cogiendo una toalla para enrollarla a su cintura. Sasuke pareció calmarse un poco aunque seguía tenso al saber que estaba desnudo, que los dos lo estaban.


Sasuke acabó sentándose en el sofá tratando de no pensar en nada, pero los recuerdos de cuando era jugador volvían una y otra vez a su mente. Trataba de apartarlos, pensar que ahora era entrenador, alguien a quien ya no juzgaban por los rumores, otra persona diferente a lo que una vez fue, pero no podía evitarlo. Aquella situación había marcado su vida desde entonces y pese a que nunca se lo dijo a nadie, ni siquiera a su padre, en parte se alegró de aquella lesión que le obligó a abandonar el equipo.


- Toma – le dijo Naruto pasándole un cuenco de madera con una cuchara – te sentará bien y entrarás en calor. ¿Vas a dejarme un hueco para sentarme?


- Sí – dijo Sasuke apartándose hacia un lado sin quitarse la manta – gracias – le añadió al coger el cuenco de la sopa.


Naruto cogió la otra manta para taparse con ella y se sentó al lado de Sasuke a comer en silencio. Ninguno se atrevía a comentar nada hasta que Naruto decidió romper el hielo aunque eso significase tener que disculparse.


- Lo siento – dijo Naruto al final.


- ¿Qué de todo? – preguntó Sasuke.


- Lamento no haberte hecho caso en el partido. Quiero decirte que me gustaría que nos entrenases aunque lamentablemente, no sé si todo el equipo estará de acuerdo.


- Es una decisión conjunta. Hasta que no esté convencido de lo que queréis realmente, no debería volver a pisar ese campo – comentó Sasuke.


- Hablaré con ellos. También lamento lo del baño.


- ¿Podemos olvidar eso? – preguntó Sasuke sonrojado, algo que a Naruto empezaba a preocuparle. No era nada normal que alguien como Sasuke tuviera tanta vergüenza a desnudarse frente a otros.


- Se me olvidó poner el cartel. Tenías razón en acusarme de que quizá era yo quien quería verte desnudo pero te aseguro que no fue así. Lamento el incidente pero sólo fue eso, una coincidencia, un despiste mío por no poner el cartel de aviso de que estaba allí limpiando el baño. Así que lo siento si te hice sentirte incómodo.


- Vale – dijo Sasuke terminando la sopa y dejándola en la mesa frente a él.


- Lo que no entiendo es por qué. ¿Por qué tienes tanta vergüenza a que te vean desnudo? Eras jugador, ¿verdad? Todos en el vestuario nos vemos desnudos, seguro que te han visto también.


- No quiero hablar de eso.


- ¿De cuando eras jugador o de verte desnudo?


- De las dos cosas – le gritó Sasuke frustrado por aquel interrogatorio.


Sasuke observó el rostro de Naruto, le había sentado mal su grito pero es que era algo de lo que no estaba preparado para hablar y menos con un desconocido como Naruto. Sólo era un chiquillo de pueblo que no entendía nada.


- No voy a hablar de mi vida con un chaval de dieciocho años – le dijo Sasuke malhumorado.


- Veinte – dijo Naruto corrigiéndole, sorprendiendo a Sasuke – tengo veinte años y lamento que te parezca pequeño. ¿Qué rondas? ¿Los treinta? – le dijo enfadado Naruto.


- Veintisiete – le dijo Sasuke al final.


- Pues sí los rondas – dijo Naruto con una leve sonrisa forzando a Sasuke a sonreír.


Naruto supo una cosa en aquel momento. Sasuke era humano, como todos los demás y necesitaba confianza para poder abrirse. Era capitán, se había ganado la confianza de todo su equipo y ese hombre no iba a ser diferente, conseguiría saber qué había bajo aquella coraza. Sabía cómo lograrlo.


- Mis padres me llevaron a Hokkaido hace tres años – empezó Naruto – tenía diecisiete años. Aprovechamos que su aniversario de boda estaba próximo para que ellos pudieran tener una buena celebración y yo de paso, mirar las universidades. Tenía muchos sueños en aquel entonces. Aquel viaje cambió toda mi vida, es el motivo por el que sigo aquí en este pueblo, por el que trabajo en un bar y por lo que soy capitán de un equipo al que no conoce nadie.


Sasuke le miró atónito al ver que ese chico se estaba abriendo, le estaba contando cosas de su vida, de su pasado, cosas que no tendría por qué contarle a él, pero lo estaba haciendo. Aún podía escuchar el ruido del viento mover con violencia las maderas que resguardaban las ventanas, odiaba las tormentas pero por alguna extraña razón, estar allí con Naruto le tranquilizaba.


- Había ido a mirar una universidad – sonrió Naruto – quería ser veterinario, me encantaban los animales. Nunca había sido un gran estudiante y sé que necesitaría mucho esfuerzo para aprobar una carrera así pero… no sé… era mi sueño – dijo Naruto sin más con una triste sonrisa – recibí una llamada a medio día frente al decano de la universidad. Un coche se había saltado un Stop y se había llevado a mis padres por delante. En el hospital me enteré que mi madre había fallecido en el acto tratando de proteger a mi padre, lo empujó a un lado de la carretera. A mi padre le atropellaron las piernas pero sobrevivió. Creo que nunca se ha perdonado que mi madre se metiera en medio. Aquel día mí sueño de ir a la universidad se truncó por completo, ni siquiera he vuelto a sacar el tema frente a mi padre. Sé que me necesita, porque si me voy ahora, perdería todas las ganas de vivir, no puedo dejarle solo.


- Lo siento. No sabía nada.


- A veces falto a los entrenamientos porque tengo que llevar a mi padre al médico. Tiene rehabilitación. Los médicos de Hokkaido dicen que es muy posible que pudiera volver a andar, pero él… es como si no le importase no volver a hacerlo. Creo que cuando mi madre murió, se llevó consigo toda la esperanza de mi padre, quizá piensa que es su castigo por no haberla protegido, no lo sé, pero ni siquiera se esfuerza en la rehabilitación y ya no sé qué hacer para ayudarle.


Sasuke se había quedado helado con aquello. Desde luego la vida de Naruto no tenía nada que ver con la suya. Ahora su problema le parecía demasiado insignificante frente a lo que vivía aquel chico rubio sin pudor alguno que se mantenía desnudo bajo esa manta a su lado.


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