En los periódicos ya estaba la noticia impresa e incluso había visto que en las revistas de chismes también; en letras grandes y de un estúpido color chillón que hacia parecer que brillaba, su amada madre y tía se había encargado de hacerle la vida imposible, miro su celular ya sin batería de tantas llamadas que recibió ese día.
El Seijuru Akashi, alfa sangre pura, hijo de Masaomi Akashi y Shiori Jin; ambos dueños del imperio AKU y socios de las empresas K’, había heredado el color rojo de su madre; su cabello al igual que sus ojos tenían el mismo tono que los de Shiori pero heredo la mirada fiera de su padre junto con su tono de piel lechoso. La relación que llevaba con ambos no era tan estrecha; fue separado de ellos en varias ocasiones por asuntos escolares pero aun así, su madre era su adoración y hacia todo lo que ella quería; era como su talón de Aquiles pero no por ello haría el capricho de casarse.
Actualmente era un adulto joven de 23 años el cual desde hace tres años tuvo que adentrarse al ámbito empresarial debido a la muerte de su abuelo.
Tres años atrás, días después del funeral de su abuelo fue llamado por su padre, este necesitaba que regresara a Tokio para que tomara su lugar frente a la empresa ya que el haría lo mismo con el de su padre.
Akashi estando viviendo en Kyōto desde secundaria tuvo que mudarse para ayuda a su padre. Al principio todo estuvo bien, trabajaba más de ocho horas al día, hacía que todo saliera perfecto obligándose a mejorar cada día más y siguió así hasta tres años después que llego a sus manos el testamento de su abuelo, en el señalaba que sus todos sus bienes eran de su hijo y de su nieto pero había una condición, “Con pleno uso de mis facultades mentales incluso con una firma medica confirmando lo anterior estipulo que si mi nieto Akashi Seijuru a los 25 años de edad no ha tenido algún primogénito todas mis acciones y bienes serán pasadas al consejo de la empresa y otras donadas en caridad en la lista siguiente…”
El pelirrojo casi explota cuando su padre se le fue encima con estúpidos argumentos, a él no le interesaba el dinero de su abuelo, sabía que podría trabajar en el extranjero y le iría hasta mejor pero su padre no comprendía eso, para Masaomi lo más importante en esta vida era el poder y más si ese poder venía con dinero.
Lo que dio como resultado que su madre y tía buscaran una mujer con la cual poder engendrar un hijo, asunto que se le había ido de las manos, desde hace tres días la prensa lo había perseguido al igual que la mujeres, un sinfín de mujeres interesadas habían estado llamándolo una y otra vez ofreciéndose para ser la madre de su hijo.
Debido a la posición en que se encontraba no había podido tener pareja y su actitud no ayudaba en nada, cada mujer que se interesaba por él era por su dinero pero al conocerlo huían, las únicas relaciones estables que no duraron mucho fueron porque eran hijas amigas de su madre, el desprendía un aroma fuerte; entre dulce y picante, tanto mujeres como hombres se acercaban a él porque desprendía un olor a seguridad, aventura y dinero pero uno a uno se iban alejando.
Una semana después las cosas se clamaron un poco, el asunto de que su familia estaba buscándole una esposa paro, porque claro, a los medios decían que era una esposa lo que buscaban, ellos no tocaban el tema de engendrar un hijo para que su familia se quedara con los lujos que han tenido toda la vida.
Su vida había sido complicada desde antes de que fuera concebido, su abuelo tenía un serio problema al querer que su linaje fuera el mejor deseando que su primer nieto fuera un alfa sangre pura ya que su hijo no pudo serlo. Cuando su padre, un alfa; cumplió 20 años lo caso con la hija de un socio que al igual que su primogénito era un alfa; cuando estos dieron la noticia años después que en unos meses iban a ser padres, el abuelo hizo todos los estudios que tenía a su alcance para saber si su nieto sería un alfa sangre pura; cuando su madre tenía cinco meses los resultados dieron positivos cosa que empeoro las cosas, la seguridad que tenía su madre podía ser comparada con la que tuviera un rey, ella ya no podía hacer nada, su abuelo había puesto a su disposición un doctor, una enfermera, un chef y un ayudante para todo lo que necesitara, yo era un producto valioso o eso es lo que le decían a mi madre. Cuando la hora del parto llego el abuelo fue el primero en tenerme en sus manos; desde ese día estuve maldito, mi infancia no podía ser comparada con la de los otros niños, la mayor parte del día tenía un libro frente a mis ojos o una persona con una pizarra enseñándome algo nuevo, no fui a la escuela como los demás; siempre tuve tutores que enseñaban en un cuarto de la casa. Cuando tuve edad suficiente me fui de la casa y rente un departamento en Kioto para ya no tener que convivir con mi abuelo ni mi padre.
-----[]-----
- Por fin llegas, ya iba a cancelar la reservación – espeto con enojo un hombre de cabellera negra que igual que el vestía un traje negro -.
- Me retrase un poco – respondió el pelirrojo mientras un mesero los llevaba a su mesa -.
- ¿No has dormido?, tus ojeras te delatan y más porque eres como un vaso de leche – como no obtuvo respuesta del pelirrojo continuo - ¿Sigues con el problema de tu hijo? –
- Si, ese asunto ya se me ha ido de las manos – contesto pasando sus dedos por el rojo cabello -.
Dejaron de hablar cuando otro mesero llego con el menú, cuando este se marchó continuaron.
- Yo puedo ayudarte con eso – continuo mientras veía el menú – quizá pida Carpaccio de Verduras o Espaguetis con gambas al ajillo -.
- Para que estoy aquí aparte de pagarte la cena – dijo mientras veía el menú -.
- Encontré en internet algo que te podría ayudar pero primero hay que cenar, hoy salí hambriento del trabajo –.
- Ahora ya podrías decirme que encontraste, se supone que tenía que llegar a las 9:00 pm a mi casa porque mi madre quería tomar un te conmigo -.
- Si, ya voy – dijo mientras sacaba unas hojas de su saco – encontré en internet este lugar – se trata de una asociación que ayuda a los omegas cuando estos ofrecen su vientre para parejas infértiles o madres solteras que no puedan procrear y pensé, ¿Por qué no?, tú necesitas un hijo y ellos te lo pueden dar –.
La cena termino con un pelirrojo confundido, había prometido a su amigo Reo revisar la información que le dio, aunque por sus palabras sabía que era una fuente confiable pero aun así él quería darle su visto bueno.
Cuando terminaron se despidieron y cada uno se fue por su lado con la promesa de verse el día siguiente para revisarlo con más atención; ya en el auto siguió pensando, la palabra omega sonaba constantemente dentro de su cabeza, quizá no sería mala idea, sería como matar dos pájaros de un tiro; tendría un hijo sin tener que casarse, al llegar a la casa de sus padres alejo esos pensamientos, seguiría compartiéndolos con su almohada más tarde.
-----[]-----