Trátenlo con cuidado y cuídense bien. Después de todo esta persona es un DeFluorite—dijo el rey mirando directamente a los ojos de Fye mientras los soldados de él y del dueño del palacio se ponían en posición de arco frente al escenario.
Rapidamente los ojos de Kurogane se deslizaron hacia un lado para ver al rubio de reojo mientras sus labios murmuraban--¿DeFluorite?—
Los ojos de Fye miraban directamente al antiguo rey al que mostrara respeto antes
En otra parte del mismo salón canela y chocolate se miraron profundamente por un momento y luego los canela se mostraron fríos antes de rotar. Cerca de Yukito estaba un soldado de guardia y Touya trató de alertarlo.
El grito del príncipe llamó la atención de los presentes, incluidos su hermana y padre. Pero antes de que Touya pudiera decir lo que pretendía el peligris golpeó a este en el estómago mientras sacaba la espada de aquel de la vaina. Algunos presentes gritaron ante tal acto manifiestamente bélico y mujeres y hombres se alejaron corriendo.
Yukito echó un vistazo al rey tan cercano y fue por él. El pelinegro se dio cuenta de sus intenciones de inmediato y fue a evitar el encuentro. El peligris había desenvainado en el acto de empezar a correr mientras el príncipe lo hizo mientras lo hacía, la gente se alejó como pudo de ambos caminos y entonces metal y metal entrechocaron y el estrépito y las chispas hicieron parecer una singular magia a tan terrible acto de batalla.
La cara de rey y princesa demudados por la vista mientras la guardia los cercaba para llevárselos mientras el rey clamaba por su primogénito.
Touya a su padre gritó que le seguiría aunque no estaba muy seguro del fin de toda esa locura. A los guardias que se llevaran al rey rápido.
Yukito optó entonces por dar por perdida la partida ese día también aunque le frustraba ese hecho era un profesional, entonces aprovechando la distracción del príncipe corrió hacia los ventanales que daban a la terraza este, por supuesto siendo perseguido por el de ojos chocolate enseguida. Estaba por conseguir su objetivo cuando si no fuera por su innato talento para el combate no se hubiera desviado en el momento justo en que una silla le era echada encima por un soldado.
Entonces al voltear el peliplateado quedaron de frente él y Touya. La tensión iba en aumento mientras se miraban esperando el ataque algo aturdió sus sentidos. Voltearon ambos a ver como los cristales de los ventanales tras Yukito por el que el ojicanela quería escapar estallaron con violencia inaudita.
Frente al escenario las personas arrojadas hacia atrás entre las que estaba el rey Zula miraban con estupor al rubio parado en medio del escenario. El rey Zula miraba con un odio infinitoi al ojos azules.
FLASH BACK
Las paredes del enorme edificio de piedra temblaban ante los impactos mientras tres personas corrían presurosas por sus pasillos. Adornado con magnificencia ese lugar solo podía ser un palacio. Una de tales personas era un niño de cinco años, mientras corrían algo que sostenía se cayó una pequeña caja de madera labrada y llorando la vio alejarse mientras era conducido por dos mujeres lejos de donde esta había caído.
Los tres entraron en una habitación pequeña y abarrotada de muebles.
La señora vestida con ropa lujosa y de hermosa figura dijo a la otra luego de poner en su mano una pesada bolsita que retumbó con sonido metálico al chocar con la palma.
Toma esto Greta—dijo la mujer de larga cabellera rubia y ojos como el cielo—Con esto no pasarán mal por el tiempo que nos esperen. En cuanto podamos iremos por ti y Fye—
Pero majestad. ¿No es mejor que venga con nosotros?—preguntó la que parecía una criada aunque con traje elegante.
Mi lugar está aquí con mi marido y nuestro pueblo. Debo ayudarles. ¿Cómo podría escapar cuando están siendo atacados? La situación de Fye es muy distinta—dijo la digna mujer arrodillándose frente a su niño—Pronto volverás a casa—le dijo a este que la miraba con una especia de puchero perplejo—Greta te llevará a un lugar apartado donde cuidaran de ti mientras me esperas—luego de agregar esto besó la frente del niño y se levantó. Con un ademán descubrió la puerta que tras un tapiz se escondía y luego de abrirla le dijo a la mujer—Con este pasadizo puedes llegar al puerto sin encontrarte con nadie. Ve y haz como acordamos. Serás recompensada en mucho por cuanto yo te agradezco con mi alma—
Parada se quedó viendo partir a esos dos por la puerta escondida tras el tapiz. Luego limpió una lágrima que caía por su rostro y volvióse para entrar de nuevo al palacio que se estremecía por el impacto de las catapultas.