JongIn recuerda que al llegar al casino, no se preocupó en activar la alarma de su lamborghini aventador negro, sabía que nadie lo robaría, y si es que se daba el caso, estaba seguro que el auto robado sería justo el que estaba al lado del suyo.
Así de increíble era la suerte de JongIn. Desde pequeño que el universo lo amaba y cumplía con sus necesidades como si JongIn se las ordenara. Desde comerse la última galleta, hasta obtener la última versión disponible de un videojuego, o que la chica con la que no quería ir al baile le saliera un grano en su perfecto cutis y le cancelara o no saber nada del examen y tirar a la suerte las alternativas consiguiendo el puntaje máximo, la suerte de JongIn era fuera de este mundo.
Pero, esta suerte no se aplicaba en el amor.
Cada chica o chico que le gustaba terminaba enamorándose de algún amigo de JongIn, siendo, para peor suerte de JongIn, correspondidos. JongIn recuerda su peor tragedia, Luhan, un chico encantador, bellísimo y brillante. Justo cuando JongIn estuvo a punto de besarlo llegó Sehun jugando en su celular y fue amor a primera vista para Luhan. Terminaron siendo novios (Luhan y Sehun) e incluso estaban comprometidos.
Después de lo sucedido con Luhan, JongIn pensó que lo mejor era simplemente mantenerse forever alone el resto de su vida y vivir en un departamento con la única compañía de sus tres perros.
Por esto, JongIn comenzó a ocupar su tiempo que anteriormente dedicaba a obtener pareja en apostar y jugar en diferentes casinos, especialmente el casino EXO que era el mejor, más grande y lujoso de Seúl.
En ese casino JongIn conoció a Kyungsoo.
JongIn recuerda perfectamente cómo se conocieron: A penas lo vio JongIn tropezó con una escala y casi se cae. No fue mala suerte, solo mera torpeza suya. Después de perseguirlo como acosador por un rato se atrevió a acercarse cuando Kyungsoo jugaba en una de las máquinas, obteniendo el premio mayor al primer intento. JongIn se sentó al lado suyo y probó su buena fortuna, teniendo como resultado el premio mayor al igual que Kyungsoo.
-Parece que hoy es mi día de suerte- Murmuró JongIn viendo como Kyungsoo se giraba a hacia él –Al parecer he encontrado a alguien igual de afortunado que yo-
Kyungsoo sonrió y JongIn recuerda que fue la primera vez en la que una sonrisa le provocó tantas sensaciones a la vez.
-Soy Do Kyungsoo- Se presentó Kyungsoo extendiendo una mano para que JongIn la estrechara. El moreno la aceptó y besó el torso de la mano antes de presentarse a sí mismo:
-Soy Kim JongIn, es afortunado conocerte-
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JongIn recuerda que al principio sólo eran amigos que se coqueteaban entre sonrisas, roces y miradas. No habían intercambiado números, pero la suerte de ambos y el deseo de reencontrarse hacía que a donde fueran coincidieran, haciendo que ambos se rieran de la buena suerte que tenían. Después de encontrarse por casualidad por décima vez JongIn sugirió intercambiar números antes de que la suerte se les acabara, a lo que Kyungsoo accedió sonriente.
La buena suerte de ambos se duplicaba cuando estaban juntos, por ejemplo, cuando fueron a una cafetería que estaba repleta pero encontraron una mesa para dos en un lugar algo apartado, por lo que el ruido no les llegaba y podían conversar tranquilamente.
JongIn también recuerda cómo fue su primer beso, cuando era de noche y caminaban tomados de las manos por iniciativa del menor (JongIn). Casi era navidad por lo que algunas calles estaban adornadas con distintos decorativos acordes a la fecha y cuando estaban bajo un árbol Kyungsoo se detuvo.
-¿Sucede algo?- Preguntó JongIn.
-Mira sobre tu cabeza- Señaló Kyungsoo apuntando hacia arriba, hacia el árbol. JongIn miró y sonrió al notar un racimo de muérdago sobre sus cabezas. El menor suspiró levemente antes de volver a mirar a Kyungsoo. –Tienes que hacerlo-
-¿Y quién dice que no lo haré?- Preguntó retóricamente antes de juntar sus labios con los de Kyungsoo.
JongIn recuerda que sus manos se posicionaron en la cintura del mayor y que las manos enguantadas de Kyungsoo estaban en su nuca profundizando el beso. El primer beso de muchos que se dieron bajo el muérdago.
Cuando siguieron caminando, JongIn jalaba a Kyungsoo bajo todos los muérdagos que encontraba y compartían un beso entre sonrisas y suspiros. El frio no les molestaba, porque el calor del otro era suficiente para mantenerse cálidos. Gracias a los muérdagos tardaron mucho en llegar a la casa de Kyungsoo, pero a ninguno le importó éste hecho.
-¿Te veo mañana?-
El mayor asintió y compartieron un beso antes de despedirse por esa noche.
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JongIn recuerda que después de tres semanas de compartir besos y no ser nada oficialmente, le pidió a Kyungsoo que fuera su novio.
Para ello, JongIn reunió a todos sus amigos, Sehun, Luhan, Chanyeol, Suho, JongDae y Kris pidiéndole que le ayudaran a preparar todas las cajas decoradas que había puesto en un parque. En cada caja había una cosa diferente haciendo un camino de sorpresas, y en la más grande estaría Kai con una caja de rosas de chocolate, preparado para hacer la pregunta.
Cuando Kyungsoo llegó a la caja en la que se encontraba JongIn se sorprendió de sobre manera y sonrió tiernamente cuando Kai balbuceó un par de veces hasta que le hizo la tan esperada pregunta:
-¿Quieres ser mi novio?-
A lo que Kyungsoo le respondió:
-No- Y ante la cara de tristeza y decepción de Kai y sus amigos rió abrazando a JongIn –Era broma, obviamente quiero ser tu novio.-
-No, ya me rechazaste y no quiero ser tu novio- Dijo JongIn alejándose de Kyungsoo con falsa molestia.
Kyungsoo lo persiguió por las calles sonriendo, besando a JongIn en cada oportunidad, abrazándolo y empujándolo levemente para que dejara de comportarse como un niño pequeño.
Al día siguiente JongIn perdonó a Kyungsoo y se volvieron novios oficialmente.
Después de tres meses de feliz noviazgo, pasaron a la siguiente base: Hacer el amor. No era la primera vez de ambos, pero se sintió de esa manera ya que estaban algo nerviosos y sus movimientos eran torpes y llenos de sentimientos. Los besos fueron lentos, las lamidas eran recorridos húmedos por el cuerpo del otro, las mordidas y chupones eran marcas de amor y los gemidos notas musicales. Finalmente se unieron en un solo cuerpo, en un baile que sólo ellos podían bailar de esa manera. Al terminar, la última nota que salió de los labios de JongIn fue un perfecto “Te amo” que Kyungsoo correspondió de la misma manera.
A la mañana siguiente JongIn despertó con Kyungsoo en sus brazos y para él fue simplemente perfecto amanecer de aquella manera. Besó suavemente a su novio en la comisura de los labios y se levantó para darse una ducha. Al terminar el desayuno estaba listo, preparado por un sensual Kyungsoo que solo vestía su camisa. El desayuno se enfrió mientras JongIn volvía a adentrarse en Kyungsoo.
Los meses pasaron y con ello su relación se volvía más fuerte y hermosa. Con ello, JongIn decidió que Kyungsoo era definitivamente el amor de su vida por lo que le pidió a Sehun que le ayudara a escoger un anillo para proponerle matrimonio a Kyungsoo.
Sin embargo, ya en el restorán, a la luz de la Luna y las velas que los rodeaban, JongIn recibió una llamada desde el hospital justo el segundo antes de que decidiera que era el momento para hacerle la pregunta.
“¿Señor Kim? Le habla Song Ji Hyo del hospital de Seúl. Se trata de Kim Soojin, ella está en cirugía en estos momentos. Ella y su familia han tenido un accidente automovilístico”
-RaeHee, ¿Cómo está RaeHee?- Preguntó JongIn levantándose de la mesa ante la mirada preocupada de Kyungsoo.
“La bebé está bien, sin embargo el señor Lee ha muerto en el accidente”
-Voy enseguida- Dijo cortando la llamada y caminado hacia la salida intentando controlarse.
-¿Qué sucede?- Le preguntó Kyungsoo siguiéndolo.
-Soojin tuvo un accidente, está en el hospital de Seúl- Dijo JongIn –Siento arruinar la cena pero… -
-No arruinaste la cena, esto es más importante que una cena- Dijo Kyungsoo –Y ni se te ocurra que te dejaré manejar, estás temblando-
JongIn recuerda que por eso fue Kyungsoo el que manejó rápidamente hacia el hospital mientras que un preocupado JongIn no podía dejar de pasar sus manos por su rostro en un gesto de estrés. Llegaron al hospital y con toda la calma que pudo JongIn preguntó por su hermana, una enfermera los condujo hacia el piso de cirugías y les pidió que esperaran hasta que el doctor saliera.
-Esto no puede estar sucediendo- Dijo JongIn sentándose. -¿Por qué justo hoy?-
-¿Qué pasa hoy?- Preguntó Kyungsoo curioso sentándose al lado de su novio, tomándole la mano a JongIn a la vez que apoyaba su cabeza en el hombro del otro.
-… Nada- Respondió JongIn, entendiendo que en esos momentos su hermana era mucho más importante que una pregunta que podía hacer en algún futuro cercano.
Pasaron los segundos, los minutos, se cumplieron dos horas y finalmente el doctor salió de la sala de operaciones. JongIn se levantó de un salto al igual que Kyungsoo y miraron expectantes el rostro del hombre mayor. Éste suspiró y negó con la cabeza, apenado de no haber podido salvar una vida.
-Lo siento mucho, tiene que ser fuerte- Dijo el doctor.
JongIn recuerda que cayó de rodillas sin poder aguantar su propio peso. Kyungsoo se agachó a su lado y lo abrazó fuertemente ya que Soojin era la única familia que le quedaba a JongIn, sus padres habían muerto hace unos años atrás. JongIn comenzó a llorar en el pecho de su novio, aferrándose a lo poco que le quedaba a su lado.
-¿La bebé? ¿Cómo está la bebé?- Preguntó Kyungsoo al doctor acariciando el cabello de JongIn.
-Está en la sala cuna del hospital- Dijo el doctor. -Si me permiten, tengo que… irme-
-Adelante- murmuró Kyungsoo concentrándose en su novio. –Amor, tienes que levantarte. RaeHee debe sentirse sola en estos momentos-
Con ayuda de Kyungsoo, JongIn pudo ponerse de pie y caminar hacia la sala cuna del lugar. A penas vio a RaeHee lloró aún más pensando en su sobrina huérfana, en lo difícil que sería para ella crecer sin padres. Pero él, él tenía que ser su soporte. Él sería fuerte para esa pequeña criatura que lo necesitaba más que nunca.
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-Entonces, ¿Tu tomarás la tuición de Lee RaeHee?- Preguntó el abogado de la familia. JongIn asintió con la mirada perdida -¿Estás seguro? La podemos poner en un orfanato o en adopción… -
-¿Me estás diciendo que rechace a la única familia que me queda viva?- preguntó JongIn con molestia –Sé en lo que me estoy metiendo, sé que será algo definitivo y que será difícil, pero no puedo dejarla, simplemente no puedo-
-Está bien- Suspiró el abogado –Firma estos papeles y la niña será legalmente tuya. Será mejor que vivas aquí por un tiempo, por lo menos hasta que RaeHee se acostumbre a no tener a sus padres. Además, sería bueno que contrataras a alguien que la cuide y limpie la casa mientras tú trabajas, una niñera o algo por el estilo.-
-Déjeme asumir esto antes de tener que recordar todos mis futuros deberes- Le pidió JongIn poniendo una mano en su cabeza. El abogado asintió quedándose en silencio.
JongIn firmó los papeles y esperó a que el abogado se fuera de la casa de su hermana. Cerró la puerta y dio media vuelta, sintiendo que la casa estaba demasiado vacía, él la recordaba cálida, algo ruidosa y desordenada, pero en esos momentos era todo lo contrario. JongIn cerró los ojos y dejó salir una última lágrima antes de limpiársela y decirse a sí mismo:
-¡Tú puedes, Kim JongIn!-
Sin embargo, tenía algo muy importante que hacer antes de comenzar su nueva vida como padre de su sobrina: Terminar con Kyungsoo. No porque hubiera dejado de amarlo, sino porque el otro siempre le expresó su deseo de no tener hijos. Y porque sabía que desde ese momento no tendría tiempo para nadie más que para RaeHee.
JongIn quería ser buen padre.
Así que llamó a Kyungsoo y lo citó en la casa donde estaba, la casa de su hermana que desde ese momento era suya. Su novio apareció en poco tiempo y le sonrió mientras caminaba hacia él, pero él no le devolvió la sonrisa y en cambio suspiró triste. Se apartó cuando Kyungsoo quiso besarlo y fue ahí que Kyungsoo supo que algo malo iba a suceder.
-¿Qué ocurre?- Preguntó Kyungsoo frunciendo el ceño.
-Necesito que terminemos- Dijo JongIn con dificultad, porque en realidad no quería hacerlo, quería quedarse con Kyungsoo por siempre.
-¿Necesitas que terminemos?- Repitió Kyungsoo -¿Por qué “necesitas” y no “quieres”?-
-Porque te amo demasiado y quiero que seas feliz- Dijo Kai solemne –RaeHee es legalmente mi hija y sé que no quieres hijos. No te puedo dar lo mismo que antes, no voy a tener tiempo para nadie más que para RaeHee, no te voy a pedir que hagas algo que no quieres y que sigas atado a mí, quién ya no va a poder amarte como antes-
Jongin recuerda que Kyungsoo ladeó la cabeza, mirándolo como analizando sus palabras -¿Eres tonto o te haces?- Le preguntó –Te amo idiota y amo a RaeHee, no los voy a dejar, aunque termines conmigo yo te perseguiré incluso en el infierno y cuidaré de ustedes hasta que muera ¿Lo captas?-
-No, no lo capto- Dijo JongIn sinceramente -¿Qué dijiste?-
-Seamos los padres de RaeHee, casémonos- Dijo Kyungsoo con ojos brillantes.
-Espera… ¡¿Qué?!- Exclamó JongIn. Kyungsoo sacó de su abrigo la cajita con el anillo que JongIn había escogido para Kyungsoo.
-Encontré esto en el bolsillo de tu abrigo- Dijo Kyungsoo sonriendo -¿Me ibas a pedir matrimonio?-
-No, se lo iba a pedir al mesero- Le dijo JongIn con ironía. Kyungsoo lo golpeó suavemente antes de tomar la mano de su novio y llevarlo rápidamente al auto -¿A dónde vamos?-
-A recoger a nuestra hija, a llamar a nuestros amigos y a casarnos por ahí- Respondió Kyungsoo emocionado -¿Cierto que suena maravilloso?-
-¿Maravilloso? ¡Es jodidamente perfecto!- Exclamó JongIn girando a Kyungsoo y dándole un beso que le quitó la respiración a ambos –Te amo, eres el amor de mi vida-
-Más te vale, porque de mi no te escapas- Dijo Kyungsoo –Además, somos dos personas afortunadas que van a comenzar una vida juntos. No puede ser tan malo-
Efectivamente.
A penas tuvieron a RaeHee en sus brazos llamaron a todos sus amigos y familiares cercanos para contarles sobre la improvisada boda. Inmediatamente todos inventaron excusas en sus trabajos y volaron hasta la iglesia en la que se casarían JongIn y Kyungsoo. La boda fuer corta, divertida y romántica, en la que todos celebraron la unión de los novios con alegría y les prometieron ayudar a criar (o malcriar) a RaeHee.
JongIn recuerda que los primeros meses fueron algo difíciles para ambos, ya que tenían que acostumbrarse a vivir juntos, cuidar a una bebé y a tres perros en una casa enorme. Ambos trabajaban por lo que contrataron a una niñera quién resultó ser la vecina de Kyungsoo. Éste llegaba antes de JongIn, despedía a la niñera y cuidaba de RaeHee hasta que llegaba JongIn quién después de saludar hacía dormir temprano a la bebé y dedicaba su tarde-noche en Kyungsoo.
Ambos eran tan afortunados que Kyungsoo se ganó la lotería, así que pudieron tener una merecida luna de miel en Bora-Bora confiando a RaeHee a sus amigos. Meses más tarde ascendieron a JongIn en su trabajo, volviéndose el jefe después de que el anterior jubilara, por lo que podía quedarse más tiempo en casa y trabajar desde ahí.
La fortuna les siguió por mucho tiempo, RaeHee no tuvo grandes resfríos, o lesiones al igual que ellos. El tiempo juntos era aprovechado al máximo y las discusiones eran casi nulas entre JongIn y Kyungsoo ya que tenían buena comunicación, confianza y respeto por el otro. Años más tarde RaeHee de siete años les presentó a ellos un amigo que le agradó a ambos por mucho tiempo, hasta que a los quince ella le reveló que estaba saliendo con él.
Como sea, JongIn y Kyungsoo fueron muy felices juntos. Finalmente, estar juntos fue la mejor de las suertes para ellos
Lo único que les faltó fue un gato.