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CAMINANDO A TÍ por MAFITA

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Notas del capitulo:

Holas... esta vez el muso fue generoso conmigo, por eso yo también estoy siendo generosa con ustedes... espero que disfruten el capi!!!

Holas!!!! Estoy de vuelta, en menos tiempo del esperado, jejeje…. Con un nuevo capi de este fic… quera aprovechar para agradecerles a tod@s por sus lindos reviews… me hacen feliz!!!! Y de paso me dan motivacin para seguir escribiendo… Acerca de la continuacin, me da gusto que haya tenido aceptacin la pareja propuesta, espero que l@s que an no me dan su opinin, me dejen sus comentarios acerca de esto…. Ahora si, sin ms palabreo… seguimos con el fic!

CAPTULO 18:

Las semanas que siguieron al juicio fueron de gran actividad para todo el grupo NG (N/A: ya sabemos quines son, no creo que necesite decirlos uno por uno, no?).

Hiro y Shuichi, junto con la Sra. Nakano, pasaban la mayor parte del tiempo organizando todo para la boda del pelirrojo con K, quien, junto con Yuki, se vieron arrastrados a un remolino de invitados, catering, locales para la fiesta, y en general, todo lo que se deba tomar en cuenta para el gran da.

Cuando K quiso contratar a una organizadora de bodas para que se encargara de todo, Shu y la Sra. Nakano casi ponen el grito en el cielo, pues queran encargarse de todos los detalles personalmente, para asegurarse de que todo saliera como deba salir.

“Ah, no! Nada de eso!!” haba dicho la Sra. Nakano, mirando al rubio con severidad. “Este tipo de cosas es mejor verlas personalmente, no contratar a alguien para que las haga! De ninguna manera! Nosotros veremos todos los detalles personalmente y no se hable ms! Ahora, anda con Hiro y aydalo a hacer la lista de locales por visitar. Rpido!”

Luego de eso, a K no le qued ms remedio que quedarse callado y ayudar en lo que la madre de Hiro le encargara.

“P*ta Madre! …se es trabajo de mujeres! Para qu mi*rda voy yo a hacer nada si ella luego va a…” deca K, fastidiado, mientras iba a hacer lo que le haban encargado (N/A: quin lo hubiera dicho… K haciendo lo que una mujer le dice…. Jejeje…. Y ni siquiera puede usar su mgnum, porque capaz que la mam de Hiro se la tira de verdad, sin posibilidad de recuperarla… jejeje…).

Por otro lado, Yuki tambin haba tenido que ayudar, pues no solamente haba tenido que lidiar con el berrinche que arm su koi cuando se neg a hacer nada, sino que con la mirada amenazadora de la Sra. Nakano.

“T vas a encargarte de ver los detalles con la gente del catering” le haba dicho la mujer, una vez que el escritor haba accedido, a regaadientes, a ayudar en la boda. “Y deja ese cigarrillo de una buena vez, que no le hace bien a mi futuro nieto! Y es as como esperas que Shuichi salga en estado???? Atentando contra la salud de todos a su alrededor, en especial del embarazado?”

“Pero Shuichi no est embarazado, y no lo estar en mucho tiempo todava!” haba respondido el rubio, fastidiado.

Sin embargo, apenas solt aquellas palabras, se arrepinti, pues a Shuichi le cambi la cara al instante, comenzando a llorar poco despus.

“No quieres tener hijos, Yuki??? Pero… porqu?? Si yo quiero tener hijos!!!! Yo quiero tener la barriga hinchada, y dolores de espalda, y antojos y dolor de pies y todo!!!!” grit el pelirrosa, llorando a grito pelado.

Yuki sinti una pequea gotita de sudor bajar por su cuello y perdi todo el color que tena en la cara y, de paso, el cigarrillo recin prendido, que cay al suelo sin que su dueo lo notara, pues el rubio estaba concentrado pensando en la manera de quitarle del cerebro la idea de tener nios a Shuichi.

Otra cosa que haba incrementado el deseo de tener hijos del pelirrosa era que por fin haban terminado de arreglar el cuarto del futuro beb del pelirrojo, que sera el que fue el cuarto de ste durante meses, ya que Hiro ya se haba mudado completamente a dormir con K (N/A: Por varios motivos que nosotr@s ya sabemos, no? Jejeje….).

El estar rodeados ropita, botitas, juguetes y todas las cosas de beb, haba incrementado los deseos de procrear que tena el cantante, para terror de su koi.

As haban pasado las semanas, y Hiro pareca estar a punto de reventar de lo grande que se haba puesto. El Dr. Nakankari haba dicho que estaba en perfecto estado y que el beb estaba a una semana de nacer, y que hasta entonces el pelirrojo poda seguir haciendo su vida normal.

Ese da, Hiro estaba con Yuki y Shuichi en el Centro Comercial, comprando cosas de ltima hora para el beb. Acababan de salir de una de las tiendas, cuando el pelirrojo emiti un gemido muy quedo y se tom la enorme barriga con las manos.

Inmediatamente, el pelirrosa se acerc a su amigo, con cara de preocupacin.

“Hiro… Ests bien? Te duele algo?” pregunt Shu.

“S-si, no te preocupes, Shu, no pasa nada, estoy bien, nicamente fue un calambre… los he estado teniendo todo el da” apenas termin de decir stas palabras, sinti una nueva punzada en el bajo vientre, que le hizo gemir ms fuerte, mientras que un pequeo charco de lquido transparente y con olor a leja, pona en evidencia lo que haba sucedido. (N/A: eso del olor a leja lo saqu de mi mam, ella me cont que el lquido amnitico, cuando se le rompe la fuente a una embarazada, huele a leja).

“Y se olor?” pregunt Shu, sintiendo el olor a leja que impregnaba el ambiente.

“Este…. Shu….” dijo Hiro, tomando el brazo del pelirrosa con una mano, mientras la otra se tomaba fuertemente el vientre. “Soy yo”

Estas dos insignificantes palabritas fueron suficientes para que el pnico se desatara. Ambos, Yuki y Shu, miraron hacia abajo, y, al ver el lquido chorreando de Hiro, comenz el pnico.

“AAAAAHHHHH!!!! El beb est por nacer!!!!” grit Shu, sin saber qu hacer. “Hiro!!!! Necesitas algo!? Dime algo! Lo que sea!!!”

“Llvame…. A la clnica…. Ahora!!!!” logr decir Hiro, mientras apretaba con fuerza el brazo de Shu, el cual todava tena agarrado.

“Yuki…. Haz algo!!!” dijo entonces el pelirrosa.

Al or su nombre, el rubio, que no haba podido reaccionar an, sali de su estupor, mirando a Hiro como si ste fuera una bomba de tiempo. Luego de un momento de indecisin, el escritor se acerc al pelirrojo y lo carg en brazos.

“Vamos Shuichi” dijo, tratando por todos los medios, de no perder el poco control que tena sobre s mismo, ya que tenan un pequeo grupo de personas mirndolos, y no quera hacer un papeln en frente de todos ellos.

Shuichi, por su lado, corra, ms que caminaba, al lado del rubio, tomando la mano de su mejor amigo y tratando de darle nimos.

“Tranquilo, Hiro, ya vers que no te va a doler nada… aunque mi mam me dijo que cuando ella nos tuvo a Maiko y a mi, le pusieron una inyeccin con una agujota enorme que te ponen en la columna…. Dijo que si la ponen mal uno se puede quedar cojo de por vida…. Pero bueno… el Dr. Nakankari es bueno y no te va a pasar nada… salvo que el beb venga de pie o haya alguna complicacin…” deca el pelirrosa, sin darse cuenta de que el pelirrojo estaba ms plido que antes y se aferraba con fuerza al cuello de la camisa del escritor, que miraba de vez en cuando a Shuichi con ganas de matarlo por estar diciendo tanta idiotez.

“Shuichi… cllate” dijo simplemente el escritor, en cuanto llegaron al auto de ste ltimo, mientras abra una de las puertas traseras del auto y colocaba ah echado al guitarrista. Luego, voltendose a ver a Shu, le dijo “Mtete ah con l”

Obedeciendo, el ahora callado Shuichi, entr a auto y se coloc a la altura de la cabeza del pelirrojo, poniendo sta encima de sus piernas.

Una vez que el rubio estuvo tras el volante, coloc la llave en el contacto y dio la vuelta, con intencin de prender el vehculo, pero…. Nada pas.

Intent otras dos veces ms prender el auto, pero el dichoso aparato no prenda. Volte a ver el rostro adolorido de Hiro y el preocupado de Shu, y, nervioso, trat con ms ahnco de prender el auto, hasta que, despus de varios intentos, logr su cometido.

Soltando un suspiro de alivio, se dispuso a conducir el vehculo, dirigindose a la avenida que lo conducira ms rpidamente a la clnica.

“Maldito aparato de mi*rda…. Apenas termine todo esto te voy a tirar al basurero” pensaba el rubio mientras manejaba. Luego se volvi a mirar al pelirrosa.

“Shuichi… llama a K y avsale que estamos camino a la clnica” dijo Yuki, en cuanto se toparon con el primer semforo.

Shu estuvo por varios minutos tratando de comunicarse con K, o con alguno de los familiares de Hiro, en vano, hasta que luego de 15 minutos se comunic con el rubio manager.

“K! Por fin te ubico!” dijo el pelirrosa, con rapidez, sin dejar hablar al gringo. “Estamos camino a la clnica, el beb ya va a nacer. Te esperamos all”

Acto seguido, colg el aparato, sin importarle que, al otro lado de la lnea, el pobre K hubiera entrado en estado de shock, y hubiera cado desmayado.

Yuki, mientras tanto, trataba de conducir lo ms rpidamente posible, pues not que cada cierto rato los gritos y gemidos de Hiro se incrementaban.

“No puedo creerlo… ni siquiera es mi hijo el que va a nacer… cuando vea a K lo voy a castrar… por si acaso…” pensaba el escritor, mientras conduca por la ciudad a toda la velocidad que el auto daba.

Tratando de no entrar en pnico, el rubio apret el acelerador con fuerza, sin notar que se acababa de pasar una luz roja, hasta que escuch la sirena de la polica tras l, ordenndole detenerse.

“P*ta madre que lo pari!” grit Yuki, desesperado, golpeando el volante mientras se detena a un lado de la avenida. Luego, con la voz ms tranquila que pudo, pregunt al oficial que se le acercaba “Pasa algo, oficial?”

“Si, seor, pasa que se acaba usted de pasar una luz roja, adems de ir a 100 en una zona de 80” dijo el oficial, sacando una libretita y preparando la papeleta.

“Podra apurarse, oficial? Tengo algo muy importante que hacer” dijo el rubio, resignado a la papeleta y a la vez tratando de perder la menor cantidad de tiempo posible.

“Qu insina?” dijo el polica, con voz peligrosa.

“Nada, oficial, nicamente le ped que se apurara porque necesito irme rpido” dijo el escritor, comenzando a desesperarse.

“Eso es una falta de respeto a la autoridad! Solamente por eso le pondr una papeleta ms!”

“Lo que sea, oficial, pero aprese!” dijo el rubio, nervioso. Y agreg antes de que el polica pudiera manifestar su enojo “Tengo a un embarazado a punto de parir, y si no quiere que d a luz en la calle… aprese!!”

Al representante de la ley le cambi la cara por completo.

“Ah, bueno… siendo as la cosa cambia… olvdese de las papeletas seor… avance tranquilo” dijo entonces, para luego dirigirse a su motocicleta y partir.

Yuki, aliviado de haberse librado de, no una, sino tres papeletas, reanud la carrera al hospital, rezando para no sufrir ms contratiempos en el camino y tratando de compensar por el tiempo que el polica le hizo perder.

Pero la suerte no estaba con l. Unos metros ms adelante, se encontr con otro semforo en rojo. …ste no se lo vol, sino que par, como buen ciudadano que es (N/A: Ja! Que buen chiste…), pero lo malo no fue eso, sino que entre los transentes que cruzaban la pista, se encontraban dos chicas de secundaria, que, casualmente, voltearon y reconocieron a Yuki.

Lgicamente, al ver al rubio al volante, y an ms, al ver a Shu y a Hiro en el asiento trasero, se acercaron corriendo y gritando histricas.

Al llegar al auto, ambas chicas metieron los brazos por la ventana y comenzaron a jalonear al pobre rubio, en su afn por meterse al menos la mitad del cuerpo dentro del carro, para poder ver a los miembros de Bad Luck que se encontraban dentro (N/A: no se les ocurri pensar en abrir la puerta…. Babosas!!!).

Apenas el escritor vio el cambio de luz, quin sabe cmo, pis el acelerador hasta el fondo, sin importarle que las chicas estuvieran medio dentro del auto.

Cuando al fin se vio libre de ellas (solamente duraron media cuadra colgadas del auto como banderines), el pobre rubio suspir profundamente, volviendo a concentrar toda su atencin en el volante en cuanto Shuichi le grit para evitar que se estrellara contra un rbol.

Finalmente, el tro lleg a la clnica. El rubio estacion el auto con un rechinido de ruedas, justo frente a la puerta, para despus salir rpidamente y, tras dejar bajar a Shu, tom nuevamente en brazos a un adolorido Hiroshi.

Tras cruzar las puertas de la clnica, el rubio dirigi sus pasos hacia la central de enfermeras, mientras buscaba con la mirada a K.

“Puedo ayudarle en algo?” pregunt una enfermera sentada ante el mostrador de la central.

“Tengo a un embarazado en trabajo de parto…. Necesitamos al doctor…” dijo Yuki, siendo interrumpido por Hiro.

“Necesito al Dr. Nakankari” dijo, con voz dbil.

“Lo siento mucho, seor, pero el Dr. Nakankari no se encuentra en la ciudad en este momento… regresa maana en la tarde… si puede esperar…” dijo la enfermera, pero el pelirrojo no la dej continuar.

“Estoy cansado, adolorido y hace rato que se me sale el hijo!!! No me interesa cmo, pero, o me trae al Dr. Nakankari, o me trae inmediatamente a otro mdico… PERO YA!!!!!” grit Hiro, perdiendo la paciencia rpidamente.

“Est bien, seor, como guste” dijo la mujer, haciendo una seal para que se acercara un enfermero con una silla de ruedas. En cuanto se acerc, le dijo “Lleve al seor…”

“Nakano, Hiroshi Nakano” contest Shu en el acto.

“Al seor Nakano a una de las habitaciones del ala de maternidad, y llame al Dr. Nishino enseguida” termin la enfermera.

El enfermero tom a Hiro de los brazos de Yuki y lo puso en la silla de ruedas. Una vez el pelirrojo estuvo instalado en la dichosa silla, el enfermero comenz a llevarlo a una habitacin libre, seguido de Shu y Yuki.

Justo en ese momento, las puertas de la clnica se abrieron para dar paso a un preocupado K, que, a paso de polca, entr en el lugar y, ubicando a su koi con la mirada, se acerc, con cara de preocupacin. (N/A: a paso de polca quiere decir rpidamente, no vayan a pensar que entr bailando polca…. Jejeje….).

“K!” dijo Hiro en cuanto vio al rubio acercarse “Porqu demoraste tanto?”

“I’m sorry, koi… en el apuro de venir, estrell el auto contra un poste en una curva. No te preocupes” dijo, en cuanto vio a Hiro abrir la boca para escupir preguntas “Iba yo solo y estoy bien…. Micky no estaba conmigo, sino que est con Noriko…. Llam a tus padres y a Yuuji, estn en camino…”

Entonces fue cuando llegaron a la habitacin. El enfermero estacion la silla de ruedas a un lado de la cama, y se dio la vuelta para trasladar al embarazado a la misma, pero K se adelant y, cargando a su koi, lo deposit suavemente sobre las sbanas.

“En un momento el Dr. Nishino estar con ustedes” dijo el enfermero, mientras conectaba a Hiro a unos aparatos de monitoreo, y una vez se hubo asegurado que todo estaba en su lugar, sali de la habitacin, dejando al cuarteto en ella.

“Qu pas con el Dr. Nakankari?” pregunt entonces K, confundido.

“El Dr. Nakankari no est en la ciudad, K, regresa maana, pero el beb ya habr nacido para entonces, as que van a llamar al doctor de turno, el Dr. Nishino, para que me atienda” explic Hiro, un poco ms tranquilo ahora que ya estaba conectado a los equipos y echado en una cama cmoda, y no en el auto de Yuki.

“Pero… Ser bueno ste doctor?” pregunt el rubio, dudoso.

“No te preocupes tanto, K, estoy seguro que no dejaran que a Hiro lo atendiera un mal mdico” dijo Yuki, tranquilo ya, luego de la odisea para llegar hasta all.

Entonces, los dos rubios y el pelirrosa se acomodaron en los asientos que haba en la habitacin, llevando K el suyo hasta la cama del embarazado y, sentndose a su lado, le tom la mano, trazando crculos que resultaron tranquilizantes para el chico.

Estuvieron as un rato, en silenciosa espera, hasta que el mdico de turno, el Dr. Nishino, entr en la habitacin, y envi tanto a Shu como a Yuki, a la sala de espera, mientras l revisaba al embarazado.

Tambin haba querido botar a K, pero ste le ense a su amada mgnum, y el pobre hombre, asustado, haba accedido a dejarlo quedarse en la habitacin.

Hiro haba sonredo divertido al ver los intentos sobrehumanos de K por no saltar sobre el mdico para matarlo durante la revisin, pues el rubio consideraba que el nico que poda tocar al pelirrojo de esa “manera” era l.

Una vez que la revisin termin, el mdico se quit los guantes quirrgicos y, botndolos al basurero de la habitacin, se dirigi a la pareja.

“El Sr. Nakano est dilatado a 5, todava tenemos que esperar a que dilate hasta 10. Por otro lado, como el Sr. Nakano tuvo ruptura de fuente antes de tiempo, va a tener un parto seco. An faltan varias horas hasta que el momento del nacimiento se d” explic el hombre.

“Cunto tiempo ms se demorar en dar a luz?” pregunt K, preocupado por se asunto en particular.

“Eso debe ser en unas dos a cuatro horas, para saberlo tenemos que estar revisndolo cada media hora, para ver su progreso. Por ahora todo va como debe ir, pero quiz se demore un poco ms de lo normal, pues me informaron que es primerizo, y eso es normal en primerizos” contest el mdico, intentando tranquilizar al preocupado rubio.

Luego de dicho esto, el mdico sali la habitacin, dejando indicado a un enfermero que se asegurara de que nadie ms entre, aparte del personal autorizado.

Las horas que siguieron fueron interminables para la pareja. Como a la media hora de haber salido el mdico, ste regreso, pero sa vez acompaado de la madre de Hiro, que entraba a la habitacin con una expresin entre preocupada y molesta.

La mujer explic, una vez estuvieron solos, que no la haban querido dejar entrar a ver a Hiro, y, furiosa, exigi hablar con el director de la clnica, haciendo tal escndalo, que el Dr. Nishino, quien se diriga de nuevo a la habitacin del pelirrojo para la siguiente revisin, tuvo que dejarla entrar junto con l.

Hiro estaba cada vez ms cansado y desesperado porque el beb “salga de una mald*ta vez”. Haban pasado ms de 5 horas desde que el Dr. Nishino le revisara por primera vez (casi 5 horas y media), y a pesar de que el pelirrojo estaba ya con la epidural puesta, y con todo listo para el parto, el bendito hombre no daba la seal esperada.

Por fin, en cuanto el mdico entr a la habitacin y revis al chico por ltima vez, el mdico dio las tan esperadas rdenes.

“Enfermero, preprese para ayudarme, ste beb ya est listo para salir” dijo el mdico, colocando las piernas del pelirrojo en alto, y colocndose en medio de ellas, listo para ayudar al pequeo a nacer.

“Cuando le diga que puje, puja” indic, esper unos cuantos segundos, mirando el monitor que controlaba las contracciones, esperando la siguiente. Cuando vio venir una, dijo “Puje” y Hiro, agarrado de la mano del rubio por un lado, y de la mano de su madre por el otro, puj con todas sus fuerzas.

K trat de animar al pelirrojo en una que otra ocasin, pero, viendo la violenta reaccin del chico cada vez que lo haca, decidi no seguir hacindolo.

“Anmate, ya falta poco” dijo en una ocasin K.

“K… si no… te callas… de una p*ta vez… ste ser… el ltimo hijo que yo vaya a parir… porque pienso…. castrarte…. Entendiste???” haba soltado el guitarrista, molesto con su koi por no darse cuenta de que sus palabras no lo aliviaban en nada, sino que lo ponan peor.

As estuvieron cerca de media hora, hasta que finalmente, con un descomunal grito por parte de Hiro, se dio el ltimo empujn, y, poco despus, se escuch el llanto de un beb.

“Beb… mi beb….” dijo Hiro, llorando mientras extenda los brazos para recibirlo de manos del mdico, quien haba ya cortado el cordn umbilical y lo haba limpiado.

“Felicidades, Sr. Nakano, tiene usted un varoncito” dijo el mdico al entregrselo.

Una vez lo tuvo con l, el pelirrojo comenz a revisarlo frenticamente, sintiendo la necesidad de asegurarse que est sanito y completo.

Luego, cuando ya estuvo seguro de que no tena nada malo, se dedic realmente a mirar a su tesoro, dndose cuenta de que era muy parecido a Shinji, pues tena una pelusita de color negro azabache, y el pelirrojo podra apostar lo que sea a que su niito tendra los mismos ojos mbar de su padre.

El nombre que le dara casi brot de sus labios, como lo ms natural del mundo.

“Shinji… Winchester Shinji… se ser su nombre… Te gusta, K?” dijo el chico, mirando a su pareja, con la duda sembrada en los ojos.

El rubio lo mir fijamente por un segundo, y luego, sonriendo clidamente, acarici la cabecita del pequeo y besando a la madre, contest:

“Claro que s… es un nombre perfecto… honraremos la memoria de un gran hombre de sa manera…”

“Gracias, K… gracias” dijo el guitarrista, logrando besar a su niito en la cabecita antes de que se lo quitaran, quedndose dormido casi inmediatamente.

***

Horas ms tarde, durante la noche, cuando la clnica estaba en el ms absoluto silencio, una sombra se desplazaba hasta la zona de recin nacidos, entrando en la habitacin, una vez se hubo asegurado de que no haba ninguna enfermera que le estorbara.

Busc entre las pequeas cunas, hasta encontrar uno nombre o una figura familiar. En cuanto la sombra se top con el nombre “Winchester Shinji”, inmediatamente alz la vista para ver al infante y comprobar la corazonada que tena.

Luego de un minuto de vacilacin, tuvo la seguridad de que era el correcto, y, una vez hubo tomado con delicadeza para evitar el llanto, dej un sobre encima de la camita.

Con paso sigiloso, la sombra se alej de aquella planta, y, poco ms tarde, de la clnica, llevando en los brazos aquella preciada carga.

***

Bueno… hasta aqu lleg el capi por hoy… s que much@s me van a querer matar por dejarlo ah… jejeje… pero no pude evitarlo, tan solo un poquito ms de angustia para nuestra parejita antes del final feliz. Faltan dos capis para el final, el ltimo captulo y el eplogo, luego de eso, depende de ustedes si publico la continuacin. Pueden opinar acerca de esto ltimo a travs de los reviews, que me darn mucha inspiracin (lo que hara que escriba ms rpido y por ende publique antes), y tambin me darn una idea de lo que quieren ustedes.

Nos leemos prontito!

Besitos.

MAFITA.
Notas finales: No se olviden de dejar reviews!!!!

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