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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

Hola mis amadas!

He regresado con todo xD!, no eso es broma aún no regreso con todo. Pero les traigo capi nuevo y muchos deseos de que lo disfruten demasiado!

Las adoro a todas y espero muy pronto poder actualizar. !que tengan una hermosa semana llena de cositas lindas! ;)

Nos leemos pronto y antes de que se me olvide, debo agradacer a mi querida editora y ayudante que siempre está soportando mis preguntas e inquietudes aunque sean las 3 de la madrugada! 

Las amo *///* 

En el capítulo anterior...

-Has estado genial Law… hasta podrías volver con nosotros a Redhawk- exclamó el pelirrojo extendiéndole una botella de agua mineral-

-Gracias… quien sabe, quizás algún día-

-¿qué harás ahora?-

-Me iré a casa, ahora estoy pagando las consecuencias por mis acciones de anoche-

-Jajaja ¿de verdad?... rayos yo que pensaba invitarte a que nos vieras tocar esta noche-

-¿Un concierto?-

-No un concierto, más bien iremos a tocar unos temas a Grove 24-

-¿Aquel bar a las afueras de la ciudad?-

-Eso creo, después iremos por unas cervezas… ¿Qué dices?-

 

Antes de responder se detuvo a pensar durante unos segundos, estaba cansado, era cierto, pero realmente en su casa solo le esperaba una noche de depresión, lágrimas y quizás unos cuantos tragos de whisky para pasar sus penurias. Así que tratando de darse ánimos y salir de aquel estado respondió:

-Está bien, iré con ustedes… pero creo que realmente necesito dormir una siesta antes-

-Genial, entonces te esperamos- 

 

------------------------------------------------------------------

Capítulo 12 

 

Los sofás de la sala realmente eran lo más cómodo del mundo cuando el cansancio estaba por vencerte. Cerró los ojos, sus parpados pesaban y todo comenzaba a verse borroso hasta quedar en completa oscuridad. Apenas tenía una hora para descansar antes de que Repel se presentara en el Grove 24, teniendo en cuenta además que debía conducir hasta aquel alejado bar a las afueras de la ciudad. Lo mejor en esos momentos era beber una energética.

Permaneció dormido, ajeno a todo el bullicio que aún a esas horas reinaba la agencia. ¿Qué más daba otra noche de juerga?, después de todo ahora estaba oficialmente libre de cualquier compromiso, no quería saber nada del rubio ni de sus mentiras, así que se dedicaría a divertirse como nunca. Si podía encontrar a alguien con quien pasar la noche no escatimaría para nada su espacio personal, quizás otra persona durmiendo a su lado le ayudaría a llenar ese vacío que había quedado donde antes estaba su corazón.

Transcurrió la hora, más rápido de lo que hubiera deseado, apagó la alarma del móvil y en un acto lleno de somnolencia se incorporó refregándose los ojos para acostumbrarse a la luz del cuarto.

-Creo que antes de conducir iré por un café… no quisiera un accidente a estas alturas- se dijo a sí mismo mientras salía de la sala en dirección a la cocina-

Para su sorpresa ya no quedaban muchos trabajadores, uno que otro dando vueltas por ahí, sin embargo la gran mayoría había dejado la agencia hacía mucho rato. Deseó no encontrarse con Doffy de frente, o realmente terminaría asestándole un golpe.

-Law, ¿sigues aquí?- escuchó la voz de Nami tras de si-

-Hola… sí, me he quedado dormido en la sala, ahora vengo por un café-

-Vaya sí que luces agotado-

El moreno se reservó comentar sobre sus planes de ir a Grove 24, probablemente la pelinaranja terminara regañándole, diciendo que no sería capaz de levantarse al día siguiente, y bueno en cierta forma tenía razón, aunque a decir verdad le estaba importando una mierda llegar puntual a la agencia.

 -Hoy descansaré… ha sido un día ajetreado-

-Ni que lo digas… bueno querido creo que seré yo quien te sirva ese café, no queda nadie en la cocina- rio entrando a una pequeña sala dentro de la cual encendió una máquina de café, preparó los vasos y presionó el botón para dos latte-

-Gracias Nami- sonrió, en ocasiones esa mujer podía ser bastante agradable- bien creo que me iré bebiendo esto… nos vemos- se despidió de su jefa y salió con destino al estacionamiento-

Por más que Trafalgar Law tratara de sacarse de la cabeza a Doffy, simplemente se le estaba volviendo imposible, más aun cuando al salir se percató que el auto del rubio estaba estacionado por lo que supuso que debía seguir trabajando en la oficina. Recordó las tantas veces que solía ir a acompañarlo mientras trabajaba, lucía tan hermoso mientras leía documentos y revisaba la computadora, absorto en sus quehaceres aunque nunca dejó de prestarle atención. Luego cuando terminaba todo, lo besaba despacio y le pedía que lo esperara en el auto, para evitar las miradas de soslayo que todo el mundo les dirigía.

Desactivó la alarma de su coche, tantos recuerdos estaban comenzando a aflorar en su mente que hasta sintió deseos de llorar, no obstante sacudió la cabeza y dando el ultimo sorbo al café se subió al auto y aceleró sin miramientos en dirección al bar.

-Me pregunto qué mierda estarás haciendo aún a estas horas Doffy… ¿seguirá tu esposo ahí contigo?, ¿no te molesta que te siga como una sombra?... ¡Ja! y tanto que me esforcé en no cansarte para que nunca te aburrieras de mí y me dejaras… y ¿de qué sirvió?... pues de nada todo se fue a la mismísima mierda- pensaba a la vez que apretaba el volante-

Tanto pensar en aquello había comenzado a desgastarle psicológicamente. Recordó a lo que iba y tratando de olvidar el día maravilloso que había tenido buscó el estacionamiento más cercano al edificio del bar, parecía que hasta comenzaba a  extrañar las clases de Franky puesto que ni ánimos de caminar tenía.

-Bien Law… ya estamos aquí, manda todo a la mierda y olvídate de una buena vez de aquel maldito viejo que te ha jodido la vida… sí, eso, sonríe a todo el mundo, no olvides el supermodelo que eres- se repetía a sí mismo-

La fila parecía extenderse hasta el término de la cuadra, ya estaba haciéndose la idea de tener que esperar como una persona normal, hasta que de pronto sintió que alguien tras suyo le tocaba el hombro.

-Llegas justo a tiempo-

-Vaya que susto me has dado- exclamó volteándose-

-Es parte de la presentación… soy Kid, ¿puedes verme?-

Aquella tonta pregunta sacó una risa de parte del moreno, quien tratando de entender la situación preguntó:

-Claro que sé quién eres… ¿por qué lo preguntas?-

-Pues porque está algo oscuro por aquí… pensé que debido a tus ojeras no me distinguirías-

La expresión que puso el moreno debió haber sido increíble pues el pelirrojo largó a reír.

-¿Qué has dicho Eustass Kid?- Law apenas podía contener su risa-

-Jajajaja nada nada, olvídalo… venga vamos a entrar-

-No, no, espera esto no lo puedo pasar por alto, ¿qué demonios has fumado?-

-Nada todavía, te estaba esperando-

-Que atento, podría haber entrado solo-

-Sí claro que podrías haberlo hecho, pero no olvides que esa fila da vueltas a la cuadra- sonrió el pelirrojo mientras indicaba la extensión que ésta tenía-

-Entonces me has salvado, vamos a entrar-

 

Ambos chicos ingresaron al edificio, siendo escoltados inmediatamente por los que parecían ser guardias del local. A Trafalgar le entregaron una credencial, para evitar problemas cuando se paseara tras bambalinas.

-Saldremos en media hora más… ¿nos acompañas con una cerveza?- preguntó Kid extendiéndole una lata-

-Sería genial- respondió abriéndola en el acto-

Como era costumbre de la banda, siempre antes de salir a tocar bebían una cerveza y se relajaban. Killer, el guitarrista, era quien elevaba los ánimos con sus chistes e imitaciones del pelirrojo de Redhawk. Repel junto a Law permanecieron en los camarines hasta que llegó la hora de salir al escenario, sobre el cual apenas cabían los cinco. Por su parte el moreno bajó hacia donde estaba ubicada la zona vip, no sin antes ir por un vodka a la barra.

Si bien era una tocata en un lugar bastante amplio, lo cierto era que aquellos chicos atraían demasiada gente por lo que todos se encontraban apretujados y a la espera de que la banda saliera de una buena vez.

-Bueno veremos qué es lo que tiene Repel que vuelve loco a todo el mundo- pensó Law, sentado cómodamente en una butaca muy próximo al escenario. De pronto las luces bajaron y una iluminación roja inundó la atmosfera, los gritos de los fanáticos no se dejaron esperar haciendo que el moreno entrecerrara los ojos por la molestia, sin embargo todas estas palidecieron al escucharse finalmente la voz de Kid.

A pesar de que lo había visto apenas llegó, ni siquiera se había fijado en su vestuario, el cual dejaba lucir ahora, sobre el escenario, un físico realmente increíble. Hombros, brazos, y abdomen completamente trabajados, la altura del pelirrojo no hacía más que glorificar  toda su imagen causando gritos de histeria en el público femenino. Y ni hablar de  su voz, era áspera y grave y cuando subía a tonos más altos era imposible no sentir un cosquilleo subiéndote por la espina dorsal directo hacia la cabeza.

No quiso sentirse perseguido, ni mucho menos darse gran importancia, pero no podía evitar sentir que la mirada del pelirrojo estaba clavada sobre él y nadie más que él, un tanto nervioso por no ser capaz de sostener aquellos profundos ojos ámbar se puso de pie y caminó en dirección a la barra.

-Un vodka porfavor- exclamó al barman-

Se sentó y dio la espalda por un rato al escenario, la banda era genial, sí y su música también lo era, sin embargo la actitud de Kid lo estaba haciendo sentir incómodo y eso terminaría por cabrearlo, prefirió dar por finalizado su primer concierto, más bien dicho tocata y permaneció en la barra.

Al cabo de un rato se encontraba mareado y todo a su alrededor parecía moverse. Escuchó que alguien se sentaba a su lado y sin tener que adivinar de quien se trataba ni se molestó en voltearse.

-¿Qué tal te pareció la música?-

-Pues estuvo genial… cantas bien Eustass Kid-

-Gracias por el cumplido… veo que ya te has estado divirtiendo-indicó los tres vasos sin una gota de vodka que acompañaban al moreno-

-Pues sí… me he estado divirtiendo solo… en compañía de… en compañía de estos vasos- sonrió-

-Entonces no te molestará que te acompañe ¿verdad?- preguntó el pelirrojo apoyando su codo izquierdo en el mesón de la barra-

-Puedes hacer lo que quieras… me importa una mierda-

-Oh ya veo- esto pareció divertirlo pues soltó una risotada- ¡Dos vodkas!-

 

Luego de que bebieran aquella ronda juntos el alcohol comenzó a surtir sus efectos en el cuerpo del moreno quien aun estando sentado se tambaleaba intentando ponerse de pie.

-Hey Trafalgar ¿qué intentas hacer?-

-Quiero… ne… necesito fumar- revisó con lentitud sus bolsillos en busca de la cajetilla, no obstante no logró encontrarla-

-¿Qué ocurre?-

-No están… es… es extraño-

Repentinamente un sujeto apareció delante de ellos y se dirigió a Law.

-Oi moreno… tengo polvo en venta… ¿qué te parece?-

-¿polvo?... quizás… yo…-

-Lárgate, no queremos esa basura-interrumpió Kid de forma agresiva, poniéndose delante de Law-

El sujeto pareció intimidarse por lo que lentamente se alejó y perdió entre la multitud.

-Vaya quien diría que habría uno de esos tipos por acá- trató de calmar las cosas el pelirrojo-

-Mis cigarrillos… ¿tienes uno?-

-Ahora recuerdo que los he dejado en el camarín, ¿qué te parece si esperas aquí y los voy a buscar?-

-Esperaré aquí- sonrió a duras penas el moreno quien cada cierto tiempo se tambaleaba-

Kid salió rápidamente en busca de su cajetilla de cigarros mientras que Law permaneció de pie al lado de la barra, mirando a su alrededor un tanto desorientado.

Fue realmente un desafío llegar hasta los camarines, apenas daba un paso la gente se le venía encima para obtener una foto, autógrafo o simplemente tocarlo. No fue hasta que llegaron los guardaespaldas que el pelirrojo logró avanzar entre aquel verdadero mar humano y llegar hasta la puerta del cuarto. Al entrar se encontró con sus amigos totalmente ebrios, algunos durmiendo producto del cansancio.

-Rayos Killer… levántate de ahí, quiero sacar mi chaqueta…- exclamó al ver a su amigo durmiendo en un sofá, cargando una lata de cerveza  en la mano. Con dificultad intentó moverlo-

-¿Kid? ¿Ya nos largamos?...- preguntó el rubio aún entre sueños-

-Ni de joda, aún es temprano y tu capitán quiere divertirse-

-¿Divertirse? Yo diría que mi capitán solo tiene una cosa en mente-

-Cállate de una puta vez y dame mi chaqueta-

Killer arqueó su espalda y arrastró la cazadora del pelirrojo, extendiéndosela. Acto seguido éste comenzó a revisar los bolsillos en busca de la cajetilla de cigarrillos sin conseguirla.

-Qué extraño… juré haber dejado una cajetilla aquí- exclamó-

-Perdón Kid… yo la saqué y la fumamos entre todos- interrumpió Heat-

-¡¿Ahhh?! Son unos bastardos… bien sabía yo que no podía dejar nada a la vista de ustedes-

-Jajaja si lo que estás buscando es seducir al moreno te comento que hay un supermercado a unas cuantas cuadras por si te animas a ir a comprar…-

-¿Cómo podría seducir a alguien con cigarrillos?, eres un idiota Heat… bien me largo, nos vemos en el hotel-

-¿Dónde vas?, la salida está por acá-

-Bueno pues me han dado ganas de salir a tomar aire fresco, ¡adiós bastardos!- dijo Kid saliendo por la puerta de emergencia, la cual lo llevaba directo al estacionamiento-

El pelirrojo corrió a toda prisa por un estrecho pasillo, para evitarse nuevamente el acoso de la gente optó por subir la capucha de su sudadera ocultándose el cabello, que de por sí ya era demasiado llamativo como para hacerlo pasar desapercibido. Cuando al fin se encontró con la puerta, empujó sintiendo el viento caluroso de la noche golpear su pálido rostro. Las luces de los postes iluminaban la calle de enfrente dejando a oscuras, en cambio, el estacionamiento. Kid era de aquellos sujetos prácticos a los cuales les importaba una mismísima mierda lo que la gente pensara, por lo que sin ningún miramiento se dirigió a la verja que cercaba aquel cuadrante de la vereda y apoyando sus pies saltó del otro lado. Nadie pareció verlo así que presuroso caminó a toda prisa hacia el supermercado que los chicos le habían indicado estaba cerca. No tardó mucho en divisarlo, animado entró y pidió dos cajetillas y una botella de ron, Eustass Kid no era para nada de gustos exigentes. Tomó las cosas y guardándolas entre sus ropas se devolvió al recinto repitiendo el mismo proceso. Saltó y luego corrió hasta la salida de emergencia, la cual para su sorpresa no consiguió abrir.

-Vaya que he idiota he sido- se dijo a sí mismo- olvidé que estas malditas puertas solo pueden abrirse desde adentro… vaya seguridad-

Cabreado tuvo que caminar hasta la entrada de Grove 24, para su suerte no había nadie más que los guardias y al reconocerlo inmediatamente lo escoltaron hasta la zona Vip donde se encontraba el moreno. Y si digo encontraba es porque al llegar el pelirrojo no pudo verlo por ninguna parte, miró a su alrededor agudizando los ojos y sin embargo no parecía haber señales de Law.

Con una mezcla de enfado y preocupación avanzó irritado hasta la barra, donde preguntó al barman:

-Disculpa amigo, ¿has visto al chico moreno que me acompañaba hace un rato?-

-Chico moreno… creo que sí… sí, ahora que lo recuerdo sí. Estaba parado justo aquí cuando llegó un sujeto y ambos se alejaron en dirección a los baños-

-¿un sujeto? ¿Cómo era?- intrigado el pelirrojo ladeó la cabeza tratando de responderse a sí mismo-

-Pues no pude verlo bien, pero estoy seguro que se fueron hacia allá-

-Pues muchas gracias-

-No hay de qué-

Extrañado e incómodo con aquella botella de ron escondida entre su camiseta, se dirigió a los baños de aquel sector vip esperando encontrar al moreno. Quizás estaba vomitando y algún sujeto quisiera aprovecharse de él, pues en el estado en el que se encontraba era blanco fácil.

Para su sorpresa la puerta del sanitario masculino no podía abrirse, estaba trabada. Por un momento pensó que podría ser un solo baño y entonces recordó que había visto a más de un sujeto saliendo de aquella puerta por lo que alguien efectivamente la había trabado. Sin importarle mucho comenzó a dar patadas, tratando de controlar su fuerza para no echarla abajo por completo, no obstante no tuvo resultado. Nuevamente comenzó a patearla y esta vez fue con todo, logrando que ésta cediera en el acto. Entró y sin poder creer lo que estaba viendo se tomó un segundo para aclarar su mente antes de golpear a aquel sujeto.

En un rincón del baño, y sentado sobre las baldosas apoyando su espalda en la pared se encontraba Law, con los labios a medio cerrar en una sonrisa ladeada  y la mirada perdida. Junto a él, el sujeto que se les había acercado antes ofreciendo el polvo yacía apoyado en un lavabo cubriéndose un lado de la nariz mientras sostenía su cabeza sobre tres líneas finas blancas y aspiraba ávidamente.

El pelirrojo se abalanzó sobre el sujeto, empujándolo tan fuerte que el hombre se golpeó la cabeza en la pared tras él.

-¡¿POR QUÉ MIERDA ESTÁS AQUÍ?! NO TE DIJE QUE TE LARGARAS- rugió no obstante Law ni parecía inmutarse y sólo se limitó a reír- Trafalgar… dime que tú no has…- se detuvo en seco al observar los ojos completamente rojos del moreno-

De pronto sintió un golpe seco en su rostro que le hizo nublar la visión, aquel desgraciado lo había pillado desprevenido al estar observando a Law, por lo que no vio venir el ataque. La sangre del pelirrojo hirvió furiosa y sin pensarlo dos veces asestó en el estómago del fulano. Justo en esos instantes dos tipos entraron al baño y sacando cuchillos le amenazaron no obstante Kid apenas los tomó en cuenta, sacó de entre su camiseta la botella de Ron y sin pensársela dos veces la golpeó en el lavabo  salpicando el contenido por todo el lugar mientras los fragmentos del vidrio brillaron bajo la tenue luz del baño para luego ir a parar en todas direcciones.

Con apenas esa improvisada arma para defenderse se lanzó contra el instigador de toda aquella situación, rasgando su camisa, dejando al descubierto una herida incipiente y la sangre que comenzaba a manar de ella.

-Maldito… vas a pagar- exclamó uno de los hombres, quien se abalanzó sobre él, amenazándole con el filo del cuchillo-

Con mucha dificultad logró deshacerse de aquellos tipos, quienes obviamente no contaban con la descomunal fuerza que tenía el pelirrojo. A pesar de los golpes, Kid no se las llevó sin secuelas. Unos cuantos cortes ahora recorrían su espalda y abdomen, aunque para su suerte no eran lo suficientemente profundos como para preocuparse. Lo que sí sería grave era el hecho de que la policía no tardaría en llegar apenas alguien diera el aviso, y eso parecía que ocurriría muy pronto pues Kid podía ver como a consecuencia de la pelea un par de curiosos comenzaba a acercarse.

Sin dejar pasar más tiempo tomó al moreno del brazo y lo arrastró hasta el estacionamiento donde buscó su coche y sacándole  rápidamente  las llaves del bolsillo, mientras lo acostaba en los asientos traseros, arrancó a toda velocidad en dirección a cualquier lugar.

-Vaya en qué lío nos habríamos metido…- pensó, mirando por el espejo retrovisor  como el moreno dormía plácidamente-

Aunque sonara extraño, y muy por el contrario a lo que los rumores decían de él, Eustass Kid no era un adicto a las drogas. Muchos lo acusaban y juzgaban debido a su estilo de vida bohemio y la clase de música que hacía, no obstante esto era una vil mentira lanzada por una agencia enemiga para tratar de mancillar su imagen y hacer que su popularidad bajara, craso error pues a sus fans parecía importarles una mierda lo que el pelirrojo hiciera con su vida. Condujo hasta llegar a una plaza, avanzando para encontrarse bajo un viejo castaño, su sombra les refugiaría aún más en la oscuridad de la noche, aparcó sin mayores problemas y apagando las luces se dio un respiro. Aquellas estúpidas heridas habían comenzado a molestarle, no obstante su orgullo le impedía ir a un hospital para que le revisaran y tener que lidiar con preguntas y más preguntas. Tomó su móvil para ver la hora.

-Las 01:45… vaya y yo que había pensado en divertirme- susurró-

El sonido del móvil del moreno lo distrajo de sus pensamientos, observó como el chico se revolvía confuso, lleno de somnolencia y con mucho esfuerzo buscaba el móvil entre sus pantalones.

-Diga…- contestó a duras penas- ehh… no lo sé… estaba en el bar y ahora creo que estoy en mi coche… sí estoy vivo… apenas llegue te aviso-

Divertido por la expresión de Law, Kid rio por lo bajo provocando que éste se sobresaltara.

-¿Dónde estamos?- preguntó con dificultad debido  al alcohol que recorría su cuerpo-

-No tengo la más mínima idea-

-O sea que me has raptado… ¿Qué planeas hacer conmigo?-

-Nada bueno… eres un idiota ¿sabes? Me has arruinado por completo la noche-

-¿Qué cosas dices?...- Law sonrió, sus ojos se cerraban solos y de vez en cuando pasaban muchos segundos antes de que continuara hablando- ¿Dónde estamos?-

- Esto es injusto, tú te encuentras completamente ebrio y yo apenas he bebido, ¿Qué puedo hacer?-

-Bebamos algo nuevamente… yo bebería contigo si me dices, podría acompañarte… me siento tan solo- exclamó. Aunque se encontraba embriagado había un dejo de mucha tristeza en su voz que para el pelirrojo no pasó desapercibido-

-¿Por qué dices eso Law?, alguien como tú… es extraño que se sienta así- preguntó sorprendido aunque sin esperar una gran respuesta, después de todo el estado en el cual se encontraba su nuevo amigo no era el más adecuado como para responder algo así-

-Ese es el problema… alguien…. Alguien como yo… en esa agencia están todos locos, locos y yo soy el peor de todos-

Hubo un momento de silencio durante el cual Kid trató de comprender a qué podía estar refiriéndose aquel chico. Sin embargo cuando quiso volver a preguntar, éste se encontraba dormido nuevamente. Suspirando y dándose por vencido cerró los ojos buscando conciliar el sueño, a pesar de que apenas había bebido, por alguna razón no estaba molesto.

Las tonalidades azuladas  en compañía de los rayos del astro rey anunciaban el comienzo de un nuevo día, las estrellas antes brillantes en el cielo nocturno comenzaban a palidecer producto de la aurora inminente. Kid alzó los brazos tratando de estirar su entumecido cuerpo, consecuencia de haber dormido en aquel asiento, observó a su alrededor y se percató que ya había amanecido. Fue en ese momento cuando se dio cuenta que el coche del moreno tenía grabado en su GPS la dirección de su edificio.

-Aquí se lee casa… bueno supongo que no queda de otra- pensó encendiendo el vehículo y avanzando por la ruta que la pantalla le trazaba- espero que este idiota no haya hecho semejante estupidez-

Increíblemente tardó apenas diez minutos hasta llegar al frontis de aquel enorme edificio. Se estacionó y zarandeó al moreno para despertarlo, no sin antes fijarse en lo tranquilo que lucía su rostro mientras dormía.

-Oye… Trafalgar, despierta-

A duras penas Law abrió los ojos.

-¿qué ocurre?... ¿Dónde estamos?-

-Pues en Redhawk…. Acabamos de bajarnos del avión- bromeó el pelirrojo-

-¿Qué?... espera ¿qué has dicho?- a pesar de su estado el moreno abrió los ojos como platos-

-Jajaja estoy bromeando, estamos afuera de tu edificio-

-Vaya que secuestrador más idiota eres, me has traído a mi propio piso-

-Jajajajaja tienes razón soy un pésimo secuestrador-

-Mis llaves… solo debes entrar y mostrar mi credencial… te dejaran pasar-

-¿Debo tomar eso como una invitación?-

-Considerando las náuseas que tengo y que apenas me puedo mover tómalo como quieras-

-Está bien-

El pelirrojo hizo tal como dijo el moreno y apoyándole para caminar avanzaron hasta el ascensor. Una vez abrió la puerta, Law se precipitó al baño mientras Kid reía divertido.

-Sí que bebiste demasiado anoche-

-¡LÁRGATE!- gritó apoyado en el excusado mientras vomitaba el costo de su salida nocturna-

-¡Qué te jodan!, ¡nos vemos!- respondió el otro-

-¡No espera!… no te vayas-

-¿Qué? Pues decídete de una puta vez- rio el pelirrojo quien, con mucha confianza, se había acercado a la nevera en busca de algo para comer-

-¡Qué no te vayas!-

-¿Ahora quieres que me vaya? No me cabrees-

-¿Ah? ¿Estás sordo?...- los efectos del alcohol ya habían mermado un poco por lo que el moreno no pudo evitar reír- Eres un idiota Eustass Kid-

El pelirrojo de pie en la cocina no pudo evitar sonreír al escuchar esto.

 

Eran ya las 07:25 cuando la alarma lo despertó. Con los ojos aun entrecerrados por el cansancio buscó a tientas el móvil debajo de la almohada, pausando aquel molesto sonido apenas lo tuvo entre las manos. Gracias al cielo había amanecido repuesto, aun después de haber tenido una de sus peores noches en el casino. Resultaba ser que por pasarse de copas terminó apostando todas las ganancias que había obtenido el día anterior, perdiendo todo en un solo juego.

Al menos había alcanzado a comprar ropa con un poco de aquel maldito dinero. Sin sentir remordimiento alguno, aun después de haber despilfarrado cerca de 20 millones de berries, se estiró en su cómoda cama y ya teniendo la visión más nítida observó la habitación. La luz del sol se filtraba por entre la cortina de su ventana, por lo que animado se puso de pie y caminó en dirección a ésta para abrirla de par en par y salir al balcón a coger algo del aire fresco que la mañana le ofrecía. Respiró tranquilo y sonrió, ese día por alguna extraña razón había amanecido de buen humor así que lleno de ánimo caminó hacia su cocina para preparar el desayuno.

-Me preguntó a qué hora se le ocurrirá venir a recogerme al marimo… ese idiota siempre sacándome de quicio- pensó mientras preparaba un zumo de verduras frescas- quiero decir, arruinó mi camisa… y ni siquiera se ha disculpado-

Irritado vació el líquido a un vaso y se sentó a la mesa a beber, sólo, como siempre solía estarlo. Un recuerdo cruzó por su mente, el marimo sentado frente a él comiendo de la olla aquellos espaguetis que tanto le habían gustado, realmente los había disfrutado, es decir no dejó ni uno… eso significaba que su comida era deliciosa hasta para un cabeza hueca como ese. Un leve brillo se dejó ver en sus ojos celestes.

-Quizás sólo he tenido suerte con ese platillo…. Me pregunto qué pensaría si probara otros- pensó con la mirada perdida-

Permaneció sentado observando como las manillas del reloj avanzaban mientras daba un golpeteo al mesón con sus delicadas manos en gesto de impaciencia. Tomó el móvil y marcó el número de su asistente.

-Marimo ¿a qué hora llegarás?-preguntó apenas contestaron-

-Cejillas, voy en camino, estaré en unos minutos…. Más vale que no nos hagas esperarte como ayer-

-¿Qué dices?... si quiero que me esperes tendrás que hacerlo-

El peliverde cortó la llamada provocando un gesto de molestia en el rubio, quien se dirigió a su armario para vestirse.

-Veamos… qué podré lucir hoy…- pensaba Sanji tomando la camisa nueva que había comprado el día anterior- esta y creo que llevaré unos jeans-

Habiéndose vestido escuchó el sonido de su móvil anunciando que Zoro y Luffy ya se encontraban en el estacionamiento. Rociando en exceso un costosísimo perfume alrededor de su cuerpo, tomó sus llaves y bajó hasta el subterráneo.

-¡Sanji! Buenos días- exclamó Luffy corriendo hasta él para recibir las llaves-

-Cejillas-

-Hola… gracias al cielo no se han demorado hoy en llegar- el rubio abrió la puerta y subió al asiento de copiloto-

-¿Qué dices? ¿Demorarnos?, Tú fuiste quien demoró en llegar-gruñó Zoro-

-Eso es lo que te convierte en un asistente incompetente… tu incapacidad de darte cuenta de los errores que cometes-señaló con seriedad a la vez que se ponía unas gafas oscuras-

-Lo que tú digas…. De todas maneras ten-

-¿Uhmmm?, ¿Qué es esto?- preguntó el rubio extrañado recibiendo una bolsa de parte del peliverde, abriéndola curioso-

-Nada… es por lo del accidente con tu camisa-respondió a secas-

Sanji puso una expresión de sorpresa y lentamente abrió la bolsa hasta sacar una pequeña cajita de color magenta con unas letras impresas sobre ella.

-…. ¿Qué es esto?... ¡¿Un detergente?!,  ¿Me has dado una caja de detergente?-

-Pues sí… podrás lavar tu camisa-

-¡Genial Sanji! Así no tendrás que botarla a la basura- interrumpió el pelinegro mientras conducía animado-

-¡Me has dado una caja de detergente! ¿EN QUÉ DEMONIOS PIENSAS? ¡TE DIJE QUE ES DE SEDA!- reclamó el rubio apretando la caja con fuerza, no obstante no la hizo a un lado y continuó sujetándola hasta que llegaron a Donquixote-

 

 

 

Llegaron a la agencia y la tarde transcurrió sin mayor sorpresa. Los supermodelos continuaron avanzando sus campañas en una agotadora jornada, que por razones obvias siempre terminaba extendiéndose hasta eso de las 20:00.

A pesar de que el sol ya había bajado, el calor aún rondaba los pasillos de aquel enorme edificio. El aire acondicionado no daba abasto y los pocos trabajadores que a esas horas aun circulaban por la agencia recurrían a abanicarse con carpetas y folios u otros simplemente caminaban descalzos por el frío cerámico negro.  Nami iba de aquí para allá, paseándose molesta a la espera de Sanji.

-Maldito Sanji ¿Dónde demonios está?- se decía a sí misma-

-Vámonos Nami, yo creo que no llegará- reclamaba Perona sentada en el pasillo con la espalda apoyada en la pared y las piernas completamente estiradas-

-No puedo, le dije que los jueves debía enseñarle a Zoro y el muy idiota no está cumpliendo su parte del trato… eso es, hicimos un trato y si no lo cumple entonces no recibirá su paga-

-Ay Dios mío… quiero llegar a casa a darme una ducha- lloriqueó la chica abrazando su bolso-

-¡Zoro! Me alegra verte- sonrió la pelinaranja al ver cómo el modelo se acercaba junto a Luffy-

-Hola Nami… si pues he venido ¿dónde está el idiota de cejillas?-          

-Esto… aun no llega, pero descuida él dijo que venía en camino-

Zoro arqueó una ceja.

-Bien si no llega entonces no habrá problema… será culpa de él-

-No puedes irte Zoro, necesitamos que aprendas de Sanji… puede que sea un tanto arrogante, pero realmente es nuestro mejor modelo y sacarás mucho provecho de sus conocimientos en esto-

-¡Es cierto Zoro!, el cejillas luce genial siempre, especialmente en las pasarelas-

-Luffy no me estás ayudando-

Una conocida voz hizo eco en el pasillo.

-Ya estoy aquí… Marimo, más vale que te apresures en aprender, no quiero tener que hacer esto siempre- gruñó Sanji mientras avanzaba. El sonido de sus zapatos se perdía hasta el extremo de aquel piso ya casi desierto a esas horas-

-¡Sanji! Me alegro que hayas llegado… bien entonces los dejamos para que estudien… no quiero oír ninguna queja… ¡los amo!-  Nami lucía feliz, después de todo al fin podría irse a casa-

-¡Adiós chicos, suerte con su trabajo!-

-Hasta luego chicas, nos vemos-

-¿Y tú te quedarás?- preguntó Sanji mirando al pelinegro de pies a cabeza-

-Sí, esperaré a Zoro para irnos a casa más tarde-

-¿irse a casa? ¿Acaso no te quedas en un hotel?-

-No, sólo me quedé un día, ahora vivo con Zoro- sonrió Luffy causando en el rubio una expresión de extrañeza-

-Bien… supongo que puedes quedarte-bufó irritado- ¡aun así no toques nada!-

Los tres jóvenes entraron al camarín de Sanji, quien insistió en hacer la clase al peliverde en ese lugar. Ordenó a su asistente y al pelinegro mover con sumo cuidado los sofás, para de este modo tener un espacio más amplio donde trabajar. Mientras el rubio se sacaba la americana y la dejaba sobre el sillón, Luffy se recostaba boca abajo con el móvil del peliverde en su mano para jugar aquellos divertidos retos que hacían el tiempo volar.

-Bueno Marimo… primero debes decirme qué sabes del modelaje-

Zoro permanecía rígido, con sus brazos cruzados sobre el pecho, una mueca de disgusto y su ya característico ceño fruncido.

-Pues… ¿a qué te refieres?-

-¿Cómo que a qué me refiero?, te he preguntado ¿Qué sabes del modelaje?-

-Qué sé del modelaje… Uhmmm… sé que son sujetos que posan y visten ropa de diseñadores para que el público las conozca-

-Podría haber sido peor… sí, es cierto que vestimos ropa pero no olvides que somos profesionales… no sé hasta qué punto tú lo seas, aun así es fundamental que no olvides esto-

-¿olvidar qué?-

-¡Pues lo que acabo de decirte!-

-Ahhh está bien-

-Es un idiota- pensó Sanji- creo que será mejor pasar a lo práctico… ¿tienes tu Book?-

-Aún no-

-¿Cómo se supone que pueda ayudarte a posar si no he visto tus fotos?-

-Pues no lo sé, no es mi problema- exclamó Zoro cabreado-

-¡CLARO QUE ES TÚ PROBLEMA! No olvides que además de tu profesor aquí soy tu jefe, estás bajo mi mando, así que si digo que es tu problema lo es-

-No me interesa lo que digas cejillas…. Sólo limítate a hacer lo que te pidieron-

-¡Pues eso trato de hacer! Pero tú eres un idiota cabeza de alga que no entiende nada de lo que digo-

-Entonces explícalo mejor-

-Marimo…. Me estás jodiendo… tú eres quien debe limitarse a escucharme-

-¡Zoro! Tengo hambre….- gimoteó Luffy del otro lado de la sala-

-¡Pues ve a la cocina a buscar algo!-

En ese instante el pelinegro corrió a toda velocidad, cerrando la puerta tras sí de un fuerte portazo, lo cual provocó que una hermosa pintura que el rubio tenía colgada en la pared de su camarín, cayera al suelo de forma estrepitosa.

-¡Maldito niño!... vaya manera de tener cuidado- rezongando levantó la pintura y la dejó apoyada en la pared- Bien marimo volvamos a lo que nos atañe… veremos tu actitud frente a la cámara. Con sólo mirarte en estos momentos puedo suponer que tus fotos son tensas, por ello debes relajarte y dejarte llevar ante el fotógrafo-

-¿Y cómo mierda hago eso?-

-¿Qué cómo mierda haces eso?, pues algunos como yo nacemos con el talento mientras que otros como tú simplemente deben esforzarse un poco más- sonrió mientras encendía un cigarrillo-

Nuevamente el peliverde frunció el ceño.

-Entonces asistente de mierda, debes mantenerte siempre erguido, espalda recta y cabeza en alto mirando al frente, digamos sin observar a nadie en específico, de lo contrario podrías cometer un fallo tal como cerrar un ojo, abrir la boca o largarte a reír como un imbécil que es lo que a Cavendish solía ocurrirle antes- dijo esto último con malicia-

El rubio se dedicó durante unos minutos a buscar una pose en la que el peliverde luciera mejor, encontrándola tras muchos intentos. De regreso Luffy nuevamente dio un portazo tras de sí y, sentándose en el sofá puso un enorme plato en sus piernas y comenzó a comer.

-¡¿Y tú qué demonios haces comiendo sobre mi sofá?! Es asqueroso-

-Jajajajaja no te enojes, es solo una hamburguesa-

-¡Qué asco!, no vayas a manchar con grasa el tapiz-

-¡descuida cejillas!-

-¡No me llames así!-

 

Al tiempo que Sanji continuaba indicándole a Zoro como posar correctamente, Luffy comía ávidamente aquella grasienta hamburguesa, chorreando sus dedos, los cuales lamía de vez en cuando y llevaba  por inercia al tapiz para limpiarlos. Una vez finalizó aquel refrigerio nocturno envolvió en un papel el resto de servilletas  y desechos de la comida, dejándolos sobre la chaqueta del rubio sin cuidado absoluto. Para mala suerte de Sanji, el pelinegro solía aburrirse al estar durante mucho rato en el mismo lugar, por lo que impaciente ya por largarse de ahí, comenzó a dar vueltas por el camarín sin dejar de curiosear e intrusear por aquí o por allá, en cada cajón y rincón, o hasta inclusive en el lujoso baño que habían adaptado en la sala.

Cayó en la cuenta de la cantidad de perfumes y cremas que disponía el supermodelo en su tocador personal, así que con objeto de pasar el rato comenzó a levantar frasco por frasco mientras roseaba las fragancias a su alrededor provocando una mezcla no muy agradable para el olfato.

-Oye idiota, te dije que no tocaras nada- reclamó el rubio observándole con el ceño fruncido-

-Jajajaja está bien- respondió el pelinegro sin detenerse, continuando su inspección- Oi Zoroooooo ¿Cuánto falta para que terminen?-

-No lo sé Luffy, un rato-

-¡Deja de interrumpirnos!-

-Tengo sueño- lloriqueó sentándose frente al espejo, volviendo a juguetear con los lujosos frascos, hasta que de pronto uno de estos se derramó producto de un movimiento brusco del moreno- Rayos…-

Se volteó y al observar que Sanji no se había percatado del accidente, suspiró aliviado. Con mucho cuidado esta vez y sin emitir ningún sonido, levantó el frasco, el cual para su mala suerte contenía un aceite muy espeso utilizado para hidratar la piel. Se había vaciado más de la mitad del contenido, el cual a juzgar por su apariencia debía ser bastante costoso por lo que con ayuda de motas de algodón comenzó a empaparlas  y así evitar que el aceite se expandiera más. No obstante en este proceso sus manos terminaron totalmente pegajosas e impregnadas con el aroma de la esencia.  Regresó al sofá, como si nada hubiera pasado, limpiándose con la americana blanca del rubio, dejándola hecha un verdadero desastre y lo peor de todo es que ni él mismo se percató de lo que había hecho hasta que escuchó un gritó.

-¡MI AMERICANA! ¿Con qué mierda se ha ensuciado?- preguntó mientras la extendía para dimensionar la gravedad de lo ocurrido-

-Pues… lo siento, creo que pensé que era una toalla- contestó Luffy sonriente-

-¿UNA TOALLA?... ¿UNA TOALLA?, ¿acaso estás ciego enano? Cómo demonios puedes confundir una americana con una toalla-

-Pues, no me fijé, lo siento… de seguro con el detergente que Zoro te ha dado saldrá la mancha-

-¡¿Estás demente?! Ya les dije que eso no sirve para esta ropa… ¿Cómo diablos no entienden eso?-

Ambos chicos se miraron.

-Está bien Sanji, yo mismo te ayudaré a limpiarla- dicho esto Luffy caminó hasta su bolso del cual sacó una botella de agua, se quitó la camisa e impregnándola con un poco del  líquido regresó y comenzó a frotarla contra la americana para sacar las manchas de aceite. El resultado fue peor, la tela se vio completamente arruinada y desgastada, el rubio tenía el rostro completamente rojo por la rabia.

-¡ERES UN IDIOTA! LA HAS ARRUINADO AUN MÁS…. No puedo creer que ustedes dos hayan arruinado mi ropa… ya me las pagarán- amenazó Sanji-

-Sí, sí, lo que tú digas cejillas…. ¡nos vemos!- dijo Zoro tomando su bolso y disponiéndose a salir-

-Adiós Sanji!, mañana te compraré otra americana-

-¡Pues tendrá que ser Concasse!- contestó furioso el rubio al tiempo que sostenía la americana y se lamentaba por haber dejado a aquel maldito niño entrar a su camarín-

Estaba tan molesto que ni siquiera pidió que lo llevaran a casa, no quería verle la cara a aquel crío que ni siquiera podía imaginarse cuál era el precio de aquella americana.

-Maldito niño… por tu culpa he perdido esta última chaqueta de la colección del verano pasado… tendrás que pagármela por el doble de lo que me costó- pensó a la vez que se dirigía al espejo para quitarse el maquillaje del día. Fue en ese momento cuando descubrió el desastre que había sobre el mueble, apretándose el cabello con desesperación- ¡EL ACEITE REJUVENECEDOR! Estaba  nuevo…-

Esta vez sí que sentía que colapsaba. Tiró de sus finos cabellos al tiempo que se sentaba frente al tocador y observaba el desastre que el maldito busca talentos de Redhawk había dejado. De todos los frascos del mueble, tenía que verter justamente ese, el más costoso de todos los productos que había en su camarín y probablemente en toda la agencia. Esa basura del maquillaje de Caesar no se comparaba en absoluto al aceite rejuvenecedor que el rubio había mandado a hacer especialmente para él a una antiquísima botica de Brasil, la cual a partir de plantas de la amazona había elaborado aquel mágico aceite único en el mundo y que había sido ofrecido al supermodelo en un evento del mundo de la moda con fines ecológicos al cual asistió en representación de la agencia.

Lo cierto era que el valor de la botella bordeaba los 10 millones de berries y el mocoso pelinegro había vaciado más de la mitad. Apretó los puños y los dientes tratando de calmarse, no obstante estaba tan pero tan enojado que se levantó de la silla y lanzó la americana al suelo para luego patearla lejos. Aguardó por unos segundos durante los cuales tomó aire y exhaló dejando escapar un suspiro. A decir verdad aquel crío le tenía hasta los cojones, de alguna u otra manera lo veía todos los días y todo porque al parecer no se despegaba del marimo, era realmente molesto y  sin olvidar además que no había momento en que no estuviera engullendo algo… vaya que personaje tan desagradable, pensó Sanji ya saliendo del camarín en dirección al estacionamiento.

Súbitamente recordó lo que el pelinegro había mencionado antes de que se fueran, y eso fue que al parecer estaba viviendo con el idiota cabeza de alga… sí, después de todo mencionó que solo había dormido una noche en el hotel y que ahora se iba a casa con Zoro.

-Tskk! Ese chiquillo moreno me las tendrá que pagar, nadie se mete conmigo y menos se burla de mí…- el rubio tuvo una idea fantástica que más que seguro le daría un rato bastante desagradable a Luffy- Sí… ya veremos cómo queda tu rostro de hinchado por los golpes que recibirás mañana mocoso- rio subiéndose al coche y sacando el móvil de su bolsillo antes de acelerar-

Abrió el navegador y escribió algo en la barra de búsqueda extrayendo un número telefónico a los pocos minutos, al cual comenzó a llamar.

-Buenas noches, hotel Red Line ¿puedo ayudarle en algo?- dijo la voz del otro lado de la línea-

-Buenas noches… sí, quisiera consultarle algo. Estoy tratando de ubicar al señor Luffy, un huésped que tienen ustedes desde hace algunos días como invitado de la agencia Donquixote-

-Espere un momento, verificaré su nombre- pocos segundos después la mujer respondió- ¿el señor Monkey D. Luffy?-

-Sí, él mismo- contestó el rubio quien ignoraba completamente el apellido del pequeño pelinegro- necesito ubicarlo con suma urgencia-

-Lamento informarle que el señor Luffy no ha regresado al hotel en cinco días-

-¿cinco días? ¿Cómo puede ser eso posible?- una sonrisa ladeada cruzó su rostro-

-Es lo que los registros me informan-

-Discúlpeme señorita pero… !¿Cómo la administración no ha informado nada a la agencia?! -

-¿Llama usted de parte de Donquixote?-

-Ehh… esto sí, solicito que la agencia sea informada inmediatamente de esta situación-

-Enseguida señor… ¿Cuál es su nombre?-

El rubio sin ocurrírsele nada que decir cortó la llamada y rio.

-Jajajajaja ahora sí que Nami estallará en ira, después de todo mocoso malagradecido te están pagando el hotel y apenas has dormido una noche ahí- pensó y aceleró en dirección a su edificio con el ánimo por las nubes-

 

Mientras que para la mayor parte de los chicos el día había sido agitado y un tanto divertido, para Trafalgar Law había comenzado de pésima forma.  Después de llegar en la mañana a su piso acompañado por el pelirrojo, no tardó en vomitar prácticamente durante horas todo el resultado de su embriaguez. El pelirrojo le hizo compañía por un rato hasta que el moreno se quedó dormido y Kid, sin más que hacer se retiró en dirección al hotel, después de todo un hombre como él también necesitaba dormir.

Cuando Law despertó a eso de las 09:00 producto del sonido de la alarma, sin ninguna intención de levantarse y considerando que ese día no había sesión para él, tomó su móvil y llamó a Perona para excusarse porque faltaría al trabajo. La pelirosa simplemente se limitó a decirle que hablaría con Nami y le diría que estaba muy muy enfermo y que prefería descansar para estar repuesto al día siguiente, nada de lo que el moreno realmente había pensado en decir. Con muy poco ánimo y una horrible resaca se levantó para ir en busca de un café a la cocina.

-Desearía que Baby5 estuviera aquí- pensó Law, quien a veces realmente necesitaba a alguien que cocinara para él- quizás debería invitarla a salir- bromeó para sí mismo-

Encendió la cafetera la cual inmediatamente desprendió un exquisito aroma a café arábigo que se esparció por todo el piso. Cuando hubo estado preparado lo sirvió en una taza y esperó que enfriara, a la vez que caminaba a la mesa para sentarse. Cayó en la cuenta que sobre ésta estaban las llaves de su auto, de la puerta de entrada a su piso y además un pequeño papel con un número telefónico escrito en el. Sin darle mayor importancia bebió del exquisito contenido de la taza y se dispuso a volver a la cama.

No llevaba ni media hora dormido cuando su móvil sonó de forma estruendosa, haciendo que el moreno frunciera el ceño aun confundido en su somnolencia.

-Diga…-

-Law ¿cómo estás? Anoche no supe nada de ti-

-Ace… lo siento, me embriagué por completo y olvidé llamarte-

-¿Estás bien? Te oyes decaído-

-A decir verdad estoy muy bien- mintió- el único problema es la resaca y por eso decidí no ir a la agencia hoy… me importa una mierda que me descuenten-

-Eso no es mayor problema, ¿no tenías sesión?-

-Por esos azares del destino no-

-Ya veo… bueno al menos es un alivio escucharte. Quisiera ir a verte pero hoy nuevamente tengo sesión de Calm Belt… y luego Marco me recogerá-

-No te preocupes, debes seguir con tu vida, yo estaré bien- trató de sonar convencido y al parecer el pecoso le creyó-

-¡Genial! Entonces me alegra saber de ti, nos vemos mañana… recuerda si necesitas algo puedes llamarme-

-Muchas gracias Ace, nos vemos-

Una parte suya maldijo la amabilidad de Ace, ¿por qué era así después de lo que había tenido que pasar a causa suya?, realmente no merecía su amistad. Apagó el móvil ya sin importarle una mierda nada y cerró los ojos dispuesto a dormir.

Entre sobresaltos y sueños extraños transcurrió la tarde para Trafalgar Law, de vez en cuando abría los ojos desorientado y, reconfortado al ver que se encontraba en su habitación, la cual por cierto había oscurecido completamente con unas gruesas cortinas, volvía a dormir. Todo iba bien hasta que de pronto sintió el timbre de su puerta ¿Quién rayos podía ser?, no le habían llamado de conserjería para anunciar ninguna visita. Quiso ignorar el sonido no obstante el visitante misterioso insistió tantas veces que terminó por hartarlo, haciendo que se levantara de muy mala gana. Abrió la puerta y se sorprendió al ver al pelirrojo de pie frente a él y cargando lo que parecía ser una bolsa.

-¿Eustass? ¿Qué estás haciendo acá?- preguntó extrañado-

-Generalmente las personas invitan a pasar- le sonrió el pelirrojo mientras le hacía a un lado y entraba-

El moreno le miró sorprendido.

-Bueno sí, perdón… he sido un pésimo anfitrión, aun así déjame decirte que no es buen momento-

-¿Por qué no?-

-Sólo mírame, luzco horrible… además me has despertado-

-Yo pienso que te ves bien… digo igual que siempre-

-No me jodas… ¿quieres algo de beber? Porfavor si pudieras evitar el alcohol…-

-Jajajaja no beberé alcohol para que no corras al baño a vomitar- rio- no te preocupes, no quiero nada-

-Está bien, ¿cómo sabías que estaba aquí y no en la agencia?-

-Me tomé la molestia de preguntar por ti y me dijeron que te ausentarías al trabajo, no me costó adivinar la razón-

-Ya veo… bueno gracias por traerme anoche, estaba realmente mal-

-No podías ni levantarte… esto ¿tienes hambre? He traído algo para que comamos- señaló la bolsa que cargaba-

Law le miró sorprendido y sonrió.

-Ahora me ha bajado el hambre-

-¿Qué te parece si vas a acostarte y te llevo esto en una bandeja?, quiero decir, debes sentirte mal- las pálidas mejillas del pelirrojo se tiñeron con un leve color rosa-

-¿Ehh? No pensé que el vocalista de Repel fuera un sujeto tan amable… creo que en mis circunstancias no puedo rechazar una oferta así-

-¡Genial!-

Law regresó a su habitación, entrando a la cama y apoyando su espalda en un montón de cojines y almohadas. Pocos minutos después Kid entró cargando una bandeja en la cual había dos platos con lo que parecía ser comida árabe, la apoyó sobre las piernas del moreno quien lucía bastante alegre.

-Demonios… no me digas que es comida árabe…- exclamó al  tenerla frente suyo-

-Sí… ¿no te gusta?, si no te gusta puedo ir a comprar otra cosa- el pelirrojo pareció desesperarse por unos momentos-

-Jajaja solo te estoy jodiendo, adoro la comida árabe, muchas gracias Kid… no es necesario que permanezcas de pie, puedes sentarte en la cama-

-Si tú lo dices…-

Ambos comían en silencio, Law no podía evitar sentir de vez en cuando la mirada del pelirrojo clavada en él por lo que un tanto incómodo pensó en entablar un tema de conversación, sin embargo Kid se le adelantó.

-Quiero preguntarte algo-

-Lo que quieras-

-Anoche tú… ¿tu probaste el polvo?- inquirió mirándolo con preocupación-

-No… estaba bastante ebrio, pero no recuerdo haberlo hecho. Además deja decirte que no recuerdo mucho, pero de las pocas imágenes que aún quedan en mi cabeza solo recuerdo verte entrar y golpear al sujeto del polvo… creo que me estaba enseñando-

-Vaya, es un alivio saberlo… Hoy iba a ser mi último día en la ciudad- exclamó al terminar de comer un entrante de Falafel-

-¿a qué te refieres?- el moreno pareció intrigado-

-Sólo veníamos por unos días, para hacer la sesión de Injection Shot, unas cuantas tocatas y luego debíamos volver-

-¿entonces por qué no han regresado?-

-Pues porque he decidido quedarme un tiempo más para realizar otro trabajo con tu agencia-

-¿Otro trabajo?-

-Ya lo verás, estoy seguro que te va a encantar-

-Me dejas curioso Eustass-

En esos instantes Law tomó su móvil al percatarse que una luz intermitente brillaba anunciándole que tenía un correo en su bandeja de entrada, el pelirrojo le miraba atentamente como estudiando cada movimiento que hacía. Sintió sus ojos vidriosos al ver en las aplicaciones en segundo plano una foto de Doffy junto a él sonriéndole a la cámara. No obstante rápidamente recordó que no estaba solo y trató de disimular su tristeza.

-¿Quieres helado?- se limitó a preguntar-

-Creo que un poco de helado sería genial, ¿estás bien?-

-Maldición, soy un imbécil ahora seguramente comenzará a preguntarme cosas- se dijo Law a sí mismo forzándose a sonreír al pelirrojo- Por supuesto que sí, ¿por qué lo dices?-

-Parecías a punto de llorar hace algunos segundos-

El moreno se sobresaltó.

-Jajajaja debes de estar loco, espera aquí, iré por tu helado- exclamó poniéndose de pie y caminando en dirección a la cocina-

-¡Espera no deberías ir tú!-

-Tranquilo puedo ir por mí mismo-

El pelirrojo aprovechó la ausencia de Law y tomó el móvil con presteza, desbloqueándolo y revisando las aplicaciones abiertas. Cuando observó la fotografía del dueño de la agencia con Trafalgar no pudo más que apretar los puños con fuerza.

-Vaya así que de esto se trata todo…- pensó poniéndose de pie y dirigiéndose a la cocina con el móvil del moreno en su mano- No tienes por qué mentir de esa forma- sintió la mirada de desconcierto en el otro-

-¿Qué dices?, ¿por qué tienes mi móvil?- preguntó un tanto cabreado-

Caminó hasta él y se propuso arrebatarle el aparato de las manos, no obstante Eustass Kid era más alto y fornido que él y bastó con que solo subiera el brazo para frustrar sus planes.

-Dámelo ¿por qué te metes en mis cosas? ¿Quién demonios te crees que eres?-

-Tranquilízate, no es como si nadie lo supiera- tomó de las muñecas al moreno y bajó sus brazos, quedando tomados en un agarre un tanto incómodo-

-¿A qué te refieres?- dijo tratando de evadir el tema-

-Pues me refiero a tu romance con el jefe-

Law casi sufre un ataque al escuchar esto.

-No sé de qué diablos hablas…- nervioso le dio la espalda y caminó hasta el mesón donde yacía la caja de helado de chocolate-

-Claro que lo sabes, todo el mundo lo sabe pero nadie abre la boca, después de todo es el mandamás- 

Sin saber muy bien qué decir Law se limitó a servir unas cuantas cucharadas del dulce postre para luego guardar la caja en la nevera, cerrando sus puertas de un fuerte golpe.

-Así es ¿y qué? ¿Cuál es el problema?- terminó por aceptar lo que el pelirrojo le decía- ¿acaso has venido a cuestionarme?-

-No te lo tomes así porfavor, sólo me preocupé al ver la cara que pusiste… ¿qué ha pasado con él?-

-Eso no es de tu incumbencia-

-Vamos, puedes contarme, no te juzgaré. Además es bien sabido que todos los modelos de Donquixote han pasado por la cama de Doflamingo-

La rabia hirvió la sangre del moreno quien se abalanzó sobre el pelirrojo.

-¡No te atrevas a hablar así de Doffy nunca más! - amenazó tironeándole de la camiseta negra que llevaba puesta-

Eustass ni pareció inmutarse ante la agresiva respuesta de Law, más bien dicho sonrió y separándole con delicadeza puso sus manos en los hombros del otro.

-Está bien, perdón. Nunca más lo haré- le dijo mirando fijamente a los hermosos ojos de plata que el moreno tenía-

Law sintió que la rabia desaparecía rápidamente para dar paso a una extraña sensación, que no sabía muy bien cómo describir. Cerró los ojos y suspiró.

-Está bien, perdón por reaccionar así-

-No te preocupes… ¿ya está mi helado?-

-Sí, aquí está- extendió la copa al pelirrojo quien al ver el contenido no pudo evitar sonreír-

Regresaron a la habitación donde Law volvió a meterse dentro de la cama y Kid permaneció sentado, comiendo el delicioso postre. Sintió su móvil sonar y sin ningún apuro contestó.

-Aló…-

-¡Kid ¿Dónde mierda estás?! ¿Has olvidado que tenemos vuelo a las 20:00?- se trataba de Killer-

-Ahhh si, sobre eso olvidé decirles que cancelé el vuelo-

-¿QUÉ DICES? Es una broma cierto… dime que es una broma porque ya hemos empacado todas las mierdas que trajimos-

-JAJAJAJAJA ¿desde cuándo bromeo bastardo?- Kid cambió por completo el tono de su voz, siendo reemplazada por una  más grave y una expresión seria- Acabo de decirte que he cancelado el vuelo y nos quedaremos aquí otro tiempo más-

-¿entonces por qué demonios no nos has avisado antes?- Killer levantó la voz-

-¿Acaso me estás cuestionando?, desempaquen y busquen un hotel, no me interesa escuchar sus quejas. Si tanto les molesta lárguense ustedes y váyanse a la mierda-

-Kid eres un idiota… supongo que no hay de otra, llamaré a Shanks para oír detalles-

Cuando finalizó la llamada la expresión del pelirrojo volvió a ser la misma, al igual que su voz.

-¿algún problema?- preguntó el moreno sorprendido por la agresividad de Kid hacia sus amigos-

-No, nada. Esos idiotas cuestionan mis decisiones… olvidan que soy el capitán-

-¿capitán?-

-Sí, prefiero que me llamen capitán-

-Ya veo-

-¿qué te parece si vemos una película?-

-¿una película?, está bien- aceptó Law, después de todo así evitaría tener que conversar con su invitado-

-¿Qué te parece una de terror?-

-Me parece bien-

El pelirrojo encendió la enorme televisión que el moreno tenía en la pared frente a su cama y seleccionó la lista de películas disponible escogiendo una del género deseado. Ambos permanecieron  observando en silencio durante un buen rato hasta que frente a los horribles efectos especiales y pésimas actuaciones del elenco de actores, ambos terminaron rompiendo a reír. La cinta que prometía asustar y hacer llorar a los más cobardes, terminó por causarles ataque de risa y dolor de estómago.

A eso de las 22:00 el pelirrojo decidió que ya era hora de regresar al hotel, si es que sus amigos habían conseguido encontrar uno.

-Bien Trafalgar Law, creo que es momento que me largue- exclamó poniéndose de pie-

-¿Qué? ¿tan temprano?-

-Ya son casi las 22:00-

-Rayos, no me había dado cuenta de la hora…-

Ambos se quedaron mirando fijamente por una fracción de segundos hasta que el moreno desvió la vista. Realmente no quería que el pelirrojo se marchase, no obstante le daba mucha vergüenza pedirle que se quedara un rato más haciéndole compañía.

-Bien entonces nos veremos- sonrió Kid-

-Sí… espera te acompañaré a la puerta-

Caminaron en dirección a la entrada del piso donde Kid tomó su cazadora, la cual había dejado colgada cuando llegó. El moreno abrió la puerta y acto seguido su invitado salió, extendiéndole la mano en señal de despedida. Se le quedó viendo a los ojos por unos segundos hasta que vio la mano del pelirrojo frente a él y sintiéndose como un idiota la estrechó.

-Nos vemos-

-Nos vemos Eustass Kid, gracias por venir-

-No hay de qué- sonrió dándole la espalda y caminando por el amplio pasillo-

Notas finales:

 

Perdonen la extensión del capi, aunque creo que ya se ha vuelto costumbre mía y un hábito en ustedes tener que leer tanto xD!

Besos ya nos leemos muy pronto!

 


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