“Recuerdo cuando te ví por primera vez, movías los labios fingiendo cantar, ese día captaste mi atención, eras un nerd pero por alguna razón no podía quitar los ojos de ti, más tarde estabas en el aula cantando tu suave voz salía poco a poco, casi avergonzada, se te notaba absorto cantando en ese pupitre, eras terrible, sin embargo, no podía dejar de verte, te ví desde el marco de la puerta poniendo tanto empeño en el canto, cantabas desafinado como si esa voz no correspondiera a tu cuerpo un cuerpo esbelto y blanco como la porcelana, no pude evitar ofrecer mi ayuda para que vocalizaras un poco mejor, ahora que lo pienso? Habrá gente que no te note? Digo, eres tan inteligente, y hay una aura de misterio a tu alrededor, una atmosfera en la que no dudé en irrumpir, sabes, me gusta mucho la forma de tu cuello es delgada y estilizada sobre ella nace tu cabello tan negro y brillante, fino como delgados hilos de seda que no hacen otra cosa mas que brillar intensamente y hacer un majestuoso contraste con tu blanca piel. las gafas definitivamente realzan tu porte intelectual, recuerdas nuestra primera vez juntos? Superaste todas y cada una de mis expectativas, ahora que te contemplo dormido veo como tus largas pestañas cubre tus párpados, y tu pecho sube y baja con tranquilidad, tus delgados labios no emiten ningún gesto pero todo en conjunto hace que se te vea tan tranquilo, hay tanto calor a tu alrededor que haces que mi corazón se tranquilice y mis ansias se ausenten, desde los últimos tres años y medio no podía evitar como sería este día el día que en te pidiera matrimonio, lo había pensado hacer de diferentes formas, una cena romántica… cantar con la guitarra tu canción favorita o simplemente llevarte a la playa y arrodillarme justo ahí. No pude hacerlo de ninguna forma, sólo compré los anillos más hermosos de la tienda y con una vorágine de nervios fui hacia ti.. a pedir que seas mi esposo un tifón se apoderó de mi pecho, el ver tu delicado rostro lleno de lágrimas sentía una fuerte contracción en todo mi ser, Te amo tanto Rihito, que no concibo la vida haciendo otra cosa que no sea amándote. Te abrazo mientras duermes llenándome de tí, esta será la primera que pasaremos como prometidos.”
********************************************************************************
El dorado cabello de Hikaru reposaba sobre el blanco futón, aún había un poco de frío, a pesar de ello se sentí tan tranquilo, como si nada pudiera perturbarle, Rihito sonrió al verle,
-Buenos días- dijo a su oído -Ya está listo el desayuno - sonrió al ver el par de anillos en el dedo anular de rubio
-Bueno días Rihito, es muy temprano, no?-
-Bueno, algo pero hay mucho que hablar – dijo tranquilo
-Está bien - dijo Hikaru tallándose los ojos, se miraron fijamente durante unos segundos, avergonzado Rihito bajó la mirada rodeó con sus delgados brazos a Hikaru
-Estamos comprometidos ahora – dijo mientras hundía su rostro en el pecho del rubio
-Te amo tanto – contestó Hikaru
Hikaru quedó sorprendido al ver la mesa preparada perfectamente, habían omelettes, café, fruta y sopa miso servidos y humeantes en la mesa, nunca se había esforzado tanto Rihito, todo olía fragante, el olor del café era lo que sobresalía, respiró profundamente llenándose de ese delicioso aroma.
-Espero te guste-
-Viniendo de ti hasta podría comer piedras -sentenció el rubio.
-No seas exagerado – Dijo mientras servía dos tazas de café, a la de Hikaru le puso crema y una cucharada de azúcar, admiró al rubio, aún estaba en pijamas, y los rizos se encontraban brillando a contra luz, parecía que tenía una hermosa aureola dorada, admiró detenidamente a su prometido, grandes ojos dormilones enmarcados con una largas pestañas, un brillo aperlado cubría sus párpados admiró la nariz afilada, pequeña como una pequeña bellota que brotaba de su rostro, como un pequeño brote que apenas y sobresalía en el hermoso rostro. Se acercó con lentitud hacia él, depositando un suave beso en los gruesos labios de Hikaru. -Ten tu café –
-Rihito, esta noche tengo que regresar a Tokyo –
-Está bien, supongo que no puedo hacer nada por que te quedes más tiempo –
-Ya pensaste como será nuestra ceremonia, qué te pondrás? Se te vería bien un traje Blanco-
-Desde luego que no iré de blanco, en cualquier caso si hay alguno que tendría que ir de blanco sería tu – dijo serio
-Sería una lástima, te verías adorable con un entallado saco blanco - Dijo Hikaru provocando un ligero sonrojo en el rostro de Rihito.
-Podemos hacer la ceremonia aquí en Kyoto –
-Había pensado hacerla en Tokyo, incluso podríamos invitar a Harasen - dijo al aire Hikaru
-Les dirás a tus papás?-
-Ya lo saben, incluso mi mamá me acompañó a elegir los anillos, mi hermana estaba muy feliz, casi lloró cuando le dije que te pediría matrimonio-
-Me siento muy feliz de escuchar eso, aunque pensándolo bien, sólo conozco a tu hermana mejor -
-Deberíamos hacer una cena después, para dar a conocer nuestros planes, tu sabes, necesito saber que tu padre me acepta como parte de tu familia.- dijo sonriendo Hikaru
Una enorme sonrisa se formó en el rostro de Rihito habían trascurrido casi cuatro años desde que conoció a Hikaru y no dejaba de sorprenderle todo de él, definitivamente era todo lo que lo hacía feliz, desayunaron amenamente sonrojados y llenos de emoción por que esta era una nueva etapa de sus vidas, a pesar de ser tan orgulloso y reservado, Rihito sabía que le pertenecía a Hikaru, a él le había mostrado todas y cada una de sus debilidades, lo conocía bien, se habían recorrido y besado cada centímetro de su piel, conocía su olor después de los conciertos, conocía ese gesto dulce que hacía al dormir, sabía que le gustaban los dulces y el café colombiano con crema y azúcar, la soda de limón, el punk y los Malrboro rojos.
-La próxima vez te visitaré yo.- dijo sonriendo Rihito
-Enserio?! – una sonrisa llena de expectación se creó en el rostro de Hikaru, llevaban 2 años manejando la relación a distancia, poco a poco Rihito iba cediendo, al inicio eran pocas las llamadas y mensajes, él lo visitaba mensualmente, a petición de el, tomaba el tren en cada visita, cada vez esa necesidad mutua incrementó, las llamadas eran cada vez más frecuentes y largas, en ocasiones hacían videollamadas para disminuir esa distancia que había entre ellos.
-Ven, vamos a bañarnos, necesito ir a la escuela a las 11 –
-ahhh es una lástima, está bien cielo – dijo el rubio con un gesto de resignación.
Entraron al enorme baño, el vapor del agua era denso y cálido, el primero el desvestirse fue Rihito, tenía unas pequeñas marcas en los hombros, Hikaru sonrió con orgullo cuando las vio “parecen lindas flores de cerezo” pensó admirando al pelinegro, enseguida se quitó la ropa para deleite de su pareja con la mayor lentitud posible, se metió a la tina.
-Tienes las piernas muy largas – dijo
-Tenemos casi la misma estatura, tu eres unos 2 centímetros más alto Hikaru-
Se besaron apasionadamente sintiendo el agua tibia rodeando sus cuerpos, querían saciarse, llenarse uno del otro para poder tomar fuerza durante el lapso que no se verían, el baño olía a lavanda, tan fragante que no hacía otra cosa que estimular todos sus sentidos, Rihito hundió su rostro en el ángulo que se formaba en el cuello de Hikaru, mordió y succionó con fuerza dejando una marca rojiza sobre la blanca piel del rubio.
-Prometo visitarte antes de que se retire la marca – Hikaru se ruborizó y admiró el cuerpo adulto de su pareja, había crecido tanto, no solo físicamente, sino que su mentalidad se había expandido y cada vez manifestaba más y más su amor hacia el rubio, los años le habían sentado de maravilla.
-Es una promesa entonces.- contestó abrazándolo fuertemente.
Salieron del baño cuando sus pieles se encontraban arrugadas por el agua y cuando esta misma se encontraba fría, se vistieron entre besos y caricias. Rihito tendría clases durante todo el día, caminaron bajo el sol de Mayo, tomados de la mano.
-Recuerdas la primera vez que nos besamos?-
-Como olvidarla- Contestó Rihito.
-Sabes, hay un concierto cerca de aquí próximamente, aún no sé la fecha, pero me gustaría que fueras con tus amigos.
-Por supuesto-Contestó Rihito
Atravesaron el enorme campus tomados de la mano a pesar de los rostros curiosos de los demás universitarios, había mucha gente en el campus pero eso no importaba, un aura cálida como el dia mismo rodeaba a ambos chicos, el sol no hacía nada más que hacer que las juveniles pieles brillaran sin piedad, llegaron al laboratorio donde Rihito tomaría sus clases de investigación.
-Bueno, es hora de despedirnos- dijo Hikaru soltando la fina mano.
-Te extrañaré tanto- Dijo Rihito rodeándole el cuello con sus brazos.
-Antes de que la marca desaparezca irás a visitarme, no?- Besó gentilmente la frente del pelinegro para bajar delicadamente hacia los delgados labios, ejerciendo suaves movimientos con los suyos lentamente ambos se fundían en un tierno beso, se besaron en el marco de la puerta hasta que el profesor los interrumpió para poder entrar. Hikaru se fue hasta que Rihito se puso la bata blanca y tomo su lugar, se despidió agitando la mano ante el rostro ruborizado de Rihito.