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Violento por sugarlimbo

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Notas del fanfic:

El primer fic de EXO ever en mi vida. Dedicado a la expresividad en persona: Linna

Notas del capitulo:

Como es un Drabble de 350 palabras, tuve que copiarlo dos veces por las exigencias de número de palabra de AY. Disculpen los inconvenientes. :)

La violencia se presenta de distintas formas. La que tú empleas, se la muestras con tus ojos, con tus gestos y con tu voz. Pero sin ninguna palabra, sin ningún acto que en realidad me permita ver con claridad lo que por él sientes o no sientes o en realidad resientes. Pero él ve el odio, ¿sabes? Lo percibe. Casi lo huele.

Pero insistes en no hacerlo real, en dejarlo en el aire ¿Qué puede hacer entonces? ¿Cómo reacciona a tus ataques si no te mueves?

Díselo. Muéstralo. Habla. Toca. Haz algo, pero hazlo ya.

Tu mirada le declara venganza pero ni culpable puede declararse cuando no sabe a qué se debe tanto odio. Tanta agresividad silenciosa. Tanto sentimiento que le quema la piel.

Y pasan los días  las semanas y él no puede más; porque la piel le arde cada vez que acercas tu mirada que le abrasa con ese calor que ella emite, que sólo ella puede emitir. Porque tu mirada ha cambiado, ha cambiado tanto que hasta estar cerca de ti se vuelve abrumador.

Y entonces él ya no resiste y deja salir de sus labios la interrogante que lo consume “¿Qué te hice?” pregunta. Exige. Ahogado, apunto de sofocarse.

Algo asustado, algo emocionado. Si tan solo le dijeras ya.

Y ese “naciste” medio susurrado termina siendo la respuesta que él termina por oír. Aunque se ve claramente que no es la que quería escuchar.  

Y esa violencia de tus pupilas se mueve por fin de tus ojos hacia tus brazos, hacia tus manos y toma forma. Se convierte en fuerza.

Físicamente, luego de tanto, expresas finalmente. Muestras con esa energía, con la misma impudicia de tus ojos. Y lo tomas fuerte de los brazos y lo besas.

Violentamente.

Y lo violentas. Y te responde igual.

Y la caricia se torna furiosa, casi apasionada.

Entonces, por fin cierras los ojos, Kim Jongin, y tu violencia está solo en ese beso. En tus labios, en tu boca húmeda y tus dedos que se contraen delirantes contra sus brazos.

Ahora, por fin, él entiende tus ojos, tu ira; tu violencia.

Ahora incluso puede que él te responda igualmente.

 

 

 

 

 

 

 

 

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La violencia se presenta de distintas formas. La que tú empleas, se la muestras con tus ojos, con tus gestos y con tu voz. Pero sin ninguna palabra, sin ningún acto que en realidad me permita ver con claridad lo que por él sientes o no sientes o en realidad resientes. Pero él ve el odio, ¿sabes? Lo percibe. Casi lo huele.

Pero insistes en no hacerlo real, en dejarlo en el aire ¿Qué puede hacer entonces? ¿Cómo reacciona a tus ataques si no te mueves?

Díselo. Muéstralo. Habla. Toca. Haz algo, pero hazlo ya.

Tu mirada le declara venganza pero ni culpable puede declararse cuando no sabe a qué se debe tanto odio. Tanta agresividad silenciosa. Tanto sentimiento que le quema la piel.

Y pasan los días  las semanas y él no puede más; porque la piel le arde cada vez que acercas tu mirada que le abrasa con ese calor que ella emite, que sólo ella puede emitir. Porque tu mirada ha cambiado, ha cambiado tanto que hasta estar cerca de ti se vuelve abrumador.

Y entonces él ya no resiste y deja salir de sus labios la interrogante que lo consume “¿Qué te hice?” pregunta. Exige. Ahogado, apunto de sofocarse.

Algo asustado, algo emocionado. Si tan solo le dijeras ya.

Y ese “naciste” medio susurrado termina siendo la respuesta que él termina por oír. Aunque se ve claramente que no es la que quería escuchar.  

Y esa violencia de tus pupilas se mueve por fin de tus ojos hacia tus brazos, hacia tus manos y toma forma. Se convierte en fuerza.

Físicamente, luego de tanto, expresas finalmente. Muestras con esa energía, con la misma impudicia de tus ojos. Y lo tomas fuerte de los brazos y lo besas.

Violentamente.

Y lo violentas. Y te responde igual.

Y la caricia se torna furiosa, casi apasionada.

Entonces, por fin cierras los ojos, Kim Jongin, y tu violencia está solo en ese beso. En tus labios, en tu boca húmeda y tus dedos que se contraen delirantes contra sus brazos.

Ahora, por fin, él entiende tus ojos, tu ira; tu violencia.

Ahora incluso puede que él te responda igualmente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 ;___Enero 2016

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Notas finales:

Perdón a las fans <3.

Todo en la vida es amor, trust me! 

 


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