La capilla destellaba de tanto brillo y olía de maravilla por todas las flores que estaban colgadas en todas partes, los novios relucían contrastando el color caoba de la misma, ella con un vestido ceñido al cuerpo que le sentaba a la perfección y el con un smoking negro que mostraba lo ocupado que había encontrado todos esos años jugando basquetbol. Las damas de honor contrastaban con un vestido morado uva al igual que los caballeros con un smoking negro, pero con una corbata a juego con ellas, solo el padrino iba igual que el novio, smoking negro con una corbata roja, en sus ojos se podía observan tristeza, una tan vasta que contagia a más de uno si le prestaba atención.
“Acepto” – contesto el novio y para cerrar el sacerdote les dio a ambos la bendición y lo siguiente que supo era que el juramento se estaba sellando con un beso.
Los invitados que se encontraban en la iglesia se encontraban felices por el suceso, al fin Hyuuga, se había casado, el hombre se encontraba gustoso regalándoles sonrisas tímidas a los presentes.
Sus colegas tuvieron un momento con el novio para poderlo felicitar mientras la novia era arrastrada por otros invitados, la mayoría de sus amigos se encontraban allí, todos sonriendo mientras felicitaban al recién casado incluso se pudo ver en Kuroko una pequeña sonrisa cuando le dio un abrazo. Cuando fue el turno de recibir la felicitación por parte de Teppei, sintió que se sofocaba, algo en el hacía que lo mareara desde hace días, pero restándole importancia aceptó el abrazo inhalando el aroma, ese aroma entre picante y dulce que le recordaba la canela, sería la última vez que estarían así de cerca.
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Ya en la recepción, la cual era un éxito total, fue instalada en uno de los salones más famosos de la ciudad, los novios bailaban en el centro de la pista ambos brillaban robando muchas miradas, algunas de felicidad y otras de envidia por lo felices que se veían.
En otra parte del salón en una mesa en especial, más de uno miraba de reojo a Teppei, ellos sabían que existió algo más fuerte que una simple amistad entre el antiguo capitán y el pero aun así nadie dijo nada, solo se limitaban a observar los movimientos del castaño, los alfas del lugar podían sentir el aire tenso, se podía sentir el fuerte olor a canela penetrando en las fosas nasales de todos los presentes, los omegas por otro lado sentían el aire pesado e incluso les era difícil inspirar por lo que algunos chicos cambiaron de lugar con ellos para que no les pasara nada. Cuando Teppei se levantó y se dirigió al bar los demás se lanzaban miradas para ver quién podría hacerlo entrar en razón para que nada malo sucediera, siendo Kuroko el que le siguió segundos después, ante la mirada de todos ellos se podía observar incredulidad e incluso miedo por parte de uno de ellos.
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“¿Quieres uno también?” – pregunto el castaño señalando un shot de vodka -.
“Claro, porque no” – contesto el peli azul sentándose a un costado del castaño -.
“Estoy bien, no tenías por qué venir a vigilarme, sabes que yo no haría una escena” – dijo gruñendo ante lo último, su vaso giraba entre sus manos -.
“Lo sé, solo quise venir a platicar” – tomo completo su trago, lo necesitaba, cualquier cambio emocional que tenía su amigo le afectaba, aunque tenía pareja su celo estaba próximo y los cambios que sufría lo afectaban más de lo que quisiera.
“Vienes a reprocharme ¿quizá?” – ante una negativa del peli azul continuo – “Yo más que nadie sé que pude hacer algo pero no quise, él se veía muy feliz y yo haría lo que estuviera entre mis manos para que así siguiera siendo” – la voz fue apagándose a cada palabra hasta decir lo último en un susurro, le estaba afectando de una manera que no creía posible, el omega que había elegido para pasar el resto de su vida le fue arrebatado de sus manos, su mente lo sabía pero su corazón aún se resistía –“Los demás te esperan” – dijo señalando la mesas –“No creas que no vi a Kagami hace un momento, quizá piense que ahora que no tengo a nadie le pueda quitar a su pareja, tan mala persona me creen ahora” – su cabeza bajo hasta dejarla a la altura del vaso -.
“¿Crees estar haciendo lo correcto?, él pudo haber sido feliz contigo – hablo restándole importancia a lo otro que dijo – “Y no, no es porque Kagami esté pensando que me vallas a alejar de él, eso es mucho para su mente” – eso hizo que el castaño sonriera, la verdad a quien no le daría risa eso, hasta el sonrió, solo un poco –“sino porque está preocupado por ti, él sabe por lo que estás pasando” – ahora fue Kuroko quien bajo la mirada –.
“Viniste a darme ánimo y ahora eres tú el deprimido” – dijo haciendo que el otro levantara la cara –“No me arrepiento de lo que hice, si, lo voy a hacer porque aunque sé que ya no está libre mi corazón tiene una pequeña esperanza pero pronto morirá como todo lo que paso entre nosotros, yo solo era un juguete para él” – sabía que Kuroko lo contradeciría pero se quedó callado cosa que agradeció internamente, de pronto sintió la garganta seca así que volvió a pedir otro shot de vodka e hizo que le dejaran la botella para servirle uno más al peli azul –“Solo fui recurrido cuando el necesitaba algo, no me quejo porque yo lo hacía sin importar que no me quería, supuse que lo que sentía era suficiente pero no fue así” -.
El peli azul ya no comento nada, entendía que si expresaba algo podría empeorar más las cosas así que se dedicó a escuchar todo lo que decía el castaño, después de unos minutos comenzaron a platicar cosas banales, a los diez minutos ya se encontraban mareados, más Kuroko que comenzaba a decir cosas que hasta a él le daban vergüenza, no estaba lo suficientemente borracho por lo que usaría eso más adelante, cuando la oportunidad se diera, con una llamada y dos minutos más Kagami se acercó para llevarse al más bajo, quien ya ni ponerse de pie podía, fue una imagen graciosa cuando el peli azul intentó besar al pelirrojo. Esas personas no eran sus amigos, eran su familia que sabía que podría contar con ellos en cualquier cosa que necesitase.
Ya no se sentía cómodo en el lugar así que opto por irse, le dejo propina al bar tender y fue a su mesa para despedirse de sus amigos, cada uno le dedico una sonrisa que le indicaban que comprendían su ida, cuando puso sus ojos en el centro del salón lo vio, tan feliz que hizo que sintiera una presión en su pecho, cuando el pelinegro volteo fue como si el mundo se congelara y solo estuvieran ellos dos, con una sonrisa el castaño se despidió. Todo quedaba atrás pero entendía que el proceso sería doloroso, esos momentos que le supieron a gloria ahora solo le hacían sentir miserable, todos esos recuerdos los tenia grabado a fuego en su cuerpo pero sabía que saldría adelante, lo sabía y con una última sonrisa abandono el salón sin mirar atrás.