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Una obra de amor por desire nemesis

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Notas del capitulo:

 

Estaban aprontándose para el ensayo general y ya había problemas entre los dos protagonistas. Fye llevaba una peluca rubia larga hasta la mitad de la espalda de cabellos ondeados que se parecían mucho a los suyos, su cara hermosa y casi femenil adornada con esos ojos de zafiro hacían casi olvidar a cualquiera que se trataba de un hombre.

14-Lo que escondes

 

Estaban aprontándose para el ensayo general y ya había problemas entre los dos protagonistas. Fye llevaba una peluca rubia larga hasta la mitad de la espalda de cabellos ondeados que se parecían mucho a los suyos, su cara hermosa y casi femenil adornada con esos ojos de zafiro hacían casi olvidar a cualquiera que se trataba de un hombre.

 

Espero que esto no arruine nuestra función ante la familia real—dijo Yama el director de Asamblán, a Fye.

 

Señor director, nosotros somos profesionales. Verá que no habrá problemas en la función—contestó el ojos azules que llevaba un vestido verde viejo con ribetes dorados y cintas negras--¿Verdad, Romeo?—preguntó a su compañero con cara de enojo que estaba de perfil con los brazos cruzados.

 

El otro solo lo miró de reojo con sus ojos rojos, gruñó y se fue sin contestar.

 

¡No se preocupe director!—le dijo con sonrisa falsa el rubio.

 

Cuando dices eso me preocupo más—contestó Yama yéndose hasta el grupo de tramoyistas para una reunión mientras el rubio observaba la figura de su coestrella alejarse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kurogane se sentía un idiota, estaba más enfadado consigo mismo que con el otro y todo era por lo nervioso que lo ponía ver a Fye de esa forma. Casi se le olvidaba que estaba ante un hombre y la verdad era que lucía como una belleza sin precedentes.

 

¿Qué pasa? ¿Te pongo nervioso?—le susurraron de pronto al oído y dando un brinco el ojos rojos se volteó.

 

Lelac le miraba sonriente. Con esa cara de burla.

 

¿Sabes? Si sigues así todo esto se va a derrumbar—dijo Fuko con un dedo apuntando hacia el otro quien repentinamente se acercó y lo lamió para luego frotar sus labios con la lengua.

 

Sorprendido el otro actuó como si se hubiera quemado retirando la mano hasta que esta estuvo sobre su cabeza.

 

¿Qué rayos te pasa por la cabeza?—preguntó el pelinegro horrorizado mientras Julieta sonreía abiertamente divertida.

 

¿Acaso no eres tú Romeo?—dijo el rubio en falsete, luego hizo una floritura agarrando su falda y sonrió haciendo una pose al último.

 

Si vas a seguir haciendo esas cosas no podremos tener la función en paz—le advirtió el moreno.

 

¡Pero la paz es aburrida! ¿No crees?—contestó el rubio, luego se acercó mucho, tanto que el corazón de Kurogane empezó a galopar como un caballo salvaje—Te diré una cosa, haré una tregua si tu haces algo por mí—

 

¿Y que podría ser eso?—preguntó el ojos rojos mirando directo a los azules.

 

Fye sintió por un momento que esos ojos lo taladraban al punto de quedar expuesto, aún más que en el sexo, así que de inmediato retrocedió, fingiendo como siempre estar calmado—No me molestarás más y yo haré lo mismo. ¿No te parece eso civilizado?—contestó Lelac caminando dándole la espalda.

 

 

Los ojos de Kurogane se achicaron, algo no estaba bien, el otro parecía… ¿Nervioso?

 

No tienes que fingir que estás en control todo el tiempo—habló el ojos rojos, Fye se sobresaltó.

 

¿De qué…?—preguntó Julieta dándose la vuelta.

 

No es necesario que finjas. No sé lo que te ha pasado pero eso de pensar que siempre debes parecer un ogro altanero debe ser muy cansado—dijo el pelinegro.

 

¿Qué dices?—preguntó sorprendido el ojos azules.

 

Sé que ocultas algo. He tenido tiempo para pensar en lo que has hecho de que te conozco. Ya de una no nos caímos bien—dijo Fuko.

 

Es evidente—exclamó el ojos azules.

 

Y te esforzaste por tener mi atención para bajarme los humos—dijo el ojos rojos mientras el otro lo miraba con cara de casi incomprensión y asintió ante la idea. Era cierto lo que decía después de todo—Pero luego me di cuenta que en todo el proceso te esforzaste demasiado en controlarlo todo, incluso a ti mismo, tus reacciones, mis reacciones…debe ser muy cansado tener que fingir que eres insensible todo el tiempo, tener que controlar tus emociones y reacciones—

 

¿Cómo era posible?

 

¿En qué estaba fallando?

 

Esas cosas se preguntaba Julieta mientras Romeo sacaba a la luz su proceder.

 

¿No estás cansado de estar todo el tiempo a la defensiva? ¿De tratar que te vean en lo alto y a la vez  que se alejen de ti? Sé que escondes algo y probablemente sea doloroso, pero con esa actitud solo empeorarás las cosas—dijo el ojos rojos.

 

No sé de que estas hablando ni me importa. Solo te hice una pregunta. ¿Quieres una tregua o no?—preguntó el ojos azules enojado consigo mismo por haberse apanicado y con el otro por inferir tan bien lo que le pasaba.

 

No me importa de que te ocultas, solo te diré que no vas a poder seguir así por siempre. Tarde o temprano todo se caerá y más vale que te prepares para eso—advirtió el pelinegro con la cara muy cerca de la del otro.

 

¿Y bien? ¿Aceptas o no?—preguntó el rubio con cara de póker.

 

Los ojos carmesí se achicaron, Fuko soltó el aire y se enderezó, alejándose un poco para luego asentir y por último marcharse.

 

 

Fye se quedó en el lugar y cuando estuvo seguro de que el otro se había marchado se sentó en un lugar cercano. Estaba cansado y lo peor es que el otro había logrado ver su penuria. Pero después del día siguiente todo acabaría. Después de presentar esa función ante la realeza ambas compañías se dividirían de nuevo para marchar por rumbos distintos y él podría volver a estar en paz.

 

Aunque toda esa noche las palabras de Kurogane lo perseguirían.

Notas finales:

Kurogane y Fye regresaron

pronto los caminos de todos se juntaran

tambien los de personajes nuevos

nos vemos

los quiero

n.n


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