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Give me more por Hedwoken

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Notas del fanfic:

Escrito con amor por el anticristo y las mosqueteras del porno 😏 

Notas del capitulo:

Hola!!! Estoy aquí con un OS que apareció de manera espontánea un 29 de diciembre en una conversación de whatsapp, gracias al hermoso video de instagram que subió Jiyong donde decía: "I want more". 😏 estúpido y sensual Jiyong 💜 

Como empezamos a cavilar y morbosear al respecto, (todo el TL, en realidad) y no somos nada mal pensadas empezamos a armar, por turnos, ésta historia en el whatsapp. Luego de pulirla y demorarnos un poco en unirlo (porque estábamos ocupadas 😂 lo juro) , se nos ocurrió subirlo... porque arriba el porno!!! 😂

Con amor del anticristo (sho) + mis bellas mosqueteras del porno: 😏 Lene @JimmyAndClaudia, Liz @BBLiiz y Eren @nekodida13, aquí les dejamos el OS 😜

De las Pervert VIP con amor ¬u¬

Enjoy 🌚

 

Jiyong llegó a su casa después de un agotador día de trabajo. Se dio una ducha y se puso el pijama. Con su pelo aún húmedo, se dirigió al minibar y se sirvió un whisky para terminar de relajarse, se sentó en su cómodo sofá y encendió el televisor. Rápidamente, apareció ese ser tan perfecto ante sus ojos, hablando elegantemente con esa voz ronca que le erizaba cada centímetro de su ser. Maldita sea. Un repentino calor subió por todo su cuerpo y sin darse cuenta cogió el teléfono. Marcó el número y esperó con impaciencia a que timbrara un par de veces.
- ¿Mmmmmhhh?
- ¿Estás dormido?
-… Mmm… Ji… Es tardísimo… ¿Qué pasa?
- Nada importante… Solo que… I'm horny, baby…

Una risa ronca se oyó del otro lado de la línea. Escuchó cómo las sábanas crujían al deslizarse por su cuerpo, que en la mente del menor, estaba desnudo.
- ¿Y quieres sexo telefónico para aliviarte? - amaba su voz ronca cuando recién despertaba.
- Nunca es una mala hora para un buen y merecido orgasmo... Ya deberías saberlo. - habló con la voz más seductora que pudo, tensando instantáneamente y de manera deliciosa una parte clave de la anatomía del mayor, el cual ya no sentía sueño, en lo absoluto.
- Si tanto quieres jugar, mocoso travieso, a jugar se ha dicho.
El menor soltó una risita traviesa antes de responder.
- Así me gusta, que siempre estés dispuesto a todo y en todo momento… Dime, Choi, ¿estás usando una de esas pijamas tan sensuales que tienes por montones?
Ji obviamente bromeaba, pero el mayor soltó una risotada y le replicó al instante:
- Aunque te burles, Ji, sabes que los pijamas que uso pueden poner caliente hasta al más santo de los hombres. Piensa simplemente en acariciar la textura de la tela sobre mi piel… suave y caliente…
La voz del mayor se escuchó como un ronroneo a través de la línea telefónica. Jiyong tragó saliva, le encantaba cuando hablaba así, tan seductoramente. Soltó un leve jadeo y se removió en el sofá, su miembro ya estaba bastante firme. El mayor lo tenía embrujado, ¿cómo era posible que con solo oír su voz lo encendiera tan rápido?
- Te necesito aquí. - Soltó con un tono de súplica - Quiero que hagas conmigo lo que quieras…
- ¿Cómo qué, Jiyong? – le susurró roncamente. – Dime qué quieres, baby…
- Quiero sentirte… que llegues hasta lo más profundo de mí y que me des tan duro que no pueda caminar mañana. Eso quiero, Seung.
- Mierda, me pones tan caliente hablando sucio. Sería fácil si estuviéramos en el mismo continente. Lo siento, cariño. - contestó con voz pesada. El menor bufó, inflando los carrillos.
- Pensé que viajabas mañana, Seung... Pero no importa. Piensa en mi boca.
- Siempre lo hago.
- Imagina que mordisqueo suavemente tu hermosa polla a través de la tela… - el mayor gimió y se pellizcó suavemente. La simple sensación… oh, Jesús… - y ahora deslizo mis manos por tus muslos…
- Oh, baby…
- Te gusta, ¿verdad? Ahora quiero que te quites la ropa, Seung.
El sonido que siguió después le hizo saber al menor que le estaba haciendo caso. Sonrió complacido, porque siempre le hacía caso. Un largo gemido salió de la garganta del mayor.
- Cómo sentirte violado por tu líder, vía telefónica…
- No veo que te estés resistiendo, Choi…
- Contigo, no, nunca… Siempre salgo ganando.
El mayor se acostó cómodamente entre los almohadones, estirando plácidamente su cuerpo desnudo, flexionando una pierna y tocando su miembro ligeramente despierto. Imaginaba que Jiyong ya estaba duro, siempre se empalmaba a una velocidad increíble. El mocoso era una sensual máquina de follar y le encantaba.
-¿Sigues ahí, Seung?
El pelinegro soltó un resoplido antes de contestar.
-¡Por supuesto que sigo aquí, mocoso! ¿A dónde crees que puedo ir estando desnudo?
Ji soltó una carcajada, imaginando a su hyung a altas horas de la madrugada, mostrando el trasero al aire libre, haciendo que los medios de comunicación enloquecieran, sacaran miles de fotos y noticias escandalosas acerca del gran Choi Seung Hyun tal y como vino al mundo.
-Tenía mis dudas acerca de que todo esto te estuviera gustando… Como te quejaste por sentirte violado…
-Ya te dije que no me resisto, porque contigo siempre salgo ganando. ¿Quieres que te demuestre cómo me gusta todo esto? Es más… ¿quieres que te enseñe cómo hacerlo apropiadamente?
En el rostro del menor se dibujó una sonrisa traviesa y expectante. Ji se mordió el labio inferior, ansioso por lo que vendría, pero antes no dejó la oportunidad para picar un poco más a su hyung.
-Veamos… Enséñame todo lo que tienes, ¡oh gran dios del sexo telefónico! - le dijo en un susurro incitador.
Seung se mordió un poco la lengua antes de putear al menor mentalmente. Si aquel sexy bastardo creía que no podría hacerlo, estaba muy equivocado. Se empeñaría en darle el mejor orgasmo que hubiese tenido en cualquier sesión de sexo telefónico en toda su vida.
- Bien, pero debes ser muy obediente y hacer todo lo que yo te diga, pequeño mocoso.
- Tus palabras son órdenes, ¡oh dios del sexo caliente telefónico! - ronroneó el menor, desafiante.
- Entonces escúchame muy bien Jiyong, con mucha atención. - su voz era un susurro ronco erótico que excitó mucho al menor. - Voy a tironear con suavidad tus pezones con mis manos y tus labios con mis dientes y lengua, baby... Voy a acariciar tus piernas y tus nalgas. Voy a sostener tu cintura y a quitarte la ropa muy lentamente, cariño.
Se escuchó un leve gemido del lado del menor, el cual, siguiendo fielmente las palabras del mayor, empezó a acariciar sus pezones con una mano y pasó la otra por sus labios suavemente. La mano que tenía en el pecho bajó lentamente por su abdomen, acariciando todo el camino hasta sus piernas y luego pasando a sus nalgas. Se deshizo con prisa de sus pantalones, dejando escuchar al mayor cómo gemía nuevamente de placer al sentir la tela rozando contra su pene erecto.
- Hyung, realmente necesito toda tu atención en esto, debes concentrarte y enseñarme qué tan bueno eres…

El mayor sonrió ligeramente y continuó hablando. - Baby, sabes que siempre te doy todo y con todo. Ya vas a ver cómo me concentro…Voy a tomar tu miembro con mi mano y voy a empezar a acariciarlo despacio, poco a poco...
Escucharlo susurrar tan provocativamente en su oído no hacía más que encenderlo cada vez más, con más intensidad. Se sentía hipnotizado por aquellas palabras, teniendo el ferviente deseo de imitarlas a la perfección. Dirigió su mano lentamente a su miembro, no sin antes jugar un poco con sus testículos, pellizcándolos a modo de estimulación. Dejó escapar pequeños jadeos, que dejaron complacido al oyente del otro lado de la línea, quien deseaba más que nunca presenciar aquel erótico espectáculo.
- Ah, baby… - susurró Ji con deseo, mientras empezaba a masturbarse despacio, jugando con su glande y apretándolo de forma placentera, tal como el mayor solía hacerlo. Cerrando sus ojos y dejándose llevar por el placer, escuchó cómo su hyung le susurraba cosas sucias al oído, mientras sonidos exquisitos escapaban de su boca, haciendo que su placer se multiplicara. Aumentó la velocidad de sus movimientos con una rapidez casi frenética, estaba a punto de correrse.
- Dime cuánto deseas probarme, Seung. - ronroneó Jiyong.
- Siempre quiero probarte, baby…
- ¿Quieres tomarte toda mi leche, Choi Seung Hyun? - la voz reprimida indicaba que ya estaba cerca del clímax.
- Todavía no, cariño... - Jiyong lo puteó mentalmente, soltando suavemente su agarre. - Si vas a darme leche, déjame mamarte como debe ser, pequeño.
El pelirosa suspiró sonriente, poniendo el celular al lado de la almohada y rodeando su miembro con sus pulgares e índices, a modo de anillo. Deslizó lentamente desde la base de su miembro adolorido hasta la punta, lentamente, simulando los labios de su amante. Solo le quedaba imaginar su lengua, saboreándolo descaradamente, siguiendo con sus movimientos, concentrándose en las sensaciones. Empezó a gruñir con ganas, ya se iba a correr...
- No voy a soportarlo más, Seung...
- Entonces dámelo, cariño, dámelo...

El mayor gemía roncamente con la boca abierta y el menor se corrió con un profundo gruñido al imaginarlo frente a él. Su esencia manchó sus manos y abdomen. Se desplomó, satisfecho.
- Delicioso como siempre. Voy a lamerte hasta dejarte bien limpio y puro, cariño...
- Sírvete, baby… - contestó el menor, mientras se llevaba una de sus manos hasta su boca y lamía desde la palma hasta los dedos, los cuales chupó sonoramente para dejar que su interlocutor pudiera escucharlo succionando su propia piel. Seung Hyun ahogó un gemido al escuchar aquel sonido, excitándose al máximo. Había escuchado cómo el menor se había corrido y había disfrutado enormemente con cada uno de los gemidos del otro. Imaginarse la cara del menor mientras se corría había sido suficiente para sentir su erección crecer y ahora la sentía palpitar dolorosamente debajo de sus sábanas.
- Con gusto, pequeño... Déjame lamer con cuidado tus testículos primero y meterme tu miembro por completo en mi boca, para dejarlo todo muy limpio, tal y como te gusta, todo limpio y ordenado.
Ji soltó una risita al escuchar aquello. Todos lo conocían por ser un obsesivo de mierda con la limpieza. Se limpió la otra mano con las sábanas, ¡al diablo sus obsesiones por el momento! En la mañana se encargaría de eso. Cerró los ojos y llevó una de sus manos a sus testículos, los acarició y pellizcó suavemente, imaginando que era la lengua húmeda de Seung recorriéndolo. Llevó su otra mano a su falo y volvió a envolverlo desde la base hasta la punta. Una vez más, llevó su mano a la boca y volvió a chuparse los dedos lenta y profundamente.
- Todo limpio, baby. Deja que ahora yo te dé un poco de atención....
Seung puso el móvil en altavoz y lo dejó en la almohada, muy cerca de su oído, no quería perderse ni una de las palabras que dijera el pelirosa. Oía perfectamente cómo la respiración agitada de Jiyong se iba suavizando poco a poco.
- Voy a meter mis dedos en tu boca y los vas chupar muy servicialmente… - Seung escuchó a través del teléfono el sonido obsceno que hacía la boca de Jiyong con los dedos. - Bajaré con ellos por tu torso y me detendré en tus tetillas para estimularlas, de la manera que me gusta. - Pronunciaba cada palabra al mismo tiempo que hacía lo que iba diciendo.
Seung seguía obedientemente todas las indicaciones. Metió los dedos en su boca y los chupó con desesperación, imaginando que eran los largos y finos dedos del menor. Recorrió con los dedos húmedos su torso desnudo, dejando huellas de saliva por donde pasaba. Se detuvo en las tetillas y empezó a apretarlas y pellizcarlas, realizando a la perfección lo que decía Jiyong. Dejó escapar un ronco gemido. El sexo telefónico lo estaba excitando demasiado, era mejor de lo que había pensado. Su erección estaba tan dura y roja que le dolía. Con Jiyong las cosas siempre se volvían extraordinarias y le encantaba.
-¿Estás haciendo lo que te dije, Choi? – cuestionó pesadamente el pelirosa, aun recuperándose de su reciente orgasmo.
-Siempre, baby. - observó sus pezones erguidos y sensibles, completamente estimulados.
-Dime lo que quieres de mí.  
-Quiero… quiero sentir tus manos sobre mí, tu boca recorriendo todo mi cuerpo a punta de mordiscos, besos y caricias hasta llegar a mi pene. Quiero que me liberes, observes todo lo que es tuyo y lo utilices, Jiyong.- espetó claramente, acercando sus manos lentamente hasta su miembro necesitado de atención.
-Mmm, cariño… puedo imaginarme tanto esa grandiosa vista… - jadeó el menor, sintiendo cómo se formaba una nueva erección.
- Juro que ya no aguanto, pequeño… mmm… quiero follarte tanto.
- Lo sé, baby... Pero debes esperar. Quiero disfrutar del espectáculo. Quiero que te duches para mí.

El mayor se mordió el labio y se dirigió hacia la ducha. - El voyerista de siempre, baby... Me pones más duro que la puta madre.
- Háblame sucio.
- Te hablo todo lo sucio que quieras. Quiero bañarte en semen, mi mocoso pervertido…
- Hazlo…
- Lo haré… cuando te vea te vas a olvidar hasta de quién mierda eres, Jiyong.
- Puedo gemir tu nombre, como una puta…
- Solo yo puedo hablarte así. Solo yo, Jiyong.
- Si me dejas así de contento, por supuesto, cariño...

Seung respiraba pesadamente, concentrándose en no correrse aún. Entró a la ducha, tomó el cabezal y dejó que un suave y cálido chorro de agua saliera por él. Sostuvo su celular con la mejilla y el hombro, ronroneando y oyendo a Jiyong gemir y suspirar. - Voy a limpiarme bien para ti, Ji... -  humedeció sus manos, tomó un poco de gel y empezó a pasar suavemente sus manos por su cuerpo. Acarició sus pectorales, sus pezones y su duro abdomen, bajando lentamente, imaginando que eran las manos del menor las que lo tomaban. Frotó la espuma por su espalda baja y sus glúteos, presionando con fuerza. Le contaba todo a Jiyong y éste suspiraba agitado, imaginando todo a la perfección, queriendo estar metido en la ducha con él. Finalmente atendió su miembro, que se deslizaba deliciosamente gracias a la espuma.
- Pon el chorro de agua cayendo en ti. Quiero el agua helada en ti, Choi...
- Porque más calentura no es necesaria… ¿verdad? - Seung gimió ante el contacto helado, pero sabía que con eso retrasaría su eyaculación. El sabio y pervertido Kwon Jiyong...
- ¿Se siente bien, Seung?
- No tanto como tu interior, baby. Extraño tu hermoso, estrecho, caliente y cachondo culo. Gracias a tu llamada querré volver a Corea, muy pronto.
- ¿Para qué? Con este tipo de llamadas, la espera no será tan larga…
- Caliente de mierda, me tendrías en agonía… solo quiero tomarte, baby…
- Aquí te espero... Aunque pensándolo mejor, déjame que te acompañe también en la ducha.
- ¿Quieres darte una ducha conmigo, cariño? - dijo Seung con voz ronca, mientras seguía acariciando su extensión de arriba a abajo. El menor le advirtió:
- Ten paciencia, baby. Deja que llegue ahí.
- Precisamente eso es lo que quiero cariño, llegar AHÍ.

Jiyong no perdió el tiempo, quería hacer sufrir un poco más al mayor con la espera, al igual que el pelinegro lo había hecho detenerse antes de correrse. Quería ponerlo más cachondo con el sonido del agua y de paso refrescar su propia piel, que sentía arder por el placer de su anterior orgasmo y la excitación de escuchar al otro disfrutando. Disfrutando al imaginarse su cuerpo y sus movimientos… de imaginarse que lo estaba tocando. Se incorporó de la cama y se dirigió a su baño, sin olvidar llevarse el teléfono con él. Escuchaba con atención el otro lado de la línea, sabía que Seung podía ser impaciente a veces y los ruidos que escuchaba del otro lado le indicaban que probablemente no lo iba a esperar demasiado.

Entró al baño y abrió la regadera. Le apetecía llenar la bañera, pero tal vez tendrían que esperar al siguiente round para ello, ya que el mayor no iba a aguantar mucho más.
- ¿Escuchas el agua caer, baby? Quiero que nos limpiemos bien, muy bien. ¿Por qué no nos enjabonamos juntos? - Seung disminuyó la velocidad de sus movimientos ante esas palabras y reguló el agua para que saliera un poco más caliente mientras esperaba. - Deja que yo te limpie poco a poco y tú haz lo mismo. Voy a untar jabón en mis manos y voy a empezar a pasarlas por tu abdomen y luego lentamente voy a dirigirme a tu hermoso trasero.
- Haz lo que quieras, baby…
- Déjame estrujar ese glorioso culo que tienes, cariño.
- Mmmm… ¿te gusta mi culo, Jiyong?
- Aaahh… me pone tan caliente…
- Es todo tuyo, baby… aaahhh, esta llamada me gusta, Ji, me gusta mucho. – le gimió con voz grave.
- Lo sé, a mí también me encanta. – la voz del menor estaba turbia por el placer. - Ahora pasemos a mi parte favorita de tu anatomía, aunque toda tu anatomía me gusta... Deja que te dé lo que te mereces, Choi Seung Hyun.
Una vez que escuchó el sonido del agua y la voz del pelirosa del otro lado, no dudó en hacerle caso a sus palabras, soltando ligeros suspiros de vez en cuando.
- ¿Estás listo, cariño? Deja que mis manos hagan maravillas para ti y que las tuyas hagan lo mismo para mí.
- Siempre estoy listo para ti, querido líder, you know… - Dijo roncamente, reprimiendo un jadeo. Su excitación era tan notoria que de su gangle ya salía presemen.
- Y siempre estés dispuesto a todo… - Pronunció sensualmente el pelirosa, dejando que el chorro del agua cayera sobre su cuerpo. – Ahh, Seung así, más rápido - Gimiendo sonoramente, provocando aún más al mayor.

Seung empezó tocarse y poco a poco fue incrementando la velocidad. Un concierto de gemidos y de frases sin sentido se oía a ambos extremos de la línea. Su movimiento de mano se volvió frenético. Deliciosos espasmos recorrían su mojado y agitado cuerpo, avisando que pronto llegaría al clímax.
- Ah… Estoy tan deseoso de escuchar cómo te corres gimiendo mi nombre… No lo contengas más, cariño…
- Ah, Jiyong, estoy a punto… Me correré en tu boca, baby.
Ji llevó de manera inconsciente una de sus manos a la boca, fantaseando con el delicioso falo del mayor dentro de su cavidad.
- Ah, sí…  Joder, hazlo ya, cariño…
Escuchó un profundo, ronco y largo gemido que fue acompañado por su nombre a través del teléfono, mientras cerraba los ojos, se mordía el labio con fuerza y se apoyaba en la pared, sonriendo al saber que su hyung podía escucharse tan complacido solo de imaginarlo en ese estado.
Con semen y agua escurriéndole entre las piernas, Seung agarró el teléfono, valiéndole madres que estuviera todo mojado y sucio. - ¿Te ha gustado esto, cariño? – tenía la voz entrecortada por el esfuerzo de modular la voz y no hacer un escándalo en la madrugada en ese exclusivo hotel europeo.
Con la espalda todavía apoyada en la pared y el agua cayendo sobre su cuerpo, Ji le sonrió al teléfono y contestó. - Se sintió de puta madre, Choi…
Escuchó la ronca risa del mayor y fue inevitable que una sonrisa se le escapara de los labios. - Veo que opinamos lo mismo. Espero que no estés tan cansado, Jiyong, porque no voy a tener piedad de ti. Si lo sentiste de puta madre, pienso llevarte al jodido paraíso ahora mismo.
- ¿Más? ¿En serio me darás más, Choi?
- Si tú lo buscas, lo obtienes, Jiyong. Me querías bien dentro de ti y tus deseos son órdenes, cariño… ve al jacuzzi, vamos…
Jiyong se dirigió hacia la puerta y tomó su bata de baño, dirigiéndose hacia el piso de abajo.

- No te duermas, Seung…
- Jamás lo haría con lo que tengo en mente. Ya llegaste ahí, ¿verdad? - el menor asintió mientras encendía las luces. - Enciende el jacuzzi…. a la velocidad que me gusta, Jiyong.
El menor jadeó y sonrió al captar su idea. Hizo lo requerido y luego se introdujo en el agua caliente, con el celular en altavoz.
- Estoy listo, cariño…
- Baby, quiero que acaricies tu perfecta entrada para mí. Disfruta como si mi lengua tomara posesión de ella, una y otra vez, de adentro hacia afuera, acariciando tus hermosos muslos... hasta que vuelvas a endurecerte cariño.
Jiyong admiró su desnudez frente al enorme espejo de la pared, mordiéndose los labios y humedeciéndolos con su lengua de manera lujuriosa. Acarició su abdomen y nalgas, recorriendo con calma sus muslos, como solía hacer siempre el mayor. Pellizcó y presionó con morbo, antes de llevar dos dedos hacia su entrada y tocarla lentamente. Se sentó sobre el suave chorro de agua caliente… y empezó a mover sus caderas de manera ondeante, penetrándose poco a poco con sus dedos. Gimió con fuerza. - ¿Sientes el agua caliente ahí, baby? Ese soy yo, cariño… soy yo todo el tiempo, tú eres mío el día de hoy y quiero que lo digas.
- Soy tuyo por hoy, Seung.

Jiyong aumentó la potencia del chorro y siguió con su balanceo de caderas, haciendo que el contacto del agua llegara cada vez más dentro de él.  Imaginaba que era la lengua y los dedos del mayor los que estaba jugando con su entrada. Su miembro rápidamente se endureció dentro del agua.
Seung se había dirigido a la enorme cama del hotel y se acostó en ella. Quitó el altavoz y pegó el teléfono a su oreja, al otro lado se escuchaban los gemidos de Jiyong, que eran como música para sus oídos. Su falo también estaba empezando a despertar al escuchar e imaginar tan deliciosa escena. Jiyong tocándose era su pornografía favorita.
- Ahora te voy a penetrar y te voy a dar tan fuerte como querías. Mañana te va a doler tanto el culo que no te vas a poder levantar. - El pelirosa, al escuchar la profunda voz del mayor, soltó un gemido. Realmente quería que fuera así.
Jiyong salió de sus pensamientos cuando escuchó un audible gemido al otro lado de la línea.
- Baby, quiero oír cómo te masturbas, mientras mis dedos me penetran pensando en ti. - Soltó con un fuerte jadeo mientras introducía tres dedos en su entrada.
- Tus deseos son órdenes, Jiyong.

Seung dirigió la mano que tenía libre primero hacia uno de sus pezones, el cual pellizcó y acarició un momento, para a continuación recorrer su pecho y su abdomen suavemente y seguir por su "camino feliz", concluyendo el recorrido de su mano en sus testículos, los cuales estimuló un poco, apretando y pellizcando. Para deleite de Ji, soltaba pequeños gruñidos y suspiros, mientras el menor proseguía jugando con el agua y su entrada, dejando que el agua ayudara a meter más y más sus dedos dentro de él, imaginándose que era el pene del mayor el que lo penetraba con fuerza, llevando su otra mano a su falo para masturbarse con él.
Seung escuchaba los jadeos de Ji, los cuales se hacían más y más intensos. Imaginó que él mismo lo penetraba, sujetó el teléfono con la cabeza y el hombro y llevó ambas manos a su extensión, colocando una de ellas alrededor de su falo y la otra por encima de la cabeza de su miembro. Empezó a frotar la cabeza de su pene contra la palma de su mano con movimientos circulares y rítmicos. Comenzó a mover sus caderas en pequeñas arremetidas, imaginando que su palma era el punto dulce del menor. Jadeó cada vez más ansioso y no era el único que jadeaba en esos momentos, Jiyong también hacía lo mismo al otro lado de la línea.
- ¡Oh sí, baby! Duro… más duro, por favor… - gimió el pelirosa.
- ¡Di mi nombre, cariño! Quiero escucharlo… todo, todo completo, Jiyong… - contestó el mayor con un gruñido ronco.
El menor intensificó el movimiento de sus manos tanto en su entrada como en su miembro, gozando al escuchar la voz ronca del pelinegro.
- ¡Ah...ah...ahhh! ¡La puta madre, Choi Seung Hyun! - gritó el pelirrosa, mientras se corría por fin. El mayor, al escuchar su nombre, arqueó su espalda un momento y también se liberó estrepitosamente. De ambos lados de la línea se podía escuchar sus respiraciones pesadas, exhaustas. No dijeron nada por algunos minutos, disfrutando de sus orgasmos.
- Do you want more, darling? – se aventuró el mayor.
- No me jodas, Choi Seung Hyun… no doy más… - el menor balbuceaba complacido.
- Fue genial, mocoso pervertido… nunca decepcionas… - jadeaba Seung, disfrutando de la paz.
- Tú tampoco. Por hoy, has sido un buen acompañante. – aseguró, mientras se sumergía aún más en el jacuzzi, agotado.
- No sé por qué esa frase me hace sentir como una puta barata, Jiyong.
- Mi puta. Y déjame decirte que me has salido cara… - ya había perdido la cuenta de la duración de la llamada. – Pero valió la pena…
- A pesar de estar satisfecho, exigiré mi recompensa de carne y hueso cuando vuelva a Corea, Ji… - Seung jadeó divertido.
- No puedo ofrecerte más que el mejor sexo de tu vida, Sr. Insaciable. - rio el menor, mientras salía del agua con piernas temblorosas por su explosivo orgasmo, se ponía su bata y se dirigía hacia su habitación. Se recordó una vez más que luego se ocuparía de limpiar aquel desastre.
- Mmm… Con eso me sobra y me basta. - susurró el mayor de forma coqueta, mientras se dirigía a asearse un poco.
- Y luego yo soy el pervertido de mierda.
- Los dos somos unos calientes sin remedio, tal para cual cariño.
- Double Combo. - rio el pelirosa, mientras un bostezo escapaba de sus labios.
Seung Hyun se dirigió a la sala y se sirvió una copa de su vino favorito, a la vez que se acomodaba en su mullido sofá.
- Creo que he estado muy intenso hoy... Hay alguien que no puede mantener sus ojos abiertos. - bromeó el pelinegro al escuchar su bostezo, mientras bebía de manera lenta y exquisita su vino. Imaginando al idiota y caliente de Jiyong recostado en su cama, con solo una fina bata de baño cubriéndole el cuerpo. Con sus blancas y delgadas piernas expuestas de manera deliciosa, su cabello mojado y desordenado por todos lados, finas gotas de agua recorriendo su anatomía… mierda…
- Idiota... Justo ahora debes estar pensando en follarme. De nuevo. - el menor se sentía cada vez más adormilado, mientras se acomodaba entre las sábanas. Con estas llamadas, el mayor podía largarse de viaje cuando le diera la gana.
- Qué bien me has llegado a conocer, baby…
- Mmm...
- Prométeme que volveremos a hacerlo, Ji.
- Lo haremos... Tenlo por seguro. Te lo prometo cuando quieras.
Seung dejó escapar una carcajada. - Eres tan dócil cuando tienes sueño. Kwon Jiyong, las promesas son sagradas.
- Soy igual de pervertido que tú, ¿lo recuerdas? - susurró con los ojos cerrados. Se rio un poco más.
- Lo sé. Regreso en una semana.
- Te estaré esperando.
- Buenas noches y gracias por la llamada más caliente que he tenido en mi vida, Jiyong.
Una risa ronca le respondió. - Baby good night, Seung.

 

Notas finales:

Esperamos que les haya gustado! Un abrazo 😆


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