13 Combate
Touya era un prodigio con la espada, era poco habitual que en la familia real hubiera grandes espadachines pues generalmente se trataba de generosos estadistas. En el caso de Touya todo era distinto. No se le daban muy bien las letras y le aburría el papeleo, lo suyo eran los deportes. Es así que se había convertido en el orgullo de su padre.
Por lo que le era muy difícil encontrar una persona que pudiera rivalizarle y sin duda ese asesino había demostrado ser un estupendo oponente. Después de atacar se había defendido mientras intentaba huir pues sabía que su objetivo en esos momentos se hallaba mejor custodiado y dirigiéndose a lo profundo de palacio. Ahora era hora de huir antes de que las fuerzas de palacio se agrupen y lo embosquen.
Pero el príncipe no pensaba dejárselo tan fácil y presto se puso al contrataque pues después de todo esa era una batalla real y no una simulada como las que acostumbraba en palacio.
Tanto el ataque como la defensa era para ambos de similares características pero lo que bajaba el poder de su enemigo y su astucia era su necesidad de escapar lo antes posible. El ataque aun en semejantes condiciones era poderoso y la defensa rápida. Utilizaba el ataque para obligarlo a retroceder y así tomar tiempo para alejarse de la estructura. Mientras casi sin quererlo el ojos chocolate se iba inmiscuyendo tanto en la pelea que olvidaba los motivos y se convertía en una simple competencia.
Estaban cerca de la primer barda del jardín cuando el príncipe se dio cuenta que de dejarlo escapar ahí su padre estaría en peligro de nuevo por eso su esfuerzo se tornó desesperado, hábil y un poco más poderoso de lo habitual ya que era un hombre de brazo poderoso, de buena musculatura por el continuo deporte.
Quizás era por la prisa que traía pero el asesino cometió un gran error al, luego de haberle empujado con su espada, para saltarse la barda. Pues en ese momento con brutal empuje el pelinegro se lanzó hacia su espalda y la hubiera atravesado si el instinto del otro no hubiera sido algo del otro mundo y se hubiera movido justo a tiempo para evitarlo pero no logró librarse del todo ya que su brazo fue fuertemente herido un poco más abajo del hombro izquierdo.
Pero para salvarse recurrió al hecho de que un ataque muy rápido luego de que aun no se reponía del propio tomaría a su alteza por sorpresa y le dejaría inhabilitado para defenderse correctamente y perseguir por lo que el asesino rodó en el aire y empujó con el codo de su brazo bueno el pecho de Touya que impactó en el seto cercano mientras el asesino se libraba de su persecución y la barda.
Touya lo vio escapar con una mezcla de pánico y enojo que le duró mucho después de que los soldados llegaran al lugar y se pusieran con él a buscar al susodicho que luego de salir de la vista del príncipe se esfumó como por encanto.